Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

El Illidari estaba sorprendido por la facilidad que el prestamista había tenido para encontrarlo. Al fin y al cabo, era un archimago muy poderoso y se conocían.
Mientras pensaba, una sensación horrible lo recorrió por entero. La conocía muy bien.
Hême sacó un papel y una pluma de su bolsa y se sentó en su escritorio.
Comenzó a escribir una misiva para Allari. Había llegado el momento de volver a Azeroth. Había un asunto que debía tratar con la máxima urgencia.
<<Allari.
Debes encadenar a mi hija en el volcán más alto de Mardum.
Sé que no me fallarás. Voy para allá.>>
Selló la nota y la metió en un sobre. Invocó a Inqui y le dio la carta.
En pocos segundos el ojo inquisidor desapareció en un destello vil.
Salió a toda prisa de su habitación y voló hacia Karyesus y Gromdak.
Les informó rápidamente de la situación y acto seguido abrió un portal demoníaco y lo cruzó.
Con un destello apareció en el Martillo Vil. Quería saludar de nuevo a todos sus comandantes y discípulos, pero no tenía tiempo.
Salió por el mirador y se dirigió a toda prisa hacia el volcán. A mitad del camino escuchó un bramido y una explosión sacudió Mardum.
Tras la ráfaga de energía vil, Hême se transformó en demonio y llegó al volcán en pocos segundos. Allí estaba su hija, encadenada a una plataforma flotante por varias toneladas de cadenas.
-Desaly…- susurró Hême- Esta vez te has pasado.
-Padre… Yo… No…- comenzó a decir la pequeña sin’dorei.
-Allari, la guadaña- exigió el cazador de demonios al tiempo que cogía el arma.
Acto seguido la levantó sobre su cabeza, y trazando un arco letal la clavó en el pecho de su hija. Rápidamente retiró la guadaña.
Su hija, agonizante, intentaba decir algo.
-Padre… por… qué?..- la niña se interrumpió cuando Hême le arrancó el alma y la devoró. Los últimos vestigios de vida en Desaly desaparecieron, y su cuerpo cayó inerte al suelo.
El Illidari levantó el cuerpo de su hija y se acercó al borde de la plataforma.
Con una última mirada, esbozó una sonrisa triste y arrojó el cadáver al interior del volcán. Observó impasible mientras las llamas consumían sus restos.
-Adiós, hija.- dijo Hême.
Sacó una piedra violácea de su bolsa y comenzó a girarla, pero Allari lo interrumpió.
-Espera! A dónde vas?
-Es hora de ocuparme de unos asuntos pendientes.- le respondió el Illidari.
Con un último giro, Hême desapareció en un destello.

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Valeera llegó al alto de krasus por el saliente oculto que había bajo el. Después de la que se había montado en la taberna… no era buena idea volver por las calles. Noah y Einir tenían tres hipogrifos preparados. Al verla venir Einir se acercó y le dijo:

“Perdona Valeera, no quería iniciar una pelea… pero se mofaron del genocidio que cometieron contra mi pueblo y…”

Valeera le puso un dedo en los labios mientras negaba con la cabeza.

“Se lo buscaron Einir. Estoy acostumbrada a tratar estas situaciones.” Le guió un ojo y añadió. “Vamos a Azsuna”.

Einir asinitió y le acercó su hipogrifo.

“Tarelvir me marcó la ubicación en el mapa. Me advirtió de dos cosas. Primera, es que hay un gran campamento naga en los alrededores, que realiza constantes incursiones en las ruinas. Hasta hace poco buscaban recomponer la piedramar de Golganeth, pero desde que el adalid la recuperó y la trajo a Dalaran, nadie sabe porqué siguen atacándola…”

“La segunda cosa sobre la que me advirtió es que la academia estará repleta de kaldoreis malditos. La reina Azshara los desterró a un plano que le niega la muerte y la vida. Son algo parecido a espíritus… Dice que seguramente nos vean como estudiantes de la academia, ya que no son conscientes de donde se encuentran ni en que situación. Han quedado atrapados en el tiempo y el espacio… de por vida.”

“¿Pero son peligrosos?” preguntó Valeera.

