Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Bueno, que sepáis que lo he pensado y voy a retomar la historia… pero ya mañana :smile:

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Yo también me pondré a ello mañana.
Se me está ocurriendo una idea a que tengo que darle un par de vueltas aun,lo consultaré con la almohada.

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El paladín se despertó antes de que amaneciera. Mientras Menel dormía,y sin hacer ruido,se enfundó la armadura. Desde el ataque de Jandwik,una idea daba vueltas en su cabeza,y cuando aquello sucedía,la única manera de “callar” la persistente voz,era averiguarlo.
Tal vez,su amada se enfadaria,sin embargo,había quedado claro desde el principio de su relación,que iban a mantener la autonomía propia. No obstante,mirando de reojo,para comprobar que seguía durmiendo,sacó su pluma y escribio:
Cariño,hay una cosa a la que no hago más que darle vueltas,y debo de averiguar la verdad. No te preocupes por mi,pero,debo de comprobar que los nagas están quietos. Marcho hacia la vorágine,ya te contaré que me ronda por la cabeza,mi amor.
Y dibujando una artística rosa,dejó el pergamino en la mesa donde ambos estudiaban.

Abandonó la casa sin hacer ruido,hoy ella tendría que prepararse el café,y no estaría de buen humor seguro,pero…la vida,y la situación,obligaban al paladín a salir de su hogar,de momento.
Nieve,que como siempre montaba guardia delante de la puerta,levantó la cabeza. La relación de aquel sable con el paladín,había mejorado… ya no le gruñia,cuando pasaba por su lado.
Argent miro a los ojos del “gato” mientras le preguntaba bajito…
-¿Lo haras,nieve?
Obviamente,el enorme sable no contestó,sin embargo,se estiró, y levantó las orejas en actitud de alerta.
-Buen chico,dijo Argent, y llamando a su Fénix,salió volando hacia su destino.

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Se despertó al sentir la ausencia.Seguramente Argent estaba en la cocina preparando café,sin embargo descubrió con sorpresa la nota.Pensó que estaba bien llevar la iniciativa y dejar de ser la presa para convertirse en los cazadores.
Ella creía haber hecho todo lo que estaba en su mano,sin embargo sentía que necesitaba hacer una cosa más.Demostrarle a los suyos que no era una traidora.
Había escuchado rumores de las pequeñas incursiones que seguían realizando los kaldorei en Costa oscura.
Argent no estaba y sería prudente.Se volvió a poner sus ropas de sacerdotisa de la luna,las luciría con orgullo,se preparó un café que tomó con rapidez y llamó a Luna en la puerta de casa.
Aterrizó en Costa Oscura revisando objetivos.Encontró más adalides y héroes de la alianza con lo cual en colaboración resultó fácil.Pasó por Balshal aran al volver hacía el portal viendo como Maiev y Shandris la miraban con sorpresa al pasar.
Shandris la llamó al verla pero no se detuvo,simplemente se giró y le sonrió con tristeza.Echaba de menos a los suyos,era más un sentimiento de desarraigo porque siempre había sido muy independiente pero tener un sitio al que volver para sentir las costumbres de su raza era bueno,pasear por Hyjal en su día,por Teldrassil…le seguía doliendo ver los restos del árbol sagrado de los kaldorei,pero había asumido la pérdida.Lo que no asumía ni asumiría nunca era no ser una kaldorei.
Se materializó en Boralus y descubrió que podía aguantar el olor a pescado con normalidad.Así que se acercó al barco de la alianza a ver si había alguna misión importante.

