Los ejércitos de la Horda y Alianza se unen para asediar Orgrimmar (otra vez) y en las puertas, Varok desafía a Sylvanas a un Mak’gora con intención de destaparla frente a los que aún le son fieles.
En el combate, Varok consigue enfurecerla hasta el punto de que grita que para ella la Horda no es nada, entonces mata a Varok y huye.
La guerra acaba y no sé si antes o después, derrotamos a N’zoth gastando el poder del corazón de Azeroth.
En el tiempo que está desaparecida, Sylvanas va a Corona de Hielo y se enfrenta a Bolvar, le gana y le quita el yelmo de dominación, partiéndolo en dos lo cual abre una puerta entre nuestro plano y el de las Tierras Sombrías.
Al hacer esto, Bolvar también pierde control sobre los no-muertos, que empiezan a atacar y destrozar ciudades (Por ejemplo, Villa del Lago, aunque esto no se representó en el juego)
Antes de siquiera poder organizar una defensa, los Kyrian “corruptos” del carcelero secuestran a Anduin, Jaina, Baine y Thrall y se los llevan a las fauces, dejando a las facciones bastante confusas.
En el pre-expansión defendemos un poco Azeroth de los no-muertos y nos llegan noticias de que han avistado a Nathanos en las ruinas de su antigua casa; inmediatamente vamos y nos está esperando.
Una niebla se levanta alrededor y Tyrande aparece, derrotándole con los poderes de la Guerrera Nocturna en un pis pas y tras un par de burlas por parte de Nathanos, finalmente le mata cortándole el cuello.
A partir de ahí ya es el inicio de Shadowlands; Bolvar nos llama y bla bla…