“No estaba seguro, pero dijo que lo mejor que podíamos hacer era pasarnos por estudiantes. Seguramente Eleanna haya hecho lo mismo. Venga, a los grifos”.

Las dos asintieron y montaron. Despegaron del alto de Krasus y se dirigieron a su destino, no muy lejano desde aquella posición.


Habían sobrevolado el mare magnum y llegado a las costas de Azsuna con relativa rapidez. Noah les hizo entonces una señal para que fueran descendiendo progrsivamente. Según su mapa, la academia se encontraba en las ruinas de Nar’thalas, justo pasado el arrecife El’dranil.

Justo cuando sobrevolaban el arrecife, miró hacia abajo. Un gran campamento de se extendía hasta los pies de las ruinas… “Efectivamente… nagas… muchos nagas” pensó. Les hizo una señal a Einir y Valeera para que miraran abajo y que llevaran cuidado.

La densa bruma que cubría Azsuna se iba disipando conforme descendían. Frente a ellas apareció de repente la ciudad de Nar’Thalas. Los nagas paseaban por ella, luchando contra los espiritus de los kaldoreis malditos por la reina. Noah buscó la academia… Tarelvir le había dicho que buscara el gran edficio junto al lago.

No hizo falta buscar mucho… efectivamente un gran edificio se alzaba junto al lago, separado del resto de la ciudad. Noah les hizo una señal para que aterrizaran junto a la parte trasera del edificio.

Las tres aterrizaron allí. Ambas centinelas miraron a Valeera. Esta les respondió con un: “¿Qué?”.

“Cuales son las órdenes” preguntó Noah.

Claro, Valeera lo había olvidado. Seguían estando a sus órdenes. Valeera no tenía ni idea de como enfocar la situación de entrar en una antigua academia llena de fantasmas kaldorei. Optó por lo que parecía lo más sensato.

“Tu tienes más información Noah y conoces mejor a tu pueblo. Te seguimos a ti.”

Noah asintió e hizo una señal para que la siguieran.

Bordearon el edificio hacia la entrada principal. A lo lejos se veía a los fantasmas de los kaldorei luchando contra los nagas. Llegaron a la entrada principal y vieron a tres grandes nagas con tridentes y a una bruja naga luchando contra los guardianes de la puerta de la academia. Eran dos y estaban siendo claramente superados… ¿podían morir? Noah no tenía intención de quedarse a verlo. Les hizo una señal para que atacaran a los nagas. Las dos asintieron.

Rápidamente, Valeera se deslizó hacia la bruja, sin que esta se percatara de su presencia, le clavo sus dos grandes dagas en el cuello. Cayó completamente fulminada.

Einir comenzó a disparar flechas contra dos de los tres grandes nagas. Una impactó en la cabeza de un haciendo que cayera fulminado al suelo. Las otras hirieron en el brazo a un segundo naga.

Noah aprovechó la sorpresa para clavar su guja en el corazón del naga herido. El naga restante se giró hacia ellas sorprendido, al tiempo que lso guardianes de la academia le clavaban dos espadas por detrás, matándolo al momento.

“Arf… muchas gracias. Habéis llegado en el momento justo. No quiero parecer descortés, y más después de la ayuda que nos habéis dado contra estos demonios, pero ¿quienes sois?” preguntó uno de los dos fantasmas con una extraña naturalidad.

Noah se apresuró a responder:

“Somos tres estudiantes de la academia. Hemos salido a tomar un poco el aire… y nos hemos visto sorprendidas por el ataque”.

El guarda las miró extrañado, pero aún así les dijo “venga pues pasad, es peligroso estar por aquí”.

Noah asintió y les hizo un gesto para que entraran. Justo cuando Valeera pasaba a su lado, el fantasma la tocó en el hombro y la paró. ¿Como podía tocarla un fantasma? Aquello le dió mucha grima…

“¿Te encuentras bien joven? Te veo pálida y delgada y tienes los ojos extraños…”

Valeera dudó por un instante y respondió:

“Si la verdad es que yo soy la causa de que salieramos… no me encuentro muy bien la verdad… pero ya voy para dentro a resguardarme”.