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Argent sobrevoló la zona conocida como la vorágine. Hacia unos años,recordaba como había estado realizando misiones por la zona,y como tuvo que enfrentarse a los nagas,para liberar a Neptulón.
Recordaba la amenaza final de los nagas,cuando arrastraron de alguna manera hacia su plano,en las profundidades al elemental que les cerraba el paso.
Argent,tenía la intuición,de que los movimientos nagas,y la posible reaparición de los mismos,tendría aquel punto como foco de inicio.
Aquella idea,era la que le llevaba rondando por la cabeza desde hacia tiempo. Tuvo la certeza de que la reina naga volvía a manifestarse,cuando en la Bahía viento helado,sufrieron el ataque,su amada y el.
Sospechaba desde hacia tiempo,que el conflicto que enfrentaba a ambas facciones,era tan sólo una maniobra de distracción,y que de alguna manera,estaba diseñado,para provocar el desgaste y un montón de bajas en ambos bandos.
Por lo que el había estudiado,en los antiguos tratados,N’zot era un reconocido manipulador. No sabía que estaba haciendo,pero seguro que el uso de los nagas de Azshara,formaban parte de un plan preconcebido.
Miró nuevamente hacia el mar,y un escalofrío recorrió su cuerpo,mientras recordaba la sensación de permanecer durante horas,en las profundidades abisales.
Recordaba los componentes que permitían respirar bajo el agua,y moverse como en tierra firme,y confiaba en que los caballitos de mar,y las diferentes cuevas habilitadas para tal fin,siguiesen facilitando el transporte de un punto a otro.
Pronto lo comprobaría…hizo descender a su Fénix,y cuando estaba casi a ras del agua,lo despidió. Siempre le gustaba sumergirse en las profundidades,con un pequeño salto.

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Cromi las observaba con tristeza. Valeera estaba arrodillada y de vez en cuando golpeaba el suelo con una mezcla de tristeza y furia. Las dos kaldorei, seguían agarradas la una de la otra mientras observaban la escena horrorizadas.

No es que ella se hubiera vuelto insensible a las cosas, pero examinar una y otras vez las corrientes temporales le hacía revivir momentos terribles constantemente. Simplemente… los aceptaba.

“No os pongáis así” les dijo intentando calmarlas. “Sé que es terrible ver a vuestra amiga así, pero pensadlo bien, ha sobrevivido a todo esto. No todos sus compañeros de promoción pueden decir lo mismo…” dijo mientras señalaba a su alrededor.

Las palabras de Cromi parecieron surtir efecto, pues Valeera se levantó y se secó las lágrimas, recuperando la compostura. Las centinelas, dejaron de arroparse y tambien se adecentaron un poco la cara. Noah se dirigió a Cromi y le preguntó:

“Cromi, ¿qué pasa después?”

“Nada que no conozcáis querida. Eleanna sobrevive a la implantación del hechizo de control y a la lobotomización. Dentro de unos meses se produce la primera invasión de la legión… ella escapa con los altonato que liberaron a Tyrande Susurravientos, pero al tener lagunas de los últimos meses que no es capaz de explicar, su pueblo desconfiaba de ella y de que no hubiera tenido nada que ver… Se enteró de que sus padres habían muerto a manos de los demonios y que su hermana la había repudiado… luego exiliaron a todos los altonato, ella incluida.” Cromi hizo un gesto reflexivo y dijo: “La verdad que ha pasado casi toda su vida sola…”

Aquel comentario hizo que las tres miraran hacia abajo en un gesto claramente compasivo a las difíciles situaciones que Eleanna había tenido que afrontar a lo largo de toda su vida.

“Bueno, Eleanna me pidió que la llevara de vuelta al presente tras ver esto… no hay nada más que pueda mostraros de esta época… ¿volvemos ya?” dijo con una sonrisa.

Las tres asintieron, por lo que Cromi se frotó las manos, comenzó a conjurar un portal, y de igual manera que había ocurrido antes, la arena se arremolinó generando a un enorme portal temporal, por el que las tres cruzaron cabizbajas…


“¡Bueno!¡Pues ya hemos vuelto!¡Solo un segundo después de que nos marcharamos! ¿A qué es increíble?” Cromi, las miraba con una sonrisa de par en par y los brazos en jarra… pero no reaccionaban. “Venga, animaos, venid a la taberna, os invito a una cerveza. Luego le pediré a uno de nuestros taumaturgos que os abra un portal a donde queráis.”

