Las hermanas Brisaveloz

Glosiosssssso XD

Tras entregar las misiones y recibir su recompensa(aunque esto de ser adalid estaba muy mal pagado y por eso tenía que ir de RAID 5 veces a la semana…)paseó un poco por Boralus,se sentía de buen humor,había dormido bien,no tenía raid en dos días,había entrenado y al atardecer disfrutaría de la compañia de su amado…sólo una cosa nublaba aquel día casi perfecto.La pérdida de Eleanna y Ardeniel.
Si bien con Ardeniel discutía a menudo,había entendido tarde que amaba a su raza por encima de todo,y adoraba a Tyrande casi tanto como a Elune,y lo que era más importante…le había recordado porque era una kaldorei.
Eleanna era distinta,más accesible,más irresponsable,más simpática,y le debía la vida.
Tras varios días no contaba con que Saara o Elune hubiesen respondido a sus plegarias.Al final aunque tarde,las había comprendido a ambas.Allí donde se encontraba,en la fuente de Boralus,juntó las manos y rezó una última oración por ellas.En dos días volvía al frente,le hubiese gustado contar con ellas a su lado en la batalla.Lucharía codo a codo con Sandris.

Era más de mediodía y se sorprendió por el hambre que tenía,extrañamente tuvo el antojo de comer unos fideos pandaren.Había visto un vendedor por el puerto,se acercaría a ver si los vendía.Tras el almuerzo regresaría a Cuna,quería revisar unos escritos de alquimia antes de que su prometido llegase.

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Oh bueno, el futuro aperitivo (aunque antes nos comerá a nosotros), es verdad xD. Cuidadito con ese, que es menos de fiar que un político.

Ay, nelfita, me ha emocionado tu regreso :heart_eyes: te daría un abrazo, pero sé que odias a los sin’dorei y ya me llevo suficientes 0stias de Vereesa :smiling_face_with_three_hearts: :sweat_smile:

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Pues algún día tendrás que decirle que la que rezó por ella fuiste tu. :smile: Por cierto, yo también adoro a Tyrande :heart_eyes:

¡Aprovecha y dámelo ahora que estoy que no me entero todavía de nada! :face_with_hand_over_mouth:

P.D: voy a dejar esto un rato, que menuda mañana llevo de no hacer nada en mi RAID diaría :sweat_smile:

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¡No lo digas dos veces! >w< * abraza a Eleanna espachurrantemente *

Más me vale que no se acuerde de esto cuando se despierte del todo… ¡Nos vemos! * Sale corriendo de escena *

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Alli estaba!!! Sabía que en sus viajes a Boralus para cumplir con sus obligaciones con la alianza había visto un vendedor pandaren.
Ban Garraperla tenía fideos del dragón dorado a la venta.Como una niña pequeña emocionada con su plato favorito se los compró y se sentó a comer tranquila un poco más alejada,en las escaleras que conducían a uno de los cañones que guardaban el puerto.Aunque Boralus no era su ciudad favorita las vistas desde ese punto le agradaban.
Dos de los guardias de Cyrus estaban en sus puestos,inmóviles como estatuas,les dio las buenas tardes y le respondieron sin desviar la vista al frente.

Tras terminar el almuerzo,recordó que tenía una última cosa que hacer,se acercaría al barco de la Alianza a agradecerle a Sandris aquel inusual permiso del que había disfrutado.Pronto volverían a la batalla,juntas como lo habían hecho en innumerables ocasiones.No tenía hermanas,y aunque adoraba a sus hermanos el tener una confidente con la que hablar de cosas de mujeres siempre era bueno.Y en eso Sandris era como una hermana para ella.
Debían recuperar costa Oscura,lo mínimo que podía hacer por Ardeniel y Eleanna era aquello.Que pudieran descansar en paz en su tierra.

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Asomada al balcón de la habitación, Eilyria observa el constante ir y venir de las gentes de Dalaran. Sus pensamientos se tornan hacia Menel y Argent. Con Eleanna muerta son menos lo obstáculos que se oponen a su enlace, pero la maga no era el único. El propio Argent y su decisión de servir a Varok era el mayor de ellos, Sylvanas no tolerará esa traición. Eilyria había intentado que Argent reflexionara, intentó que Lunargenta le retuviera pero Lorthemar no reconoció en ella a la niña que tantos problemas le causó. Ahora Argent emprende un camino tortuoso que le enfrentará a ella misma. Nunca tuvo intención de matarlo pero si realmente se une al traidor esta vez no habrá nada que detenga su mano, hará lo necesario.

