Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Aprendo rápido… aya donde fueres, haz lo que vieres!! xDDDDD

Es toda una novedad poder hacerlo, acostumbrado a rolear seriamente con master incluido, los relatos mas libres del foro son todo una novedad.

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Mathân asoma por la puerta,y Purple aparece con su habitual espectáculo magico…
Justo a tiempo chicos,os necesito. Los gemelos han sido secuestrados, y Menel está en peligro…
Unos destellos danzan sobre la gema de Argent
Purple por favor,rastrea la señal de Menel,creo que “alguien” lo va a pasar mal…

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—Te facilitaré la búsqueda. Está en el sur de Kalimdor.

Toda la gente que había en la casa se giró para ver al dueño de esa voz fria que acababa de aparecer. La sombría figura estaba cubierta por una capucha y una amplia capa oscura, que no conseguia disimular ni las espadas ni la armadura que portaba.

Más de uno se alertó ante la presencia de un caballero de la Muerte desconocido, pero él levantó una mano para indicar que venía en son de paz.

—Soy Aiden Hojagélida, el contacto de Menelwie en Rasganorte. Envié un cuervo para ponerla sobre aviso de que unos demonios estaban interesados en su… empresa —dijo con precaución, no sabía quienes de los presentes sabían lo del collar—. Como mi mensajero no regresó a mi lado, supuse que o bien se había ido o bien estaba en peligro.

Miró el caos de la casa y las manchas de sangre vil con un rápido vistazo.

—Y a juzgar por lo que veo, estamos ante el segundo caso.

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—Florentinus Gartside. Cuarentaiún años. Es un coleccionista de objetos mágicos que vive en el barrio de los magos. Hace un tiempo que nadie le ha visto.

Athor avanzaba con paso rápido mientras hablaba, obligando a los soldados tras él a dar grandes zancadas para mantener su ritmo.

Llegaron a una casa en una calleja situada en el barrio de los magos. Estaba apartada y no era particularmente grande, pero la compleja decoración de su fachada la convertía en un edificio ostentoso. Era la típica casa que gritaba “traficante de reliquias” a los cuatro vientos.

—Es probable que el objetivo tenga nociones de magia, así que preparaos para formar un muro de escudos. La fuerza letal solo está autorizada en caso de extrema necesidad. Lo necesito vivo.

El guerrero desenvainó su espada y se situó frente a la elegante puerta de madera, decorada con un estilo kaldorei recargado. Con una sola patada reventó el cerrojo y la puerta se abrío con tanta fuerza que sus bisagras se desencajaron.

El general se apartó para dejar paso a sus soldados, que entraron uno en uno con los escudos alzados. Athor entró tras ellos con decisión, pero fue detenido en seco por la misma fuerza que había parado a sus soldados en el mismo recibidor de la casa.

El olor era nauseabundo, como el que emitiría una abominación pudriéndose en un pantano. La casa estaba hecha un caos, y manchas resecas de un fluido pardo-negruzco se encontraba aquí y allá.

—Me temo que alguien se nos ha adelantado, general.

Athor avanzó hacia la sala principal tapándose la boca y la nariz con un brazo. Ante el se encontraba el cadaver medio descompuesto de Florentinus sobre un pegote de su propia sangre. Su carne pútrida se había deslizado sobre sus huesos, exponiéndolos en parte, y hongos y gusanos ahora crecian sobre sus elegantes ropajes.

Era más que obvio que no había sido una muerte dulce. Athor lanzó un gruñido para ocultar su asqueo.

—Precintad este sitio. No quiero que nadie se acerque aquí. Y llamad al Teniente Horatio Laine, quizás el pueda sacar algo en claro de este desastre.

Salió de la casa y agradeció poder respirar el fresco aire marino de la ciudad de nuevo. Que alguien llegara a tal extremo para encontrar el collar era más que preocupante, y aunque estaba dispuesto a dar caza al asesino que rondaba su ciudad, no pudo evitar pensar en el caballero de la Muerte.

—Maldita sea, Aiden. ¿En qué te has metido?

