Grito gélido
Dargül, mi padre, fue un guerrero del clan Grito de Guerra como lo fueron su padre, el padre de su padre y todo sus ancestros. Puedo decir con orgullo que no en pocas ocasiones lucho codo con codo junto al mismisimo Grommash y entre los suyos era considerado un guerrero formidable.
Quiso el destino que en una de las habituales reuniones de los jefes de guerra de los distintos clanes, una delegación Lobo Gélido que vino a reunirse en nuestro poblado contara entre ellos con una joven orca tan bella como fuerte por la que mi padre se quedo prendado. Ella lo correspondió casi desde el primer instante en el que sus miradas se encontraron y supieron que las lunas que les quedaran las pasarían juntos.
Los grito de guerra no consideran las uniones amorosas con miembros de otros clanes un acto de traición, pero supone la expulsión del clan aunque se permite el contacto siempre que no haya conflicto directo o indirecto entre ambos clanes.
Por el contrario, los Lobo Gelido eran mucho mas tolerantes con ese tipo de uniones siempre y cuando hubiera un matrimonio formalizado y ambos juraran lealtad al clan. Por ello, mis padres se fueron a la avanzada Colmillo Pétreo en Cresta Fuego Glaciar y mi padre, se hizo miembro del clan al que defendió con honor hasta el día de su muerte. Puedo decir con emoción que varios miembros de los Grito de Guerra vinieron a su funeral por lo que se fue en paz y sin heridas con su los miembros de su clan de nacimiento.
No llegue a conocer a mi padre porque murió a los pocos años de que yo naciera. No llego a ver a unos orcos unidos, sin clanes, pero mi madre me hablo mucho de el honrando su pasado Grito de Guerra. “Kargül, tienes mucho de Grito de guerra y puede que sean las mejores partes.”
Recuerdo la primera vez que vi a Grommash ya como lider de los Mag´har siendo yo un niño que a penas podía sostener un hacha de madera. Quede profundamente impresionado de su inefable presencia. Fue entonces cuando mi madre empezó a hablarme de los antiguos clanes y como por mi venas corría la misma sangre que corría por las de Grommash. Este ultimo me fascinaba pero desde el primer instante en el que me fije en su hacha, quede hechizado por su acero. Mi madre me conto la historia de Aullavisceras. Todas las noches me dormía con algún épico combate en el que Grommash y Aullavisceras habían marcado la diferencia. Estaba seguro que a mi madre también le fascinaba.
Cuando cumplí la mayoría de edad, me había convertido en un guerrero formidable y los que conocieron a mi padre, decían que era su vivo reflejo. Fue entonces, cuando mi madre, con lagrimas en los ojos me dio un regalo que había guardado muchos años. De uno de sus baúles mas ajados, saco un fardo envuelto con delicadeza en piel curtida de Elekk de Nagrand. “El día que tu padre tuvo que dejar su clan, su hogar y su familia por mi, una de las pocas cosas que trajo consigo fue esto.”
Dentro del fardo, había un empuñadora de hacha grande para usar con ambas manos y unos fragmentos de metal oxidado e inservible. Además habían unos cuantos papiros con unos diseños que eran inteligibles para nadie que no fuera un herrero sin embargo si que pude diferenciar un dibujo familiar entre tantos símbolos, números y figuras geometricas…
Mi madre sonrió afablemente como si llevara años esperando mi reacción. Fue entonces cuando me conto una historia que memorice palabra por palabra.
“Kargül, hijo mio, lo que sostienes con tus temblorosas manos no es Aullavisceras sino su hermana mayor. Un hacha sin nombre que no llego a ser forjada. Como bien sabes, los herreros no siempre logran plasmar con facilidad sus ideas y el herrero del hacha de Grommash, fracaso muchas veces hasta que logro forjarla pero la ocasión en la que estuvo mas cerca de conseguirlo creo lo que hoy, en tu mayoria de edad te he entregado. Tu abuelo, era su ayudante y guardo los fragmentos y el diseño con la esperanza de poder terminar el trabajo algun dia. Lamentablemente los años pasaron y no siguió el camino de la herrería. El herrero original murió pocos años después de forjar el hacha de Grommash y su ultimo aprendiz fue tu abuelo que a penas consiguió destreza en la fragua y mucho menos para lograr forjar algo tan formidable.
Tu abuelo busco incansablemente a algún herrero de Draenor que fuera capaz de terminar el hacha. Cuando les enseñaba el diseño y les decía lo que era, nadie se atrevía a forjar el encargo ya fuera por falta de habilidad o por respeto al resultado final. Al final de sus años, siempre decía que para forjar esa hacha haría falta un herrero formidable que no fuera de este mundo.”
Si alguien ha llegado hasta a aqui y le interesa, continuare la historia.