La voz de los Loa (Hermandad racial)

Saludos comunidad rolera, como bien dice el título esta es una presentación de una nueva hermandad Horda (aunque neutral on rol) de rol racial trol y zandalari.

El post se dividirá en varias partes.

Breve introducción de la hermandad:

La voz de los Loa nace del sueño de crear un lugar para los sacerdotes y fanáticos puedan refugiarse, sin enemistades entre ellos por su fe hacia su loa. Un lugar donde los trols puedan acercarse y rendir culto a todos los loa. Pues todos lo merecen.

Donde recopilar la historia y artefactos de estos, todos en común. El gran sueño, quizás imposible, sería crear una gran ciudad templo en la que estén representados todos los loa.

Es decir, La voz de los Loa es una hermandad en la que lo que prima es la creencia a los loa y la búsqueda de respetarlos y congraciarlos a todos como motivo superior a cualquier cosa, aceptando trols de cualquier procedencia (excepto de sangre, obviamente.)

¿Qué requisitos hay para unirse?
Los requisitos son sencillos. Obviamente al ser una hermandad racial solo se admiten trols y zandalari.
Buscamos gente con ganas de rolear e incluso aprender si nunca ha roleado esta raza. Premiamos la buena conducta, el buen rollo y la colaboración, además de la constancia y el interés.

¿Y los horarios?
Nuestros horarios serán de 22:00 a 00:00 durante los días lunes, miércoles y domingo.

¿Con quién tengo que hablar para unirme?
Puedes contactar con nosotros por Twitter: https://twitter.com/LavozdelosLoa
También ingame, ya sea a través de los personajes Kurkela-LosErrantes, Zeraji-LosErrantes o Arhen-LosErrantes; o a través de Battle contactando con Mongoliensis#2685

Además de Twitter, también tenemos canal de Discord, con información sobre la hermandad, guías y más. El discord será proporcionado con la entrada a la hermandad.

También poseemos ficha y sistema de dados propio. Ambas cosas se explicarán a quien lo necesite cuando se una.

A continuación vendrá un relato sobre el inicio de la hermandad, esperamos que lo disfrutéis y que os anime a uniros.

𝓛𝓪 𝓿𝓲𝓼𝓲ó𝓷 𝓭𝓮𝓵 𝓬𝓸𝓶𝓲𝓮𝓷𝔃𝓸.
𝕿𝖎𝖊𝖗𝖗𝖆𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝕴𝖓𝖙𝖊𝖗𝖎𝖔𝖗, 𝖊𝖓 𝖊𝖑 𝖕𝖔𝖇𝖑𝖆𝖉𝖔 𝕾𝖆ñ𝖆𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊.
Aquel día era uno más de los tantos ya pasados, los trols del poblado realizaban sus tareas con normalidad. Un par de semanas antes, una forastera llegó al poblado, pero no era la primera vez que la veían allí. La joven trol no llevaba mucho equipaje, mas estaba claramente embarazada y llevaba un cachorro en brazos.

No tuvo problemas en encontrar cobijo, bajo la promesa de ayudar a sanar a los enfermos o heridos. Durante los días, la joven trol se ganó la confianza del poblado realizando su promesa. Ayudó a ancianos con sus dolores, a las embarazadas y a aquellas hembras que dieron a luz. Pero lo que desconocía aquella trol, llamada Kurkela, es que pronto su vida daría un giro. De nuevo. A las afueras del poblado, un joven trol se acercaba, a primera vista no parecía un adulto. Con una serpiente al cuello, su vestimenta y expresión llamaba la atención, lo que alertó a los guardias a las puertas del poblado para impedir que entrara. Rac’kun alzó ambas manos al ver la posición agresivo-defensiva de los trolls de la entrada, sonriendo levemente.

No quiero causar problemas… Busco a una hembra, llevo bastantes días viajando para dar con ella. Se llama Kurkela, es así… ―dijo el joven trol mientras bajaba su mano hasta aproximadamente la altura de la hembra.― …de cabellos naranjas, también así. ―continuó describiendo, simulando la barriga de embarazada con los brazos. Ambos trols, los cuales le sacaban bastante altura a Rac’kun, se miraron mutuamente. El joven trol no causaba mucha confianza a primera vista, algo nada extraño por sus expresiones y maneras de mirar.

Pero la suerte estaba con él, un cachorro había dicho en el poblado que otro forastero se encontraba a la entrada del poblado y, por como lo describió el cachorro, Kurkela sabía quien era. Aún embarazada y con Han’jeh en sus brazos, Kurkela se acercó a la entrada, mirando con una expresión irritada en principio. Ambos trols charlaron mutuamente, Rac’kun le explicó a Kurkela que Zeraji les esperaba fuera del poblado, con el tiempo, el rostro de la trol se suavizo y tras ello, invitó al joven a dar un paseo.

Parecía un paseo normal, hasta que dieron con un pequeño tótem al lado el camino. Rac’kun, curioso, se acerco a este, invitando a Kurkela y Zeraji a acercarse también. Sin ser conscientes del por qué, tocaron la madera tallada de aquel extraño tótem con la forma de un trol. Sin tener tiempo para reaccionar, cayeron inconscientes.