Eilyria y Sielendril sobrevivieron a la caida de Lunargenta, pero habían perdido demasiado. Eilyria se refugió en el fondo de una jarra cerveza. Sielendril, en los bosques junto a los animales que lo poblaban. Tras algunos días sin verse ambas amigas se reunen - Volveré a luchar, es lo que Elixia hubiera querido - dijo Sielendril que se encontraba acompañada por un dracohalcón con el que había establecido un cariñoso vínculo. - Dejaré los forestales y volveré al que fue mi hogar para recuperarlo - continuó. Eilyria se quedó callada mientras miraba la jarra vacía que tenía delante. - ¿Vienes conmigo? - Volvió a preguntar Sielendril. Eilyria no contestó y Sielendril se marchó, sería la última vez que se vieran.

Eilyria también acabaría abandonando Lunargenta, deambuló por los Reinos del Este de taberna en taberna ignorando todo lo que acontecía en el mundo que la rodeaba. Eilyria transitaba un camino en uno de escasos momentos de sobriedad cuando escuchaba en la lejanía el inconfundible sonido de una contienda. La curiosidad le llamó la atención y se acercó, vio correr a un grupo de nagas por el río y de repente unos soldados humanos se abalanzaron sobre ella. Intentó defenderse pero la superaron rápidamente. Eilyria había sido capturada junto a las fuerzas de Kael’thas y acusada de traición fue encerrada en los calabozos. Encerrada en aquella celda y sin gota de alcohol, la mente de Eilyria le jugaba malas pasadas. Comenzó a hablar con fantasmas de épocas que ella no pudo haber vivido y nagas serpenteando por los pasillos de los calabozos. Pero esos no eran fruto de su imaginación, un naga abrió su celda y la liberó junto al resto de los elfos.

Había escapado y no importaba cómo. Continuó con sus compañeros de fuga hasta, que sin saber cómo, había llegado a un portal que conducía a Terrallende. Los humanos aún les perseguían y ella no veía otra salida. Cruzó el portal y vio por primera vez los restos del que había sido el mundo de los orcos. Sin más opciones, decidió continuar con las fuerzas del principe elfo. Viajó con ellos durante días buscando al maestro de los nagas, Illidan. Este había sido capturado por una celadora, Maiev Cantosombrío. No fue díficil para las fuerzas combinadas de elfos y nagas liberar al cautivo. Illidan y Kael’thas hicieron un pacto, pero a Eilyria no le interesaba, solo le preocupaba donde conseguir el siguiente trago. Pasó días sin poder beber, se sentía morir por la abstinencia. Ni siquiera se daba cuenta de los acontecimientos que ocurrían a su alrededor. El tiempo ya no existía para ella.

Un día, escuchó una voz - Pareces perdida, muchacha - dijo. Se trataba del mismísimo Illidan. - ¿Qué te ha traido a este mundo? - preguntó. Eilyria no contestó, pensaba que no era más que otra alucinación más. - Sea lo que sea lo que buscas, ven a verme a mi templo. Te daré un objetivo - dijo Illidan y desapareció. A la mañana siguiente Eilyria despertó despejada y tranquila por primera vez en mucho tiempo. Los sudores que normalemente cubrían su cuerpo no estaban presentes esta vez y su visión no estaba turbada. Pensó en aquella alucinación, “Sea lo que sea lo que buscas” le había dicho. Pero qué era lo que ella buscaba. Había perdido todo lo que una vez ansió, el amor de su madre, el respeto de Sylvanas, la amistad, incluso el honor de luchar por su pueblo. Illidan le ofrecía un nuevo objetivo.

