Los kaldorei no perdieron un solo segundo.
A medidas que las semanas pasaban, confeccionaban con cuidado nuevas armaduras en la forja ventormentina del barrio enano.
Diezmados, aniquilados y casi extintos, muchos eran los sentimientos que abordaban cada pluma tejida, cada espada tratada, cada arco roto que ahora volvía a tomar forma.
Impacientes, exhaustos, lamiendo sus heridas.
Los frentes de la Alianza continuaban excediéndose en Arathi y allá en las lejanas islas de Kul’ Tiras.
Costa Oscura seguía en manos de la Horda, y el calor del dolor de todo aquello que les había sido arrebatado imperaba. Pero los elfos seguían preparándose.
Tantos sables desprovistos de su amo, tantas pérdidas innumerables que les había conducido a un reducto de la ciudad… La raza que una vez dominó el mundo bajo el renombre de Imperio Kaldorei se hallaba más desnutrida que nunca.
Nadie quería la guerra que había llegado a las puertas del pueblo élfico, no fueron los elfos quienes empezaron con el derramamiento de sangre indiscriminado. Pero una idea era segura; ellos la acabarían.
Costa Oscura volvería a ser kaldorei, pero la espera se comenzó a volver insufrible. A cada luna, los elfos cuchicheaban en pos de la Alianza; ¿Cuándo tomarían las costas? ¿A qué se esperaba? ¿Por qué se daba prioridad a unos frentes y sin embargo Costa Oscura y el grueso de Kalimdor seguía bajo el mandato y control de la Horda?
La paciencia había llegado a un límite. Los cuchicheos pasaron a ser rumores. Los rumores, al único tema que atoraba las mentes de todos aquellos supervivientes de la Guerra de las Espinas. Y entonces el pueblo se revolucionó; “La Suma Sacerdotisa ha pedido audiencia en el Castillo”.
Esperanza.
Esperanza en que las palabras de Susurravientos hicieran al joven rey cambiar su actuación en esta guerra y enfocara hacia el frente de Costa Oscura la importancia que requería.
Sopesando tanto a sus espaldas, Januar se acercó a una de las dependencias de la biblioteca y bajo la ténue luz de un candil tomó tinta y pluma y comenzó a escribir, una a una, una carta tras otra. Un comunicado a los suyos, a cada miembro de la Orden del Roble. Sabía que muchos ansiaban su venganza. Otros únicamente anhelaban recuperar sus bosques. Muchos no habían derramado sangre aún, a pesar de los milenios de vida que ostentaban sobre sus hombros.
La argéntea mirada recorría cada pergamino con presteza;
El tiempo de espera se ha agotado.
No esperaremos ni un momento más a que la Alianza se digne a prestarnos la ayuda que nuestro pueblo lleva meses suplicando.
Las pérdidas han sido muchas, demasiadas. Hemos perdido a hermanos y a hermanas en una guerra que no hemos elegido. Han bañado Costa Oscura con la sangre de cada uno de ellos sin honor o piedad alguna; Es hora de que nuestra venganza nos sea dada.
La Suma Sacerdotisa Tyrande Susurravientos partirá hoy a hablar con su Majestad, el Rey Anduin Wrynn. Con su ayuda o sin ella, el pueblo élfico partirá al frente.
Los soldados, centinelas, sacerdotisas, druidas, celadoras y Altonato están disponiendo de todo para partir. La flota élfica está apostada en las costas de Ventormenta, a la espera de una señal por parte de la Suma Sacerdotisa para partir.
En nuestra larga espera, se han confeccionado armaduras que os serán dadas para el frente…
No obligaré a nadie a luchar o a marchar al frente si no lo desea. Nadie se verá obligado a perder la vida o a volver a vivir en el infierno de la guerra.
A aquellos que vengais tened claro que no será fácil. El frente será duro y habrá sangre y dolor. Estad preparados para todo.
Sin más, os espero al anochecer en el puerto de Ventormenta, andu’falah dor, hermanos y hermanas.
Recuperaremos Costa Oscura, o pereceremos.
Januar Luz de Plata, Alta Dama de la Orden del Roble.
La elfa concluyó, perdiendo su mirada en un mar de pensamientos cuando su Jefa Centinela, Ormipha, abordó la estancia. La mirada de la Altonato se cruzó con la suya cuando dispuso en sus manos la correspondencia.
- ¿Esto significa que partimos hacia el frente?
- No esperaremos un día más.
Ormipha asintió con firmeza, con un atisbo de luz en su mirada. Se giró marcial y partió a paso acelerado con un silencio sepulcral, únicamente roto por el sonido de sus placas. Había llegado la hora de hacer lo que debía hacerse.
Off rol;
Saludos a todos y a todas, comunidad.
La Orden del Roble va a partir a Costa Oscura en breves, en base a los avances del lore que nos ha sido dado.
Intuímos que la movilización hacia el frente incluirá más razas además de la ya de por sí raza kaldorei que está haciendo sus preparativos pertinentes en las distintas hermandades.
Una vez allí, fecha que estimo se moverá por la semana próxima, se acordará una unión entre hermandades para dar lugar al evento que concernerá a todo lo que el frente trae consigo.
Sobra decir que cualquier hermandad dispuesta a pelear por nuestras costas es bien recibida. Al igual que aquellos que no tengan hermandad y deseen unirse. Una vez estemos en dicho lugar lo comunicaremos por este mismo hilo para aquellas personas que deseen unirse.
Con el paso de los días se sopesará cómo hacer el frente, dividir los grupos para hacer un rol fluído, y todos los demás detalles que se requeriran para lo mismo.
Andu’falah dor.