Todos a la vez, entraron en la misma visión. Extrañados, miraron a su alrededor con sospecha. Rac’kun mostraba miedo incluso, ya que no entendía que ocurría. Sin embargo, Kurkela se mantenía más tranquila, pero atenta. Zeraji por su lado llevo su mano a la empuñadura del machete, mirando a su alrededor desconfiado Se encontraban en lo que parecía un ciudad trol, con un gran templo frente a ellos. La arquitectura era, a primera vista, exquisita, con unos acabados que resultaban impresionantes. A su alrededor podían observar más y más templos, cada uno con su loa correspondiente.

Rac’kun se tensó al empezar a escuchar ruidos y voces por la ciudad, pero se relajó al ver que simplemente era la vida del día a día de aquella gran ciudad templo. Cada vez más extrañados, observaron como aquellos trols no parecían percatarse de su presencia, hasta que Zeraji observó por el rabillo del ojo a un trol en concreto que si les miraba fijamente.

Era un trol anciano, a primera vista resultaba extraña su mirada. Su ropaje eran telas, algunas de ellas llegaban hasta el suelo, escondiendo gran parte del cuerpo del anciano. A su espalda se encontraban un carcaj lleno de flechas y un arco, con un diseño claramente realizado con esmero. El anciano se acercó a los trols, sus movimientos eran decididos pero ágiles. De entre su ropaje, el anciano sacó uno de sus brazos, señalándoles directamente mientras se acercaba. Por un momento Rac’kun y Kurkela quisieron huir, pero no parecía que sus cuerpos les obedecieran. Zeraji a diferencia, se puso más recto, tratando de mostrarse más intimidante aún.

Ha llegado el momento… ―murmuró el anciano trol, con una vez ronca y grave, mas podían oírlo con claridad, ya que no escuchaban con los oídos, sino con la mente.― Hacía mucho tiempo que buscaba unos campeones… Y por fin he dado con vosotros.

¿Quién eres? ―preguntó Kurkela, en un acto reflejo, fue a abrazar protectoramente a su hijo, sin darse cuenta de que en aquella visión, Han’jeh no estaba allí.

Mi nombre no es de importancia, mas si mi título. Me conocen como el Elegido. Debéis saber que mi voz no es mía, pues porto la voz de los loa. Mi cuerpo ya es anciano, es por eso que os necesito a vosotros, campeones de los loa, para realizar los deberes que me encomendaron. ―explicaba el Elegido, alzando un dedo para que no le interrumpieran.― Mi trabajo es comunicar los designios de los loa y estos me han hablado para deciros que tenéis que cumplir con las tareas que os diga, pues así es la voluntad de los loa.

El Elegido alzó ambos brazos, abarcando lo que podía con ellos de aquella gran ciudad templo, mientras ambos trols empezaban a mirar maravillados al anciano.

Esta ciudad templo, es la voluntad de los loa. Pero no es más que una visión, aún no es real. En este lugar, la cultura trol florece en su máximo esplendor, mientras los artefactos de cada loa permanecen a buen recaudo en sus templos correspondientes. ―Prosiguió el elegido, sin quitar sus ojos del grupo trol que tenía frente a él.―

¿Qué tenemos que hacer para poder cumplir esta visión, Elegido? ―preguntó Rac’kun, inseguro de poder haber sido elegido para una tarea como aquella. Kurkela puso una mano en el hombro del joven trol, tratando de transmitirle su seguridad.

Para ello empezaréis buscando seguidores de los loa, de todos los loa que podáis. Aquellos seguidores que realmente estén dispuestos a seguir los designios que sus propios loas deseen. Con esta tarea en proceso, tendréis que recuperar viejos artefactos trols, los cuales se encuentran repartidos por Azeroth. Con cada artefacto que recuperéis, un pedazo, por pequeño que sea, de nuestra historia perdida se recuperará. Y así, según avancéis, esta ciudad templo podrá ser construida.

El grupo trol se miraron entre ellos, maravillados ante aquella idea. Era obvio que no podían contener su emoción, sobre todo para el joven, que empezaba a removerse nervioso por empezar.

Pero para ello necesitaréis mi ayuda, pues es una tarea demasiado grande sin ella. Así pues… ―comentó el Elegido, acercando ambas manos a las frentes de los dos trols.― Para ti, hembra, te daré el regalo del instinto, con él tendremos una conexión. No te asustes por ello, ya que solo será una ayuda en vuestra tarea. Esta conexión te permitirá sentir cuando estáis más cerca de un artefacto o de un trozo de nuestra historia. ―tras decir eso, el Elegido posó una mano sobre la frente de Kurkela, brevemente la palma de esta se iluminó.

Kurkela miro al anciano, pero no notaba ningún cambio en sí, hasta que se concentró. Al concentrarse podía notar una especie de “lazo” que la ataba al Elegido, pero no le causaba ninguna incomodidad o dolor.

Tras ello, el Elegido observó a Zeraji. Algo en su mirada relajó al gran amani, que apartó la mano de la empuñadura del machete.

