No ha soportado que se le cayeran los cuernos
Antes de que te pires molaría hacer el concurso de borrachera
No ha soportado que se le cayeran los cuernos
Antes de que te pires molaría hacer el concurso de borrachera
Estabamos off rol…no cuela madrina!!!
La verdad es que me gustaría continuar pero no sé como seguir su historia.
Tranquila que me temo que si Eleanna hace lo que creo que va a hacer…tienes historia para rato.
Puedes hacer lo que quieras Eyliria.Por ejemplo,usar tu hibernamiento como excusa,para plantearte que quieres hacer ahora,seguir la historia de Sylvanas,para ver cómo evoluciona,buscar tu razón de existir,etc
Tienes imaginación,y buen ritmo narrativo. Puedes hacerlo,porque ya lo hiciste con la historia tan currada del pasado de tu pj.
Maléfica…¿quien va a ser la madrina sino?
No prometo nada, de momento el personaje está en suspenso. Rectifico, seguiré la historia que tenía prevista para matarla, ya pensaré si en algún punto cambio el final.
Mientras no la mates… todos tenemos un momento en el que se nos va la inspiración. Tómate tu tiempo
¿La puedo mutilar?
Ummm…veo una lucha interna para dominar tu demonio,el cambio de aspecto…eres más Sin’dorei que antes,me caes bien,señorita, así que tu misma.
Si quieres puedo darte unas clases de mis ideas para liberar a los elfos…
Ya sabes,esas “losas” que tanto “aprecia” la del pelazo…¿Le vas a dejar que se salga con la suya…?
No gracias, por ahora no tengo problemas para dormir.
Ya lo está, como todos los DH
Hacía ya horas que había llegado a Dazar’alor, había saludado al viejo Occuleth que le había recibido cortésmente como siempre, había presentado sus respetos a la princesa Talanji y se había reportado ante Baine en el Gran Sello. Sólo le quedaba acudir a Nathanos, que se encontraba en el puerto, para recibir sus órdenes. La verdad es que no le apetecía enfrentarse a aquel tipejo tras lo acontecido en Costa Oscura. Se sentía humillada por haber fallado tan estrepitosamente y el no-muerto se lo recordaría, así que decidió a hacer una parada en una de las tabernas de la ciudad.
Entro en una en la que no había estado en su anterior visita y allí encontró a una vieja conocida. Una sacerdotisa nocheterna llamada Ixylia, se conocieron durante la liberación de Suramar. En un principio Ixylia había sido leal a Elisande, incluso había participado en el exilio de Thalysra, pero tras descubrir que su hermano había servido como combustible para una de las máquinas de la Legion cambió de bando. Eilyria la había ayudado a escapar de la ciudad y le encontró refugio junto a Thalysra. Lo que ocurrió entre Thalysra y Ixylia después, quedó entre ellas.
Eilyria se sienta en la barra junto a su amiga y pide una cerveza.
-Ha pasado mucho tiempo, ¿verdad? - dijo Eyliria.
-Una eternidad - respondió Ixylia con mirada sorprendida.
-Es raro verte beber algo que no sea vino de arco - comentó Eyliria.
-Hoy necesitaba algo más fuerte - respondió la nocheterna.
Eilyria mirá inquisitiva a su amiga pero no dijo nada.
-Hoy he ido a una misión junto a Valtrois y ese tal Rexxar - comenzó a comentar la sacerdotisa - Nos encomendaron rescatar a una rea de una prisión de Kul Tiras, una tal Priscilla Gobernalle.
-¿La compañía Gobernalle? - preguntó Eilyria.
-Esa misma. En fin, no hace falta ser muy listo para darse cuenta de que esa tía no es trigo limpio. A Valtrois le preocupa que Sylvanas se esté aliando con malas compañías y yo no sé que pensar.
A Eilyria le molesta las insinuaciones de su amiga y no se corta en su gesto al mostrar su desencanto.
-Eily, sé lo que sientes sobre Sylvanas, pero yo también seguí ciegamente a Elisande y lo pagé muy caro. Ella también buscó la complicidad de la Legión para asegurar el futuro de nuestra raza y ya viste como acabó.