El guarda asintió y la dejó pasar. Todo aquello resultaba muy extraño…

Entraron entonces al edificio. A pesar de estar en ruinas, era majestuoso. Tres grandes figuras de la reina Azshara decoraban la primera planta, mientras unos caños llenaban de agua elegantemente una fuente/lago que se encontraba en la planta baja. Las escaleras se encontraban derrumbadas, pero un pilar caido permitía bajar a la planta baja.

Al llegar abajo, vieron multitud de fantasmas kaldorei vestidos con túnicas, leyendo, practicando magia o disparando con su varita a unos muñecos que hacían de diana.

Las tres se encontraban impresionadas, todo aquello era muy extraño. Valeera sacó a Noah de su ensimismamiento y tocándola en el hombro:

“¿Dónde está la biblioteca Noah?” le susurró.

“No tengo ni idea” le respondió… miró a su alrededor y vió un pasillo que pen.etraba en el edificio. Les hizo una señal a las dos para que la siguieran y caminaron hacia allá.

Casualmente, al final del mismo se encontraba una bifurcación. Unos desgastados y semicaidos carteles indicaban “biblioteca y aularios” en una dirección y “dormitorios” en la otra.

Hicieron caso de la señal y siguieron caminando en aquella dirección. Multitud de estanterías se arremolinaban por el pasillo. Los fantasmas, aunque las veían las ignoraban. Realmente parecían haberse quedados atrapados para siempre en su mundo…

Pronto vieron una gran puerta con un cartel que rezaba “Biblioteca”. Noah se dirigió hacia la gran puerta y la abrió.

En su interior se encontaron una gran estancia con forma circular, cuayas paredes estaban recubiertas por una multitud de enormes estanterías repletas de libros llenos de polvo y telas de araña. En el centro de la sala, había una gran multitud de mesas para la lectura y el estudio. Sin embargo, se encontraban viejas, rotas o podridas.

Tan solo una mesa se medio mantenía. Parecía haber alguien sentado leyendo un libro… o parecía estar durmiendo sobre el mismo. Era una kaldorei con el pelo recogido en una coleta y de un color verdoso…

“¡Eleanna!” gritó Valeera, que rápidamente corrió hacia el sitio saltando de mesa en mesa. Cuando llegó, observó que Eleanna no estaba durmiendo, sino inconsciente. Cogió el cuerpo inerte de la maga y lo apoyó en su regazo. La respiración y el pulso eran muy débiles y se encontraba muy demacrada… tenía toda la parte de la cara bajo la nariz llena de sangre reseca… parecía haber sangrado abundantemente…

“¡Capitana!” gritó Noah mientras llegaba corriendo junto a Einir.

“¿Se encuentra bien?” preguntó Einir.

“Parece muy débil” dijo Valeera casi susurrando… “Necesita ayuda inmediatamente”.

Justo en ese momento, un gran ruido provenía del exterior de la sala.

“Los demonios han entrado en la academia” escucharon a alguien gritar.

“Los nagas…” dijo Noah. “Tendremos que luchar y abrirnos paso hacia la salida” dijo Noah mientras preparaba su guja.

Einir hizo lo propio, sacó su arco y lo tensó apuntando hacia la puerta de la biblioteca.

Valeera dejó cuidadosamente a Eleanna en el suelo, sacó sus dagas y se preparó para el combate.

Una voz siseante provenía del pasillo:

“Entretened a losss fantasssmasss” gritó fuertemente una voz que se acercaba a la biblioteca. “Recuperaremosss el juguete de la reina… se ha resssissstido mucho tiempo… pero por fin ha caido… y ssse lo vamosss a llevar de vuelta”.

Valeera entonces sintió una sensación de angustia y miró a Eleanna. “¿Qué ha caído? Hemos… ¿llegado tarde?”…

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Lo sabía! Era la academia!