Para ti, guerrero, te proporcionaré un instinto. Con él, podrás sentir cuando estáis cerca de los artefactos que debéis buscar. Esta ventaja os ahorrará mucho tiempo en vuestros viajes. ―Tras la explicación, posó su mano en su frente. Ambos permanecieron quietos mientras la palma de su mano se iluminaba. Una vez se apagó, el anciano aparto su mano de la frente de Zeraji.― Veo en ti que eres un protector, por eso también te aviso, que el camino que seguiréis estará plagado de peligros, mas sé que aquellos que os sigan, estarán en buenas manos.

El Elegido se giró, mirando a Rac’kun. En principio no dijo nada, limitándose a repetir el mismo movimiento que con Kurkela y Zeraji. Una vez la palma de su mano dejó de iluminarse, entonces habló. ― A ti, joven, te doy un regalo más específico. Tu mente estaba turbada, dañada desde siempre. La realidad estaba distorsionada para ti, como la capacidad de control. Por ello, sano tu mente para que seas capaz de realizar las tareas encomendadas por los loas sin ningún tipo de peligro para aquellos que te acompañen. Mas no te confundas, tu habilidad para engañar, mentir e inteligencia continúa allí, pues no iban realmente de la mano de tu problema. ―tras hablar, apartó la mano de la frente de Rac’kun.

Rac’kun observó a Kurkela y Zeraji, maravillado. En los ojos del joven trol se podía observar una claridad que antaño nunca estuvo. La de una mente sana e incluso su sonrisa se veía diferente.

Ahora, es vuestro turno. Adelante, mis campeones, cumplid con las tareas que se os han encomendado. ― El Elegido volvió a esconder ambos brazos bajo sus ropajes.

En cuanto se giró para marcharse, la visión de ambos trols se volvió borrosa, hasta que todo se quedó oscuro.

Kurkela abrió los ojos, llevándose una mano a la cabeza. A la par, Rac’kun se levantó como un resorte, lleno de energía. Zeraji en cambio, fue el que más tranquilo reaccionó a diferencia del resto.

Sabían que la visión había sido real, aunque su cuerpo no se encontrará en aquel momento con el Elegido, sus mentes si lo estuvieron. Kurkela podía sentir aún el lazo que la conectaba con aquel anciano trol, mientras Rac’kun por primera vez en su vida, veía todo claro y notaba que su mente nunca más le volvería a jugar una mala pasada. Zeraji por su parte, podía sentir que no estaban demasiado lejos de un artefacto, pero que no podrían solos.

Era el momento de prepararse para el nuevo comienzo que les esperaba.

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juguetea con los abalorios de sus ropajes mientras murmura cosas siniestas a la par que ininteligibles

Interesante…

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A estos señores hay que darles todo el amor del mundo

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¡Buenas roleros!

Esta noche empezamos con uniones de miembros y rol en el poblado Sañadiente, en Tierras del Interior.

Cualquiera que quiera pasarse es bienvenido, empezaremos a las 22:00.

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Esta noche, gracias a los rumores y a una pequeña cachorra y su abuelo, el grupo de devotos ha conseguido recuperar un pequeño fragmento de la historia amani en Tierras del Interior.

Gracias a la información recibida por la cachorra Najin y su anciano abuelo Dalzar, el grupo de devotos se dirigió a unas ruinas amanis situadas en Tierras del Interior.

El primer reto que se encontraron, era la cantidad de escaleras que debía subir, puesto que el pergamino que contiene esa historia se encontraba en una cueva en los más alto de una serie de pisos piramidales.

Una vez consiguieron superar el primer reto de subir todas las escaleras, descubrieron la cueva de la que hablaban los rumores. Pero varias trampas aún parecían haber sobrevivido e incluso, seguían siendo funcionales.

En más de una ocasión, la tensión era palpable, sobre todo cuando una de las trampas, situada en el suelo, fue aparentemente activada. Pero la propia trampa, tenía trampa, el suelo falso de la cueva, no se activaba por una pisada. En este caso, la activación era al quitar peso.

Gracias al ingenio, consiguieron evitar que el pergamino quedará atrapado al final de la cueva. Una vez allí, un pequeño altar con una caja de madera les esperaba.

Sin embargo, la caja estaba sellada con un hechizo de protección, grabado en esta. Alrededor del grabado, se podía leer una frase que rezaba “Uno no avanza, juntos avanzan.”

Una vez consiguieron averiguar cómo se abría aquella caja sin que las consecuencias les dañaran, pudieron extraer de ella el pergamino. El Elegido, satisfecho, les hizo saber que su acción había agradado a los loa.

Veremos que les depara en su siguiente travesía…

Comienza una nueva trama para la Voz de los Loa. Nos encontramos aún en el poblado Sañadiente de Tierras del Interior.
En nuestro Twitter se seguirán subiendo resúmenes de los eventos.

Actualmente seguimos en Tierras del Interior. En la zona de Shadra’alor off-rol

Nuestros horario es de: Lunes-Miércoles-Domingo. Cada noche nuestros miembros disfrutan de un buen rol casual.

Nuevo en el rol o no, te recibimos con los brazos abiertos.