En Warcraft, prácticamente todos los seres vivos sapientes tienen un alma. Esa alma, espíritu, esencia, o como quiera llamarse, es el auténtico individuo.
Prácticamente toda alma, sea de demonio, de humano, o incluso de caballo, tiene un cuerpo físico al que está atada. Esto hace que el individuo, tanto en cuerpo como en alma, permanezca en el plano terrenal (Azeroth normal).
En caso de que el cuerpo muera, el alma pasa a las Tierras sombrías, donde su destino es incierto, normalmente en función de la creencia.
Los humanos, por ejemplo, tienen la creencia de que se “hacen uno con la luz”, haciendo que el alma se disuelva en un estado de paz perpetuo. (Esto podemos verlo tanto en espíritus como los de las Colinas de las Brujas, del Marjal Revolcafango, quienes “ascienden” a la Luz al ser liberados, como en propias almas que son arrancadas de ese destino).
Los elfos de la noche en cambio, al estar unidos espiritualmente al sueño esmeralda, su alma pasa a formar parte de este, convirtiéndose en wisp (fuegos fatuos), quienes pueden fluctuar entre el Sueño y el plano terrenal en dicha forma.
Casi todas las razas tienden a tener una religión que ve la muerte muy parecida a la de los humanos, exceptuando los elfos, de ahí que haya sacado esos dos ejemplos concretos. La liberación del alma sobre el cuerpo suele significar entrar en un estado de paz perpetuo, casi desvanecido por completo.
Ahora bien, hay algunas razas que ven la muerte como algo a conseguir para pasar a algo más.
Los Vrykuls al morir, en lugar de símplemente desvanecerse, ansían que Odyn los escoja para volver a tener un nuevo cuerpo terrenal, mucho mejor al anterior. Estos son los Valarjar.
De la misma forma, Helya se lleva para ella los Vrykuls que mueren en alta mar, y al no tener forma de crear los metálicos cuerpos de los Valarjar, esta debe usar los propios cuerpos de los Vrykuls, haciendo que mantengan una forma estable gracias a su magia, haciendo que con el tiempo sean mas bruma que carne, asemejándolos mas a un no muerto que a una reencarnación. Estos, por supuesto, son los Kvaldir.
A pesar de que, por norma general, los seres vivos sapientes ansían que su final sea sinónimo de descanso eterno en paz, hay individuos que reniegan de eso, como los Vrykuls.
La diferencia es que estos no suelen tener a nadie que les de un nuevo cuerpo, por lo que tienden a buscar formas propias de extender su existencia.
Con la magia de la putrefacción, los nigromantes ansían trascender su espíritu a un nuevo cuerpo de huesos donde, gracias a su filactelia, puedan vivir muchísimo mas. Estos son los Lichs (o exánimes).
En una escala menor, los nigromantes menores ansían permanecer vivos forzando a su alma a permanecer en su cuerpo. Esto puede terminar dando que el nigromante termine siendo un no muerto (Quizás con un cuerpo mejor conservado), o un esqueleto.
Otra alternativa es directamente transpasar su alma a un cuerpo nuevo mediante algún ritual. Los Caballeros de la Muerte de la primera generación (Brujos y necrólitos orcos) hicieron eso en cadáveres humanos. Sanguino es un ejemplo. Mas recientemente hemos visto un caso similar gracias a Nathanos, donde adquiere un nuevo cuerpo.
A parte de las fuerzas de la putrefacción, hay otros poderes que pueden ampliar la vida del usuario.
Sin alejarse mucho, la magia vil puede alterar almas, tanto para valerse de ellas, como para resguardarlas. No son pocos los brujos que, a modo de seguro, guardan un fragmento de su alma en una piedra del alma para que, en caso de morir su cuerpo, su espíritu pueda volver a él rápidamente, como si de una resurrección se tratase.
También la magia arcana puede permitir sobrevivir a la muerte. El principal motivo por el que una persona muere tiende a ser la degradación del cuerpo. El Envejecimiento. Muchos magos con grandes habilidades utilizan hechizos de cronomancia para alterar el paso del tiempo en su cuerpo, haciendo que permanentemente se mantengan jóvenes, pudiendo llegar a extender su vida miles de años. Aegwynn usaba este tipo de hechizos para mantenerse joven, y Meryll Tormenta Vil (antes llamado Tormenta Invernal) fue un miembro fundador del Consejo de Tirisfal y, gracias a su magia, extendió su vida hasta el presente (aunque vivir miles de años hizo que tuviera un aspecto de no muerto que puede hacer pensar a muchos que él alguna vez fue revivido).
Por supuesto, y no menos importantes, alguien recientemente muerto podría revivir sin ningún problema si da la casualidad de que se encontrara con algún espíritu de resurrección (las cuales son Val’kyrs que no decidieron seguir ni a Odyn ni a Helya, y por supuesto, no fueron creadas por Arthas). Estas Val’kyrs a menudo tienden a revivir a quienes encuentran por las tierras sombrías por compasión.
Un ejemplo de estas (en un trato mas personal, y no símplemente como mecánica) la podemos encontrar en las misiones de Aszhara del Dragón Azul Azuregos. Este dragón era un boss de mundo en Vanilla, el cual era continuamente asaltado por Aventureros que ansiaban sus tesoros. Por suerte para él, una de estos espíritus se fijó en él y durante un tiempo, le estuvo ayudando, pero él finalmente, cansado de los asaltos, decidió quedarse y morir. Ambos se terminaron enamorando, pero la espíritu sabía que tarde o temprano tendría que dejarlo marchar a la vida de nuevo, y cuando Kalec le pidió ayuda para luchar contra los crepusculares, terminó aceptando lo que debía hacer, y terminó reviviendo una última vez, para quedarse vivo hasta ahora.
Como ves, la muerte del cuerpo realmente solo libera el alma, y dependiendo de como sea el usuario, tiene muchos caminos por delante.
Ahora bien ¿Y qué pasa cuando muere el alma?
El alma puede morir, tanto con conjuros al ser usado como combustible para maquinas viles o hechizos, tanto con fuerza bruta.
La respuesta es simple: Nada.
Cuando un alma muere, simplemente desaparece por completo de la existencia.
Cabe decir, que es importante no confundir Alma con Fantasma.
Un fantasma es una representación atormentada de un alma, normalmente aparecido por las circustancias de la muerte. Una maldición, una traición, alguna batalla eterna… No hay ninguna norma que dictamine exactamente qué provoca que un fantasma aparezca, pero siempre es algo que atormente mucho al alma.
Estos fantasmas están atrapados en el plano terrenal, y a menudo, atrapados en algún lugar o región, quizás haciendo alguna acción concreta (luchando etérnamente, protegiendo algo etc) y al ser destruidos, el alma de dicho fantasma finalmente consigue liberarse y marcharse a las Tierras Sombrías.
EDITO: También decir que los fantasmas pueden aparecer también poseyendo sus propios cuerpos, atrapados en estos en forma de necrófago, zombi o esqueleto.
Frío y eficaz. DG.