Hême apareció con un destello en la ciudad de los magos, Dalaran.
Se dirigía al Salón Juego de Manos cuando escuchó un gruñido a su espalda.
Se volvió con las gujas preparadas y se encontró con un hobgoblin.
Tenía un color de piel normal, pero en el pecho tenía grabado a fuego un símbolo: una Y rodeada por un anillo de fuego, con círculos alrededor.
“Genial”-pensó Hême- “ya me ha encontrado”
El hobgoblin le dio un sobre amarillento con un sello negro en la solapa.
Acto seguido se dio la vuelta y se adentró en los Bajos Fondos.
Hême abrió la carta y leyó su contenido:
<<Reúnete conmigo en mi almacén, en Muelle Pantoque.
Allí saldarás tu deuda. No se te ocurra intentar localizar mi palacete si no quieres morir.>>
Cuando terminó de leer, la carta comenzó a arder con un fogonazo, provocándole una pequeña quemadura en la mano.
-Ese maldito pirómano…-susurró Hême con asco.
Sacó su piedra de hogar de la bolsa y la hizo girar varias veces.
Apareció con un destello en Orgrimmar, y allí invocó a su murciélago.
Alzó el vuelo mientras recordaba la razón de sus tratos con aquel goblin.
Se habían conocido en Dalaran, en los Bajos Fondos. Hême había ido a por mercancía ilegal y se había encontrado con él en el mercado negro. Quería comprar un animal muy valioso, una cría de dragón nimbo negro, que podía descuartizar para vender sus partes por separado.
Sin embargo, el precio era desorbitado: casi dos millones de monedas de oro.
El goblin estaba intercambiando mercancía prohibida con una elfa de sangre mientras fumaba de una pipa cubierta de oro y diamantes.
El goblin vestía ropa muy cara, un esmoquin negro con una capa de pelo de leopardo, y llevaba un bastón de puro marfil con rubíes incrustados, además de desprender una fragancia que olía a perfume de lujo. En las orejas llevaba adornos de plata.
Por las volutas de fuego que lo rodeaban pudo deducir que era un mago, muy poderoso además. Estaba flanqueado por dos hobgoblin que lo abanicaban con plumas de ave exótica.
El goblin notó su interés y se acercó a Hême. Le había preguntado si necesitaba algo, y él le había explicado su situación. El goblin había esbozado una sonrisa que mostró sus dientes amarillentos y le pagó los dos millones a la pandaren encargada.
“Ya me cobraré la deuda. Por cierto, mi apellido es Yavarix”, le había dicho, y acto seguido había desaparecido con sus hobgoblin por un portal en el que se veía un palacete lleno de criados y lujos.
Al fin llegó a Muelle Pantoque, y una vez más observó el cañón que apuntaba a Ventormenta.
Sin más dilación, entró en la ciudad y se dirigió al lugar indicado.

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A quién le toca ahora?
Si nadie tiene ideas sigo con los rollos de mi goblin mafias XD

Que yo sepa nunca hemos llevado un turno, cada uno va poniendo conforme le parece, salvo que implique interacción con alguien.

Sí ya lo sé, pero digo que si alguien quería poner algo para no poner dos posts seguidos.
Bueno venga, ahí va uno

Mi post de hoy se llama como escaquearse de RAID una hora y media antes.
-Jefa-Uy que poco trabajo hay creo que voy a empezar a mandar gente para cas…
-Me pido prime!!
-Pues anda corre
Menel salió corriendo como alma que lleva Sargeras por la puerta*

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Novata. :sunglasses:

Eso si que es una buena piedra de hogar y lo demás son tonterías :rofl::rofl:

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Pero de verdad que si,no fuese a ser que se arrepintiera XD
De normal casi nunca me puedo escaquear yo porque soy la que controla en todos los puestos.
Así que para un día que puedo…activando botas de ingeniería y lo que haga falta XD

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Voy a poner mi último rol post del día, que es un tochaco. Espero que os guste!

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No te comas a nadie por Elune!!!

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Que suerte amor,mi post es,y mañana…
Madrugar para seguir estudiando.
Ir al mercado a por fruta.
Coger el pan para el bocata.
Hacerme la comida.
Ir a currar de tarde.
Llegar pasadas las 22:30 A casa.
Cenar,leer un rato,y a dormir para repetir el martes.:disappointed_relieved::disappointed_relieved::disappointed_relieved::disappointed_relieved:

