DISCURSO DE LA PRIMERA MISA DEL AÑO
¡Ciudadanos de Ventormenta! ¡Miembros de la Alianza! ¡Devotos de la Luz! Os doy la bienvenida a la catedral de la Luz y a la primera misa del año.
Este último año ha sido, en cierta manera, devastador para este mundo. Si bien la Cuarta Guerra llegó a su fin y los servidores de la oscuridad fueron derrotados, la paz no duró mucho.
Pues desde las tinieblas de lo profano y de la muerte se volvieron a alzar los no-muertos y sus impíos maestros oscuros. La Plaga regresó a nuestro reino con la intención de destruirlo, tal y como hizo con nuestra amada y perdida Lordaeron.
Y todo apuntaba que quién estaba detrás de todo esto no era otra que la mismísima Reina Alma en Pena. Sí, aquel vil ser que fue el artífice de la destrucción de Teldrassil y que inició una guerra que devastó a toda Azeroth.
Muchos son los crímenes por los que debe responder, muchas son las almas que gritan clamando justicia.
Y, a pesar de todos sus esfuerzos para aniquilarnos, aquí estamos. Seguimos prevaleciendo. Seguimos viviendo bajo el amparo de la Luz Sagrada. Seguimos luchando para evitar que traiga el fin de todo cuanto amamos.
Cierto es que su última afrenta nos ha afectado a todos. En un acto de extrema maldad, secuestró a dos de nuestros principales líderes. A Lady Jaina Valiente, lord almirante de Kul’Tiras… y a su alteza, el rey Anduin Wrynn.
Incluso trató de llevarse a la suma sacerdotisa Susurravientos, líder de nuestros camaradas elfos de la noche, hacia sus oscuros dominios… más fracasó en su intento.
Aún así, la Alianza ha perdido a su rey. Un duro golpe para todos. No obstante, en su lugar, se encuentra gobernando como regente el alto exarca. Turalyon, el gran héroe de la Alianza. Discípulo de Uther el Iluminado y servidor del gran Anduin Lothar.
El alto exarca es el mejor para ocupar el puesto como regente hasta el retorno del rey. Su alma ha sido tocada por la gracia de la Luz y ha servido como su adalid y líder en incontables batallas contra la demoníaca Legión Ardiente.
La Iglesia de la Luz apoya con fervor y lealtad al alto exarca, mostrando todo su apoyo en su liderazgo como fieles devotos y representantes de los designios de la Luz que somos. Y os pedimos a vosotros que también confiéis en él.
Él nos guiará en este nuevo año. Una nueva etapa para la Alianza en la que debemos sanar las heridas de la guerra y acabar con los infames no-muertos que nos atacan sin dilación. Juntos obtendremos la victoria como tantas veces hemos hecho.
Y por eso, ahora más que nunca, debéis manteneros firmes y devotos. Creed en la Luz, tened fe y rezad. La Luz Sagrada nos conducirá al triunfo y con ella vendrá una nueva era de paz para todos.
El alba de un mañana próspero y de un futuro mejor se aproxima, en el que todos vosotros formareis parte.
Este es un año de victorias y de gloriosa recuperación con la que lograremos que la Alianza vuelva a brillar siendo un ejemplo de virtud, bienestar y prosperidad. Azeroth sanará sus heridas gracias a la Alianza y a la Luz Sagrada.
Y mientras llevamos a cabo esta tarea, rezaremos por aquellas almas valientes que se han aventurado hacia lo desconocido para salvar a nuestro rey y a la lord almirante.
Nuestra fe en la Luz es inquebrantable. Nunca le deis la espalda o caeréis en la oscuridad. Creed en ella, ¡sed devotos! Vuestra lealtad hacia ella os acercará hacia un brillante destino que todos compartiremos.
La Luz nos hace fuertes. La Luz es el bien. La Luz nos cuida y nos protege. Junto a ella no habrá mal que no podamos derrotar.
¡Que estas palabras os acompañen durante este nuevo año!
Y así os deseamos desde la Iglesia un feliz año a todos y un próspero y luminoso futuro.
¡Gloria a la Luz! ¡Victoria para la Alianza!
Podéis marcharos con mi bendición.
Misa oficiada por el Padre Horus Silvela, vicario de la Iglesia de la Luz. Su discurso ha sido compartido para que sea leída por toda la gente de la Alianza y de Ventormenta.
Recordad. La Luz nos llevará al alba de la prosperidad y a una nueva era de paz y calma.
Que la Luz os guíe.