Me convertí en lo que juré destruir. (Relato)

Estaba en la costa oscura, acabamos de establecer un territorio base para las sacerdotisas y terminamos de conquistar Costa oscura.
Recuerdo sentir el ligero viento y el olor a restos quemados de árboles ya podridos, recuerdo sentir los sentimientos de gente perdida y ahogada en su propia sangre.
Sangre derramada por defender, defender un territorio el cual a ellos les pertenecía de ante mano, y es ahí cuando los enemigos llegaron, y Costa Oscura arrasaron. Gente, almas, familias destrozadas, en la cuerda estaban alzadas. Una muerte segura se esperaba, y ninguna semilla brotaba.

-¡Sacerdotisa!
Me desperté de mi sueño profundo, estuve unos segundos parada, esperando y pensando donde estaba, me mire los pies, bañados de sangre, y es ahí cuando recordé, que me mantenía en Costa oscura, estableciendo un territorio , ayudándonos mutuamente.
El charco que pisaba reflejaba a la tenue Elune, asomada en el cielo, esperando a que alguien le escuchara. La veía enfadada, con una sed de venganza que nadie podía sentirla tanto como ella, nunca la habiamos visto así, es como si… Me llamara.
Desde luego, en Costa oscura no se respiraba paz, empecé a recordar los muertos, los asesinatos, dios… Fëlu…
-¡Necesitamos ayuda por aquí!
Me cortó la comandante Prïtoni, necesitabamos una ayuda urgente para rescatar a los Heridos de la batalla interminable , una batalla que todavía estaba en nuestras manos ganar.

Intente hacer lo que pude… Después de unas horas sentía el cansancio de mis manos, no me sentía con fuerzas después de tal genocidio como fue lo que ocurrió en la Horda con…
Suspiré, conté hasta tres y seguí curando.

Intenté socorrer a todos los heridos que pude, hasta que de oír solo el ruido suave pero a la vez tenebroso del viento de Costa oscura, oí un llanto, una llamada de socorro… Me alerté, empece a decir a nuestras sacerdotisas si habían oído el llanto, nadie me escuchaba, nadie lo había oído.
Sin que me vieran, intenté con todos mis esfuerzos subir hacia la cima del territorio para poder llegar hasta el supuesto llanto.
Un llanto de una elfa pensé.

Al llegar hasta la zona donde provenía el sonido del llanto, pude ver una figura… Era una elfa de la noche…
Era Fëluna.
Fëluna, ¿Que haces? Vuelve al campamento con las otras por favor, te necesitamos.
Sabia que algo iba mal, pero la única frase a la que podía recurrir y no mancharlo todo era con esa.
Esperé unos segundos, el silencio era rotundo, solo se oía el viento y las hojas del suelo persiguiendo al viento desesperadas. Me dí la vuelta, y es ahí cuando…
-No puedo mas Lunëter… ¡No puedo más! ¡Tengo que hacerlo!

No me dí la vuelta, simplemente pensé que podía haber sido, que iba a hacer, que le estaba ocurriendo… Quería girarse pero había algo que no le permitía moverse, girarse… Estaba paralizada.
-Todas las muertes, mi familia, mis amigos… ¡No tengo a nadie! ¡Lo he perdido a todo y todo!
…Fëlu…
-¡No! Estoy harta de seguir luchando sin sentido, sin saber nada, sin saber los planes de la alianza, sin saber si seguimos siendo de la alianza, sin tener a nadie cerca de mi… ¡Estoy sola, y hay una guerra que seguramente yo tampoco sobreviva!

Solté una lágrima, empecé a recordar el sufrimiento de ver como los Hordas le sacaban las espadas ensangrentadas de las tripas de las elfas, como poco a poco ibamos muriendo… Y perdiendo la esperanza… Esta guerra era muy dura… Y si no eres fuerte…
…Yo…

-¡Nadie puede hacer nada Lunëter, nadie! ¡Nadie entiende el significado de esta guerra, ni siquiera la propia Elune!