Se aproximó al templo oscuro aún dudando de si aquello había sido verdad o no. Una naga le salió al paso. - El Señor te espera en sus aposentos - dijo. Siguió a la naga a través del templo, en el camino pudo observar la variedad de razas que habían aceptado prestar servicio a Illidan. Pero un grupo llamó especialmente su atención. Tenían el mismo aspecto que Illidan, elfos con cuernos y alas. “¿Qué les habría pasado para transformarse así?” se preguntaba. De repente llegaron a su destino, Illidan se encontraba solo con dos copas de vino servidas.

-Toma asiento - dijo. - ¿Qué buscas en este mundo? - volvió a repetir.

Eilyria no pudo evitar observar los vendajes que envolvían su cuerpo, en sus delirios había oido rumores acerca de una lucha en Azeroth de la que Illidan había vuelto gravemente herido.

-No busco nada - contestó Eilyria. - Estoy aquí por accidente -.
-Una respuesta impropia de este mundo, todo el que está aquí tiene un objetivo. Tu principe busca a curar a tu raza, yo liberar este universo de los demonios y tú ¿no buscas nada? -

Eilyria, permaneció en silencio. - Alguien que crea en mí - murmuró tan bajo que apenas era audible.

-Yo confiaré en ti, si tú primero confías en mí - dijo Illidan. - Tengo un objetivo y necesito toda la ayuda posible - continuó - pero necesito confiar en que harás lo necesario -

La conversación continuó pero Eilyria no sabía si la criatura que tenía delante podía darle lo que necesitaba. Eilyria no tenía nada que perder y aceptó. Illidan parecía complacido. - Mañana iniciaremos los rituales -

(to be conclude)

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Como alguien que tiene el libro de Illidan en su estantería…el “ritual” es bastante desagradable,menos mal que esta sacerdotisa recapacitó a tiempo XD

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Tranquila, no pienso describirlos :sweat_smile:

Menudo gusto tienes buscando novios, querida.

Perdonaaaaaaaaaaaaaaaa? Lo del jefe de aquí el hada cornuda fue un amor platónico de estos de adolescente,lo que pasa es que me duró un “poco”(mucho)
Pero ni por él me sometí al ritual sádico ese que te convierte en hada con cuernos.
Y si también lo dices por mi sindorei…ya te gustaría a ti tener un novio la mitad de atento que el mio :stuck_out_tongue:

PD: Déjate de criticar mis relaciones y resucita ya de una vez… :rofl: (pareces una novicia del templo,a ver si te tengo que poner a ti a limpiar estatuas de Haidene con la lengua por cotilla)

Mientras fumaba en su recién estrenada pipa,Argent repasaba los acontecimientos más recientes de su vida.

Había regresado de sus obligaciones,y su sacerdotisa no estaba en casa.Se dirigió hacia aquel lugar de Cuna de Invierno que tanto le gustaba.Alli,sobre la cima,contemplaba las fabulosas ruinas de Kel’theril mientras reflexionaba.

La muerte de las dos Kaldorei,le había conmocionado.No podía entender como alguien podía renunciar de esa manera a la vida.Por medio de su medio hermano,había enviado su mensaje de condolencia,acompañado de un presente para honrar a la difunta.

Se avecinaban tiempos convulsos.El tenía claro desde el principio,en que lado estaría.Sabia que su decisión le iba a proporcionar un nuevo enemigo.El hada cornuda, tenía una devoción que rayaba el fanatismo hacia Sylvanas.

Podía entender ese fanatismo,pero nunca lo compartiría.Esperaba no llegar al enfrentamiento físico con ella,pero si llegaba el caso,no lo evitaría.

Pensando en que luego tendría que asistir a la lección magistral del magistrix,tomó el camino hacia su casa.Necesitaba descansar,y su cansado cuerpo,lo agradecería.Sin más dilación se dirigió a su casa.Como le gustaba aquel término…su casa.

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Esta vez en mi rato del café, he diseñado una encuesta para ver lo que opina la peña de ciertos temillas de esta nuestra telenovela.

https://goo.gl/forms/nLegZy5Jlw9vqrnf2

Decidme si podéis entrar y no dudéis en votar. Actores, cámara, público… ¡tu opinión cuenta! :rofl:

P.D: los resultados… MAÑANA

Cómo se nota que has hecho tu el test xD no me dejas decir la verdad en el último XP

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Traquila, es anónima, nunca nadie sabrá que la amas de verdad :face_with_hand_over_mouth:

Ya te vale jajajaja serás…si lo llego a saber antes no rezo a Saara XD

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Que nadie se lo tome a mal… es una broma de aburrimiento. Cuando salga de raid sigo con la historia.

