Cuándo era muy pequeño un gnomo rompió el matrimonio que tenían mis padres, dos no muertos. Y aunque el enlace fue complicado mi madre, Mustia de Warmane, se enamoró de un gnomo rogue llamado Alppha. Esto me destrozó por dentro de una forma inimaginable. Yo en esa época era una joven promesa de los brujos llamado Garganta, y aunque me gustaba conversar con los diablillos, me suicidé haciendo un pacto con lo desconocido para reencarnarme, sin importar en qué, en lo que sea, pero que fuera, al menos rogue de nacimiento. Mi obra no quedó registrada, y mi viejo padre Exodum de Warmane quedó asombrado con mis habilidades. Y ahora, una vez más, curtido en el dolor del paytowin, nacido de la rabia, y bautizado en Mandokir, sólo puedo intentar ser cada día mejor rogue. ¿Por qué odio a los gnomos? Muy fácil, pensadlo, dan auténtico asco, con sus rostros infantiles, como lolis pervertidas, incitándote siempre a bailar, con sus manos minúsculas como patas de cerdos, sus narices pequeñas como las de un tapir, y sus gestos diminutos y patéticos. El que tiene un gnomo, Dios no lo quiera, tiene un problema, y la solución, acaso fuera un Dranei, algo tortuoso, un saludo a Kogart, yo al menos no vendí mi alma a tu healer, miserable dk de tres al cuarto.
2 «Me gusta»
Ahh… Ehh… ¿Vale?
2 «Me gusta»
Me gustaría saber que tipo de sustancia ha consumido esta persona antes de escribir esto.
2 «Me gusta»
Menuda jeta tiene el autor del post. De momento te dejo un reporte.
Suerte.
Que ganas de trolear que tienes. Si no te gustan las historias no las leas pero trolear por trolear no lo entiendo.
2 «Me gusta»
report por qué? xd ha sido divertido dentro de lo “¿ehh?” que transmite. el alma de la fiesta debes ser
3 «Me gusta»