Empecé a perder la fe… Como poco a poco los pétalos quemados de mi corazón iban desapareciendo… Es ahí cuando di pequeñas vueltas con mi cabeza y dije:
Para.
No quería perder la fe en Elune y menos en estas circunstancias…
-No puedo más, y sé lo que voy a hacer, ya lo tengo decidido. Dijo Fëluna con seguridad.
Es ahí cuando Fëluna hizo un gesto , al parecer robado de la magia arcana, un hechizo en el que puedes camuflar los objetos a tu antojo…
Cuando quitó el camuflaje, vi el pozo… Donde Elune se convirtió… en… en…
-En la guerrera Nocturna. Dijo Fëluna.
-Lune, no me quiero convertirme en una guerrera nocturna, al ser una sacerdotisa de rango bajo, no tendré la suficiente destreza para completar el ritual, si me meto adentro y lo completo, será la única manera de quitar mi sufrimiento e ir con mis seres queridos…

En ese momento me quedé impactada, simplemente sin palabras, no podia hablar, mis gestos se movieron por si solos y corrí hacia ella antes de que pisara el pozo, Fëluna estaba con los ojos cerrados, justo iba a pisar el pozo, salté hacia ella para apartarla, salté con todas mis fuerzas, estiré mis brazos.
No!!

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La guerra continuaba, la destrucción poco a poco, se arrimaba.
Años luz amigos, años luz, que superan mi amplitud.
Una amplitud de fuegos, un fuego que nos dejó ciegos.
Ciegos, ciegos en una guerra interminable, que a mi pesar, no será abarcable.

Continuaba y continuará la historia, con una pequeña precautoria.
Precautoria de dolor, de sangre, sufrimiento que ya quiere migrarse.
Migrarse a un territorio desconocido, pero a la vez construido.
Construido por almas, almas acacias de elfo de la noche.

Recuerdo perfectamente el áspero tacto de la piel de Fëluna, áspero…
Al agarrarla, vi en sus ojos algo que no vi nunca, vi pánico…Dolor… Angustia. Pensé que la iba a salvar… Pensé que iba a salvar a todos… Pensé que… me iba a salvar a mi misma.

Un simple centimetro de error, con la posición en la que agarraba Fëluna, podia fallar el plan, Fëluna podría caerse al pozo y… Morir.
La agarré con todas mis fuerzas, con un movimiento de 80 grados la gire hacia mi izquierda y conseguí sacar su pie del pozo.
Iba a provenir a tirarla al suelo, cuándo… Algo ocurrió.
Las delicadas manos de Fëluna resbalaron de mi, no tenia donde sostenerme.

Estaba en pánico, pensaba lo peor. Me iba a morir, aquí, sola, en medio de una guerra que posiblemente perdamos, una guerra en la que ni recibimos ayuda de nuestra facción…
Sentía poco a poco como la esperanza se desvanecía a medida que me caía en el pozo, sentía como poco a poco la energía del pozo iba alcanzándome hasta que…
Unos milisegundos antes de caer, unos segundos de vida, mis útlimos segundos como elfa de la noche.

Adiós. Dije susurrando antes de caerme. Y morirme.

El silencio era abrumador, tedioso, un silencio como nadie había escuchado antes, un silencio… Que una elfa de la noche se merece.
En ese silencio, Fëluna estaba aterrorizada, sentia mi miedo desde el pozo, sentía y oía gritos como pude mientras me moría lentamente…
Hasta que…

Una ráfaga de luz me alcanzó, una ráfaga de luz tan grande como pudo haber sido Teldrassil misma. Una ráfaga de luz que casi dejó ciega a Fëluna… Sentí como un dolor alcanzaba mi pecho, no podía respirar.
Empecé a levitar… Estaba consciente… Pero a la vez inconsciente.
Sentía los susurros de Elune, como me intentaba decir algo, como la venganza se apoderaba de mi… La ira… Los muetos…
El dolor era insuperable hasta ese momento, lo sentía por todo mi cuerpo, como la energía del pozo recorría todas mis venas, como veía la cara tapada de Elune dar a luz. Como…

“Un ruido contra el suelo del pozo inmenso dejó todo la zona incluido Fëluna en silencio total, como si ya hubiera pasado el terror, pero a la vez no.”

Me levanté…

Fë… Fëluna??

Fëluna se quedó observándome impactada, como si la hubieran acuchillado tanto a ella misma, como a su familia.
Recuerdo ver como el dolor de mi cuerpo iba desapareciendo… Empezaba a tomar consciencia, empecé a notar leves diferencias en mi cuerpo que se convertirán dentro de no mucho en heridas irreparables para mi cuerpo de elfa de la noche.

Elune… Elune?? Dije con todas mis fuerzas restantes.

Fëluna empezó a gritar, estaba aterrorizada, como si me hubiera convertido en un demonio… Como… si no fuera la misma persona…
-Lunëter! Es una guerrera de la noche! Elune la ha transformado! Ha sido culpa mia! Dijo Fëluna como pudo.

…¿Qué? Dije aterrorizada.
Sentía como si me hubieran apuñalado en la espalda.
No me imaginaba , no me lo queria imaginar, suplicaba a Elune que por favor, que no me haya convertido en eso.

