pero como puedes jugarlo? ya no en el foro, como puedes jugarlo en vivo? que asco
Pues… Con paciencia.
Encima eres daltónico JA!
y saliba
Se la metió Thallande a la hormiga
-Ya ves…hueles tan mal que hasta la magia arcana de tu holograma te traiciona.
Empiezo a pensar que la pompa arcana de Suramar es peste concentrada…
Vuelve a echarle mas perfume al holograma
-Si no le quito el olor al menos espero que desaparezca un rato
No te preocupes adefesio, dentro de poco aumentará el número de pj ridiculos. La brigada patata pocha te hará compañia en breve. Albundio es el principio de tu pedadilla, pronto llegarán Boniato, Cachelo, Papa arrugá y un sin número de feos bajitos para acompañarte…
¡ Viva la brigada enana patata pocha !
Te perdiste el día en el que lo aniquilamos en Uldum
Echale esa ponzoña kaldorei al tipejo ese putrefacto pirado que se cree un estupido paladín, patetico.
Que gustazo escuchar el sonido gutural de la hoja de Tyrande deslizándose por el cuello del perro este
Ojalá poder hacerle lo mismo a Thallande
Veldath es mejor persona que tu asi vivieras otros 10000 años.
En si hasta una rata de Dalaran con sarna es mejor persona que tú…
Esa pelagatos no sería capaz ni de acercarse a mi.
Jajaja esa “pelagatos” te funde de un cuarto de colleja saco de huesos pirado.
De lo que apestas, tampoco me extraña
Ella no se rebajaría, en cambio yo…
Aún os falta mucho que aprender de nosotros asi que os vinculo otro articulo de la Arcanoconsciencia:
Los Shal’dorei, conocidos como los Nocheterna (Nightborne) en el idioma común, se consideran la élite más refinada y avanzada de la antigua sociedad de los elfos. Desde su perspectiva, son los herederos legítimos de la gran civilización que una vez floreció en Azeroth antes del Gran Cataclismo. Viven en Suramar, una ciudad que, a su juicio, es la joya de la corona de la cultura élfica, una maravilla arquitectónica y mágica que ha resistido la prueba del tiempo.
Civilización Superior
Los Shal’dorei ven su civilización como la más avanzada en términos de arte, cultura, y magia. Consideran que su comprensión de las artes arcanas es inigualable, y que su dominio de la magia es una herencia noble que han perfeccionado durante milenios. Para ellos, la magia no es solo una herramienta, sino una parte integral de su identidad, una extensión de su ser que les otorga una superioridad innata sobre otras razas y culturas.
La Nocheterna y la Dependencia Arcana
Desde su punto de vista, la Nocheterna es la fuente de vida y poder que los diferencia del resto del mundo. Su dependencia de la Nocheterna no es vista como una debilidad, sino como un vínculo sagrado que los conecta con su pasado glorioso y les otorga un poder que otros solo pueden soñar con alcanzar. Creen que este poder es un testimonio de su grandeza y justificación para su aislamiento.
Aislamiento y Superioridad
El aislamiento de Suramar, durante miles de años, no es visto como un encierro, sino como una manera de preservar su pureza y su cultura, lejos de las influencias “inferiores” del mundo exterior. Este aislamiento les ha permitido mantener sus tradiciones y conocimientos intactos, evitando la “decadencia” que, desde su perspectiva, ha afectado a otros elfos y civilizaciones. Para los Shal’dorei, la apertura al mundo exterior solo ocurrió cuando fue absolutamente necesario para proteger lo que consideran su herencia sagrada.
Relaciones con Otros
Ven a las demás razas con una mezcla de desdén y lástima, considerando que ninguna puede igualar su sofisticación, ni alcanzar las alturas de civilización que ellos han logrado. Sin embargo, algunos Shal’dorei, particularmente aquellos liderados por Thalyssra, han comenzado a reconocer que el mundo exterior tiene algo que ofrecer y que, para sobrevivir y prosperar en un mundo cambiante, es necesario adaptarse y formar alianzas.
En resumen, los Shal’dorei se ven a sí mismos como los custodios de una civilización gloriosa y avanzada, mantenida pura y poderosa gracias a su devoción a la Nocheterna y su aislamiento intencionado del resto del mundo. Creen que su cultura y magia son el pináculo de la evolución élfica y que, en muchos aspectos, son superiores a todas las demás razas.
Eufemismos para decir que allí olía mal, como a cerrado y estanque pocho / alcantarillas
¡ Patata Pocha ! ¡ Patata Pocha ! ¡ Patata Pocha !
Suena genial, en vez de Blancanieves y los 7 enanitos, tendremos al fantoche azul, y los 4 patatas. Hay que escribir ese bonito cuento imfantil, donde los enanos patata serán feos, bajitos, calvos e imberbes. El complemento ideal para el panoli azulete…
Chat gpt se sabe muy bien la historia
Los Kaldorei, también conocidos como los Elfos de la Noche, son una de las razas más antiguas y enigmáticas de Azeroth en el universo de World of Warcraft. Su nombre significa “Hijos de las Estrellas” en su lengua natal, el darnassiano. Los Kaldorei son conocidos por su profunda conexión con la naturaleza, su veneración a la diosa Elune y su longevidad, viviendo miles de años.