Bendiciones y besos para todos :smiling_face_with_three_hearts::kissing_heart::heart_eyes:

Deberías dejar el café o al menos alejarlo de los ordenadores. :grin:

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La verdad es que me produce cierta indiferencia xP

Hombre ya xD si a mal no me lo he tomado. Tampoco la odio, así que…

Eso ha sido cruel :laughing:

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Cuando subió al barco de la Alianza vio a Sandris en cubierta.
-San-dijo sonriendo Menelwie.
-Te hacía en Cuna con tu…sindorei-dijo Sandris bajando la voz en la última palabra
-Ahora partiré,pero quería saludarte antes y agradecerte tu ayuda con todo esto.
-Para eso están las amigas-contestó la General Plumaluna.
-Has sabido algo de Jarod?-preguntó la sacerdotisa
-No,sin embargo he hecho un nuevo amigo por correo ordinario,
Menel entrecerró los ojos mirándola inquisitiva.
-No me mires así-dijo Sandris-sólo es un amigo,se llama Zomelgaster.
-ZOMELLLLLLLLL?-dijo Menelwie gritando.
-Shhh baja la voz,quieres que se entere todo Boralus?-Veo que lo conoces…
-Claro,luché a su lado contra Lionheart,en la misma batalla que conocí a Argent.Es muy majo y está colado por ti San-dijo Menelwie sonriendo.
-Eh no!! no me lies!!Solo me cae bien,me escribe unas cartas preciosas.
-Uy eso me suena…así empezamos mi paladin y yo,a lo t0nto,y miranos ahora.
-Menel es un enano…
.Y?-preguntó la sacerdotisa-Te queda a la altura perfecta para…-dijo la sacerdotisa soltando una carcajada limpia.
-Desde cuando te has vuelto tú tan descarada?
-Yo…esto…ejem…es todo culpa de Jones!!!me prestó un libro muy raro.Además que tiene de malo? Peor es lo mio…al menos Zomel es un soldado de la alianza.
-Vamos a dejar el tema…que nos estamos desviando mucho.
-Es mi especialidad-contestó Menelwie-tengo un don para desvirtuar temas.
-El miércoles te quiero aquí a primera hora-dijo Sandris recuperando su seriedad habitual.
-Prometido,recuperaremos Costa oscura, y Ardeniel,Eleanna y el resto de nuestros caídos tendrán un lugar donde descansar.
Se despidió de Sandris con un afectuoso abrazo.
Al llegar a Cuna se dio una ducha arcana y se puso una toga limpia,la rosa de Ahn Qiraj,la noche prometía…había decidido celebrar la vida,el amor…las dos hermanas kaldorei le habían recordado cual efímera era la felicidad en un mundo constantemente en guerra.
Mientras,para hacer tiempo se dedicó a repasar un antiguo tratado de Alquimia.

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Varios días después de su transformación Eilyria entraría por primera vez en combate como Illidari, habían abierto un portal hacia un mundo gobernado por la Legion y debían buscar información en él acerca de algo llamado sargerita. No tardaron en entablar combate, uno de los illidari más veteranos gritaba - Un enemigo, una presa, ¡¡Una muerte!! - cada vez que se lanzaba sobre un demonio acabando con su vida. Eilyria aún tenía miedo de usar sus nuevos poderes demoníacos, temía no ser capaz de dominar aquel demonio que ahora habitaba en su interior. Un demonio la pilló por sorpresa y fue cuestión de suerte que evitara un golpe mortal. Ella luchó como le habían enseñado los forestales, pero contra este enemigo no era suficiente. Entonces sintió como un impulso y su brazo se transformó justo a tiempo para desgarrar la garganta de un demonio que la acechaba. “¿Qué haces, chiquilla?” escuchó en su interior. “Lucha” repitió la voz. “No, no puedo dejar que me domine” se repetía ella. Al terminar el día había conseguido salir ilesa sin usar sus nuevos poderes. Pero aquella transformación involuntaria era un aviso, si no mantenía el control el demonio se apoderaría de ella.