Me miré las manos, me miré los pies, y al instante, con el ténue reflejo que pude ver a través de las aguas oscuras del pozo, pude apreciar una cara… Un reflejo… Ojos oscuros… Yo…

Dios.

Me derrumbé, pude sostenerme con mi mano derecha, el dolor había vuelto a llegar, a medida que pasaba el tiempo mas ira y venganza tenía por aquellos que han muerto en esta guerra tan injusta… E inocente.
Estaba muy cansada, estaba frustrada.

…Como… ¿Como has podido hacerme esto Elune?
No puedo ser una guerrera de la Noche… Ahora no… No puedo… Mi familia, mis amigos… Estarían decepcionados de mí si yo…

No podía sostenerme más. Iba a perder el conocimiento.
Me levanté del pozo, herida, con lágrimas en los ojos, y con todas las fuerzas que pude.
Iba arrastrando mis pies por el suelo, salí del agua. Empecé a dar pequeños movimientos en los pies para mantenerme despierta… De alguna manera… Quería seguir adelante… Quería poder ayudar a mis compañeros… Yo…

Pude ver el campamento entero, lleno de sacerdotisas buscándome.
Estaba más viva que nunca, pero a la vez más muerta que nunca. Estaba con media cabeza caída, intentando sostener mis ojos oscuros que reflejaban a Elune enfurecida.

Intenté gritar, no tenia voz, pedir ayuda, intenté lo que pude.
Nadie me escuchaba.
Me caí de rodillas, me quedé mirando a mis compañeras pensando que pensarán al verme convertida en esta… Cosa…
Empece a pensar… En mí… En los muertos, y a la vez… En la vida.

…Estoy… Viva.

Esas fueron mis últimas palabras antes de caerme y perder el conocimiento, pensando en aniquilar, destruir… Pero a la vez como todo el mundo me iba a ver como una… Abominación, ya que antaño tanto las guerras elfas de la noche como las sacerdotisas juramos matar a todo aquel que solo contenga ira y una cruel venganza desembocada en su propio cuerpo.

Preguntas infinitas me surgieron mientras estaba inconsciente…
…¿Que pasará cuando me levanté? ¿Me habrán matado ya? ¿Pensarán que estoy muerta… Y de que no sirvo para absolutamente nada en esta estúpida guerra?

-Abre tus ojos.

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“Me levanté y pude ver el pequeño campamento de las sacerdotisas al fondo, era una pequeña luz que se formaba gracias a que las antorchas estaban juntas, era simplemente precioso”.

Miré a mi alrededor, intenté darle una pequeña chispa de esperanza a mi mente… Pero no lo conseguí, solo vi cenizas en aquel pueblo que antes se hacía llamar Teldrassil.
Siento como poco a poco los cuerpos de todos los elfos se van pudriendo bajo el ancho y fondo mar, como el aire se va haciendo mas y mas suave a medida que camino hacia el oscuro bosque.
Cogí un pequeño objeto de mi mochila, era una foto, una foto de mi familia.

-Menos mal que os tengo a vosotros… Dije.

Me puse aterrorizada pensando como deben de estar los elfos y elfas que hayan perdido a sus familiares, eso es peor que una puñalada en la espalda… Algo… Mayor.
“Sujete y apreté el cuadro con todas mis fuerzas, lo abracé.”
-Os quiero, y por favor, no os vayáis, os necesito con todas mis fuerzas.

-Abre tus ojos.

-Necesito que los abras.

Agh… No… Puedo…

Sentía un enorme dolor en la espalda, varios cambios físicos entre las piernas , brazos, hombros…
Todavía no había abierto los ojos…

Su voz…

Su voz se parecía a alguien cual antaño había conocido, alguien… ¿Especial?
Aunque poco a poco iba abriendo los ojos y recuperando mi consciencia, notaba un ambiente bastante cálido y plácido, sentía… Protección. A medida que pasaban los segundos intentaba abrir mis ojos con cuidado, despertarme del sueño eterno que creí haber estado. Empecé a recordar a las familias, a las personas… A Fëluna…

Esa elfa… Dije en mi cabeza con una furia indeterminable.

Por culpa suya me había convertido en lo que yo era ahora, no se lo iba a perdonar… Pero por otra parte, me sentía contenta, acababa de salvar una vida y como… Sacerdotisa mi deber es salvar a la gente necesitada…
No sabia si me sentía o se sentía mal, no sabía si lo que yo era o en lo que yo me he convertido era yo u otra “persona” diferente, necesito hablar con alguien, resolver esas dudas, necesito… Ayuda.

