Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Lo habias puesto pero ha desaparecido …

Ya lo sé, es que no me ha gustado cómo ha quedado y lo he eliminado para hacerlo mejor.

Ahhh que “zuto”…:roll_eyes:

1 «Me gusta»

A mi me ha dado tiempo a leerlo :grin:

Deja de matar tanto, DH, tarado. :stuck_out_tongue_closed_eyes::stuck_out_tongue_closed_eyes::stuck_out_tongue_closed_eyes:

La muerte no va a cambiar, pero es que me ha quedado demasiado corto y lo quiero retocar antes de ponerlo.

Ya me lo imaginaba :laughing:

1 «Me gusta»

Los últimos tres días habían pasado con tranquilidad en Cuna.Argent intentaba pasar tiempo en casa al salir de la forja,sabía que su ánimo tras el ritual de Saara y la pérdida del favor de Elune no era bueno.
Se levantaba con él,desayunaban juntos y cuando el paladín se iba a trabajar rezaba un rato a Elune.Incluso había cogido agua de la poza de la puerta de casa con ayuda de el hechizo de levitar y se había dado un baño esperando estar “purificada” antes del rito matinal.
La situación no había mejorado,Elune seguía iluminándola de forma débil como a una principiante del templo.Pero no cejaría en su empeño.Estuvo a punto de clamar a su diosa,de increparla,ese era su maravilloso plan?o acaso siempre había sido el de los naaru?Ya no sabía que pensar…
Sus pensamientos se vieron interrumpidos esa mañana por el gruñido de sus sables.En si sólo por el de Darna,conjuró un escudo y abrió la puerta.
Shandris acariciaba a Nieve mientras Darna le mostraba los dientes pero no atacaba viendo que su compañero no le hacía ascos a las caricias de la desconocida.
Levantó la vista al oír la puerta abrirse.
-Por Elune es cierto!!!-dijo mirando a Menel boquiabierta.
-Acaso lo dudabas?-dijo la sacerdotisa mirándola con seriedad.
-No podía creerlo cuando la centinela Ashana me lo contó-respondió la general.
-San aún con todo lo que ha pasado si me llamas sabes que hubiera acudido,si pudiera-dijo la sacerdotisa apoyando la mano en el vientre.
-Ya veo,estás enorme y …dorada-dijo Plumaluna muy seria.
-Enorme? estoy embarazada de gemelos,que esperabas?-le contestó Menel a la defensiva-en cuanto a lo de dorada,es largo de contar,digamos que Saara me ha hecho un “regalo”
-Lo sé,se todo lo que pasó,tengo una muy buena red de espías recuerdas?
-Y un montón de sacerdotisas kaldorei chivatas que estaban ese día en el Templo,lo se,anda pasa-dijo la sacerdotisa mientras por enésima vez pensaba en que las pondría a limpiar estatuas de Haidene con la lengua.
Entraron en la casa y la general miró a su alrededor escrutando hasta el último milímetro de su hogar.
-Así que aquí es donde te has recluido no?
-Es mi hogar,tras Teldrassil…ya sabes…necesitaba un sitio donde curar mis heridas,las del alma-dijo Menel con cierta tristeza.
-Y llegó un sindorei,te montó guardia en la puerta y…
Menel no pudo evitar reírse.
-Tal cual…lo había conocido en una batalla contra un sindorei loco que buscaba gobernar el mundo,tras lo de Teldrassil cometí muchas locuras.Buscaba morir en combate,pero llegó él y…le dio sentido a mi vida de nuevo.
-Y te metiste en uno de los líos más sonados de nuestra raza,y tenemos un buen historial a la espalda…-dijo Shandris con sorna.
