Una suave llovizna caía con delicadeza sobre la boyante Ventormenta, el astro lunar estaba parcialmente oculto por las nubes y apenas quedaba ya gente en las calles. De vez en cuando se podían ver los faroles de aceite de los patrulleros urbanos a lo lejos, en parejas. Además de algún noctámbulo o vagabundo recorriendo la calzada.
Dicen que el Cerdo Borracho es el lugar donde las malas almas se han atrincherado, y probablemente sea una verdad empírica. Problemáticos, meretrices, ebrios, contrabandistas y demás personajes ligados al bajomundo sureño han establecido alrededor de esos desgastados tablones de madera una especie de punto de reunión, el cómo llegó a surgir es algo que nadie sabe a ciencia cierta; pero desde luego no fue una casualidad.
Aquella noche de viernes el jolgorio era feroz, volaban las jarras por todas partes mientras un par de violinistas mugrientos acompañaban a un joven bardo que desgarraba las cuerdas de su mandolina con destreza y celeridad, aunque la música era inapreciable. Las risas, los gritos e incluso alguna pelea enturbiaban el ambiente provocando una especie de tortura acústica que pondría incómodo a cualquiera que no haya estado expuesto ya a ella.
No cabía ni un alma más en la taberna, y en las mesas de arriba un grupo de hombres con pañuelos rojos estudiaba el percal, pensando cómo llevar a cabo el siguiente paso. Aunque… ¿Para qué pensar? Si les gustase darle al coco habrían estudiado, o eso pensaba uno de ellos.
Finalmente el más añejo de la tropa de bandoleros de los Páramos se puso en pie sobre la barandilla y disparó su pistola de chispa al aire, provocando un silencio sepulcral además de una nueva gotera en el techo del pobre Reese Langston.
-Mi compañero tiene algo que deciros. –y sin más, el pistolero se aupó de la barra y retomó su vaso de licor a medio rematar-.
Uno de los que estaba con ellos se levantó de su silla, empezando a bajar los escalones con lentitud. Con una espada de mano y media a cada lado, además de una estatura monumental, acabó intimidando a la mayoría de ellos. Su rostro era una incógnita pues un manto azabache encubría cualquier rasgo facial que pudiera ser advertido. Mirando a todos a cada paso que daba, mientras apagaba cualquier fuente de luz que se entrometiese en su camino con la derecha enguantada. Finalmente acabó subiéndose a la barra, dejando que reinase el silencio por un breve instante que él mismo interrumpió.
-Hermanos, hermanas…la Alianza nos ha traicionado. A nosotros, a su pueblo ¡A su alma y corazón!..a lo que se atreven a decir que protegen.- hizo una pausa para estudiar los rostros de los presentes, la mayoría asentían a sus palabras con vehemencia, sintiéndose identificados.- Anduin Wrynn ha dado de lado a su pueblo, los impuestos no dejan de subir y los campesinos mueren de hambre… ¿¡Cuántos de vosotros perdió a un amigo o familiar a causa de los demonios!? Y ahora nos fuerzan a convivir con ellos.
El extravagante público empezó a vociferar, dándole la razón. Todos estaban hartos del pisoteo que ejercían sobre ellos.
-No sé ustedes, pero yo estoy cansado… ¡Cansado del trato miserable, de ser ninguneado, cansado de ver cómo una parte de la población acapara injustamente la riqueza que los proletarios generamos! ¡Cansado de que nos priven de lo que nos PERTENECE por mayoría! ¡La calzada tiene el alma de aquellos que la construyeron, y los campos el corazón de los que labraron! ¡Y sin embargo, ellos, que se alimentan de nuestro sudor y lágrimas como parásitos…aún tienen la audacia de pecar con ingratitud! …El que quiera cambiar el mundo…puede seguirme. –y sin más, abandonó la taberna a pasos raudos ante la atónita mirada de los paisanos. Como una breve tormenta…pero esa tormenta generó un rayo que desató el fuego en algunas partes del mundo cartografiado.-
En diferentes recodos del submundo criminal ligado a las ciudades más importantes de la Alianza (Boralus, Dalaran, Ventormenta, Gilneas) el instigador ha hecho acto de presencia, incitando a la sublevación. Como consecuencia, los más radicales y desesperados han comenzado actos de micro terrorismo en sus zonas circundantes.
Ante los ataques ‘globalizados’ la guardia de cada ciudad ha sido forzada a emitir comunicados para evitar la histeria colectiva y aclarar que no se trata de ninguna revolución, solo una turba de criminales que ha decidido atacar al son en ciertos reinos de mayoría humana.
En Gilneas han ardido las fortalezas de dos nobles menores y un barón, todas en la zona suroeste. La mayoría de subversivos ya han sido apresados y esperan en prisión el día que tengan que cruzar el patíbulo.
En Ventormenta se han tomado acciones hostiles injustificadas contra la guardia, además de un apedreamiento inesperado a ciertos nobles que iban a atender sus labores en el Palacio.
En Boralus un grupo de supuestos revolucionarios ha tomado por la fuerza un bergantín de la armada Valiente y se dieron a la fuga antes de ser hundidos pocas horas después.
Explicación offrol: Hola, hola. Aprovecharé la fundación de mi hermandad de rol para dar algo de ambiente, el que quiera seguirlo que hable libremente de ello o lo utilice como mejor quiera. El que no desee hacerlo, que sencillamente lo ignore.
Innobles Caballeros: ¿Revolucionarios? ¿Justicieros o subversivos? ¿Héroes o villanos? Ninguna de esas opciones, sólo un grupo armado que emplea formas radicales y normalmente violentas para hacer el bien de forma unilateral a las fuerzas de la justicia. Se presentan donde sea que les reclamen para apoyar al pueblo llano de la forma en la que sea necesaria. Desde atender a los supervivientes de una catástrofe natural, pasando por deshacerse de algún terrateniente famoso por su crueldad, a asaltar caravanas de recaudadores de impuestos o dar caza a esclavistas.
El rol empezaría en el Reino de Ventormenta con una trama en la que usaremos dos de sus regiones circundantes y servirá de base para darnos a conocer on-rol, lo que hará que tenga sentido desplazarnos al por ejemplo, otro lado del mar; ya que empezaríamos sin recursos y siendo unos ‘don nadies’.
- ¿Qué personaje podría encajar bien en la hermandad? Cualquier cosa de alineamiento Caótico-Bueno, y que tenga sentido que vaya de un lugar a otro junto a una banda errante ligada a una brújula moral bastante torcida; librando a los desamparados de X o Y mal. Un ejemplo de qué no tendría sentido es por ejemplo, un cazador de demonios. Por si no ha quedado claro, sólo se aceptarán razas de la Alianza.
-Añado una segunda cláusula para recalcar que los actos de los personajes antes o después acabarán marcándolos como proscritos ante la ley del león dorado, por lo que sería adecuado diseñar un personaje ajeno a vuestro main de rol (en caso de que queráis seguir disfrutando del rol casual en Ventormenta con el mismo).
-¿Habrá sistema de dados? Sí, lo habrá. Se ha diseñado un pequeño acompañamiento para los combates, pensado para añadirle dinamismo pero no complejidad.
-¿Método de reclutamiento? Habrá una pequeña entrevista offrol en la que mayormente se hablaría de cómo va a funcionar la hermandad, horarios de eventos y orientación para asegurarnos de que el personaje que desee entrar pueda encajar con el grupo. Tras eso, se haría al jugador un evento introductorio y privado al rol de la hermandad.
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