Comenzó a andar haciéndoles un gesto para que la siguieran… y las tres la siguieron… pensativas…

Estaban sentadas en la taberna de Jonas mientras Cromi no paraba de hablar y contarle multitud de eventos y batallitas que había presenciado una y otra vez. Pero las tres estaban ausentes…

Ignorando a Cromi, Noah se dirigió a Valeera y en voz baja le dijo:

“Sabemos lo que le ocurre… pero no sabemos donde está…”

Valeera asinitió. Tenía la cerveza todavía sin tocar, algo muy extraño en ella. Se giró hacia Cromi e hizo un último intento:

“Cromi, perdona que te interrumpa pero… ¿Eleanna no te dijo nada de donde iba? ¿No sabes donde está?”

Cromi se calló un momento, se llevó el dedo al labio mientras pensaba y negó con la cabeza.

La desesperación se apoderó de las tres. Mientras Valeera tenía la mirada perdida en el fuego del hogar, notó que alguien le tocaba en el hombro mientras carraspeaba. Era el tabernero Jonas:

“Ejem ejem, discúlpame mi joven sindorei, pero si Cromi confía en vosotras… yo también puedo hacerlo.”

Valeera abrió los ojos por la sorpresa y le hizo un gesto indicándole amablemente al tabernero que se sentara. Jonas, visiblemente ruborizado por la presencia de Valeera a la que no había podido ver desde tan cerca, cogió aire y le dijo:

“Vuestra amiga vino tras el viaje temporal con Cromie. Parecía muy angustiada, me dijo que necesitaba una cerveza… y se bebió unas quince casi al trago. Luego empezó a farfullar… cosas sin sentido. “Maldita traidora”… “tengo que sacármela de la cabeza”… “La mataré” … “Pescado podrido”… “Serpiente sibilina…” y demás lindezas… Pero si recuerdo que cuando se marchó, y en un extraño arrebato de serenidad para su estado, dijo que necesitaba información que solo se almacenaba en la más antigua biblioteca mágica de su pueblo…”

Valeera miró a Noah:

“Noah… ¿sabes donde es?”

Noah negó con la cabeza: “Yo no conozco mucho acerca de lo que había pre-cataclismo, es un tema un poco tabú… pero conozco quien nos podría ayudar.”

Las tres sonrieron. Enmedio de la desesperación un rayo de luz parecía haber aparecido para ayudarlas a encontrar a Eleanna… y todo gracias a aquel tabernero y a la indiscreción de la maga borracha.

“Tenemos que volver a Dalaran” dijo Noah con determinación.

Valeera se giró al anciano, le dió un beso en la mejilla y guiñándole un ojo le dijo:
“Gracias abuelo”…

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“Qué vuelva a la tierra lo que de la tierra surgió” dijo Cromi solemnemente.

Las tres elfas estaban cabizbajas frente al cadáver de Jonas mientras que Cromi generaba una tormenta de arena que cubrió el cadáver del anciano.

Noah miró con desaprobación a Valeera y le susurró:

“¿Tenías que darle un beso en la mejilla? Todas las sindorei sois iguales…”

Valeera la miró con odio, y se encogió de hombros.

“Nunca pensé que se fuera a emocionar tanto. Solo quería darle las gracias, mira la sonrisa que tiene…”

Noah miró al anciano… era cierto que tenía una sonrisa de oreja a oreja, que pronto quedó sepultada en las arenas de las cavernas del tiempo. Noah negó con la cabeza y emitió un sonido de desaprobación.