-Supongo que no has venido a recordarme “mi vergüenza” no?-preguntó Menel viendo que no llegarían a un entendimiento sobre su relación con Argent.
-En realidad cuando envié a Ashana quería que volvieras a filas.Supongo que no me di cuenta del tiempo que había pasado,ya sabes,nuestro concepto del tiempo es muy poco “humano”
-Pretendías que luchase embarazada?-preguntó Menel alzando una ceja.
-Lo hiciste en Costa Oscura-le recordó la general.
-Eso era distinto,se lo prometí a Eleanna,te lo había prometido a ti,por nuestra raza,por nuestra tierra…y aún así he pagado el precio de mi “traición”.
-Y no te hubiera pedido nada si el enemigo al que pretendo enfrentarme no fuera una vieja conocida nuestra-dijo San.
-Azshara…lo se,puedo sentirlo hasta en la piel,lleva diez mil años esperando San,y si no fuera por esto-dijo señalándose el vientre-te juro por Elune que lo dejaría todo y saldría corriendo contigo a por ella.
-Todo?-preguntó Shandris
-No empieces…todo no es Argent.Pero incluso él lo entendería y me dejaría marchar.Él mismo está intentando montar un grupo de élite para luchar contra ella,mientras ayuda a los que intentan derrocar a Sylvanas,Varok,Baine…
-Entiendo-dijo Plumaluna pensativa
Menel que la conocía bien sabía que Shandris pensaba a toda velocidad que implicaría encontrarse a la horda en aquella batalla.
-Van a por Azshara San,no a por vosotros.
-Si hubieras podido,te habrías unido a ellos y no a mi?-preguntó a bocajarro la general.
-No lo se,ya no soy una kaldorei,al menos a ojos de los demás pero siempre acudiría si me necesitases y lo sabes.
-Ya no se mucho de ti me temo-dijo Shandris mirándola con tristeza.
-San mírame-dijo Menel muy seria-embarazada de un sindorei,más dorada que la melena de Anduin o desterrada sigo siendo yo,sigo siendo la misma a la que te abrazaste cuando nos atacó ese infernal hace diez mil años.Hace unos días hablando de mi sustancial cambio de imagen,Argent me decía que las cosas cambian irremediablemente,pero la esencia de lo que soy,de quien soy…eso no cambiará nunca,soy una kaldorei,soy tu mejor amiga,diga lo que diga todo Azeroth.
Shandris le dio un abrazo y le acarició el vientre por respuesta.
-Eso espero Nel,eso espero…y ahora debo volver a Boralus.Tengo que encontrar apoyos para lo que se avecina.
-Llama a Ahzura,ella irá en mi lugar y le confiaría mi propia vida.
-Tu amiga la draenei?-preguntó San con interés-he oido que es muy buena en combate.
-Esa misma…llámala hazme caso.
-Lo haré-dijo Shandris levantándose.
-Gracias por la visita San.
-No se como acabará todo esto,pero haré lo posible para que mi madre reconsidere su sentencia-dijo Shandris a modo de promesa.
-No importa,ya no…mírame,no hay nada que pueda cambiar a estas alturas-dijo Menel encogiéndose de hombros
-Tú lo has dicho,sigues siendo kaldorei debajo de esa barriga y esa mirada dorada,mi madre tendrá que verlo. Me hubiera gustado tenerte a mi lado para lo que se avecina.
-Y a mi San y a mi,debes detener a Azshara.
-Te lo prometo Nel.Adiós-dijo Shandris mientras hacía girar entre sus dedos la piedra de hogar.
-Chao San…dale a Azshara por mi-dijo la sacerdotisa mientras su amiga de la infancia se desmaterializaba ante sus ojos.

