[Relato] Entrada del Diario de Brogshar. Capítulo 1

-Orgrimmar, Durotar-

El Jefe de guerra nos ha hecho llamar, cosa extraña, pues no pasaba desde que todos estábamos obligados en poner un “granito de arena” en la construcción de la capital de nuestro pueblo. Se nos ha explicado que el viejo portal oscuro, en los Reinos del Este se ha vuelto a abrir, y que de el no paran de salir demonios. La Horda requiere de todo aquel que sepa combatir y que haya prestando su apoyo en la guerra contra la Legión Ardiente. Con gusto prestare mi apoyo a la Horda, siempre solicitando la compañía de los espíritus.

Varios contingentes han zarpado hacia el Portal, hay un montón de orcos, taurens y Trols haciendo fila para prestar su apoyo. También se nos ha informado que trabajaremos codo a codo con la Alianza. No me sorprende, la Horda y la Alianza se unieron en contra de la Legión una vez, fue una decisión inteligente por parte del Jefe de Guerra… pero no creo que esta vez todo sea risas y juergas.

-Thrallmar, Península del Fuego Infernal, Terrallende-

He cruzado el Portal, la Alianza y la Horda han montado un perímetro en la zona, han retomado el control de este, del otro lado del portal. Nunca me imaginé la tierra de mis padres, de mis ancestros en tan deplorable estado, en parte me siento avergonzado, por los errores de mi pueblo, pero a la vez me siento orgulloso, por todo el progreso que hemos logrado en busca de mejorar nuestro futuro.
Me he reportado ante el Teniente general Orion, nos informo que su expedición logró cruzar el portal sin incidentes y que establecieron una nueva base llamada Thrallmar. Pero la Legión Ardiente se instaló y los aisló de nuestros hermanos. Claramente, los demonios esperan retomar el Portal Oscuro y evitar que reunamos refuerzos de Azeroth.

Sus tropas se han quedado a defender la posición con la ayuda de la Alianza, me ha pedido que lleve un informe al General Krakork en Thrallmar. Con su ayuda podríamos devolver a estos demonios al abismo del que salieron.


Cuando nuestro Jefe de Guerra oyó que el Portal Oscuro se había vuelto a abrir, reunió de inmediato a sus consejeros para planear esta osada expedición. Aunque varios de sus concejales tienen sus dudas, Thrall mantiene la esperanza de que podríamos descubrir cosas nuevas sobre la historia de nuestro pueblo. Cree que, en algún lugar en medio de las ruinas de este mundo, se encuentra escondida la auténtica historia del pueblo orco.

Debo admitir que en mis momentos más oscuros… temo que la historia debería permanecer sin contar.

La Horda ha arriesgado mucho para aventurarse en Terrallende - recursos, mano de obra - incluso la defensa táctica de nuestras tierras está en juego. A pesar de todo, Thrall cree en la promesa de esta tierra devastada. Hay una luz extraña en sus ojos estos días - como si sintiera alguna revelación conmovedora que los demás no sentimos.

Con todo, es mi Jefe de Guerra y modelo a seguir. Lo seguiría a través de las mismas puertas del abismo.


Han pasado meses agonizantes para Thrallmar, demonios llovían por montón, mientras que orcos viles nos atacaban por tierra. Por otro lado las expediciones en las que se me asignaban no se salvaban de los inminentes ataques todas las unidades de asalto sufrían. Por suerte un día o noche (no se medir el tiempo en este maldito lugar) llegaron las fuerzas aéreas de la horda con sus dracoleones. Bombardearon a un millar de demonios pero como una hidra estos surgían y surgían por montón de sus portales.

El plan fue el siguiente, mientra los jinetes del Comandante del aire Brack nos despejaban el camino atacamos uno de estos portales cortando así la regeneración de esta malévola hidra, lo que nos permitió asegurar la zona. Muchos valientes cayeron y que los espíritus les reciban, pero los elementos nos han respondido bien, y hemos logrado una victoria.


Los malditos demonios han intentado crear una forja de mas demonios justo al norte de Thrallmar. Gracias a que hemos asegurado el sur de nuestra posición (bueno, suavizado) teníamos un buen números de contingentes mas los que ahora llegaban con facilidad desde Azeroth. Fuimos dirigidos al combate y acabamos clausurando la forja, ademas arrasamos con sus cañones que para sorpresa apuntaban ya sobre la fortaleza de Thrallmar, esta fue una batalla gloriosa, pues no existía el miedo entre los nuestros, sabíamos que esta vez, habíamos tomado el control de la situación. Lok’tar!

Las fuerzas se preparan y nos dejan descansar y comer, nos podemos dar ese lujo después de semanas de combate continuo. Pero no durará mucho, puesto que el Magister Halcón de Sangre ha dado con el líder de esos demonios en la península, y el comandante nos ha anunciado que iremos a reclamar esta peninsula de una vez por todas. Estamos ansiosos, y debemos aprovecharlo, pero no subestimare a esos asquerosos y malditos demonios.

Lok’tar ogar


Lok’tar! Lok’tar! Lok’tar!

Hemos vencido a los demonios en la península! El líder de estos han caído, he de admitir que la Alianza a participado en el masivo ataque pero ha sido la Horda quien ha dado la estocada inicial y final. Me he llevado por delante a muchos demonios en nombre de la Horda y de la Vida, pero lamentablemente me ha alcanzado una pica de uno de estos demonios en la pierna lo que me ha dejado fuera de combate ya que no podía sanarme en el furor de la batalla, el fuego de la batalla era tan ardiente que no había ni siquiera tiempo para respirar.

Por suerte y gracia de los ancestros, el combate acabo para cuando me arrodille por el dolor, ademas que compañeros fieles me cubrían mientras me apoyaba en la espalda de un Tauren llamado Farhul, le agradezco y tengo una deuda con el, que pretendo retribuirle en las próximas contiendas.

Ahora mismo solo me queda descansar y recuperarme, seria lo mas sensato si pretendo volver a la campaña lo antes posible.