-Los esta abriendo.

Al oír esa frase justo estaba abriendo mi ojo derecho tranquilamente y sin prisas ya que el dolor en mi cuerpo ahora mismo era insuperable.
Pude ver, ver pero borroso. Pude ver una figura grisácea con los ojos negros… Como… yo.

¿Una guerrera de la noche? Dije como pude.

No hubo contestación alguna. Abrí mis ojos… Y pude ver…

Ver a Tyrande.

-Por fin te has despertado… Dijo Tyrande con una voz grave.
…¿Qué?.. ¿Tyrande, eres tú?
-Sí, por suerte te encontré, estaba en costa oscura atendiendo a las otras guerreras para construir un nuevo frente, creo que ya presides de esa información sace… Guerrera.
¿Guerrera de la noche?, ¿Cómo?.. Sostenía mis ojos abiertos como podía, yo tenía una cara de palidez y un rostro que no mostraba mucha esperanza al oír el término “guerrera”.

-Verás… “mira un papel que tenía en el suelo” Lunëter… Te convertiste en una guerra de la noche al intentar salvar del suicido a una elfa compañera tuya, la elfa iba a empezar el ritual y tu te pusiste en medio del pozo… Con lo cual después de haber realizado el ritual tenias esos dolores… Lo que me extraña es como una sacerdotisa del campo D a sobrevivido a tal ritual.

…¿Qué?
-Deberias de estar muerta. Dijo Tyrande.

Me cogió de los dos brazos y Tyrande me ayudó a levantarme.
Casi no me sostenía, estaba casi sin fuerzas y el dolor que tenia por todas las partes del cuerpo era bastante fuerte… Necesitaba un reposo… Pero todas esas familias y personas inocentes ardiendo… No había que perder el tiempo.

-Verás, ahora mismo los dolores tienen que ser bastante fuertes, debido a que el ritual no lo hiciste correctamente y lo hiciste en cambio apresuradamente. Si necesitas un descanso…

Estoy bien, necesito…
-Te llevare con las sacerdotias, Lunë, aunque no sea un acto que yo vea correcto hacer siendo una guerrera de la noche… Pero si es lo que piensas…

Es lo que pienso, tengo que defender a mi pueblo…

-Que así sea pues. Dijo Tyrande.
-Coge todo tu equipamiento y llévatelo hacia el campamento.

Cogí todas mis cosas y me fui casi corriendo hacia el campamento de las Sacerdotisas.

Cuándo estaba ahí… Vi a mucha gente agrupada, individuos nuevos, sacerdotisas con nuevo equipamiento…
Me miré las manos y me pregunté:
…¿Cuánto tiempo llevo dormida?

-Varias semanas, respondió una persona al fondo.
-Buenas, soy la subcomandante Trïno, desde ahora os dirigiré en base a qué recursos poner en las placas de los campamento, Encantada.
“Me estrecho la mano”

Giré la cabeza sesenta grados para volver a ver la “reunión” que estaban convocando en la plaza central de costa oscura (nuestro campamento), pude ver a mucha gente y una elfa en medio del campo, estaba hablando con las demás sacerdotisas…

-Es la nueva comandante. Dijo Trïno.
…Espera… ¿Nueva comandante?
Antes teniamos a la comandante Gïna, que era una experta en combate y nos lideraba hacia todas las misiones con una victoria asegurada, ella me aseguró que cuando se quitara el cargo, me nombraría comandante del campamento de sacerdotisas.

-Si… Desafortunadamente la comandante murió por una extraña enfermedad… Creemos que fue una especie de ataque Horda, pero lo que si sabemos es que esta muerta, hicimos el entierro hace bastante tiempo, ahora hemos elegido como comandante a Nora.
No puede ser… Cerré los ojos, no podía llorar, y tampoco caerme… No ahora… Ya he perdido todo… Ahora lo único que falta es salvar a la gente de las manos de la Horda… Sentía horriblemente esa sensación de llorar, de estar vacía… Pero no llorar. No quedaba practicamente nada en mí, solo sed de venganza.

En ese momento estaba muy perdida, no sabia quien era Nora, no sabia como era y si iba a llevarnos a la victoria. Estaba… Perdida.

-Tranquila, sigues siendo una sacerdotisa, descansa un poco, mañana la capitana repartirá las misiones.

Antes, tengo que hacer una cosa. Dije con seriedad.

Caminé seriamente hacia el centro del campamento con la mirada fija hacia Nora, este momento era muy importante, Nora dependia de muchas vidas y tenia que ver como era.