Hême llegó a Muelle Pantoque.
Era de noche y la ciudad estaba iluminada.
Había goblin paseando, comerciando, pasándose mercancía no muy legal, haciendo arreglos en los barcos del puerto, revisando la trayectoria del cañón y su estabilidad…
El Illidari apartó esas distracciones y se dirigió a su destino.Quería acabar esto cuanto antes.
Tras un rato caminando, llegó a una especie de cabaña metálica con una iluminación muy débil, casi imperceptible.
Había dos goblin armados con ametralladoras en la puerta, y cuando se acercó lo apuntaron con las armas.
-Vengo a saldar mi deuda con Yavarix. No tardaré.-les dijo Hême
-Nombre?- le preguntó uno de los guardias.
-Hême-dijo el elfo.
El otro goblin sacó un cuaderno de sus ropas y comprobó algo. Acto seguido le hizo una señal a su compañero y los dos se apartaron.
El que le había preguntado su nombre accionó una palanca oculta y la puerta se abrió con un chirrido.
Hême entró en el almacén y descubrió a una goblin uniformada, con una placa en la que ponía “Raxxi” rodeada por goblin armados.
-Buenos días. Vengo a tratar un asunto con Yavarix.
-Lo siento, pero el señor Yavarix no está aquí. Si tiene que pagar págueme a mí.- le dijo Raxxi.
-No. Debo tratarlo con Yavarix en persona.
-No puede. Si sigue insistiendo tendré que expulsarlo de aquí.
Con un rápido movimiento, Hême lanzó sus gujas, que cercenaron las cabezas de los guardias. Las recuperó y se las puso en el cuello a Raxxi.
-Más te vale hablar. Dónde está?- le preguntó el Illidari.
-En… en su…su pa-palacete- tartamudeó la goblin visiblemente nerviosa.
-Y dónde está su palacete?-dijo Hême
-En en el lado Este de la región de Azshara. Cerca del palacete de Gallywix…
-Está bien- dijo Hême mientras retiraba las gujas.- Nos vemos.
El cazador de demonios desplegó sus alas y alzó el vuelo.
Tras un rato volando, llegó al palacete de Gallywix, y pasó de largo. Unos minutos más y llegó a su destino: el palacete de Yavarix.
Estaba sobre una montaña, y su tamaño era comparable al del que poseía el Príncipe Mercante. En un lado de la montaña estaba esculpido el símbolo de los Yavarix, y en el otro lado había dos letras: ZY. Supuso que serían sus iniciales.
Descendió en picado hacia el palacete, pero de repente una sensación de frío lo recorrió por entero. Sus alas se paralizaron, y cayó a plomo al suelo.
Perdió el conocimiento.
Al despertar, estaba encadenado y tenía a dos goblin apuntándolo con sendas armas.
Se encontraba en una sala, rodeado de toneladas y toneladas de oro y joyas, en cuyo centro había un asiento de oro y rubí.
Allí, sobre una pila de monedas, estaba Yavarix, fumando un puro,ataviado con su conjunto habitual y desprendiendo el mismo olor a perfume de lujo que siempre.
Sus dos hobgoblin estaban abanicándolo.
-Vaya, vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí?- dijo el goblin con sorna.
-Vengo a pagarte.- dijo Hême.
-No veo el oro- dijo Yavarix.
-No tengo oro. Vengo a negociar.- le replicó el Illidari.
Yavarix hizo un gesto y uno de los guardias arrojó un saco al suelo.
Lo abrió, y de él salió Raxxi, atada de pies y manos y amordazada.
-Voy a enseñarte lo que pasa con los que se atreven a ir contra mí.- le dijo Yavarix.
Acto seguido movió la mano y de ella salió una llamarada que envolvió a la goblin.
Hême observó cómo Raxxi era lentamente consumida por las llamas hasta no quedar más que cenizas.
-No tengo oro.- dijo Hême.
-No, pero sí tienes algo que puede interesarme.- dijo el goblin al tiempo que bajaba de un salto de su trono.
Se acercó a él y ordenó a sus guardias que le trajeran las bolsas del Illidari.
Cuando las tuvo, metió una mano y rebuscó entre las pertenencias de Hême hasta sacar un objeto negro y curvo. Era el cuerno de Shareena.
Ante la expresión de odio del elfo, Yavarix sonrió con malicia.
-Era el cuerno de tu esposa, verdad?- le dijo.
-Maldita rata! Dámelo! O moriremos los dos!- añadió dejando caer la bomba vil de bolsillo al suelo. Al ver que no ocurría nada, Hême empezó a asustarse por primera vez en mucho tiempo.
El goblin soltó una carcajada y le dijo:
-De verdad? Creías que un goblin no iba a detectar un explosivo? Es nuestra especialidad…
-Maldito…
-A ver, yo me quedo el cuerno, anulo su magia, estafo a alguien con un trozo de ébano inservible y tú saldas tu deuda. ¿Bien?- dijo Yavarix.
Al ver que no tenía otra opción, Hême asintió resignado.
El goblin sonrió satisfecho y anuló el poder del cuerno. Lo partió en varios trozos y se los dio a un guardia, que lo llevó al mercado negro más cercano.
De un fogonazo rompió las cadenas y Hême alzó el vuelo.
Podría haberse enfrentado con él, pero aquel archimago multimillonario era de los pocos que podían enfrentarlo y derrotarlo.
Siguió volando hasta que llegó a Orgrimmar, y una vez allí volvió a Terrallende.

