Las hermanas Brisaveloz

El veterano paladín se acercó cabizbajo hasta la estancia en la que la capitana Larissa velaba los cuerpos sin vida de las dos Kaldorei.

-Capitana…
Larissa volvió la cabeza sorprendida hacia quien así le interpelaba.El veterano paladín permanecía silencioso en actitud compungida.
-¿Que queréis,caballero? Respondió la capitana.
-Me pidieron que os hiciera llegar esto.Y extendió una misiva lacrada,el la que se podía apreciar en el sello una estilográfica,y dos cintas,una dorada y una celeste.

Dentro de la misiva,con una elegante caligrafía se podía leer.

Si esta más allá de la resurrección,tal vez Feralas sea el lugar más adecuado para su reposo final.Si no es así,ojalá pueda ser traída de vuelta.
Lo siento muchísimo.Una firma escrita en Thalassiano finalizaba la misiva.
La capitana miro con gesto interrogativo al veterano paladín.
Este permanecía callado ante el escrutinio de la capitana.Cuando vio que había acabado la lectura,le entregó un objeto primorosamente trabajado.

Una rosa realizada en filigrana de Mithril,atrapada los rayos de luz,devolviendo reflejos brillantes a su alrededor.

-También me pidió que os entregara esto.
Dicho lo cual,el paladín de persigno,abandonando la estancia.

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Necesito una aclaración Argent. ¿A cual de las dos hermanas iba dirigida la misiva y el regalo?

Con la que mas he peleado verbalmente,creo que ha sido la cazadora.Asi que el regalo es para ella,la del pelazo apareció más tarde en la historia.Asi que para la cazadora,si te apetece…:grin:

No hombre, es por no hacerte un retcon así de gratis. Si es para la caza, es para ella.

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La verdad, ni me di cuenta de que era un ignoto :sweat_smile: pero de todas formas es difícil escribir ese idioma: o pareces un módem, o parece que te esté dando un derrame cerebral :laughing:

Por cierto, me gusta como estás llevando el tema de la muerte de las dos hermanas y su regreso :stuck_out_tongue_winking_eye:

La historia de los tortolitos también me gusta, a pesar de que a mi las historias de amor me suelen espantar. Que no os paren, Romeo y Julieta, y sobretodo, ¡¡no terminéis como ellos! :sweat_smile:

Hada maléfica, te estás currando mucho la historia de tu pj, está genial. :smiley: Creo que estas cosas te hacen coger más cariño a tu personaje.

En fin, el caso es que esta telenovela está mucho mejor que el lore actual de BfA. :smile:

PD: Los clientes no paran de pedirme copias de todas las temporadas, y las subscripciones a Corazón de Azeroth no paran de aumentar. ¡Es maravilloso! :joy:

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¿Era un ignoto realmente? EL idioma si lo era… pero en uno de los mensajes modem se dice quien habla a mi espíritu…:face_with_hand_over_mouth:

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Las dudas de la capitana Larissa mientras contemplaba el ataúd cerrado se vieron interrumpidas por la irrupción de un viejo paladín humano en su tienda.

El humano le había entregado una carta y un presente dirigido hacia su antigua capitana… estaba escrita en Thalassiano. La capitana no sabía de quien podía proceder, ¿quizás algún alto elfo de la alianza que tuviera amistad con Ardeniel?

Guardó ambos en su bolsa, decidiría que hacer después. Ahora tenía un tema más acuciante sobre su cabeza. Volvió a dirigir su vista hacia el ataúd aún cerrado en la estancia.

De un grito, llamó a dos centinelas que montaban guardia en la entrada a la tienda.

“¿Sí mi capitana?” dijeron mientras se cuadraban.

“Abrid ese ataúd y colocad el cuerpo del interior sobre esta mesa” - les ordenó.

Las centinelas asintieron y diligentemente comenzaron a abrir el ataúd. Entre ambas sacaron, no sin esfuerzo, el cuerpo que había en su interior y lo colocaron en la mesa vacía que quedaba en la estancia. Estaba envuelto en una sábana bastante sucia y manchada de sangre casi en su totalidad.