La siguiente misión no tardaría en producirse. Seguía firmemente convencida de que podría hacerse más fuerte sin usar sus poderes demoníacos y volvió a entrar en combate, pero esta vez los adversarios eran más fuertes. Había otros reclutas novatos como ella en esta misión pero, al contrario que ella, ellos habían aceptado su lado demoníaco. Uno de ellos quizás demasiado, no pudo controlarse y al final comenzó a atacar a los suyos. Mató a dos de los novatos y se dirigía a matar a una tercera, pero Eilyria consiguió atajar su guja con las suyas justo a tiempo. Entonces el illidari descontrolado centró su atención en ella. Sus ataques eran brutales y ella apenas podía defenderse. “Lucha” volvió a oír. “No” se volvía a repetir. “Un enemigo, una presa, ¡¡Una muerte!!” volvió a escuchar. El mismo illidari de la misión anterior acabó con la vida de aquel novato. - Se puede saber que estás haciendo - dijo dirigiéndose a Eilyria. - ¿De qué nos sirves si no usas tus poderes? Vuelve a tu casa, niña. No puedes proteger a nadie así - Esas palabras calaron en Eilyria. Sylvanas ya no estaba pero ella sí, si Sylvanas no nos podía salvar quizás ella sí.

La joven illidari kaldorei que había sido atacada se levantó y susurró - Un enemigo, una presa, una muerte - antes de lanzarse contra el enemigo completamente transformada. Eilyria, esta vez no dudó, “Un enemigo, una presa, una muerte” se repetía a sí misma dejando que el poder vil recorriera libremente su cuerpo. Demonio tras demonio todos caían ante las gujas de los illidari. Eilyria, la joven novata y el veterano fueron los primeros en llegar ante los comandantes de aquellas tropas de demonios. Lanzando su mantra, los tres saltaron sobre su objetivo y no tuvieron piedad. “Más, más, más muertes” escuchaba en su interior Eilyria. - Lo haré, te saciaré de sangre y muerte tanto como quieras. Pero seré yo y no tú quien controle mi cuerpo, ¿aceptas? - dijo Eilyria. La voz calló durante un largo rato. “Te prestaré mi poder, cazadora de demonios” finalmente respondió.

Eilyria necesitaba matar para mantener contento a su demonio y así lo hizo. Al principio como necesidad, luego se convirtió en una rutina y al final se convirtió en disfrute. Gozaba bañándose en la sangre de sus enemigos. - Yo los salvaré a todos - gritaba extasiada sobre una pila de cadáveres. Pero las razas mortales de Azeroth cruzaron de nuevo el portal Oscuro con la intención de derrotar a su maestro. Poco después de haber conseguido la sargerita todos fueron ellos fueron capturados por Maiev y encerrados.

La Legion volvía amenazar Azeroth, las tropas unidas de Alianza y Horda no eran suficientes y recurrieron a quienes consideraban enemigos. Los illidari fueron liberados y lanzados al frente. Eilyria por nacimiento pertenecía a lo que ahora se llamaban elfos de sangre y fue encomendada a Orgrimmar, la ciudad de los orcos. Le asqueaba el hecho de estar al servicio de quienes habían acabado con la vida de su madre. Al llegar a su destino su sorpresa no pudo ser mayor, quien lideraba a la Horda era Sylvanas. Pero cómo era posible, la última vez que la vio atacaba Lunargenta como una banshee esclavizada. Se presentó ante Sylvanas, había cambiado mucho, no era como la recordaba aunque ella también había cambiado. Sylvanas la miró extrañada, - Me recuerdas a alguien - dijo. - Eso es imposible, mi señora. Es la primera vez que nos vemos - Eilyria prefirió que mantuviera el recuerdo de aquella niña traviesa que buscaba llamar su atención. Pero ahora ella se encontraba al servicio de quien siempre quizo servir. Las palabras de su madre volvía a tener vigencia. “Sigue a Sylvanas, ella nos salvará a todos”.

								FIN

P.D.: en realidad lo pensaba publicar mañana, como antesala de Costa Oscura, pero he pensado, ya que parece que la borracha pelo estropajo va a resucitar, que Eilyria vuelva la historia principal después de que ella se levante.

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