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El cazador echó un vistazo hacia donde estaban los curanderos. Al final, habían sacado al nocheterna del altar y lo habían colocado fuera, en una roca. Estar al aire libre junto a la costa, era mejor que estar ahí dentro junto a diversos instrumentos de tortura y quien sabe cuantos maleficios en el altar. Uhura había desactivado unos cuantos, pero por lo visto se sentía graciosa y había añadido uno propio. En el momento de retirar el shal’dorei se había activado su pequeña trampa, y Ethan, Ember y Vahlkir que eran quienes más cerca del altar, se habían visto atrapados en un baile mágico. Todos se habían llevado el susto de su vida pensado en que era una trampa mortal. Bueno, todos menos Uhura evidentemente, y Ethan, que se lo tomó demasiado bien.

Dale a tu cuerpo alegría Macarena… :notes:- canturreaba el no-muerto mientras bailaba.

Arnath, el sacerdote sin’dorei, fue el primero en reponerse del susto y lanzó una disipación en masa, pero eso no impidió que el no-muerto terminara su canción.

¡¡Ehhhh, Macarena!! :notes:

Y con el ataque de risa que empezaba a apoderase de la bruja, ésta lo termino:

– ¡Ah-ay!

Vahlkir no sabía si fulminarla con la espada o sólo con la mirada, así que dedicó un “gracias” a Arnath y comenzaron a llevar al nocheterna afuera. Mientras Ethan se había unido a las risas de Uhura.

El cazador se habría unido a ellos, de hecho era culpable de alguna que otra carcajada, pero al ver a Ember retirarse hacia el exterior decidió seguirla. No parecía la misma mujer de siempre, positiva, encantadora y siempre con una sonrisa en el rostro. Desde la Guerra de las Espinas parecía haberse venido abajo. La observó contemplar Dalaran, la ciudadela flotante, prácticamente encima de ellos, se veía perfectamente desde aquella pequeña costa. El Bastión Nocturno y la Tumba de Sargeras también eran visibles. No era mal lugar par esconderse, aunque tan cerca de la ciudad, no entendía como no los había visto nadie.

– ¡Se está despertando!- la voz de la paladin le sacó de sus pensamientos.

El cazador, junto con la maga se dirigió hacia donde estaban tratando al nocheterna. No le quedaba ya apenas rastro de las heridas con las que le habían encontrado, e incluso parecía tener más color. Normal, había estado en manos de tres buenos sanadores.

Su paciente había abierto los ojos, y tras un momento inicial de lo que pareció ser pánico en sus ojos, vio a los elfos y se tranquilizó un poco. Debía haber supuesto que si había elfos, no se podía encontrar ante aquella secta de locos.

– ¿Quienes sois?- preguntó con voz aun débil.

– Tranquilízate- dijo la paladin con voz suave- hemos hecho una redada contra esos lunáticos y ahora estás a salvo.

El nocheterna no parecía muy convencido, aún parecía tener muchas preguntas, pero a pesar de estar recobrando la fuerza por momentos, aún no podía expresarlas. No obstante parecía más tranquilo y conforme con la situación. No era de extrañar después de lo que la habían hecho ahí adentro.

