Belter seguia al elfo con una buena distancia para no ser descubierta. Se preguntaba como era posible que dos elfos de diferentes facciones con la guerra en un punto algido se amaran. Hijos…? con hijos? debia descubrir si era cierto, todo el asunto parecia peligroso y la gente ya estaba murmurando cosas.
El elfo empezo a descender hacia una casa, pero a medida que bajaba cada vez cogia mas velocidad, era raro pero a medida que Belter descencia tambien comprendio lo que sucedia, llantos de bebe. Argent bajo rapidamente de su montura, fue corriendo a la casa, parecia preocupado… tanto que dejo la puerta abierta. Belter se acerco y bajo tambien. Miro por una ventana y alli estaba, una preciosa bebe elfa tranquila en su cuna, pero aun oia un llanto, que no cesaba y desesperado, eran dos bebes. Oia a los padres hablando preocupados, pero aun no se atravio a acercarse a la puerta.
Belter abrio la ventana con cuidado y entro en la habitacion de los niños, se acerco a la cuna de la niña. La miro con detenimiento, era una preciosa mezcla de elfos, sonrio a la pequeña y le paso con ternura un dedo por sus mejillas. Los padres aun hablaban con preocupacion en la otra habitacion, junto al llanto que no cesaba. Belter cogio a la pequeña bebe en brazos, penso que si la tenia en brazos sus padres no la atacarian, una buena defensa, con ella salio de la habitacion, pero antes cogio lo que parecia una perla que habia cerca de una de las cunas.
Los padres aun no se habian percatado de la presencia de Belter, estaban demasiado preocupados por el bebe. Argent le casteaba lo que parecia una curacion al pequeño que tenia en brazos su madre. En seguida se dio cuenta de lo que sucedia, el tono de piel y los ojos del niño solo podia significar una cosa: Las sombras. Belter se atrevio a interrumpir:
Unos bebes preciosos- dijo en tono afable.
Los padres palidecieron de repente, una extraña en su casa y con su pequeña en brazos. Argent se puso tenso y Menel endurecio la mirada, sin embargo la extraña elfa continuo hablando, aunque sabia que todos sus movimientos eran examinados.
Tu hijo, Estel… he escuchado su nombre, tiene un problema. Soy sacerdotisa como tu (dijo mirando a Menel), veo que tu marido intenta expulsar las sombras pero no lo consigue, creo que puedo ayudar.
Belter se acerco lentamente a Argent y le ofrecio al bebe que tenia en brazos para que lo cogiera. Acerco las manos al pequeño bebe que no paraba de llorar, puso una en la frente y otra en su estomago. Cerro los ojos mientras parecia que susuraba un hechizo. Menel parecia inquieta y no estaba muy convencida de dejar que una extraña hiciera algo a su hijo, algo que no sabia que era, empezo a desplazarse hacia atras, pero Argent la detuvo y le dijo que aunque no la conocia era de los suyos, que el confiaba en ella. A Menel no le convencio, pero ese comentario le dio tiempo a Belter a acabar, en cuanto abrio los ojos brillaban mucho mas dorado y los pies volvieron al suelo delicadamente. El pequeño volvio a tener su tono natural de piel poco a poco, cerro los ojos y dejo de llorar mientras se quedaba dormido.
Hola- dijo la sindorei- me llamo Belter, no toda la horda esta preparada para vuestros retoños. Si al pequeño le pasa a menudo, es un problema…
Menel sabia de que hablaba Belter, pero ahora estaba alivida de volver a ver a su hijo bien.