Historia y Cultura:
Los Elfos de la Noche fueron una vez la civilización dominante en Azeroth, construyendo un imperio vasto y poderoso alrededor del Pozo de la Eternidad, una fuente de energía mágica ilimitada. Sin embargo, su deseo por el poder arcano llevó a la primera invasión de la Legión Ardiente, un evento cataclísmico que resultó en la destrucción del Pozo y el Gran Cataclismo, que partió el continente de Kalimdor.
Después de la Guerra de los Ancestros, los Kaldorei renunciaron a la magia arcana y abrazaron el druidismo, guiados por figuras legendarias como Malfurion Stormrage. Se retiraron a las profundidades de los bosques de Kalimdor, donde vivieron en relativa paz durante milenios, protegiendo su nuevo hogar y el Árbol del Mundo, Nordrassil, que les otorgaba inmortalidad.
Apariencia:
Físicamente, los Elfos de la Noche son altos y esbeltos, con piel que varía en tonos de púrpura y cabello en una gama de colores que incluye azul, verde, blanco y negro. Sus ojos brillan con una luz plateada o dorada, reflejando su conexión con la magia de la naturaleza y su relación con Elune. Los machos suelen tener cuerpos musculosos y largos colmillos, mientras que las hembras son conocidas por su gracia y belleza.
Religión y Creencias:
Elune, la Diosa de la Luna, es la deidad principal de los Kaldorei. Se cree que Elune es una de las pocas entidades verdaderamente divinas de Azeroth y es adorada por su poder protector y guía espiritual. Además, los Kaldorei también reverencian a la naturaleza y a los aspectos dragones, particularmente a Ysera, la Aspecto del Vuelo Verde, quien es guardiana del Sueño Esmeralda.
Sociedad y Guerreros:
La sociedad de los Kaldorei es matriarcal, con las Sacerdotisas de Elune ocupando posiciones de liderazgo. También tienen una fuerte tradición militar, con guerreros conocidos como Centinelas que protegen sus tierras. Los druidas, bajo la guía de Malfurion, juegan un papel crucial en la preservación de la naturaleza y en las defensas de la sociedad.
Conflictos Recientes:
Con el advenimiento de la Tercera Guerra, los Kaldorei se vieron obligados a unirse con otras razas mortales para repeler a la Legión Ardiente y a los no-muertos. Este conflicto trajo consigo grandes cambios, incluida la pérdida de su inmortalidad cuando Nordrassil fue dañado. Más recientemente, los Kaldorei han sufrido la destrucción de su hogar ancestral, Teldrassil, en el conflicto contra la Horda, lo que ha llevado a una diáspora y a un profundo deseo de venganza entre su pueblo.
En resumen, los Kaldorei son una raza de antiguos elfos marcados por una historia de esplendor y tragedia, profundamente conectados con la naturaleza y guiados por una espiritualidad única que los distingue entre las razas de Azeroth.
El orco agarra un gnomo por el pescuezo y lo aplasta reduciéndolo a una bola de carne y huesos, luego se lo tira al elfo estirado con ira
¡Elfo cobarde dar cara!
Pff Kaldorei ¿Aún se creen algo? Hablemos de la Gran Suramar:
Ah, Suramar. Permítanme iluminar sus mentes rústicas con la grandeza que jamás podrán alcanzar. Viven ustedes en árboles y se aferran a la luz de la luna, ignorantes de la verdadera majestad que es Suramar, la perla de la civilización élfica, la cúspide de lo que alguna vez fuimos y aún somos.
Nuestra ciudad no es solo un conjunto de edificios; es una obra maestra, esculpida en piedra y arcana, un testamento viviente de nuestra grandeza y sabiduría. Desde los altos arcos del Palacio Nocheterna hasta los jardines encantados donde la magia danza en el aire como la brisa en las copas de los árboles, Suramar es un lugar donde el tiempo mismo se inclina ante nuestra voluntad. Cada piedra, cada fuente de nuestra ciudad es un tributo a nuestra maestría, algo que dudo que puedan siquiera imaginar con su limitada comprensión.
Nosotros, los Shal’dorei, hemos preservado la pureza de nuestra cultura mientras ustedes se esparcían por el mundo, diluyendo su herencia con ideologías e influencias ajenas. Hemos mantenido la verdadera esencia de nuestra civilización, refinándola y perfeccionándola. Mientras ustedes celebran festivales en honor a la naturaleza, nosotros canalizamos el poder de la Nocheterna, una fuente de energía tan sublime que supera cualquier magia que ustedes hayan conocido.
Suramar no ha cambiado en milenios, no porque estemos atrapados en el pasado, sino porque ya hemos alcanzado la perfección. ¿Por qué cambiar lo que ya es impecable? Ustedes han olvidado el poder de los ancestros, mientras que nosotros lo hemos conservado, embotellado en su forma más pura. Su dependencia en la naturaleza les ha mantenido estancados, mientras que nosotros hemos alcanzado alturas que ustedes no pueden ni soñar.
Así que, mírense bien y pregúntense: ¿Qué tienen ustedes que ofrecer? ¿Qué puede una cultura tan inferior esperar enseñar a los maestros de la magia, a los herederos de un legado que ustedes han olvidado? Mientras ustedes vagan por sus bosques, buscando la guía de dioses lejanos, nosotros vivimos en la luz constante de la Nocheterna, elevándonos cada día más hacia la gloria que siempre fue nuestro destino.
Sí, tal vez su luna los guíe, pero no olviden que mientras ustedes miran al cielo buscando respuestas, nosotros, desde Suramar, ya las hemos encontrado.