[Comunidad] Verdugos del Pecado

Habían pasado varios días desde que se realizó la llamada en los fieles ante las sagradas y opulentas puertas de la Catedral Carmesí. Devotos y seguidores de la Luz vinieron de distintas partes de Azeroth para escuchar el mensaje que se les había prometido.

Las puertas se abrieron y de ellas emergió una figura que portaba una máscara de bronce e iba ataviado con ropajes rojizos y oscuros. Los observó y alzó los brazos…

Música de fondo

¡Hijos e hijas de la sacra y verdadera Luz, defensores de la virtud y lo que es casto y puro! La llamada recibisteis y a la llamada habéis acudido. Os doy la bienvenida al único lugar de este depravada y profanada tierra en el que la Luz se halla presente. Un lugar que se encuentra ante las puertas del fin del mundo.

Pues helo aquí, nos hallamos delante de las fauces del apocalipsis. ¡Mirad al cielo! ¡Sed testigo de las consecuencias de los pecados de este mundo!

La Luz nos ha castigado por nuestras faltas. Hemos olvidado SUS enseñanzas, su poder y SU autoridad sobre todo. Y por ello, nos ha condenado a la aniquilación.

¡Y nos lo merecemos! Pues todos somos seres culpables, somos seres débiles cuya carne envejece y se pudre, no somos capaces de entender ni comprender SUS designios pues ella es poderosa y por encima de todo se halla.

Pero ella está por nosotros, cuida a aquellos a los que le rendimos culto y le somos devotos. Somos sus míseres siervos y ante su voluntad nos arrodillamos. Sus deseos son nuestros deberes que hacemos cumplir.

Y SU deseo, ahora, es el castigo.

Castigo por dejarnos seducir por la blasfemia. Castigo por jugar con fuerzas oscuras. Castigo por confraternizar con impíos monstruos y bestias. Castigo por mirar a otro lado mientras la perversión se extendía por nuestras tierras.

Debemos purgar esta malicia de raíz, eliminar a los tumores que infectan cual ponzoña venenosa el alma de los puros habitantes de Azeroth. De no lograrlo… (alzó su báculo hacia el cielo quebrado) ese será nuestro destino. El eterno sufrimiento. La agonía infinita. El olvido absoluto.

Las grandes fuerzas de este mundo son ciegos ante lo que ha sucedido. Se cobijan bajo el manto de la infame y falsa Cruzada Argenta creyendo que esto terminará matando a unos simples huesos reanimados. No son capaces de ver que todo esto es por su culpa, por sus faltas.

La Horda es un insulto a la Luz. Escupe sobre su dorada faz y realizan rituales obscenos ante sus ojos, jocosos ante la infamia que realizan. Son monstruos, animales a los que hay que sacrificar como si fueran un ganado infectado.

La Alianza, por otra parte, y aunque os sorprenda, ha actuado peor que la Horda.

Rememoremos a unos tiempos mejores… una época en la que la Luz se encontraba en la sonrisa de un niño y en las manos gastadas de un labrador tras su jornada de trabajo. Recordemos Lordaeron, antes de que cayese en las manos de la oscuridad. Cerrad los ojos… ¿lo veis? Sus cristalinos ríos… sus verdosas forestas… sus iluminadas villas.

Establecimos un gran pacto. Una santa e inmensa Alianza entre los diferentes reinos humanos y aliados teniendo como estandarte a la Luz. Íbamos hacia el progreso, hacia un brillante futuro para todos.

Y entonces fue cuando llegó la Plaga y algunos nos quedamos defendiendo nuestro hogar y la Alianza se hizo prácticamente añicos… Sus restos hicieron una burda imitación al sur y se alinearon con elfos paganos cuyas artes provocaron el Gran Cataclismo y con seres infernales de otro planeta cuya raza se alineó con la demoníaca y perversa Legión.

¡Y el tiempo solo los ha empeorado! Aceptando a caballeros de la muerte que asesinaron a nuestros seres queridos. Abrazando la magia sombría que corrompió a su supuesta y burda Iglesia. Cogiendo de la mano a demonios y aceptándolos a que propagaran su malicia.