4 «Me gusta»

A la mañana siguiente despertó y vio a Engañifo a su lado, durmiendo plácidamente. El pequeño felino se había adaptado muy bien a la ciudad y le encantaba pasarse horas explorando sus recovecos y haciendo alguna amistad (y enemistad) entre los gatos que rondaban las calles. Le hizo una caricia, haciendo que el animal se estirara mientras bostezaba y se levantó. Blackie seguía en su cama, durmiendo panza arriba. Apenas se inmutó cuando el sin’dorei pasó a su lado, de camino a darse una ducha.

Una vez duchado, se vistió y preparó un desayuno para él y sus compañeros felinos, que mágicamente aparecieron a su lado y empezaron a devorar la comida.

– Ni que os matara de hambre, par de golfos.

El cazador terminó de comer y salió a la calle, simplemente por dar un paseo. Nunca se cansaba de aquella ciudad, que en los últimos años parecía aislada del mundo. Había pensado en ir a Cuna del Invierno aquella tarde, para ver a la sacerdotisa, pero decidió quedarse por ahí unos días. Tampoco hacía falta presentarse tan rápido, y últimamente no tenía tiempo para mucho quedarse en su ciudad natal.

Al cabo de unos tres días se puso en marcha. Engañifo se mostró bastante curioso, como si supiera que no iba a ser un viaje común, y hasta siguió a Hæyhæ y a Blackie hasta que dieron con un mago, que a cambio de unas monedas de oro, convocó un portal a Orgrimmar para ellos. Una vez en el exterior de la ciudad, el cazador convocó a Muushu, el dragón dorado.

– ¿Piensas subir?- preguntó el sin’dorei al pequeño felino tras conseguir subir y atar al grande.

Un maullido y un salto a la grupa del dragón fue la contestación. El cazador suspiró, no era un lugar demasiado seguro para él, pero el animal sabía teleportarse y a saber qué más. Algunos de los ciudadanos aseguraban que lo habían visto “volar” en pequeños trayectos, o lanzarse al vacío y no sufrir aparentemente daño alguno. Pero las habladurías no eran más que eso hasta que demostraban ser ciertas. Había preparado un arnés para Engañifo, simplemente un gancho a la silla del dragón, por si las moscas. El animal pareció mirarle mal cuando se lo puso, como diciendo “¿En serio crees que necesito esto?”, pero no opuso resistencia, y enseguida los cuatro partieron hacia Cuna del Invierno.

__

No fue un trayecto corto, pero al menos se hizo ameno para todos menos para Blackie, que se quejaba de vez en cuando y miraba hacia abajo con miedo. Engañifo por su parte, jugaba todo el rato corriendo de un lado a otro a lo largo del dragón sin resbalar ni caerse, por último se puso en la cabeza de Muushu y ahí quedó dormido. El dragón parecía contento con su entusiasmo.

El frío de Cuna del Invierno, los recibió con una bofetada, haciendo que el gatito vil se despertara y corriera a refugiarse al lado del cazador, con un maullido de disgusto. Los quejidos de Blackie también se intensificaron, a pesar de que ya llevaba su armadura nueva que también le protegía del frío. El cazador puso los ojos en blanco. “menudo par de frioleros” pensó mientras trataba de calmar al felino más grande.

Aunque la sacerdotisa no le había dicho exactamente qué casa era, la casualidad quiso que una de las casas le llamara la atención, quizá por los felinos que guardaban sus puertas.

El grupo bajó a unos metros de ambos animales, sin que estos apartaran la mirada de ellos en cuando se dieron cuenta de su presencia. Se mostraban cautelosos, soltando algún que otro gruñido. Blackie, empeñado en que le quitaran los arneses con constantes quejidos, no les hizo mucho caso. Engañifo, por su puesto se había quitado el suyo sin ayuda y ya se acercaba a los felinos desconocidos, maullándoles curioso, y como siempre sin miedo. Ellos por su parte empezaban a no estar demasiado contentos con la situación.

– Vaya- dijo mirándolos- ¿crees que si les damos un ovillo de lana nos dejarán pasar?

Blackie le miró como si hubiera dicho la mayor tontería del mundo y siguió observándolos con cautela, con el pelo erizado y respondiendo a los leves gruñidos con otros leves gruñidos. Con tanto ruido, alguien de la casa se tendría que haber dado cuenta de su presencia.

2 «Me gusta»