¿Comandante, podemos hablar?
Dije con seriedad.

-Sacerdotisa…“miro de arriba a abajo” Te conozco… Eres aquella a la que sucumbió al placer de la venganza de Elune, una corr…
Guerrera de la noche. La interrumpí.

Nora puso una cara de desagrado, no sabía que decir por unos segundos, había un silencio rotundo.

-Bien pues, no te conozco mucho en persona guerrera… A pesar de que me haya costado me obligan a retenerte en el puesto de las sacerdotisas… No hay mas que hablar, coge tus cosas y descansa, mañana hay mucho, mucho trabajo que hacer, y para ti…

No termino la frase, sonrío, y no precisamente con buenas intenciones.

Pero… Nece…

Sacerdotisa! Por favor, no nos hagas perder el tiempo, descansa, y las demás también, estarás cansada de estar tanto tiempo corromida… ¿No?

En el primer momento en el que la vi supe que no tenia buenas intenciones, supe que no nos iba a llevar a la victoria esta elfa… Y menos si sigue con esa actitud.
Pero tenia que intentarlo.

Descansé, cogí mis armas y mi equipamiento, lo dejé al lado de la pequeña cabaña en la que dormimos las sacerdotisas, la nueva comandante Nora no me habia asignado prácticamente nada y ni siquiera informado de nada, hacía frío, el pequeño fuego de las antorchas era lo único que me iluminaba ahora, ahora… La voz de Elune no la escuchaba como antes… Es muy difícil.

“Me puse en una posicion fetal para dormir, cogí mis brazos y los puse por donde el frio no pueda pasar”
Mañana lo daré todo, por… mi Pueblo.

Me despertó una voz que gritaba a mas no poder.
-¡Despierta!

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…No sabía si abrir o cerrar los ojos.

La jefa de guerra estaba esperando y esto parecia mas bien una pesadilla, según ella todo esta controlado, o por lo menos eso a mi me parece. Es por eso que me envarion aqui.

Tenia mil preguntas. Pero me las quite del medio.

No pares, sigue tu camino, derrota a los elfos.

Y eso haré.

-!Despierta!

Abrí rápidamente los ojos, estaba clavada en el suelo de lo cansada que estaba, intente situarme por unos segundos donde estaba.
Como instinto alcé mi mano y la lleve hacia mi izquierda para así coger mi guja. No estaba, cogí una especie de espada afilada de metal para las centinelas bronces. Mire un poco mas para arriba y ví una cara familiar.

Era la Comandante…

Estuve unos segundos mirandola fijamente, mirando sus pequeños ojos como me miraban fijamente y como yo cual idiota tumbada en el suelo sin saber que hacer y sin moverme.
En esos segundos de silencio lo interrumpí, ocurriendome solo decir:

…¿Donde esta mi espada?

-Te la hemos cogido de momento. Respondió al instante la Capitana

Al oír la respuesta no supe que expresión facial poner, sabia que era una guerrera de la noche y no me tenian mucha confianza, pero… No me sentia agusto quitandome mi guja.

-La hemos guardado ya que puede suponer un peligro para ti y para los demás, simplemente por precaución, ahora, coge tus cosas y vete al centro de bando, tenemos que hablar. Dijo la capitana con un tono serio.

Me levanté poco a poco, a medida que me iba levantando iba recordando como he dormido en literalmente tierra, y como de destrozada debe de estar…

Miré a mi alrededor, vi a las elfas prepararse, unas preparando el equipamiento de batalla Kal’dorei, otras conjurando hechizos de sanación para poder mantener a otros grupos…
Me tapé mi cara con mis manos, cogí el agua del río, me lavé la cara y me decidí ir al centro.

Iba caminando hacia el centro, podía ver como las elfas e incluso antiguas amigas me observaban con un tono de curiosidad y la vez me miraban como si fuera un ser algo extraño, un monstruo…
Decidí no hacer mucho caso a las miradas y dirigirme hacia el centro donde supongo que comandaremos las misiones próximas.

Mientras me acercaba pude ver y oír como la comandante iba asignando misiones hacia las elfas, dandoles papeles, armas, certificados…
Al estar mas o menos a unos metros de la mesa de operaciones la comandante giro su cara y puso su mirada en mi frente, como si quisiera algo de mí urgente.
Fui hacia la comandante.

…¿Y bien?, ¿hay alguna mision que pueda hacer mi comandante?

La comandante me miró fijamente y sonrió, ella me dio unos papeles y a medida que los iba recogiendo y leyendo me iba comentando:

-Tendrás que ir a la mina del norte, mas próxima a un campamento Horda avistado por unas centinelas recientemente, tendrás que sacar las minas, materiales o recursos que puedas… Recoger, claro. Dijo la comandante.