Sombras y Vileza… artes oscuras y necróticas que han ahogado a la Alianza. No, ya no son la Alianza. Se han olvidado de los valores que levantaron los ancestrales y sabios reyes del pasado. La Alianza murió con Terenas Menethil, por su hijo traidor.

Estas dos facciones, con sus conflictos y sus guerras triviales han provocado todo esto. No merecen permanecer por más tiempo sobre el suelo de Azeroth.

Pues yo, el Juez Carmesí, mano de la Luz y su justiciero en esta tierra devastada… Los Acuso, los Culpo, los Condeno, los Sentencio. Su existencia debe terminar. Debemos purgar su infame presencia con el fin de alcanzar la salvación.

Todos los impíos arderán en las llamas justicieras de la sacra Luz. De sus cenizas renacerá un nuevo orden, una nueva Alianza que reinará sobre Azeroth siguiendo los designios de la magnánima y gloriosa Luz. Y creedme, esta nueva Alianza será liderada por el verdadero heredero, un cuerpo por cuyas venas fluye sangre real y pura.

Pero para conseguir tal propósito debemos empezar nuestra purga. Tenemos que iniciar esta contienda luchando contra los más peligrosos de todos: los sombríos, los profanos y los falsos devotos de la Luz. Hay que hacerles arder, pues el único hereje bueno es el hereje que está ardiendo.

Mas en nuestra implacable campaña también ofreceremos su compasivo beso. El beso del perdón, para aquellos que quieran penitenciar y unirse a nuestra causa cuando sus pecados hayan sido perdonados por la madre Luz.

Y, así pues, lograremos limpiar el mundo de esta nefasta presencia que atormenta el espíritu de todos. Hoy declaro la guerra en el nombre de la Luz a quiénes desean destruirla.

Y para ello necesitaré de devotas almas. Fuertes y veteranos brazos que hayan luchado en SU nombre. Seres que estén dispuestos a sacrificarse por el bien mayor, a sangrar y hacer sangrar con sus manos y sus hojas llameantes por la furia de la Luz.

Os pido, con humildad y servidumbre, a vosotros asistentes, que os unáis a esta causa. Que luchemos juntos por y para la Luz y que fallezcamos en el campo de batalla si esa es SU voluntad y SU orden.

¿Acudiréis a mi ruego? ¿Caminaremos juntos en la senda de sangre de nuestros enemigos y con la mirada puesta al amanecer dorado?

Los devotos se miraron entre ellos y muchos hicieron un juramento ante el Juez Carmesí mientras que otros se arrodillaron

Sea pues. La Voluntad de la Luz se cumplirá. ¡Castigo para los impíos! ¡Gloria para los fieles!

Tras ello, un grupo de devotos liderados por el Juez Carmesí partieron juntos, navegando por los mares helados de Rasganorte para llegar a su destino: Tirisfal.

Y así es como empieza una nueva cruzada sangrienta. Una gran purga que extirpará pecado y maldad por todo el continente y por el mundo entero.


¡Muy buenas a todos!

Hace tiempo surgió un evento con la intención de fomentar un rol escarlata y enlazado con el fanatismo hacia la Luz. Durante estos días no se ha avanzado por el inicio de la expansión pero ahora retomaremos ese rol con con el fin de crear futuros eventos.

Y así es como nace Verdugos del Pecado, una comunidad de rol enfocada en esto que hemos comentado y con lo que esperamos crear un grupo sólido de personas con las que podamos rolear una o dos veces al mes.

De entrada ya tenemos un primer evento que será la llegada de los devotos a las costas de Tirisfal, donde se asentarán y empezarán la construcción de una base.

Os animo a todos aquellos que deseéis llevar un rol de este estilo a que os unáis a la comunidad y al evento que se realizará la semana que viene (día aún por concretar).

¡Si tenéis cualquier cuestión no os cortéis y preguntar, estaré encantado de ayudaros y solventaros vuestras dudas!

¡Un cordial saludo y buen rol a todos!

Enlace comunidad: https://www.worldofwarcraft.com/invite/AwKE0kfbb2?region=EU&faction=Alliance

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