Argent y Menel permanecían tranquilos en su hogar, el paladín revisaba unos tratados de arqueología y ella de alquimia buscando alguna cura para el regalo de la naaru, pero la búsqueda había sido infructuosa hasta el momento.
El tenía la mesa llena de libros y papiros antiguos que había conseguido en sus múltiples expediciones, ella una montaña enorme de tratados de alquimia acumulados en su longeva vida esparcidos por el suelo y el sofá en un orden que ella sola podría identificar. Su desordenado orden.
Oyeron gruñir a los sables y fue Argent quien se acercó a abrir la puerta no sin antes coger su escudo y espada. Se encontró a un sindorei de pelo castaño que claramente parecía ser un cazador viendo la mascota que lo acompañaba.
El cazador le pidió disculpas por la interrupción y le dijo que buscaba a una sacerdotisa kaldorei llamada Menelwie.
Argent desconfiado primero se preguntó que quería un sindorei de su amada y de pronto recordó lo que Menel le había contado sobre lo sucedido en Dalaran y la invitación a unirse al equipo de élite que estaban reuniendo.
La sacerdotisa había reconocido la voz del sindorei y acudido a la puerta.
Hizo las presentaciones pertinentes y lo invitó a pasar.
Blackie pasó entre ellos y se fue a acurrucarse al lado de la chimenea. La pequeña mascota hizo lo propio. El cazador enrojeció intentando pedir disculpas y llamando a sus mascotas. La pareja le quitó importancia y le dijeron que los dejara estar.
Mientras pasaban al salón ellos Menel pidió disculpas por el desorden explicándole a Hae el motivo de tantos tratados. Y se dirigió a la cocina a hacer café para los tres mientras los sindoreis empezaban a hablar de su tierra natal.
-Elfos-pensó la sacerdotisa con una sonrisa.

3 «Me gusta»

No sé si seguir con el rol o esperar a Argent… últimamente no sale de la forja. Al final se le difundirán los ojos de tanto trabajar metal candente. :thinking:

1 «Me gusta»

Argent estaba satisfecho, con la presencia de Haeyhae en su casa. En los próximos días,tendrían que asumir el advenimiento de Azshara,y cualquier ayuda sería bien recibida. Aquel cazador Sin’dorei,parecia tener una visión similar a la suya,en cuanto a la relación a mantener con todos los elfos.
Menel le había contado,cómo le atendió cuando se encontraba indispuesta, y esa acción parecía decir,que aquel cazador no hacía distinciones entre los elfos…
No podría afirmarlo, pero aquella actitud, parecía un buen comienzo.
Decidió sondearle al respecto, si sus expectativas resultaban correctas…un aliado más,siempre sería bien recibido.

3 «Me gusta»

Justo después un sin’dorei de pelo rubio recogido en una coleta apareció, tenía pinta de ser paladín, y en cierto sentido le recordó a su hijo. Aunque sin duda este era más experimentado, Eliannor era joven incluso para estándares humanos.
– Mis disculpas, compatriota- dijo el sin’dorei mientras trataba de calmar a sus animales- Soy Hæyhæ, busco a una sacerdotisa llamada Menelwie. Me dijo que podría encontrarla aquí.
Él pareció dudar un momento, pero enseguida relajó el gesto, al tiempo que la sacerdotisa apareció. Hizo las presentaciones y confirmó lo que ya era bastante obvio: el paladín era su pareja.
“No tiene mal gusto la chica” pensó el cazador mientras le estrechaba la mano “aunque es difícil no acertar con un sin’dorei”. Iba a añadir algo como “un placer conoceros” pero sus felinos viendo que ya no había ya peligro, corrieron a meterse en la casa para acomodarse junto al fuego ”¡Serán jod***!”, el cazador se disculpó por su comportamiento, pero la pareja le restó importancia.
Una vez hubieron pasado todos, el sin’dorei notó como hacía una temperatura bastante más agradable. Ni siquiera se había dado cuenta del “desorden” hasta que lo mencionó la sacerdotisa. Esa vez fue él quien le restó importancia.
Se sentó a charlar con el paladín. No todos los días conocía a gente afín a su causa, y menos afín a la unión de los pueblos de Lunargenta e incluso los elfos en general. Aunque ya veía difícil antes de Teldrassil que elfos de Lunargenta y los de la noche se llevaran bien, ahora lo veía casi imposible, pero la sacerdotisa le había mostrado que no había que tirar la toalla. La pareja parecía totalmente de confianza.
– Conocer a alguien que no esté de acuerdo con la guerra de facciones no es algo que haga todos los días- admitió al paladín- sin embargo poco después del ataque de la Legión, conocí a un grupo pintoresco, que seguro que estaría muy interesado en vosotros. Hay de todo, desde humanas hasta un no-muerto. Nuestro último recluta es un nocheterna.