Pero… Eso no seria una mision… ¿Un tanto irregular?, es decir, me esta diciendo de ir a una mina al lado de un campamento horda actualmente habitado.
-Queremos que vayas tu ya que eres una guerra de la noche…
Me miro de arriba a abajo, con una cara despreciable.
¿-Que no venias a ayudar "elfa? Me resulta un tanto desastrozo que después de haberte convertido en lo que eres no aproveches tu potencial.

Mire hacia el suelo… Me guardaba las palabras que tenía en la boca, querían salir, pero debia mostrar respeto hacia ella, lo prometí…
Ella no sabe nada de lo que es esto, no sabe nada.

Pasaron unos segundos hasta que una respuesta apareció:

Esta bien comandante, iré. Necesitaré unas armaduras de placas gordas y otros tantos recursos para acceder a la mina.

La comandante me dio todo el equipaje y yo con una duda un tanto grande me fui a la mina, temiendo por mi vida…
Mi trabajo era sanar y cuidar a las personas, no esto…

Cerré los ojos en busca de respuestas, necesitaba concentrarme para ir a la mina y así recoger los recursos tan rápido como pueda, la comandante los necesitaba…
Poco a poco, me iba adentrando en el largo bosque.

Poco a poco veía el río como a medida que me iba acercando se iba poniendo mas clara el agura, era por la mañana y el Sol en los bosques resplendia mucho, sobre todo en los ríos.
Recuerdo de pequeña jugar con estos, cuando aun tenia una familia y no sabia los peligros que habia ahi fuera…

Abrí el mapa con cuidado de no romperlo, miré bien e intenté buscar mi objetivo, que en este caso era la mina cerca del campamento…

Justo cuando pude encontrarlo oí un ruido de un pie en medio de la nada, no podia buscar bien el sonido y no sabia de donde provenia este.

En un tiempo de milisegundos pude acercarme y esconderme a un árbol que había cerca, cogí mi mano y escalé el árbol para poder asegurar mi zona y tener una buena vision del territorio y de donde provenia el sonido.

Empecé a pensar.
Ese sonido es definitivamente pasos, pasos provenientes de una armadura de placas grandes, es decir, orcos… El tacto y ruido con el que ha pisado la planta también influye…

Desgraciadamente en ese momento estuve despistada y no pude reconocer bien el sonido.

Alcé mi cabeza, y es ahi cuando ví a muchos campamentos orcos y muchos soldados de la Horda que patrullaban la mayoría de las zonas. Sentía que estaba acorralada pero es ahi cuando recordé de tener la mente fría, cerré los ojos, los volví a abrir y pude enfocarme bien en mi objetivo.

Puede que esté acorralada, antes de que sepan de que estoy aqui, tengo que ir a la mina. Pensé.

En unos segundos conseguí ver bien al campamento orco en el quería llegar, me bajé del árbol saltando desde la rama mas alta y cayendo sigilosamente sin si quiera casi tocar las hojas que se situaban en el fino suelo del bosque.
Podía oír como las pequeñas hojas de los árboles chocaban entre si.

Sin pensarlo dos veces, al ver el campamento , es decir, mi objetivo cerca, pude apreciar bien a la mina, que estaba detrás, fui corriendo hacia ella saltando de árbol en árbol cuidadosamente sin que ningún soldado se diera cuenta de mi presencia. Vi la entrada de la mina, estaba cerca, muy cerca.

Sentía como en mi cuerpo mi sangre fluía mas rápido de lo normal, sentía un sentimiento inusual de caza, la venganza…

Cogí una piedra que estaba cerca de mi y la lancé hacia la guerrera que estaba cerca cuidando del campamento, la guerrera se alertó y los peones también, obligandoles a dejar a la mina en paz e ir a proteger a su comandante.

…Ja… Eso fue fácil. Dije en mi cabeza.

Entré en la caverna.

Me acuerdo de ver pequeñas piedras a mi alrededor, ver como poco a poco, a medida que caminaba lentamente hacia el profundo y oscuro abismo de la cueba inexplorada me iba adentrando en un peligro que a mi pesar será inafortunado.

Cerré los ojos y los volví a abrir, para tener una mejor visión y poder ampliar mejor mi vista, necesitaba ver todas las esquinas, y sobre todo, tener puntos por donde escapar.

Esto no es una buena idea. deduje mientras pisaba un pequeño charco cerca de un muro mediano de piedra.