Eilyria golpea bruscamente la barra y dice - Ella no es como esa bruja. Es una luchadora, no se rendiría tan fácilmente como tu Gran Magistrix. Ella…
-Piénsalo bien Eily. Ándate con ojo. - dijo la sacerdotisa mientras dejaba unas monedas sobre la barra y se marchaba.
Eilyria se quedó sola pensando en lo que su amiga le había dicho.
A tu amiga de la barra la gano bebiendo también
Ella está acostumbrada a licores finos no al matarratas que te metes tú en el cuerpo. Qué así te lucen los ojos.
Había sido… intenso y emocionante. Tras terminar de enterrar a Ardeniel y a Naisha, se habían quedado allí sentadas, junto a ellas, simplemente admirando a Elune. Les habría gustado quedarse más tiempo, pero ambas tenían obligaciones.
Eleanna se despidió de Larissa y se dirigía a conocer a las centinelas a su cargo. Mientras estaba de camino. Recordó algo que Larissa le había entregado unos días atrás. Rebuscó en su bolsa, y ahí lo encontró. El broche de Mithril que le había entregado Larissa. Un presente de un misterioso elfo que escribía en Thalassiano… Eleanna sabía que se trataba de un sindorei, y no de uno cualquiera. Tenía la certeza de que se trataba de ArgentSword.
Seguía avanzando a través del campamento mientras jugueteaba con el broche con los dedos de la mano. Ya divisaba las tiendas de las que le había hablado Shandris.
“¿Cómo podía un sindorei haber conocido la noticia y haber sido capaz de enviar un presente hasta la misma tienda donde se encontraba la capitana? Larissa dijo que se lo había entregado un viejo paladín… ¿Tenemos más traidores en la alianza?” seguía devanándose los sesos. Normalmente no se habría molestado porque la alianza tuviera a una serie de traidores, “que se encargue cada ejército” pensaría… pero ahora era diferente. Formaba parte del ejército de las kaldorei, y no quería arriesgarse a que nadie de los suyos recibiera una puñalada por la espalda. No podían perder más gente".
“Pero el viejo paladín puede que hiciera de mensajero… no… son viejos caballeros y orgullosos, dudo mucho que hicieran tal favor… quizá por un viejo amigo… o por un familiar. ¿Actuó solo? ¿Hay… alguien más tratando con los sindorei?” Mientras seguía pensando, entró en la tienda de campaña.
Dentro había cuatro centinelas. Tres de ellas estaban tendidas en sus catres, mientras que una estaba sentada vendándose una herida en el brazo. Todas giraron sus caras hacia la maga conforme entró en la tienda. La que se estaba vendado, exclamó agresivamente:
“Lárgate altonato”. Las demás le dieron la espalda mientras seguían tendidas.
“Me llamo Eleanna, y soy vuestra nueva capitana. La general Plumaluna me el mando de este grupo de centinelas” - Respondió Eleanna con frialdad. Ya esperaba una reacción como esta… “Me costará ganarme su confianza” se lamentó.
Al escuchar el nombre de la general, las cuatro se levantaron de y se cuadraron.
“Salid fuera por favor” les dijo Eleanna saliendo de la tienda.
Las cuatro salieron y formaron.
“Me gustaría saber vuestros nombres” - Dijo ELeanna sin ánimo inquisitivo.
“Valedel”, “Einir”, “Noah”, “Ainel” gritó cada una con fuerza.
"¿Quién de vosotras tiene mayor graduación? - Preguntó Eleanna.
“Yo, capitana” - respondió Noah. Era la centinela que se estaba vendando el brazo.
“Noah, tenemos órdenes de partir hacia Boralus y presentarnos al comandante Aterravermis. ¿Os encontráis en condiciones de viajar?” - Preguntó Eleanna mientras mostraba el pergamino sellado con el sello de la alianza.
“No hay viaje en barco que sea un impedimento para una centinela, capitana” - respondió con retintín Noah.