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Belter aparecion el taller de su amiga. Sus habitantes estaban como siempre, todo parecia normal. Se acerco rapidamente a una goblinesa y le pregunto por
Mordacae. Esta le indico que esperara y se acerco a un aparatito que a la elfa le parecio raro, era alargado y tenia un extremo para la oreja y otro para la boca. Al hablar la voz de la goblinesa inundo todo el taller pidiendo la presencia de la gnoma.

Belter estaba aparentemente nerviosa. No paraba de moverse por el taller esperando a la pequeña gnoma que aparecio al poco tiempo, la elfa se derrumbo al verla cayo al suelo de rodillas y empezo a balbucear, la gnoma corrio a su lado preocupada.

–Mordacae, ha pasado algo horrible. Nos han atacado unos demonios, ha aparecido un druida que se llevo a Menel, la casa esta hecha pedazos, han secuestrado a los niños, he metido la pata, es todo muy peligroso, tengo que recuperar algo muy valiso pero ahora con todo lo sucedido… –Belter lanzo todo el batiburrillo de lo sucedido a Mordacaeque no entendia nada, ella no paraba de mirar a los ojos a la elfa pero era mucha informacion sin sentido. – Todo esto es por mi venganza -Sentencio Belter - por los asesinos que mataron a mis padres, por un collar que tengo en herencia. Pero aun nadie lo sabe Morda, he ido un paso por delante, el collar ahora no vale nada, lo que habia en su interior es lo importante y ahora esta en manos de una ladrona que contrate. Si sabe lo que vale, no podre recuperarlo y es algo que podria cambiar el rumbo de esta historia y ayudar a estos padres, son una pareja de elfos que se han unido a pesar de esta guerra. Te necesito.

Belter cogio la mano de su amiga y la apreto. Se aparto el pelo de la cara dejando ver sus grandes ojos dorados. Todo los integrantes del taller miraban la escena como si se tratara de una obra de teatro y cuchilleaban los unos con los otros.

–La gema de ese collar esta ligada a la vida, pero tambien a la muerte. Dijo sin esperar respuesta. Solo los de mi sangre podemos canalizarla, solo Menel y yo. Tengo que ayudarla a recuperar a sus bebes. Esto es muy peligroso… me ayudaras?

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La presencia de Belter siempre intranquilizaba a la gnoma. Era como un gran imán. Aquella elfa es horda, pero diferente a todas las elfas que había conocido jamas, especial, diferente. Resplandecía…

Atentamente atendió a lo que amiga le decía, mientras jugaba con una llave en sus manos.

Pronto, tuvo una corazonada…

:thinking: :face_with_raised_eyebrow:

:face_with_raised_eyebrow:

:thinking:

– Belter, sabes que nunca te negaría nada… No termino de entender lo que te pasa y lo que te aflije. A este engranaje le faltan piezas! Sigueme elfota, te contaré algo.

La gnoma camino con determinación, seguida de belter, cruzando algunas puertas y corredores de alta seguridad de su gran taller mientras hablaba.

– Hace un tiempo inicié la fabricación de una gran maravilla tecnológica!! Un disruptor giro-gnomico inverso!!! Revolucionará la forma en que nos defendemos de los poderes viles de la legión y otras amenazas de origen vil.

Pasaron por un corredor, lleno de estanterías y diferentes aparatos tecnologicos. y vistas a la densa selva de feralas.

– El mayor reto es la pila energética a usar. Tengo diferentes cristales de poder, pero ninguno lo bastante fuerte, así que pedi a mi red de información localizar uno lo bastante fuerte… y me hablaron de un collar con una gema de buena intensidad energetica… el “Collar de Be”… he inicié una operación para hacerme con el.

La gnoma continuo avanzanado y a descender a los sotanos del complejo

– No sabía que tu estuvieras buscando la misma gema… El mejor plan para conseguirla fue espiar a unos elfos que tb la buscaban… mi rastreadora me mando un retrato de algunos de los que buscaban la gema.

La gnoma enderezó un pasillo especialmente defendido con contramedidas mecánicas

– Y hace poco, capturé a una de las elfas, desconozco su nombre. Es una barbara y muy mal educada gigantona que disfruta quitandole a los demas, sus helados…

La gnoma se paro ante una puerta.

– Puede que tu la conozcas, y sea amiga tuya, tb capturé un druida que podría ser el que buscais… En cualquier caso puedes contar con mis bastos recursos.