Lo escalé fácilmente y pude ver en la lejanía un mineral de hierro y un troll protegiendo la mina. Miré sus espadas, las miré mas a fondo, a 30 metros de distancia pude ver que en las espadas tenia escrito el nombre de…

Oí un ruido a mi derecha, inmediatamente me giré, mi mano derecha no tardo más de un segundo en ir a mi guja. Me centré más al fondo.

Solo es un murciélago. Pensé.

Después de todo, no iba a volver atrás, tengo ya una mina en mis manos y tengo que matar a ese troll.

Oí pasos que provenian hacia el norte, iban hacia el troll, era una orca con una pequeña antorcha, supongo que para inspeccionar si todo esta “en orden”, mire mas a fondo y pude ver como la orca tenia una bolsa llena de minerales en su pierna derecha.

Muy fácil para quitarselos, tiene que ser una trampa.

No lo pensé dos veces, y fui hacia ellos sin hacer ningún ruido, pude escalar algunas piedras que habia hacia el lado izquierdo de la pared de la mina, hasta estar arriba de ellos dos.
Me dejé caer en la oscuridad, les vio a los dos justo delante… Corrí hacia ellos y…

Empujé a la orca hacia delante, para que esta se resbalara y se chocara contra el troll, cogí su bolsa de su pierna derecha y rápidamente se la lancé al troll…

Efectivamente, era una trampa, tenia en la bolsa un pequeño dispositivo goblín capaz de al ser tocada este activa automaticamente una bomba.

Afortunadamente ya estuve presa antaño en un campamento goblín, me se sus trucos sucios.

Decidí coger la mina de hierro, la cogí fácilmente ya que esta ya estaba dañada debido a la pequeña explosión.
Me di cuenta de que deberia de haber hecho bastante ruido la explosión y haber alertado a la Horda.

Debo irme. Pensé.

Cogí todo el mineral que pude y sin pensarlo dos veces me fui hacia el exterior de la cueva.

Antes de salir de la cueva, justo en la entrada frené y pare de correr, me dí cuenta de que probablemente iba a estar rodeada de orcos y trolls que defendian la mina… No me habia dado cuenta de eso.

De repente se me abrió un instinto, que antaño ya había experimentado, un instinto… Feroz, valiente, vengativo.
Cogí mis gujas, y corriendo salí hacia el exterior de la cueva con la guja de mi derecha levantada.

Al salir recuerdo seguir oyendo el sonido de la cueva, del silencio que había, era impresionante.

El campamento esta… Vacío? Pensé asustada.

No…Debe de ser una trampa, de todas maneras, tengo que informar de esto a la comandante… Ahora.

Me decidí ir corriendo hacia mi campamento para así estar segura…

Mientras corría pensaba… No mas Hordas… No mas muertes por hoy… Por hoy no voy a morir.

…Repentinamente oí unos pasos que se acercaban hacia mi detrás, corriendo.
Me iba dar la vuelta y…

Agh… No… Puede… Ser.
Me caí al suelo, inconsciente, sin ninguna respuesta… Pensando en voz alta, ¿que habré hecho mal? ¿que habré hecho mal…?

-No has hecho nada querida. Dijo.

?! Me asusté, supuse que iba a ser un horda pero… Tenia una voz familiar…
Intenté abrir los ojos, pude ver un reflejo… Alto… Grande… Era…?

No puede ser… Comandante??

Jajajaja!! Se rió como si fuera un animal de circo, me miró casi llorando de la risa, me cogío la cara y me la levantó , casi ahogandome.

-Idiota! Dijo la comandante.

En ese momento la elfa empezó a tomar forma de algo… Empezó a cambiar su forma, de pies a cabeza, iba cambiando, se volvia haciendo más… Más…

¿!Eres un goblin?! Maldito sucio traidor! Estaba cegada por la venganza y por la tración, mis oidos estaban taponados, solo escuchaba voces en mi cabeza… Matala…

-Claro que lo soy, si no comprendéis ni lo mas básico… Fue muy fácil engañaros, con el temita de la guerra y vuestras estupidas perdidas estais todas cegadas… Y t ontas.

Como…?

-¿Que como? Dijo la goblin

-¿Fue fácil, primero de todo envenené a tu antigua comandante, llevo observándola meses y siempre va a un lugar determinador para orar… Ese día la cacé , la pille desprevenida y la envenené… Fue muy fácil… Y satisfactorio a la vez. Al envenarla y no matarla por completo, pude conseguir convertirme en su apariencia, y así irme hacia vuestro campamento a engañaros a todas… Poco a poco una a ido cayendo… Y tu eres la que mas tenia ganas.