Las centinelas se cuadraron y dijeron al unísono… “¿Algo más mi capitana?”.

“Es suficiente, gracias. Podéis retiraros” - ordenó Larissa.

Se cuadraron una última vez, y volvieron a sus puestos en el exterior de la tienda.

Larissa se acercó al cuerpo… con una pequeña daga cortó los pequeños lazos que se habían usado para “empaquetar” el cadaver, y retiró la sábana al completo.

Allí estaba el cadáver de Eleanna. Toda la toga se encontraba cubierta de abundante sangre reseca, así como sus brazos y cuello. Incluso su pelo, otrora radiante y lleno de vitalidad, envidia de muchas, se encontraba reducido a un amasijo de alambre mezclado con abundante sangre, como si fuera un estropajo verde.

Larissa miró detenidamente el cadáver. No había conocido mucho a la maga, pero se podía decir que le caía bien. Sentía cierta compasión por ella, ya que multitud de veces había tenido que buscarla por orden de su hermana. Esas “misiones” le habían dado la oportunidad de hablar un poco con ella…

Aunque sabía que estaba siendo injusta, culpaba a Eleanna de la muerte de su capitana. Se dió la vuelta con la intención de salir de la tienda… “No pienso adecentarla. Se lo pediré a Etherel y Vanael” pensó enfadada con aquel cadáver…

Justo cuando estaba a punto de salir, se detuvo en la puerta, y volvió la vista una última vez hacia Ardeniel. Su cara transmitía serenidad, tranquilidad y cierta tristeza… Por un momento escuchó una voz… sabía que eran imaginaciones tuyas. “Adecenta a mi hermana… te lo suplico”…

Todo era fruto de su sugestión, ella estaba convencida, pero no podía evitar pensar que Ardeniel le estaba dando una última orden…

Se dirigió hacia su cadáver, se cuadró delante de ella, y dijo en voz baja: “Será un honor servirte una última vez mi capitana”. Acto seguido se dirigió hacia el cadáver de Eleanna. “Debe estar en un estado lamentable” pensaba mientras se dirigía a la mesa.

Los magos de dalaran la habían enviado el mismo día que murió su hermana, pero su cadáver había estado sin atención mientras adecentaba a Ardeniel… esperaba ciertos signos de descomposición.

Estudió el cadaver a fondo. Estaba extrañamente… intacto. No había muestras de los olores ni las señales típicas de la muerte, mas allá del olor ferroso de la sangre reseca.

Procedió a quitarle la toga, la cual se encontraba semirígida por la sangre reseca. Con el pecho desnudo, el cadáver se encontraba bañado en su propia sangre.

Larissa acercó una esponja y un cuenco, sobre el que vertió una serie de bálsamos, flores y elixires que había usado con su hermana… y comenzó a limpiar el cadáver con suma delicadeza… lo hacía por Ardeniel, no por Eleanna.

Le costó trabajo, pero consiguió limpiar sus brazos. Su piel estaba extrañamente suave. ¿Sería por los ungüentos que estaba usando? se preguntaba, pero el tacto de la piel de Ardeniel había sido muy diferente habiendo seguido exactamente el mismo ritual.

Decidió limpiar primero el cuello. Se encontraba completamente oculto tras una masa rojiza oscura de sangre coagulada. Pensó en limpiar primero esa zona, donde esperaba encontrar la herida fatal que le provocó la muerte.

Comenzó pacientemente a limpiarlo… cuando llevaba unos minutos limpiando, notó que algo no iba bien. El tacto de la esponja al pasar por su cuello era, demasiado regular. No notaba una garganta desgarrada por una daga. ¿Qué estaba pasando?

Siguió limpiando con mayor celeridad el cuello, se concentró en un punto, necesitaba ver que la herida estaba ahí… pero no encontró nada.