La gnoma señalo la celda para que Belter mirara por la puerta de cristal

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Perfecto, en un rato seguiré con el druida.

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Lonvar abrió sus ojos dorados y pestañeó varias veces. No reconocía aquel lugar… lo último que recordaba era entrar en una taberna y después sentir una sensación de somnolencia. Ahora estaba en una habitación con muros muy gruesos y una pared de cristal blindado con una runa encima. Trató de acercarse a la puerta, pero noto un tirón en su muñeca y descubrió que estaba encadenado al suelo y a otra kaldorei. La elfa tenía el pelo de color índigo y llevaba una larga toga de sacerdotisa. Estaba inconsciente, pero sus rasgos denotaban una gran experiencia. Recordó que su hermana, una novicia, le había hablado de una sacerdotisa muy reputada de la familia Bosqueensueño, que se caracterizaba por sus finos rasgos y su pelo violeta. Supuso que sería ella, pero no podía estar completamente seguro. Siguió inspeccionando la sala con la mirada, y se topó con un taburete en el que había una maceta y dos fotografías. Una de ellas mostraba una casa kaldorei en un páramo nevado, probablemente Cuna del Invierno. Y la otra era… un retrato de Nissi. El semblante impávido del druida dio paso a una mueca de furia, y Lonvar destrozó el taburete de una patada después de coger los dos retratos y guardarlos en su bolsa.

-Madre Luna…-susurró el druida.- ¿Dónde demonios estamos?

Un movimiento llamó su atención. Se acercó al objeto que yacía en el suelo, era una nota. Alguien los había metido ahí, probablemente con algún objetivo oculto.

-Me ha pillado desprevenido… maldición.-escupió el druida rompiendo la nota.

La cadena le estaba molestando en exceso, por lo que se transformó en búho y el grillete cayó al suelo desde una de sus garras. El secuestrador no debía ser muy inteligente, o quizá simplemente no tenía conocimiento del poder de los druidas. Libre por fin, se dispuso a liberar a su compañera, pero un sonido amortiguado lo interrumpió. Lonvar se levantó de un salto y se dio la vuelta para descubrir a una elfa de sangre tras la puerta de seguridad, acompañada de una gnoma de pelo blanco y ojos juguetones. Lonvar se acercó a la puerta con grandes zancadas y se detuvo frente a la elfa.

-¿Qué demonios quieres de nosotros, elfa traidora?-escupió el elfo de la noche.

Aguardó la respuesta clavando sus ojos dorados en los de la elfa.

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La gnoma se limito a observar al druida sin la menor preocupación

Le resultaba fascinante la vulgar violencia que aquellos elfos eran capaces de desplegar, como interruptores automáticos, diseñados y programados para que su reacción fuera así, aunque no tuviera lógica para ella, una reacción tan agreste e imnecesaria… A la Gnoma le costaba entender estas formas de vida.

No le importó que el druida se fijara en Belter y la ignorara a ella, no era la primera criatura que se cruzaba que la ninguneaba. Posiblemente, había sido un acto reflejo sin importancia. Como buena gnoma, era su pan de cada día. Pero sintio tristeza por la plantita silvestre desparramada por el suelo, que les había puesto sobre el taburete… Barbaros…

Pero si con aquello, podía ayudar a su muy apreciada Belter, habría merecido la pena.

– Esa elfa y su amigo los conoces? es el druida que buscas elfota?

Con parsimonia desenvolvió su piruleta y comenzó a paladearla, dejando sito a belter, acercandose a un panel de control que había cerca de la celda. Si el druida o la elfa, no resultaban razonables debía tener un plan B.

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El druida aguardaba la respuesta cuando escuchó una voz chillona a sus pies. Provenía de la gnoma, que hablaba con la elfa de sangre y le preguntaba si los conocía.

-Tranquila, gnoma. No haré nada… puedes estar tranquila.

Sin embargo, Lonvar estaba preparado para salir de allí en cualquier momento si la cosa se ponía fea. Y se llevaría a la sacerdotisa con él. Los kaldorei no abandonan a sus hermanos.