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Había escuchado con atención los descubrimientos de Argent y aquello la preocupaba en sobremanera,los nagas no querían hablar y por lo visto en Nazjatar los nagas se preparaban para algo grande,un ataque a la superficie a gran escala?
Y mientras…sus facciones enredadas en una guerra inútil en vez de centrar su atención en curar a Azeroth o en aunar esfuerzos contra lo que se avecinaba. Aquello terminaría pasándoles factura a todos.Quizás ese era el plan maestro de la Reina Naga,la que otrora fue su propia reina,la Luz de Luces.Pero temía más a la sombra que se escondía tras ella…N´zoth. Si bien debería estar encadenado,sabía que tanto C´thun como yogg Saron se habían liberado y unicamente la colaboración entre ambas facciones había detenido su alzamiento.
Pero esta vez…era distinto.La guerra se recrudecía por momentos,los kaldorei junto a los huargen habían dado la espalda a la Alianza para recuperar Costa oscura y aunque entendía los motivos de Tyrande seguía pensando que no era buena idea.
Por otro lado sabía por Argent que en la horda también había divisiones,ni Baine ni Varok estaban de acuerdo con Sylvanas,aquella situación le recordaba a lo que había pasado con Garrosh,pero al menos en aquel momento la alianza había permanecido unida.La cosa pintaba mal…mucho.Aunque habían reunido a los que habían podido…ni mil ejércitos podrían detener a Azshara y a su Dios.
Quizás cuando ambas facciones se diesen cuenta de lo que estaba pasando bajo las aguas…sería demasiado tarde.
Tuvo miedo…más del que jamás había tenido en su vida.Y el sentimiento de odio contra la Reina de Zin Azshari volvió con la misma intensidad que cuando de pequeña había entendido la traición de su reina.Recordó además a los acólitos y cultores que en nombre de ella estaban matando elfos de todas las razas por Azeroth.Y no entendía como sus líderes,los de ambos podían estar tan ciegos.
Como siempre Argent tuvo que traerla de vuelta de sus pensamientos.
Sólo lo miró y dijo casi en un susurro:
-No se si saldremos vivos de esta,ninguno.Creo que ni en mis más de diez mil años de vida,habiendo presenciado tres invasiones de la Legión…lo había visto todo tan negro.
-Debemos tener fe en la luz y esperanza,mi amor-dijo Argent abrazándola.
-Pues visto lo visto…será lo único que pueda salvarnos-dijo ella asintiendo-y por cierto paladín…estos días he ido a Costa Oscura y voy a volver mañana otra vez.
-Menel…-dijo el sabiendo por adelantado que cuando se trataba de su pueblo,nada la haría cambiar de opinión-tendrás cuidado verdad?
-Siempre-dijo ella con una sonrisa.

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Un buenos días amor,hizo que el paladín se diese la vuelta. Menel con cara de sueño,se acercaba a la cocina atraída por el aroma del café.
Un beso,y una taza de café en la mano,hizo que la sonrisa de Menel se hiciera más grande.
Ante la seña del Sin’dorei,se sentó en las rodillas del mismo mientras tomaba el desayuno.
Argent con los brazos rodeando su talle,le contó que tenía previsto,acercarse hasta la bahía del Viento Helado,para observar a los nagas y sumergirse mar adentro para observar si tenían alguna base en la zona. Mientras que escuchaba atentamente,todo lo que su amada había hecho,en su ausencia.
Supongo le dijo,que tendrás previstas una serie de cosas,amor. Ten cuidado,y no te estreses demasiado princesa. Y con un beso y una sonrisa,se dispuso a marcharse.

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No me extraña de durmáis tan poco con tanto café. :thinking: Bueno, yo lo tomo de higo a breva y tampoco duermo mucho. :slightly_frowning_face:

Pues teniendo en cuenta que tengo una enoooooooooorme taza ahora mismo al lado…XD
En mi caso sirve para paliar la cara de sobada con la que me levanto por el insomnio,espabilarme y ponerme las pilas que en nada me voy a correr.Y hoy tengo una cantidad exagerada de recados que hacer…los fui dejando la semana pasada y se me han juntado a lo loco :sweat_smile:

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