Larissa se alteró. “¿Cómo es posible? Murió ahogada en su propia sangre, le cortaron la garganta” se preguntaba una y otra vez. Pero ahí no había más que un montón de sangre coagulada… que parecía haber salido de la nada.

Notó un movimiento en el cadáver que la sobresaltó. Se echó hacia atrás y se pegó junto a la mesa donde descansaba el cadáver de Ardeniel.

Un movimiento pausado, pero constante, movía el pecho descubierto de la maga. Parecía hincharse… y deshincharse… lenta pero constantemente.

Larissa, temblando acercó su cabeza hacia el pecho de Eleanna, y puso su oído sobre el mismo… “Pum, pum… pum pum… pum pum…”.

Levantó la mirada lentamente hacia la cara de la maga… notó un ligero temblor en los párpados… que tras unos segundos comenzaron a entreabrirse, dejando a la vista unas pupilas de las que refulgía una preciosa luz plateada…

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Glosiosssssso XD

Tras entregar las misiones y recibir su recompensa(aunque esto de ser adalid estaba muy mal pagado y por eso tenía que ir de RAID 5 veces a la semana…)paseó un poco por Boralus,se sentía de buen humor,había dormido bien,no tenía raid en dos días,había entrenado y al atardecer disfrutaría de la compañia de su amado…sólo una cosa nublaba aquel día casi perfecto.La pérdida de Eleanna y Ardeniel.
Si bien con Ardeniel discutía a menudo,había entendido tarde que amaba a su raza por encima de todo,y adoraba a Tyrande casi tanto como a Elune,y lo que era más importante…le había recordado porque era una kaldorei.
Eleanna era distinta,más accesible,más irresponsable,más simpática,y le debía la vida.
Tras varios días no contaba con que Saara o Elune hubiesen respondido a sus plegarias.Al final aunque tarde,las había comprendido a ambas.Allí donde se encontraba,en la fuente de Boralus,juntó las manos y rezó una última oración por ellas.En dos días volvía al frente,le hubiese gustado contar con ellas a su lado en la batalla.Lucharía codo a codo con Sandris.

Era más de mediodía y se sorprendió por el hambre que tenía,extrañamente tuvo el antojo de comer unos fideos pandaren.Había visto un vendedor por el puerto,se acercaría a ver si los vendía.Tras el almuerzo regresaría a Cuna,quería revisar unos escritos de alquimia antes de que su prometido llegase.

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Oh bueno, el futuro aperitivo (aunque antes nos comerá a nosotros), es verdad xD. Cuidadito con ese, que es menos de fiar que un político.

Ay, nelfita, me ha emocionado tu regreso :heart_eyes: te daría un abrazo, pero sé que odias a los sin’dorei y ya me llevo suficientes 0stias de Vereesa :smiling_face_with_three_hearts: :sweat_smile:

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Pues algún día tendrás que decirle que la que rezó por ella fuiste tu. :smile: Por cierto, yo también adoro a Tyrande :heart_eyes:

¡Aprovecha y dámelo ahora que estoy que no me entero todavía de nada! :face_with_hand_over_mouth:

P.D: voy a dejar esto un rato, que menuda mañana llevo de no hacer nada en mi RAID diaría :sweat_smile:

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¡No lo digas dos veces! >w< * abraza a Eleanna espachurrantemente *

Más me vale que no se acuerde de esto cuando se despierte del todo… ¡Nos vemos! * Sale corriendo de escena *

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Alli estaba!!! Sabía que en sus viajes a Boralus para cumplir con sus obligaciones con la alianza había visto un vendedor pandaren.
Ban Garraperla tenía fideos del dragón dorado a la venta.Como una niña pequeña emocionada con su plato favorito se los compró y se sentó a comer tranquila un poco más alejada,en las escaleras que conducían a uno de los cañones que guardaban el puerto.Aunque Boralus no era su ciudad favorita las vistas desde ese punto le agradaban.
Dos de los guardias de Cyrus estaban en sus puestos,inmóviles como estatuas,les dio las buenas tardes y le respondieron sin desviar la vista al frente.