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Belter se acerco a la a la celda para mirar mas de cerca al druida con gesto altivo. La celda, toda la infractructura que tenia Mordacae, no sabia ni queria saber, era asunto de su buena amiga, pero tenia claro que habia hecho bien en ir a buscarla. Miro de arriba a abajo al elfo y justo detras de el vio a Menel, aun inconsciente no parecia mal herida.

–Ella. La conozco, es familia. Mordecae tomo nota, asintiendo la cabeza.

El druida cambio se gesto pero Belter no sabia traducirlo. Lo volvio a mirar a la cara, con gesto muy serio dijo:

–Me has juzgado por ser elfa de sangre, has subestimado a mi amiga. Yo soy peligrosa, pero ella lo es mas. Belter miro a Mordacae, queria tener cuidado en no decir su nombre, el anonimato de ambas era importante ante este extraño Este druida podria ser, aunque solo lo vi en una de sus formas. Lo que me intriga es porque un elfo de la noche iba a atacar a una de sus hemanas.

_El druida parecio querer interrumpir, pero Belter no lo dejo. Empezo a perder los papeles.

–Como les hayas hecho daño sabras lo que son tres sacerdotisas enfadadas. Dime! dime que has hecho con ella! Belter se referia al bebe, pero tanto el druida como la gnoma entendieron que era Menel. Se volvio hacia Mordacae. Tenia un fardo entre sus pertenencias?? Algo pequeño?. Belter paso sus manos tras las rejas de la celda y cogio por la ropa al druida, con demasiada fuerza para ser una elfa, lo atrajo hacia ella dandole un golpe en la cabeza con los barrotes, despues lo empujo hacia atras. El druida se cayo al suelo, pero mas que dolorido, parecia sorprendido…

Mordacae se acerco, debia intervenir. Belter esperaba desesperadamente un respuesta.

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Lonvar se levantó con una expresión impávida plasmada en su rostro. Sin embargo, sus ojos dorados refulgían de odio y furia.

-Yo no he tocado a la sacerdotisa. Jamás le haría daño a una de mis hermanas.-sentenció el druida con voz potente.

La gnoma parecía querer intervenir, el ambiente se estaba caldeando. Sin embargo, la elfa de sangre parecía más calmada.

-Ahora me toca a mí hacer las preguntas.-dijo Lonvar, con una voz grave que recordaba a la de un oso.- ¿Por qué tenéis un retrato de mi hermana en este lugar?

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Tras realizar un conjuro de rastreo,Purple asintió con la cabeza…
Según nos acerquemos a su posición, la gema irá parpadeando más rapidamente,hasta que se quede fija sobre su posición…
Argent asintió con la cabeza. Volviéndose hacia el caballero de la muerte,le dió las gracias,e invitó a los presentes a acompañarles si querían…
Argent invocó a su fenix,Purple sacó su alfombra voladora,y Mathân tocó un pequeño silbato,haciendo aparecer un pájaro…¿mecánico?
Con una sonrisa y un encogimiento de hombros,montó sobre la misma…
Argent sonriendo pensó,éstos ingenieros y sus aparatos…y acto seguido alzaron el vuelo en la dirección indicada…

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Por cierto, ¿de quién es la huargen druida que raptó a Aldalith?

De moradacae… :grin:

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La gnoma observaba la escena con el aire de un detective, que intenta montar un puzle mental.

Su semblante se volvió frío al escuchar la pregunta del druida, y levanto la mano para pausar a su amiga Belter.

– No druida. La pregunta es cual fué el destino del dueño de la sangre de este sello…

Tiro la chapa al suelo

– Ya ví, que no sientes reparo por martirizar goblings, cuando llegué a Gadgetzan. Se igual de decidido, dime la verdad… Por mucho que tu ames a tu hermana. Yo siento una conexión igual o superior por cada miembros de mi Cartel. Somos Familia… hemos compartido mucho.

La gnoma se tomo un segundo mirando de arriba abajo al druida.

– La vida me ha enseñado con dureza, que ante tus enemigos, debes ser implacable… Sí, sé de tu hermana a través de mi red de espías, y posiblemente, por el dueño de esa sangre…

Golpeo con un pie el sello.

– Tengo motivos para desear vengarme de ti?, y druida… mi amiga ha dicho que solo vió una de las formas del dudu que busca. Complaceme y complacela, y puede que no tengas que arriesgarte a dañarte a ti mismo, ni a lo que tu mas aprecias, para salir de aquí.

