La Despedida del Sumo Arconte

// OFF-ROL: Breve pero intenso. Me veo obligado, por circunstancias personales, a abandonar el liderazgo del Culto de las Sombras con mi querido Arconte. He aprovechado estos últimos tres meses para darle al personaje cierto arco evolutivo con unas gotas de redención y un final sólido. La inspiración viene de mi película favorita, El Señor de los Anillos, y veréis que los argumentos dados son un refrito del discurso de Sam a Frodo. Creo que dadas las circunstancias en Azeroth y en la vida real, esas palabras no pueden ser más certeras. Un abrazo a tod@s. //


Estimados hermanos en la Sombra,

Podría dar cientos de explicaciones sobre mi repentina marcha, pero ninguna complacería a todos los miembros que conforman esta gran familia la cual llamamos el Culto de las Sombras. Mi nueva condición me ha ayudado a analizar objetivamente los sucesos y acciones de las últimas dos décadas. Me marcho en un afán por hacer honor a recuerdos enterrados, importantes, y quiero pensar que he tomado la decisión más acertada.

El presente escrito no es sino una descripción de lo que ha atormentado mi mente los últimos tres meses desde La Profecía y mi consecuente regreso a Azeroth. Entenderé que las siguientes líneas no consigan satisfacer a todo el mundo.

Con ayuda de los escritos de un sabio, y basándome en él y su esfuerzo por entender la naturaleza del mal y lo que de verdad importa en este mundo, puedo decir que tal vez todo este sombrío camino haya sido un error.

Tal vez ni tan siquiera deberíamos haber llegado a este punto, ni yo, ni nuestro Culto. Aunque así ha sido. La negatividad, la desesperanza ha hecho presa de los nuestros en incontables ocasiones. Es igual que en los grandes relatos y antiguas leyendas, los cuentos e historias que de verdad importaban, llenas de oscuridad y peligro. Historias donde uno no querría saber el fin, porque, ¿cómo podría llegar a existir un buen final?, ¿cómo podría ser Azeroth como antes tras sufrir tanta desgracia y miseria? Pero al final, las Sombras, los oscuros eventos de este mundo, sólo son transitorios, aún incluso la propia Oscuridad… Nuestra Oscuridad, debe terminar. Vendrá un nuevo día, con el alba, que hará del futuro un lugar más claro.

Esas historias de algún modo permanecían, tenían significado y se quedaban en lo profundo de nuestros corazones, aunque fuéramos demasiado insignificantes para entender el por qué. Aunque no fuéramos lo suficientemente intuitivos para entender que nuestro subconsciente y nuestro espíritu saben lo que es genuinamente importante en este mundo. Pero, mis hermanos, tras centurias creo que lo entiendo. Ahora lo sé, y es que los héroes en esas historias tuvieron ocasión de dar la vuelta, rendirse y sumirse en una larga y eterna oscuridad como yo lo intenté hacer, pero jamás lo hicieron, siguieron caminando porque tenían algo a lo cual aferrarse… Y es que el bien aún existe, y es nuestra obligación defenderlo.

Existe una dulce ironía en pensar que la propagación de la Sombra y su filosofía en la Alianza pueda contribuir en la lucha por un futuro mejor, más brillante. Que exista esperanza en la Sombra. Me queda por consuelo el saber que he contribuido en la lucha, formando un grupo disciplinado de guerreros sombríos que, en última instancia, encontrarán el camino a sus ambiciones reales como yo lo he hecho.

Entiendo también y por desgaste, que no se puede comprender la importancia de la Luz sin antes abrazar enteramente la Oscuridad. He sido sacerdote de la Luz toda mi vida, y Heraldo de la Sombra por los últimos veinte años. He ahí que creí del Vacío la solución, sólo para ver que no lo fue. En el pozo de negrura, en la malicia y en la negatividad no he encontrado consuelo, al menos no en totalidad como para sentirme completo. Ahora, es mi turno de partir y buscar lo que es genuinamente importante en mi vida, o lo que quede de ella.

Existir es aprender. Soy Sombra, mas no Vacío. Soy también presa como cualquier otro ser consciente de mis ambiciones personales, las cuales me llevan, en esta ocasión, lejos de nuestro Culto. Lejos de la que ha sido hasta ahora mi familia… Y por ésta estaré eternamente agradecido.

Quién sabe. Quizás al otro lado del velo, un día lleguemos a encontrarnos.

Respeto, Tenacidad y Poder.

Afectuosamente,

Kräcius.

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