Había un tipo llamado Orren, que se acuerda de su novia y la hecha de menos. Pero el esta ocupado protegiendo los cultivos, y ella es una prendelamparas que esta de servicio en la otra punta del mapa. Y como necesito mi dosis de k-drama, empatizo con este buen señor y decido aceptar la misión.
Despues de cosechar verduras pochas y pelearme con plantas asesinas, osos furiosos y unicornios alimentados con esteroides, por fin reunimos (reúno) una serie de regalos para la chavala de Orren. Flores y otros clásicos de la indecisión.
Total que voy en mi super ensamblaje forjado por la luz, cual piloto de jeaeger en pacific rim, cruzando el mapa sin miedo a nada. ¿Qué enemigo no temblaría de terror, y que aliado no lloraría de alivio, al verme llegar en semejante montura?
Total, que llego a la torre donde esta la chavala de Orren, con todas mis buenas intenciones, y resulta que se trata de Aemyra Acton, la prendelamparas buenorra que me llamo la atención, cuando estuve en Reclamación de Velhan. ¡Resulta que tenia novio!
Lo mas ridículo de todo esto, es que me veo entregando esos regalos a Aemyra, que tanto me costo reunir, pero el merito se lo lleva ese tal Orren. Y es cuando yo me hago una pregunta. ¿Le traigo yo los regalos y es su novio el que se lleva el merito? En fin…
¿Por qué en el Wow no protagonizamos nuestros propios romances, pero si los romances de los demás? Estaría guay ser el prota por una vez, y que puedas tener una pareja npc que pueda invocarse (como si quedases) en determinadas circunstancias o zonas. Que puedas tener citas, misiones asociadas a yo que se recompensas o que te escriba cartas de vez en cuando jajaja yo que se.
Que conste que en ningún momento me refiero a cosas lascivas e inmorales. (sonrisa)
¿Pero que opináis del tema?