Hola a todos, compañeros de aventuras.
Llevo jugando a WoW desde 2010, pero mi historia con el juego empieza mucho antes. Recuerdo a mi padre y a mi hermano mayor sentados frente al ordenador, explorando Azeroth con una mezcla de emoción y admiración que me marcó para siempre. Desde entonces, este mundo ha sido más que un juego: ha sido un refugio, un lugar al que regresar para desconectar, descansar y, sobre todo, sentirme en casa.
Ahora que soy mayor, mi tiempo para jugar es limitado. La vida adulta no perdona: el trabajo, las responsabilidades y la relación con mi pareja (quien, por suerte, entiende y respeta lo importante que es este tiempo para mí) hacen que mis momentos en Azeroth sean aún más valiosos. Cada vez que llegan las vacaciones, espero con ansias esos días en los que puedo dedicarme a mí mismo y sumergirme en este mundo que tanto significa para mí.
Por eso, al ver que Blizzard no está doblando las voces al castellano, siento que nos están faltando al respeto. Después de tantos años de lealtad, pasión y dedicación a este juego, ¿es esto lo que merecemos? No solo se trata de calidad; se trata de que nos sentimos parte de esta comunidad, y decisiones como esta nos hacen sentir relegados, como si no fuéramos importantes.
A dos días de empezar mis vacaciones, ese momento que espero durante meses, no puedo evitar sentir una mezcla de tristeza y decepción. Mi tiempo de descanso, mi oportunidad de disfrutar plenamente del juego, ahora viene acompañada de una sensación amarga. Sé que para muchos puede parecer un detalle menor, pero para quienes llevamos tanto tiempo amando este mundo, es algo que nos duele.
Hablo como jugador y como parte de la comunidad de habla hispana. Nosotros también somos Azeroth. Nosotros también llevamos más de una década apoyando este juego, recomendándolo, compartiéndolo, viviendo sus historias. Pedimos, con todo el respeto del mundo, que nos devuelvan la misma dedicación y cuidado que nosotros les hemos dado durante todos estos años.
Gracias por leerme. Espero que podamos alzar la voz juntos y hacer que nos escuchen.