Decepción, rabia e incluso engaño. Creo que, por primera vez, la comunidad de WoW está unida en un mismo sentimiento: El final de BfA no está a la altura.
Pero… ¿Y sí…?
Voy a plantear una teoría, un rayo de esperanza: El final es falso.
No, no hay otro final escondido bajo llave en la oficina de Blizzard, es tal y como es. Pero no. Vemos la destrucción de Nyalotha, pero puede ser simplemente un engaño de N’zoth, un sueño que siembra en nuestra mente. La realidad es que ha ganado, sino ahora (por términos jugables) en el preparche de Shadowlands.
Y nosotros no llegaremos a Shadowlands gracias a un vínculo especial con Azeroth, ni por un Bolvar privado de poder (cosa que carece de sentido). Llegaremos porque nuestros personajes morirán a manos de N’zoth; en Shadowlands tendremos que salvarnos a nosotros mismos.
Y cuando volvamos, Kalimdor y Reinos del Este serán un lugar desconocido, nuevo. El auténtico resurgir del Imperio Negro.
Las zonas clásicas sufrirían un rework y las de otras expansiones serían, por consecuencia de ése mundo indómito, inaccesibles. Incluso me atrevería a decir que los nuevos jugadores podrían empezar a nivel 1 desde Shadowlands, siendo antiguos héroes caídos intentando volver a su tierra natal, explicando sucesos importantes de anteriores expansiones con una mera cinemática introductoria.
Soñar es gratis, ¿Verdad, N’zoth?