-Me cambié bastante la apariencia para que no me reconocierais, tomé un elixir que me ofeció Sylvanas para así conservar mi estado y poder proseguir el plan, la mision suicida te la ofrecí como un intento de muerte… Pero veo que no me ha salido muy bien el plan… La bolsa de mina… Era mia, y acabo de ordenar a las tropas de irse. Llevamos planeandolo esto dias y semanas, ¿Lo sabes elfa?

La goblín suspiró y se agachó para rematarme.

-Es una pena matarme, ahora te había cogido cariño, pero son ordenes de la jefa de guerra… Matar a la mas fuerte, a la guerrera de la noche, y eso hice… Bueno, “se rió” voy a hacer.

La goblín cogió un cuchillo para así clavármelo en mi cuello y…

Me retorcí de dolor, sentía como a la vez que la cuchilla iba traspasando mi pálida piel, yo iba creciendo y creciendo… No sabía el que. Tenia una furia en mi interior que tenia que soltarla… Sentia como… Me consumia…

Con todas mis fuerzas, cogí mi brazo derecho, levante mi pata derecha, la apoye sobre el pecho de la goblin y dije:

No.

Clavé mi pie en su espalda, y con todas mis fuerzas empujé a la goblin haciendo que se cayese.

No… !No dejaré que te lleves a mi pueblo! , !No habrás mas muertes maldita sea! Vas a morir… !Lucha o muere traidora!
Mis ojos estaban lloros, llenos de la sangre de Elune queriendo matar, vengar, asesinar.

-!No puede ser! !Estúpida elfa! Dijo la goblin.

-Si es esto lo que quieres, una muerte segura tendrás idiota… Pero ten en cuenta una cosa… No volveré a perder ni un dinero más por culpa de uno de tus especies asquerosas… Dijo la goblin desesperada.

La goblin cogió sus dos gujas y se lanzó hacia Lunëter , esta cogió sus dos gujas plantandolas sobre el suelo dejando caer a la goblin y chocando contra ellas. La elfa cogió su guja derecha ya que la de la izquierda estaba atascada.

¡Muere! Le clavé mi guja en su hombro derecho.

La goblin resistió e hizo una especie de giro hacia mi izquierda esquivando y previniendo un mayor corte. Mientras se ponia una venda corria hacia mi con su guja apuntando en mi cara.
Cogí mi guja de la izquierda y justo cuando iba a saltar hacia mi lancé la guja hacia ella. La goblin saltó sobre mio, cogió sus gujas y me las intentó clavar en mi espalda.
Lo esquivé rápidamente, cogi mi pierna derecha y sin que se diera cuenta le di un golpe en la nariz, dejándola casi inconsciente por unos segundos.
En ese momento, iba a aprovechar y matarla.

Por fin…
Justo cuando dije la frase por fin, lanzó una bomba de humo dejándola completamente invisible, supuse que se había escapado y apareció detrás de mi, cogió una daga y sin darme cuenta…

No…Puede…Ser… Dije enfurecida.

-Se acabo!! Estúpida, tu y tus amigos vais a ir todos al pozo y le acompañaréis a Sylva…

La cogí del cuello, empecé a notar como mi sangre fluía mas rapidamente que antes, sentía miedo pero el yo exterior era una pesadilla, una asesina…
Sonreí mientras la goblín gritaba de dolor mientras la ahogaba, la solté.
Un dolor de cabeza repentino me vino, y eso me hizo que la soltara…

La goblin intentó huir, pero no me pude contener…

No huyas… ¡Ahora no! Dije enfurecida.

Mis brazos empezaron a quedarse totalmente negros mientras me elevaba y levitaba alrededor de un aura negro que cubria todo mi cuerpo, estaba medio inconsciente intentando coger mis gujas para quitarle el cuello de su cuerpo a la goblin, la goblin estuvo viendome paralizada, no podía creer que una elfa pudiera hacer eso…

Cogí mis brazos y salté hacia la goblin, cogí su cabeza y empecé a darla contra el suelo… Sentía como el dolor de la goblin aumentaba… Me hacia sentirme… Mas satisfecha.

La goblin esquivó mi quinto atque contra el suelo rodando hacia mi derecha, es ahí cuando rápidamente cogí mis dos gujas, salté casi hasta lo alto de la mina, y volví a bajar descendiendo con mis gujas en punta para clavarselas…

Estas muerta.

Me acuerdo ver como poco a poco, a medida que me acercaba la cara de la goblin iba temiendo mas por su vida, hasta el punto de que la guja llegó.