El foro ante cualquier palabrota por infantil que sea

1 «Me gusta»

He visto éste vídeo y siento la obligación de ponerlo… Hæ saca muchos aspectos de éste personaje y la chica es como si fuera Vereesa en Legión xD
La voz de él sería la misma, y ya que estamos ¿Alguna inspiración para vuestros pj? Creo que Eily me dijo Deadpool ¿No?

Pues para Hême… no sé, ¿quizá Hannibal Lecter? XD

2 «Me gusta»

Shivadel estaba aburrida en uno de los balcones de la mansión Frutoarcano, tomando una copa de vino de arco mientras observaba el ajetreo propio de la ciudad con ayuda de un espejo arcano, pues no alcanzaba a ver las calles desde la mansión debido a la gran extensión de su villa. Los guardias patrullaban como cada mañana, protegiendo las calles de rateros, asesinos y malhechores; y los comerciantes trataban de vender sus mercancías a los turistas sin’dorei que allí se encontraban. Sin embargo, no todo era perfecto… Limether seguía furioso por su derrota contra aquel draenei, se pasaba el día refunfuñando y maldiciendo. No le gustaba verlo así, tan… alterado.
Se levantó de la fina silla con elegancia y dejó la copa de vino, ya vacía, sobre la mesa para entrar en la casa. Se encaminó al cuarto de Lim y al abrir la puerta se encontró una escena inesperada: el elfo estaba sentado en su catre acariciando a un pequeño gato negro con rayas y ojos verdes… pero no cualquier verde, el gato desprendía energía vil. Era en cierto modo… adorable, aunque no le gustaban los gatos.
-Hola, Lim.-saludó la nocheterna.- ¿Qué es eso?- añadió señalando al animal.
-Es un gato que encontré hace tiempo vagando por el Vacío Abisal.-respondió Hême.
-Vale.-dijo la hechicera quitándole importancia.- Me voy de compras, luego te veo.
El Illidari asintió y la nocheterna salió de la habitación, encaminándose a la puerta. Su objetivo era visitar una joyería en Vista Eterna que había conocido recientemente en una de sus visitas a la preciosa zona nevada del norte de Kalimdor llamada Cuna del Invierno. Sin más tardar salió y se teletransportó a Orgrimmar, desde donde partió a Vista Eterna. Por el camino vio varias construcciones, pero una en concreto llamó poderosamente su atención. Era una vieja casa élfica, bastante pequeña pero del tamaño apropiado para una pareja o una pequeña familia. A juzgar por los sables aparentemente adiestrados que guardaban la puerta, debía estar habitada.
Su curiosidad la instaba a que inspeccionara el lugar, pero quería terminar rápido. No le gustaba el frío, y además no llevaba su cara chaqueta de pelo de sable nocturno.
Tras unos minutos llegó por fin a aquella fea ciudad y se dirigió a la joyería. Recordó que Lim había visto un anillo que le había gustado mucho, pero por falta de tiempo no pudieron comprarlo. Ahora tenía tiempo, así que entró y le dijo a la encargada que le diera el anillo. Salió de allí con el anillo tras pagar dos monedas de oro (evidentemente no iba a pagar el precio del anillo, para algo era una noble), pero se chocó con algo.