“No os preocupéis mis queridas elfas, era muy mayor y ha muerto feliz” dijo Cromie les dijo con una sonrisa. “Venga, llamaré a Solaszdormu para que os abra un portal a Dalaran”


OFF: chorrimensaje para ver si se anima esto que parece un cementerio :smiley:

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Pobre tabernero. Mira que morir por tan poco… :laughing:

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Lol pobre Jonas…bueno en realidad se lo merecía porque el día de la cena de parejas se le escapaba mucho la vista al escote de esta kaldorei XD

Jo, pues si todo tío que le mirara el escote a una mujer se mereciera la muerte, no habría hombres en el mundo :joy:

Menel había vuelto a Cuna,no había nada que hacer en Boralus para la Alianza a parte de las consabidas misiones de siempre,pequeñas incursiones,algún monstruo que matar…Al llegar comprobó que Argent no estaba y por la hora dudaba mucho que fuese a dormir.Así que cenó ligero y con Nieve haciendo guardia en la puerta se distrajo leyendo una crónica acerca de Kelthuzad.
Al final el cansancio empezó a hacerse visible y durmió hasta el alba.

Con determinación repitió los pasos del día anterior.Volvió a Costa Oscura,si bien las misiones no dejaban de ser parecidas a las que la alianza le pedía…luchaba por la libertad de su tierra,de su pueblo,podían repudiarla,pero ella no lo haría con ellos.
Volvió a pasar por delante de Maiev y Shandris al terminar.Esta vez la General la detuvo:
-Menel…que crees que estás haciendo?
-Defender a mi pueblo-dijo con determinación
-Ya no eres una kaldorei…-dijo Plumaluna
-Eso no es algo que ni tu madre sea capaz de arrancarme,soy una kaldorei, siempre lo he sido y siempre lo seré.Y vendré cada día a Costa oscura si hace falta para que lo entendais.
-Y tu embarazo?-preguntó Shandris preocupada
-Se defenderme sola,además siempre hay por aquí heroes en los que apoyarme.
-Me han dicho que ahora usas la luz…-dijo Shandris.
-Me estás espiando General?-dijo Menelwie visiblemente enfadada.
-Nel…pase lo que pase,lo quieras ver o no,siempre seré tu amiga,me preocupo.
-Si claro-dijo la sacerdotisa con un deje de ironía-como Eleanna no?No necesito que os preocupeis por mi, gracias.
-Pensamos que ese sindorei…
-Pues pensais mal San!! a ver si lo entendeis de una vez!!!-dijo interrumpiéndola mientras se giraba hacia el portal a Boralus.El nunca me haría daño,ni me rechazaría…no como…vosotros-terminó mientras atravesaba la fluctuación.

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Bueno…el tabernero no lo sabía pero Menel está embarazada…es un poco raro XD

Voy a empezar a cobrar una tasa por insulto u ofensa :rofl:

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Sisi desde el cariño,pero a la celda me metiste eh? XD
(además yo pago en expediciones insulares :wink:)

Había descendido hasta las profundidades abisales. Los puntos de viaje,seguían funcionando como siempre, y el hechizo de respiración,también.
Se acercó hasta una distancia prudente del portal, y comprobó que el número de nagas que rondaban la zona,era más abundante de lo normal.
Quiso aproximarse más,su asombro creció cuando noto un bloqueo que le impedía continuar avanzando. Se desplazó lateralmente buscando otro punto de acceso,y …¡nada!
Algo parecía obstruir el acceso,como si una barrera invisible,protegiera mágicamente el acceso al otro plano.
Observó como más nagas ascendían por el portal, dirigiéndose hacia la superficie. Dos guardias realizaban una ronda,parecían desplazarse en sentido circular. Ascendió nadando,y pudo observar,como había varias parejas de nagas montando guardia. Todos parecían desplazarse,siguiendo una línea circular imaginaria. Al paladín le vino a la cabeza,una imagen,como de una cúpula protectora sobre el acceso al otro plano elemental. Siguió ascendiendo,hasta un nivel menos profundo,en las cercanías había una cueva,a la que se dirigió,mientras pensaba en pernoctar dentro de la misma…

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Las tres se despidieron de Cromi, la cual agitaba su mano mientras sonreía con su risueña cara de gnoma.

“¡Venid a visitarme pronto a Rasganorte!” fué lo último que pudo escuchar Valeera.

