Llamas y humo. Las sirenas anunciaban catástrofe en la madrugada de Pantoque.
-Hamurl, decíah que teníah un barco, ¿verdá?- Jarukan veía cómo el barco en llamas, medio cargamento de khoka y una tripulación masacrada, lentamente acababan en el fondo de la bahía de Azshara. El tauren asintió.
-Hicimos lo que pudimos. Acabaremos con el Callejón, hermano.- Jarukan sintió la mano de Hamurl en el hombro.
-No podremoh soloh.- El trol miró a V’aaly y escupió a un lado.
-Volvamos. - Dijo este en su idioma, devolviéndole la mirada al trol. Una mirada seria y fría en la que se reflejaban los tonos rojizos del fuego.
-Creo que podemos dar con la Familia. Tengo información sobre su paradero en Zandalar.- Las llamas acentuaron con sus sombras el tono grave de Hamurl.
-Pueh vámonoh de aquí echando ohtias anteh de que alguien pregunte.- Jarukan miró de nuevo a V’aaly y se perdieron en la oscuridad del muelle.
Esta canción desde aquí: https://www.youtube.com/watch?v=02767bOJHyw
Un dado.
Jarukan sostenía un dado entre sus dedos, a la altura de los ojos. Le daba vueltas y en todas la caras aparecía una calavera. La débil lluvia caía sobre Nazmir.
Sonrió al recordar su entrada arrolladora, junto a Hamurl, montados en un kodo y mandando a un grupo de trols al carajo por un precipicio.
Había vuelto a reencontrarse con la Familia. Quería volver a sentir alegría y en cierto modo casi lo conseguía. Hamurl, Teslyn, Heis. Volvía a sentir por momentos que estaba a salvo y en casa de nuevo. “¿Y loh demáh?” La familia que había encontrado no era la que dejó. Reparó en Drak’gol y Tornen, preguntándose si ellos darían la vida por sus hermanos.
El dado seguía girando en sus dedos.
Shiannas volvió a acogerle como a esos hijos rebeldes que vuelven cuando las cosas salen mal. Le prometió que volvería con gloria para la familia o moriría en el intento.
-Manda cohoneh…-Jarukan soltó una leve sonrisa. La sonrisa de quien se sabe marcado para perder. No se habían cumplido ni una cosa ni la otra.
Detuvo el dado y miró fijamente las cuencas negras de los ojos de la calavera.
Se preguntaba si involucrar a la Familia en sus problemas había sido una buena idea. ¿Acaso no desapareció por lo mismo? Pensó mirando a lo lejos a Shiannas.
Por primera vez en mucho tiempo volvió a sacar el vial con algo de polvo rojo. Se colocó una hilera sobre el dedo y lo aspiró. La lluvia de Nazmir mojaba su cara.
-Iguá la muerte tiene máh que ver con frío que se ehtiende por dentro que un ehtao contrario a la vida. -Pensó para sí mismo el trol.
Por alguna razón esa noche lo veía todo negro.