Cuando se levantó, furiosa, descubrió a una figura encapuchada que la miraba desde el suelo con unos ojos plateados muy parecidos a los suyos, pero más feos. Eso la enfureció aún más, pero cuando estaba preparando un hechizo para eliminar a aquella escoria paró en seco. La capucha había resbalado revelando un pelo níveo casi tan blanco como el suyo que enmarcaba unas facciones extrañamente finas para una kaldorei. Pero eso no fue lo que la detuvo, sino el collar que salió de repente del cuello de la toga que portaba la kaldorei. Era un colgante con forma de fruto, creado para complementar con otro colgante. Lentamente, y con dedos temblorosos, Shivadel extrajo del cuello de su toga un colgante con forma de árbol arcano. Aquellos dos colgantes estaban hechos por su tío, un reputado joyero que murió en la Guerra de los Ancestros. Solo había dos en todo Azeroth. El suyo… y el de su hermana. Era imposible que aquella elfa fuera su hermana, pero algo la hizo confirmar sus sospechas. Una pequeña cicatriz en el labio inferior, fruto de un descuido con un abrecartas.
-Anteria…-dijo la nocheterna mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.
-¿Shivadel?-preguntó la elfa.- ¿Eres tú de verdad? Has… cambiado mucho.
Como respuesta, Shivadel se levantó y abrazó a su hermana. Llevaba 10.000 años sin verla. De pequeñas eran inseparables, pero creía que estaba muerta. Sin embargo, allí estaba, con su toga y su bastón, abrazada a ella. Las conocían en su tierra como “las hermanas prodigio”, pues ambas destacaron desde muy pequeñas en sus respectivos campos, siendo Anteria una maga de Escarcha y Shivadel una experta cronomante.
-Pensé que habías muerto…-dijo Shivadel, aún desconcertada.
-Estuve a punto. Cuando se cerró la cúpula, tuve que sobrevivir como pude.
-Sabes que yo no pude hacer nada, An… Era solo una niña al fin y al cabo.
-Lo sé… solo fue culpa de los demonios.-dijo la maga kaldorei.
-¿Sabes? Azshara ha vuelto.-dijo Shivadel.- Ha despertado por fin.
-Siempre admiré a la Reina… y lo sigo haciendo.-dijo Anteria.- Igual que tú.
-Ya lo sé…-dijo la nocheterna.- Pero nunca podremos volver juntas a la villa.
-¿Por qué no?-dijo la kaldorei.- Al fin y al cabo soy de la familia. De tu familia. La noble familia Frutoarcano.
-Cierto, pero… ahora Suramar lucha por la Horda.-dijo la shal’dorei.
-No importa. Yo no lucho por la Alianza. Voy por libre. No soporto a esa niña maleducada e hipócrita de Tyrande y tampoco a su marido.-dijo Anteria.
-Entonces no creo que haya ningún problema.-dijo Shivadel.- Pero…
La shal’dorei había llegado a un punto muerto. Aunque Anteria fuese aceptada en Suramar por ser la hermana de una influyente aristócrata y no formar parte de la Alianza ni apoyar a sus congéneres, aún estaba Limether, su esposo.
-¿Cuál es el problema, Shi?-preguntó la kaldorei.
-Bueno… me he casado con un elfo de sangre… un Illidari.-dijo la nocheterna.
-Seguro que me acepta cuando le contemos la historia.-dijo Anteria.
-Sí, pero… solo estaríamos los tres.-reveló Shivadel nerviosa.
-¿Qué? ¿Y qué hay de nuestros padres y de Mena?-preguntó la kaldorei alarmada.
-Nuestros padres se han mudado… y Mena ha muerto.-confesó la maga.
-Vaya…-dijo Anteria, para acto seguido mirar fijamente sus zapatos, sollozando.
-Tranquila, Anteria. Volvemos a estar juntas.-la tranquilizó Shivadel.- Todo irá bien.
Anteria asintió y se secó las lagrimas, para acto seguido sonreír. “Sigue siendo una niña”-pensó Shivadel, y mientras la abrazaba de nuevo se teletransportaron de vuelta a casa.