Al atravesar el portal, se materializaron en el alto Krasus. Valeera se puso nerviosa, tocó a Noah en el hombro y le dijo en voz baja:

"No debería pasearme por aquí tan alegremente y a plena luz del día. Os dejo que visiteis a tu contacto… nos vemos en dos horas en la taberna “El último trago”…

Y antes de que Noah pudiera responder, corrió rápidamente hacia el borde del alto, se descolgó por la pared y fué andando por un pequeño saliente. Llevaba haciendo aquello años… el más mínimo error la precipitaría al vacío, pero aquello no iba a ocurrir… no a Valeera Sanguinar.

Siguió el pequeño saliente hasta que llegó a una grieta en la roca. Se introdujo por el, llegando a una galería cavada en la roca. Se cubrió la cara con su pañuelo y se subió la capucha escarlata… la galería finalizaba en una pequeña abertura que daba acceso a los bajos fondos de Dalaran.

La gente que se percataba que era ella, se apartaba en señal de respeto y rogando que no tuviera nada que tratar con ellos. Valeera se dirigió al bar de Pakko.

Al verla entrar, Pakko le sonrió y le preparó una jarra enorme de cerveza sin decirle nada. Valeera le devolvió la sonrisa, la cogió y se fué a la trastienda.

“Espero que Randor no esté… en el ajo” pensó en su depravado y salido amigo.

Valeera entró en la estancia, no había nadie… seguía exactamente igual de asquerosa que siempre. Se dirigió al sofá y se tumbó. Y mientras daba tragos a la jarra de cerveza, se paró a pensar… en todo lo que había visto…

“Eleanna…” pensó. “Tu también has sufrido desde niña un mundo que te arrebató todo lo que querías…”. Le dió un largo trago a la cerveza, se la bebió casi hasta la mitad.

“Pero que haces Valeera. ¿Por qué te afecta todo esto tanto? Deja que las centinelas la encuentren y se ocupen de ella… tu tienes negocios… y ya encontrarás a otra con la que pernoctar… no te compliques más la vida…”

Suspiró profundamente, cruzó los brazos por detrás de su cabeza, y cruzó las piernas… y tendida en el sofá, comenzó a dormirse…

“Admítelo de una vez Val… admítelo…”


“¿Quién es tu contacto Noah?” Preguntó Einir mientras caminaban por Dalaran.

“Se llama Tarelvir. Es un altonato con el que luché en la costa abrupta contra la legión. Le había conocido antes en Darnassus… puede que le escupiera alguna vez sin querer” dijo Noah.

Einir no tenía muy claro si había dicho eso arrepentida u… orgullosa.

Llegaron a la puerta principal del salón del guardian, un guardia del kirin tor les dió el alto.

“Soy la sargento Noah Vientosombrío del ejército de las centinelas. Vengo a visitar a un viejo amigo que está ahí dentro… se llama Tarelvir. ¿Podríais informarle de que estamos aquí?”

El guardia del kirin tor las miró, y tras unos segundos le dijo al mago que montaba guardia junto a el: “Voy a avisarle”. El otro mago asintió y entonces desapareció por las escaleras.


Habían pasado unos minutos, y no había ni rastro del guarda ni de Tarelvir.

“¿Estás segura de que vendrá Noah?” Preguntó Einir visiblemente impaciente.

Noah se encogió de hombros y le dijo:

“Pues si que lo estaba… quizás tengas que volver a actuar con los guardias Einir” dijo sonriéndole.

“Voy a empezar a pensar que me estás prostituyendo… sargento…” Respondió molesta Einir.

“No serías la primera querida” dijo una voz misteriosa.

Ambas se giraron sorprendidas y allí vieron a un altonato, con sus ropas con colores chillones características, muy parecidas a las que habían visto en las cavernas del tiempo.

“Tú que sabrás viejo loco” le dijo Noah mientras se acercaba a él con un ritmo acelerado y amenazante.

Einir pensó que iba a pegarle… sin embargo vió como Noah le dió un fuerte abrazo.

“¿Cómo te va viejo?” le preguntó sonriendo.

