La maldición de la carne fue provocada por Yogg-saron concretamente, y afectó a todos los seres titánicos debido a que utilizó la Forja de los Deseos (que creaba a todos estos) para extender la infección en las generaciones que iban siendo creadas (por eso en Ulduar aún hay seres no afectados por la maldición, concretamente los mas antiguos).
La mayoría de razas titánicas no se percataron del problema hasta que fue demasiado tarde (por culpa de la situación de Ulduar). Solo Archaedas con sus mecagnomos y enanos pétreos se percató de lo ocurrido, exiliándose a Uldaman donde intentaron buscar algún remedio para la maldición. Al no encontrarlo, decidieron que poco a poco irían poniéndose en hibernación para mantenerse dormidos mientras otros intentaban buscar una solución, ya que en este estado, aparentemente eran mas resistente a esta enfermedad. Poco a poco, la gnoma encargada de mantenerlos a salvo se fue percatando de que se iban convirtiendo sin parar, y a medida que iban transformándose en enanos y gnomos, fue despertándolos.
A pesar de todo, parece que sí que encontraron una forma de revertir el efecto, ya que un mecagnomo en Rasganorte que quedó herido, al ser encontrado por gnomos de la Alianza y reparado, decidió revertir su estado cárnico en agradecimiento. Por desgracia, estos gnomos (al igual que el resto de razas actuales) vieron el ser convertidos en máquinas como una atrocidad, y sin entender lo que aquel mecagnomo quería darles, terminaron matándolo de nuevo, al verlo como una amenaza.
Por otra parte, los Tol’vir, gracias a Alamuerte, y los Mogu, también consiguieron por su cuenta revertir sus estados cárnicos, pudiendo volver a sus formas pétreas.
Frío y eficaz. DG.