2 «Me gusta»

Uy Frutoarcano como que abrigo de piel de sable de la noche??? Muy mal… Los sables son amigos no comida… Digo… Ropa.
Un poco pija con lo de las compras, un poco tacaña para estar forrada… Pero me ha gustado, aunque espero que en algún momento cuentes que hacia la hermanisima perdida en Cuna.
Pd… Si te llegas a acercar a mi casa hubieras enfadado a mis sables. Y si le pasa algo a alguno eres elfa muerta.

2 «Me gusta»

Ya lo contaré en el siguiente post, que tienen que explicarle a Hême toda la pesca.

1 «Me gusta»

Ahzura se hallaba al bordo del Vindicaar cuando recibió una notificación.La alianza necesitaba su ayuda una vez más,querían dar un golpe de efecto y debilitar a la horda a ver si terminaban con esta absurda guerra.
Recogió sus cosas en silencio,revisó su mochila y fue a despedirse de Romuul.
El gran artificiero paseaba nervioso por delante de la consola de control de la nave.
-Es la hora-dijo la draenei mirando a su pareja.
Romuul la abrazó en silencio mientras susurraba en su oído:
-Cuídate luz de mi vida…
-Oh Romuul-dijo Ahzura al borde de las lágrimas-será rápido y volveré antes de que te de tiempo a echarme de menos.
Se besaron con pasión y Ahzura se teletransportó a Boralus.
La orden,hablar con Cyrus Catacresta para partir.
Perseguían el barco de Nathanos Clamañublo,parecía una victoria fácil.
De pronto el mar se abrió entre ellos,aunque los barcos intentaron virar fue imposible,el mar los arrastró a aquel enorme agujero.
Ahzura se agarró al palo mayor,invocó un bloque de hielo a su alrededor y se preparó para el impacto.
El hielo saltó en mil pedazos a su alrededor cuando cayeron en la fosa.Tras el desconcierto inicial encontró al rey de Gilneas y a Jaina,la prioridad evaluar el estado de las tropas…vio muchos soldados muertos alrededor,rugió de ira,comprendió porque su amiga Nel odiaba tanto a la reina naga.
-Maldita seas Azshara!!!-gritó la maga al viento.
Tuvieron que avanzar con cautela.Estaban en territorio naga,estaban por todos lados aquellos seres que otrora fueran elfos.Una imagen de la reina naga se apareció ante ellos,desafiante,jugando con la posibilidad de escapar de allí.
Jaina intentó sacarlos de allí pero fue en vano.Si la gran archimaga no podía usar sus poderes de teleportación…ella tampoco.
-Romuul amor mio,voy a tardar más de lo esperado-musitó para si.
Mientras avanzaban entre las tropas naga,Ahzura sin perder la concentración se planteó varias cosas,si salía de esta hablaría con Rommul,aunque ella era joven,el Gran Artificiero tenía su edad,iban posponiendo cosas,llevaban dos años de una relación sin prisa,pero eran los peligros a los que se enfrentaba cada día los que le hacían cuestionarse la vida que llevaba.
El matrimonio,los hijos…no entraban en sus planes.Mató a otro naga. Entendía a Nel.Pero en su caso la elfa ya no era una niña,ni Argent tampoco.Romuul era un draenei maduro,pero esa vida en el Vindicaar,arriesgar su vida una y otra vez…Quizás debería retirarse,formar una familia…pero Romuul le había dicho que a su edad ya no pensaba en hijos y ella lo había asumido.Otro naga más cayó bajo sus hechizos.
Al final encontraron una raza que le recordaba mucho a los jinju que había conocido años atrás en Pandaria, les ayudaron a escapar y encontrar un refugio seguro.
Mientras recuperaba fuerzas se dio cuenta de una cosa.Romuul había vivido mucho,demasiado,y aunque los unía una enorme pasión y cada noche a su lado era una delicia…no tenían los mismos objetivos en la vida.
Al principio había aceptado las condiciones del draenei…sin embargo su relación se basaba solo en la pasión,en esa serenidad que Romuul aportaba a su vida siempre caótica.Era como su descanso tras la batalla.pero quería más.El Vindicaar no era un hogar…no era su hogar.El Exodar…tampoco.
Tuvo que desechar los pensamientos. Nazjatar era un terreno duro,peligroso,volvió a centrarse en la misión.Como siempre…dejaría esa decisión para mañana.

3 «Me gusta»

Había tenido un despertar muy dulce.Argent la había acercado y despertado a besos.Esa mañana debía partir a Dazar Alor por tiempo indefinido,era una despedida.
Una patada de uno de sus gemelos interrumpió el abrazo.Argent abrió los ojos asustado.
-La he sentido hasta yo en el estómago-dijo el paladín.
-Lo se…ha sido extraño,como si rebotara contra ti-dijo Menel sonriendo.
-Será mejor levantarse-dijo Argent-está claro que se vuelven celosos con su mami.
Menel soltó una carcajada y lo abrazó de vuelta.
-Tendrán que acostumbrarse a compartirme contigo,tú llegaste primero amor.