“Genial” - Respondió con tono burlón Eleanna.“Porque no vamos a viajar en barco. Como me dijo una gran centinela un día: puedo hacer brilli brilli con las manos, ¿recuerdas?” Dijo Eleanna con una sonrisa, mientras comenzaba a conjurar un portal a Boralus.
Las centinelas ciertamente se inquietaron, no habían caido en lo que significaba tener a una maga como capitana, pero si la idea de viajar por el portal les inquietaba, no lo manifestaron. “Id recogiendo vuestras cosas por favor”.
Cuando Eleanna terminó de conjurarlo, esperó muy poco hasta que volvieron a aparecer con su petate hecho. Ciertamente eran muy buenas y disciplinadas. Les hizo una señal y las cuatro pasaron a través de él. Tras pasar Eleanna, el portal se cerró.
Se materializaron en el mercado de los vientos alisios. Eleanna enseguida notó el frío característico de Boralus y… su olor a pescado.
Eleanna se dirigió a Noah.
“Noah, dirigíos al cuartel de los Valiente y presentaos. Os ofrecerán alojamiento. Esperadme allí”.
“Si mi capitana” Respondió Noah cuadrándose, al tiempo que hacía un gesto a las otras tres, que comenzaron su camino hacia el cuartel.
Eleanna salió al muelle. Antes de presentarse ante el comandante, iba a hacer una parada. Necesitaba una cerveza… una grande. No tanto como para emborracharse, no podía aparecer el primer día borracha ante Halford Aterravermis… pero quizá una para quitar el ansia de los últimos días… sii por que no.
Mientras caminaba pensando, iba jugueteando con el broche de mithril, moviéndolo rápidamente entre sus dedos. Mientras se dirigía a la taberna, volvió a pensar en los traidores… “Este viejo paladín es por donde empezaré. QUizás gracias a él pueda tirar de la manta… y cuando tenga pruebas firmes, las presentaré a la general Plumaluna. Sí… encontraré a todos los traidores. Y si ni el paladín ni nadie compinchado con el quiere hablar… siempre puedo utilizar el último recurso…”
Justo en ese momento, vió a una kaldorei justo enfrente suya. La reconoció al instante. Era Menelwie. Se había fijado en sus ojos y se encontraba ciertamente sorprendida… y Eleanna sabía por qué. Sin embargo la maga también notó que se había fijado en el broche con el que estaba jugando mientras caminaba… “…¿Lo reconoce?” pensó…
“Mi querida sacerdotisa, que gran casualidad”… dijo Eleanna levantando la mano saludándola. “Ven acompáñame, te invito a una graaaaan cerveza”…
El tono de Eleanna tenia un toque…siniestro?
-Debo estar cansada-pensó-o quizás solo sea que su nueva apariencia la había sorprendido.
-Supongo que tenemos que celebrar la victoria de nuestro pueblo en Costa Oscura.Al menos tenemos un sitio para que nuestros…caídos…-dijo con tacto pensando en Ardeniel-descansen en paz.
Te acompaño si quieres querida,pero sabes que las sacerdotisas de Elune no somos amigas de la bebida,a lo sumo un vaso de vino kaldorei suave en dias especiales como el de hoy.
Era cierto,nunca bebía,recordaba la última vez que lo había hecho,en Dalaran tras lo de Costa oscura,y fue una sola copa que ni llegó a terminar,lo hizo para intentar relajarse un poco y por el dolor.
pero Eleanna parecía de buen humor,estaba libre y decidió acompañarla para intentar evitar que su amiga tuviese una buena resaca al día siguiente.
-A donde vamos? preguntó Menel situandose al lago de la maga.
Hmm… poco te ha durado la sorpresa de verla resucitada, Menel.
Además en tu estado ¡no puedes beber!
Me acabas de fastidiar la trama que había pensado
Pero tengo que disimular XD
Tu sigue Eleanna que yo lo decía por disimular.
Mira, ya está solucionado xD
Luego que no te salga el niño medio lelo, ¿eh?