[Guía Reanimada] La no-muerte y tú

+Primeros consejos.
Lo primero que aconsejo siempre al decidir interpretar un personaje no-muerto por primera vez es sencillez.

En varios apartados de esta guía comprobarás que Blizzard nos ha dado la oportunidad de elegir si nuestro personaje tiene o no según qué capacidades o necesidades, aunque algunas dependan de otras, y esto puede complicar la creación del personaje y su trasfondo.

Es por esto que, explicando un poco más a qué me refiero con ‘‘sencillez’’, suelo sugerir en estos casos que tu personaje, biológicamente, sea lo más simple posible.

Y eso me lleva al arquetipo estándar de no-muerto (no Caballero de la Muerte) que tengo preparado para este tipo de ocasiones, y que explicaré más adelante en cada uno de los apartados que menciona:

  • Humano o alto elfo, para poder utilizar el modelo jugable Renegado.
  • Ha sido reanimado por la Peste (Pre-Cataclysm) o por una Val’Kyr de los Renegados (Post-Cataclysm). Así nos ahorramos que haya sido controlado, y tenga que arrepentirse de lo que hizo entonces.
  • La Luz Sagrada le hace daño, aunque pueden sanarle con ella pese al dolor.
  • No necesita dormir, pero puede hacerlo si quiere. Aunque lamentablemente no puede soñar.
  • La sangre no corre por sus venas. A lo mejor está lleno de líquido de embalsamar o de fluidos putrefactos, pero su corazón no funciona.
  • No más lágrimas. Aunque puede llorar si quiere, pero sin eso.
  • No necesita respirar, o no puede hacerlo.
  • Puede ver y oír, aún si ni siquiera tiene ojos u orejas. Aunque puede ver peor que un vivo si quieres. ¡Magia!
  • Apenas tiene tacto, aunque puede notar molestias o algo de dolor.
  • Apenas percibe sabor ni olor, o directamente no los percibe. Salvo de pociones.
  • No necesita consumir alimentos ni agua.
  • Puede sufrir ‘‘hambre’’ de carne viva, y puede que consumirla le ayude a recobrar energías. ¡Ya pensaremos después cómo funciona!
  • El alcohol y las drogas apenas surten efecto, o directamente no lo hacen. Sólo bebidas especiales o muy, muy potentes.
  • ¡La alquimia funciona! ¡Cuenta con las pociones! ¡Incluso las de sanación!
  • No envejece, pero se descompone. No al ritmo de un cadáver normal, pero decaerá con los años.
  • Estar en zonas apestadas puede ayudarle a recuperar energías o descomponerse menos.
  • Aunque él no lo sepa, cuando pasen bastantes años puede terminar por caer en el estado ‘‘descerebrado’’, perdiendo su consciencia y el control sobre sí mismo. Llegado este momento, se moverá sólo por instinto.
  • Le será más difícil sentir emociones positivas, ¡Pero no imposible!
  • O bien acepta la no-muerte como una herramienta de venganza o redención, o se lamenta de su existencia y siente pena de sí mismo.
  • Sé fiel a tu idea.
    -Si siente pena de sí mismo sentirá melancolía, añoranza, tristeza, y dudará de cómo debe vivir su vida ahora, aunque puede encontrar momentos de consuelo en actividades o momentos que le hagan sentir ‘‘humano’’ o ‘‘vivo’’.
    -Si acepta la muerte como una oportunidad de redención, intentará hacer lo que considera correcto, con honor y orgullo en ello, aunque en ocasiones le cueste aceptar o superar las dificultades que conlleva su nuevo estado.
    -Pero si la abraza como una herramienta de venganza, o un nuevo y oscuro camino, puede llegar a disfrutar del asesinato y volverse cruel, sádico, y frío.

No parece muy complicado, ¿No? Por eso es un personaje básico, aunque no hemos hablado de clases aún, pero esto sienta las bases para varias de ellas. Un sacerdote de la Luz probablemente decida sufrir el dolor de canalizarla como una penitencia, un brujo podría aprovechar su nuevo estado para no depender de un cuerpo mortal… ¡Y todo eso!

Y si este arquetipo de no-muerto básico os parece un personaje fácil, o cómodo de llevar, ¡Estáis listos para empezar a añadir, quitar, o sustituir algunos de los puntos que hemos visto, y crear un nuevo personaje!

Y si ya estáis preparados, vamos a estudiar las diferentes posibilidades para cada punto, y las implicaciones de todas ellas. ¡Vamos allá!

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