Mientras desayunaban el ronroneo de Darna anunció la visita de Night.
-Pasa querida-dijo Menel desde la cocina.
La elfa según vio a la sacerdotisa dijo:
-Te ha bajado la barriga.
-¿Qué?-preguntó Menel mirándose el vientre.
-Te ha bajado la barriga-aseveró la druida de vuelta.
-Que quiere decir eso?-preguntó Argent preocupado.
-Que no tardarán en nacer-dijo Night con una mueca.
-Es muy pronto!!!-dijo Menel asustada.
-Lo se,es lo que me preocupa-contestó Night-apenas estás de 7 meses.
-Ni eso-dijo el paladín-seis meses y unas tres semanas.
-Que bien llevas la cuenta-dijo la druida levantando una ceja.
El paladín enrojeció.
Night miró a Menel y le dijo con severidad:
-A la cama,ahora!!!Reposo absoluto,es una orden.
-Pero…Argent tiene que partir.
-He recibido órdenes,el líder tauren va a ser ejecutado por Sylvanas.Debo ir,quizás sea la única forma de parar esta absurda guerra,de detener a la alma en pena.
-E irás,yo me quedaré con Menel-dijo Night.
El ruido de una carreta interrumpió la conversación. Menel quiso levantarse al detectar que había parado enfrente de su casa.
Argent fue a abrir.La sorpresa fue mayúscula.
Lostariel Bosqueensueño conducía la enorme carreta,envueltas en tela algo que parecían las cunas de sus bebés y un montón de mochilas ocupaban la parte posterior del vehículo.
-De verdad hija-vives en el infierno-dijo la kaldorei bajando con agilidad del vehículo.
Argent entendió de donde sacaba Menel esas fuerzas al momento.
-Mamá?-preguntó Menel con los ojos desorbitados.
-Querías las cunas no?-preguntó Lostariel con naturalidad-pues te las he traído,y creeme cuando digo que no ha sido nada fácil.Solo a ti se te ocurre comprarte una casa donde Elune perdió una sandalia.
-Yerno-continuó mirando a Argent-ayúdame a bajar todo esto anda.
-Y tú a la cama,ahora-dijo Night mirando a Menel.
Lostariel le dio un beso a su hija y mirándola con severidad dijo:
-Te ha bajado la barriga,veo que he llegado a tiempo.Mis nietos no tardarán en nacer…y es muy pronto.Haz caso a la druida…emm…
-Night para los amigos-dijo la elfa presentándose.
Argent obedeció a su “suegra” y se dispuso a bajar las cosas con rapidez,debía partir,pero estaba aliviado en parte,ambas kaldorei cuidarían a Menel,solo esperaba volver antes del nacimiento de sus hijos.
Nel soltó un suspiro y se fue a descansar,dejó la puerta de la habitación abierta,no tenía sueño y era divertido para variar ver a su madre dando órdenes como un general a alguien que no era ella.
Argent le guiñó un ojo al pasar cargado con un par de mochilas.Ella le tiró un beso.
Cuando todo estuvo descargado el paladín entró a la habitación mientras Night y su madre ordenaban aquel caos.
Se sentó en la cama y la tomó de las manos.
-Debo irme,en el momento más inadecuado-dijo con tristeza.
-Estaré bien,míralas-dijo dirigiendo la vista hacía el pasillo-ellas no son tan blandas conmigo como tú,me obligarán a descansar y a mi madre no se la puede desobedecer.
Apretó las manos de su amado con firmeza.
-Argent mírame,estaré bien.Solo voy a pedirte una cosa.
-Lo que quieras…
-Vuelve con nosotros.
-Te lo juro por Belore amor-dijo acariciándole la barriga.
Se dieron un último beso y el paladín sacó su piedra de hogar del bolsillo mientras se ponía en pie. Cuando la luz verde lo iluminaba le dijo:
-Te amo Menel.
-Y yo a ti,mucho.
Y desapareció ante su vista. Menel suspiró con tristeza,algo le decía que Argent se perdería el nacimiento de sus hijos.

4 «Me gusta»

Me había olvidado de Nazjatar, menos mal que me lo has recordado Menel… tengo que llevar a Shivadel a ver a Azshara y Zin Azshari después de que le cuenten a Hême el tema de la hermana perdida.