Buenas, voy a intentar resumirte todos los acontecimientos importantes recientes para que tengas mas claro lo ocurrido:
Cuando Sargeras incrustó su espada en Azeroth, no brotó Azerita únicamente en Silithus.
Sin ir mas lejos, la Azerita ya había sido encontrada muchos años atrás, en Kezan durante la explosión del monte Kajaro, aunque era un mineral inútil en aquella época. Por algún motivo desconocido, el poder de la Azerita se activó tras el espadazo.
En un primer instante, tanto la Alianza como la Horda marcharon a Silithus ya que era donde vieron los principales nodos de Azerita. La Horda envió a los goblins Pantoques para explotarla, y la Alianza envió agentes del IV:7 para sabotear la operación minera e impedir que la Horda se hiciera con esta.
Todo esto viene en la línea de guerra fría que han llevado la Horda y la Alianza siempre. No es una guerra abierta con ejércitos, pero son sabotajes continuos (en Legión lo vimos en Tormenheim, en Draenor en Ashram, en la Lich en la propia corona de Hielo, y así siempre que no ha habido una guerra declarada).
Paralelamente a esto, Anduin envió gracias a Alonsus Faol (Arzobispo de la Luz respetado por todos los seguidores de esta, y que además murió en la tercera guerra por la plaga, por lo que fue levantado como no muerto, haciendo que los renegados no lo vean como un enemigo directo) un mensaje a Sylvanas para hacer un pequeño Alto el fuego en Arathi, donde los renegados pudieran volver a reencontrarse con sus familiares vivos.
La idea de Anduin era reconciliar a estos, pero Sylvanas vio esto como una oportunidad de reafirmar las convicciones de sus seguidores para que odien mucho mas a los vivos por despreciarles.
Así pues, dicho alto el fuego se hizo y la reunión se llevó a cabo.
Algunos humanos veían horrorizados a los que eran sus familiares revividos, pero para horror de Sylvanas, vio como algunos de los presentes comenzaron a congeniar de nuevo, haciendo que su plan se fuera al traste. Además, Calia Menethil (hermana de Arthas y heredera legítima del trono de Lordaeron) estaba también en dicha reunión, y comenzaron a mostrar interés por las palabras de esta, haciendo que Sylvanas viera como la lealtad hacia ella de sus seguidores se comprometiera. En ese momento, decidió acabar con ellos enviando a sus forestales a matar a todos los renegados que simpatizaran con la Alianza o con Calia (ella incluída), sin tocar a nadie directamente de la Alianza para no incumplir la tregua.
Las tumbas de estos renegados se pueden encontrar actualmente en Arathi.
Calia fue enviada rápidamente al templo de la Luz Abisal (la sede de sacerdotes de Legion) donde el Naaru que vive allí la terminó reviviendo en una especie de no muerto de luz.
Desde ese punto, Anduin supo que con Sylvanas al mando de la Horda, no había posibilidad de paz, y que debía prepararse para la guerra.
La Alianza envió montones de espías a Orgrimmar para vigilar todos y cada uno de los pasos de Sylvanas, pero lo que la Alianza no supo, es que la Horda sabía perfectamente de la presencia de estos espías, por lo que fue fácil engañarlos.
La Horda movilizó a todo su ejército hasta los Baldios, con intención de hacer creer a la Alianza que iban a conquistar Silithus, y la Alianza reaccionó enviando toda la flota de los elfos de la noche hacia el sur.
El auténtico plan de Sylvanas en cambio, era hacer creer eso a la Alianza para que dejaran Vallefreno, Costa Oscura y la propia Teldrassil desprotegidas, y avanzar desde los Baldios hacia el norte.
En una macrooperación de sigilo, la Horda envió a cientos de pícaros a envenenar a todos los elfos de los asentamientos de Vallefresno hasta que pudieron avanzar posiciones en Costa Oscura.
En este lugar, Malfurion comenzó a organizar la defensa de lo que sería La Guerra de las Espinas, donde apenas la milicia élfica y los pocos centinelas de las regiones, intentaron aguantar en el Río Culebra hasta que el ejército volviera.
Para desgracia de los elfos, la Horda dividió su ejército haciendo que Varok tomara posiciones por el Norte mientras que Sylvanas avanzaba por el sur, haciendo que no pudieran resistir.
El plan de Sylvanas concretamente era el de capturar Teldrassil para, por una parte, evitar que la Alianza tuviera un puerto tan grande cerca de Silithus impidiendo el flujo de Azerita, y por otra parte, tener una ciudad entera de rehén para que la Alianza no se atreviera a atacar en represalia.
Durante la Guerra de las Espinas, Sylvanas comprobó como también allí había presencia de Azerita, ya que al parecer había aparecido a modo de erupciones en una isla cercana (no recuerdo el nombre, pero es donde aparee Aszhara en las misiones normales).
El plan de Sylvanas tenía un detalle clave: Para evitar que los elfos se revolucionaran, debía quebrantar su espíritu, y para ello, debía de matar a Malfurion. Una vez muerto él, el espíritu de los elfos se rompería y no se atreverían a rebelarse.
Durante la batalla final, Sylvanas se enfrentó personalmente a Malfurion, pero dicho combate al final fue interrumpido por un hachazo por la espalda de Varok Colmillosauro, quien se dejó llevar por la situación, y no por el honor.
Sylvanas, al ver a Malfurion en el suelo herido, decidió dejarle a Varok el golpe de gracia, mientras se iba a ver su victoria, pero Varok no fue capaz de dar dicho golpe, puesto que el deshonor le corroía.
En ese momento, Tyrande apareció para rescatar a Malfurion, dejando vivir a Varok por no haber matado a su marido, y Varok le advirtió que si iban a Darnassus, probablemente morirían, ya que prácticamente en ese momento lo habían capturado ya.
Tyrande entonces decidió llevarse a Malfurion a Ventormenta y organizar la evacuación de Teldrassil desde allí.
Lo que no se esperó Tyrande es que los planes de Sylvanas cambiarían.
Sylvanas al ver a Varok sin el cadaver de Malfurion, supo que no había terminado el trabajo, y que su misión de romper el espíritu de los elfos se había destrozado, por lo que cambió los planes.
Si no podía retenerlos, debía exterminarlos.
Así pues, ordenó quemar Teldrassil, matando a toda la población de esta, guerreros, civiles y niños por igual.
Ese acto comenzó a corroer a Varok, ya que era un acto absolutamente deshonroso.
Poco después del genocidio élfico, la Alianza se vio en necesidad de lanzar una ofensiva donde más fácil podían asediar: Lordaeron.
Y así pues, terminamos en el inicio de esta expansión: Varok dudando del honor de su horda, y del suyo propio, y la Alianza haciendo un contraataque masivo contra la Horda tras haber sufrido un auténtico genocidio.
Sobre la pregunta extra, como dije antes, la Azerita está brotando por todas partes en Azeroth. Silithus es donde mas notable se vio por haber sido destruída toda la corteza terrestre, pero en Costa oscura, en Kezan, en Kul Tiras, en Zandalar, y en mas lugares de por ahí habrá mucha mas Azerita.
Frío y eficaz. DG.