La gnoma por precaución, dio un paso lateral cubriendo en parte a Belter.

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Es mio, pero es una druida mercenaria que solo cumple un recado. y no para mi mismo, sino en general. Era un recurso necesario para asegurarme de que una de las niñas acaba en manos de un malo maloso, que desde luego, no es mi gnoma.

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Lonvar frunció el ceño al escuchar las declaraciones de la gnoma, pero la sombra de una sonrisa bailó en su rostro durante unos instantes, de manera casi imperceptible.

-No te mentiré. Le corté la garganta a ese goblin.-confesó el druida.- Me estaba espiando, y trató de huir con una información que desconozco. Alguien honesto no huye cuando lo descubren.

Lonvar hizo una pausa para que la gnoma asimilara la información.

-Respecto al tema de tu amiga… jamás la había visto antes. Y no sé nada de un fardo pequeño. He estado miles de años luchando por mi gente, pero no me gusta matar sin razón. Os puedo asegurar que no he hecho nada… os habéis equivocado de druida.

Hizo otra pausa. Entendía que la información era delicada.

-Una última advertencia… no toques a mi hermana. He estado diez milenios luchando, soy extremadamente hábil en el combate y cuento con grandes poderes. Si le tocas un solo pelo te aseguro que sentirás la cólera de Elune.

Mientras decía esto, se preparó para una huida rápida en caso de necesidad.

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La gnoma se giro hacia Belter sin dejar de paladear su piruleta.

– Ves Belter? Cuanta agresividad… El barbarismo y la agresividad como motor del mundo… Que triste… ni los abraza-arboles se libran…

La gnoma puso cara de puchero por un instante y continuó paladeando su piruleta.

– Acabas de contraer una deuda de sangre con mi cartel Elfo. Y la vas a aceptar.

La gnoma recogió la chapa del suelo y la miró fijamente mientras hablaba.

– Ahorrate tus amenazas, druida. y tus quejas… No tengo miedo a la muerte, ya he pasado por algo mucho peor que morir… vivir… Y tu habilidad no te ayudará con este problema… Aunque mataras a todos en este taller, tu familia… no estaría a salvo… jamas… El cartel tiene miembros infiltrados, y no todos goblings en ambos bandos, he incluso en ciudades neutrales…

La gnoma miro al druida con cara de aburrimiento.

– Tendrás que recuperar el cuerpo de mi informante, traerlo para darle digna sepultura, y tras ello deberás pagar tu crimen con servicios a la sociedad.

La gnoma miro a Belter

– Mi amiga necesita un guardaespaldas, cuando la ayudes, ella me informará y tu deuda quedará saldada. Tienes suerte de que ese gobling no fuera de mis favoritos.

La gnoma miro de nuevo al druida.

– Si cumples, estaremos en paz… si no cumples, es solo cuestión de tiempo que cobremos la sangre que nos debes y no necesariamente de ti.

La gnoma golpeo un interruptor y abrió la celda.

– Tu mismo…

La gnoma regreso a su piruleta y avanzo junto a belter hacia Mene. Dejando la puerta abierta e ignorando al druida.

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Lonvar comenzó a respirar cada vez más rápido. Aquella pareja de sacerdotisas lo había sacado de sus casillas.

-¿Deuda de sangre? ¡Todos vosotros tenéis una deuda de sangre con los kaldorei! ¡Hipócritas!

Un gruñido cada vez más grave comenzó a brotar de su garganta, hasta que se transformó en un enorme y pesado oso y se abalanzó sobre las dos. Las apartó de un golpe y rompió las cadenas de Menel de un mordisco. Volvió a transformarse en elfo y agarró a Menel por la cintura mientras conjuraba un teletransporte. Una luna en fase apareció sobre su cabeza, y cuando estaba a punto de completarse Lonvar emitió un último mensaje.

-Os estaré esperando. Venid si queréis a mi hermana.

La luna completó su ciclo, y los dos kaldorei desaparecieron en un destello que los llevó al Sueño Esmeralda, dejando la sala vacía excepto por un taburete partido, una maceta rota, un talismán ensangrentado y un par de sacerdotisas.

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