“Bueno, ahora que la legión no está… un poco aburrido. Y como el kirin tor no ha tomado posición en la guerra… pues no hay mucho que hacer, más que leer. ¿Y qué es de tí Noah?”

“Bueno, voy con mi amiga y compañera la centinela Einir buscando a nuestra capitana, una altonato llamada Eleanna Arroyoplateado… ¿la conoces?”

Tarelvir negó con la cabeza. “No querida, pero me alegra saber que los altonatos estamos siendo poco a poco integrados en los kaldorei de hoy en día. Capitana ¿eh? Debe ser una maga maravillosa” dijo sonriendo.

Noah y Einir agacharon la cabeza. Noah respondió con un tono un tanto sombrío:

“Tarelvir, ¿te importa si hablamos en otro sitio?”

“¡Claro querida!”

Los tres salieron de nuevo a la calle. Pasaban justo por delante de la ciudadela violeta cuando se sentaron en un banco con un mirador. Las islas abruptas se extendían ahí abajo, era una vista preciosa… sobre todo sin demonios que las amenazaran. Noah entonces se dirigió a Tarelvir:

“Tarelvir. Nuestra capitana está desaparecida y su vida corre un serio peligro… la única pista que tenemos de su paradero es que ha ido a la más antigua biblioteca de magia de nuestro pueblo… ¿sabes dónde puede ser?”

Tarelvir se sobresaltó:

“Pero… eso no es posible mi querida Noah”.

Noah respondió alarmada:

“¿Por qué?”

“Porque la mayor biblioteca de magia arcana que han tenido jamás los kaldorei estaba en la desaparecida ciudad de Zin Azshari hace más de 10000 años. Así que mucho me temo, que tu amiga no ha podido ir ahí”.

Noah agachó la cabeza y dijo con tono desesperado:

“Pero… pero no lo entiendo… se lo dijo a Jonas”…

“¿Tal vez se quedó en el pasado?” le preguntó Einir.

“No tiene sentido… Cromi lo habría sabido… nos lo habría dicho…” respondió dubidativa Noah.

Tarelvir comenzó a pensar al escuchar lo que hablaban:

“¿A que os referís con que se quedó en el pasado?” Preguntó intrigado.

“Ah… nada nada no hagas caso” dijo Noah intentando quitarle importancia.

Aquella respuesta no satisfizo a Tarelvir… que siguió pensando.

Noah y Einir seguían discutiendo… cada vez más alteradas. “Puede que ese viejo se equivocara” … " A lo mejor solo estaba mirándole los pechos y ni se enteró…" … “Es imposible que siga en el pasado…”

“Mmmmm puede que… ¡claro!” exclamó Tarelvir.

“¿Qué?” preguntaron las dos centinelas a la vez.

Toralvir las miró con una sonrisa triunfal:

“Puede que la mayor biblioteca de magia arcana de nuestro pueblo fuera la de Zin Azshari… si, eso es un hecho irrefutable. Sin embargo, al desaparecer esa, la que fuera la segunda más importante se convertiría en la más importante entonces, ¿no?”

Ambas centinelas asintieron ansiosas.

“Y da la casualidad, que la segunda biblioteca, fuente de sabiduría de los kaldorei en aquella época… aún sigue en pie hoy en día queridas mías”

Los ojos de las centinelas se abrieron como dos platos: “¿Dónde?, ¿Cuál?” preguntaron.

Tarelvir se levantó del banco se dirigió al mirador, y con una sonrisa alzó el brazo y señalando algo les dijo:

“Justo ahí abajo”…

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La Catedral de la Noche Eterna, no?
O quizá Suramar?

Si quieres adivinar donde está, (aunque en la siguiente entrada ya digo donde es), tienes que pensar de qué época están hablando… y Suramar no tenía ni la fuente de la noche ni nada… era una ciudad normal. La catedral es un templo a Elune, nada que ver con la magia arcana.

Pero vamos que la respuesta muy pronto :smiley:

¡Azsuna! ¿Me equivoco?

El grupo compuesto por el sin’dorei, los dos felinos y el dragón que los transportaba, no tardó en llegar a dónde se supone que estaba el santuario de los sectarios, sin embargo tardó un rato en divisar la entrada. Los acólitos despistados no eran muy buenos dibujantes.

Bajó a una distancia prudencial, después del ataque a su sede principal seguro que estaban prevenidos y habían establecido defensas. Entre los que venían había algunos muy capaces de detectar y desactivar ese tipo de defensas e incluso trampas, así que lo mejor sería esperarles. No deberían tardar mucho tiempo.

Al poco rato, oyó unas pisadas ligeras que se dirigían hacía él poco a poco. Lo único que le hizo no ponerse alerta, era que ni Muushu ni Blackie, a pesar de haberlas oído también, se habían alarmado. Engañifo por su parte estaba atento, pero sin miedo, como siempre. Y a pesar de todo esto, las frías manos que se colaron por sus pantalones para agarrarle bien el trasero, le hicieron pegar un buen bote.

– Veo que sigue tan firme como de costumbre…- comentó la mujer culpable del "toqueteo" con una sonrisa pícara en el rostro.

El sin’dorei esbozó una media sonrisa y cruzó los brazos.

– Uhura, no es que me moleste, pero ¿no tienes otra manera de saludar?

– Si, cuando te pillo por delante- su sonrisa pícara se acentuó.

El cazador negó con la cabeza y se sentó en una roca cercana. Uhura, una humana bruja de piel morena y pelo negro recogido siempre en un moño, era así desde que cogió confianza con ella, hace ya tiempo. Al principio se mostraba algo desconfiada, e incluso hostil contra él, pero una vez el sin’dorei se fue haciendo un hueco de confianza en grupo su actitud cambió. Y sin duda a mejor, le encantaba aquella faceta suya.

– Uhura, ¡eres una pervertida!- otra mujer había salido tras ella, ésta era una maga de piel algo más clara y pero del mismo color- ¡esa no es manera de saludar a nadie!

– Pero Hæyhæ no es "nadie", es un elfo buenorro- replicó la bruja.

– ¡Ja!- rio el “elfo buenorro”- gracias, mi Perla Negra.

La maga puso los ojos en blanco y entonces se fijó en Engañifo, que se había acercado a olerla.

– ¡Vaya! ¿Y este gatitooo?- dijo como si fuera una niña pequeña cogiendo al animal.- que monoooooo.

– Es un regalo de Zelgrim- informó el elfo de sangre- se llama Engañifo.

Estuvieron hablando unos pocos minutos, hasta que apareció otro integrante del grupo. Ethan, el sacerdote no-muerto saludó cordialmente a los presentes y enseguida fue recibido con un abrazo por parte de la maga, su hermana.

– Ember, querida hermanita, cuanto tiempo.

– Lo sé… la situación últimamente no hace más que empeorar, siento no haber contactado antes.

El sacerdote le quitó importancia con gesto de la mano.

Más tarde, una humana paladín hizo su aparición. De mirada seria, ojos verdes y piel pálida parecía ser la más formal del grupo. Los paladines eran siempre un aburrimiento.

– ¿Qué tal si después nos vamos tu y yo a alguna taberna, Vahlkir?- le propuso el cazador tras los pertinentes saludos- con un poco de suerte te divertirás y olvidarás un poco todo ese rollo de la luz…

La paladina rechazó la oferta con su habitual amabilidad, y justo entonces apareció el último integrante del grupo, un sacerdote elfo de sangre, casi tan formal como la propia paladin, quizá por eso había cierta… tensión entre ellos, como si hubiera algo que no se pudieran decir.

– Bueno, ya estamos todos- dijo el cazador- ¿Listos para la acción?

Todos asintieron, era hora de colocar a los sectarios en su sitio.

Off// Bueno, siento tardar tanto, pero de verdad que no tengo muy claro qué poner. Tengo las piezas pero no cómo unirlas, por eso a veces todo parece algo inconexo. ¡Venga! que no muera la telenovela xD

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