Tras terminar el almuerzo,recordó que tenía una última cosa que hacer,se acercaría al barco de la Alianza a agradecerle a Sandris aquel inusual permiso del que había disfrutado.Pronto volverían a la batalla,juntas como lo habían hecho en innumerables ocasiones.No tenía hermanas,y aunque adoraba a sus hermanos el tener una confidente con la que hablar de cosas de mujeres siempre era bueno.Y en eso Sandris era como una hermana para ella.
Debían recuperar costa Oscura,lo mínimo que podía hacer por Ardeniel y Eleanna era aquello.Que pudieran descansar en paz en su tierra.

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Asomada al balcón de la habitación, Eilyria observa el constante ir y venir de las gentes de Dalaran. Sus pensamientos se tornan hacia Menel y Argent. Con Eleanna muerta son menos lo obstáculos que se oponen a su enlace, pero la maga no era el único. El propio Argent y su decisión de servir a Varok era el mayor de ellos, Sylvanas no tolerará esa traición. Eilyria había intentado que Argent reflexionara, intentó que Lunargenta le retuviera pero Lorthemar no reconoció en ella a la niña que tantos problemas le causó. Ahora Argent emprende un camino tortuoso que le enfrentará a ella misma. Nunca tuvo intención de matarlo pero si realmente se une al traidor esta vez no habrá nada que detenga su mano, hará lo necesario.

Eilyria y Sielendril sobrevivieron a la caida de Lunargenta, pero habían perdido demasiado. Eilyria se refugió en el fondo de una jarra cerveza. Sielendril, en los bosques junto a los animales que lo poblaban. Tras algunos días sin verse ambas amigas se reunen - Volveré a luchar, es lo que Elixia hubiera querido - dijo Sielendril que se encontraba acompañada por un dracohalcón con el que había establecido un cariñoso vínculo. - Dejaré los forestales y volveré al que fue mi hogar para recuperarlo - continuó. Eilyria se quedó callada mientras miraba la jarra vacía que tenía delante. - ¿Vienes conmigo? - Volvió a preguntar Sielendril. Eilyria no contestó y Sielendril se marchó, sería la última vez que se vieran.

Eilyria también acabaría abandonando Lunargenta, deambuló por los Reinos del Este de taberna en taberna ignorando todo lo que acontecía en el mundo que la rodeaba. Eilyria transitaba un camino en uno de escasos momentos de sobriedad cuando escuchaba en la lejanía el inconfundible sonido de una contienda. La curiosidad le llamó la atención y se acercó, vio correr a un grupo de nagas por el río y de repente unos soldados humanos se abalanzaron sobre ella. Intentó defenderse pero la superaron rápidamente. Eilyria había sido capturada junto a las fuerzas de Kael’thas y acusada de traición fue encerrada en los calabozos. Encerrada en aquella celda y sin gota de alcohol, la mente de Eilyria le jugaba malas pasadas. Comenzó a hablar con fantasmas de épocas que ella no pudo haber vivido y nagas serpenteando por los pasillos de los calabozos. Pero esos no eran fruto de su imaginación, un naga abrió su celda y la liberó junto al resto de los elfos.

Había escapado y no importaba cómo. Continuó con sus compañeros de fuga hasta, que sin saber cómo, había llegado a un portal que conducía a Terrallende. Los humanos aún les perseguían y ella no veía otra salida. Cruzó el portal y vio por primera vez los restos del que había sido el mundo de los orcos. Sin más opciones, decidió continuar con las fuerzas del principe elfo. Viajó con ellos durante días buscando al maestro de los nagas, Illidan. Este había sido capturado por una celadora, Maiev Cantosombrío. No fue díficil para las fuerzas combinadas de elfos y nagas liberar al cautivo. Illidan y Kael’thas hicieron un pacto, pero a Eilyria no le interesaba, solo le preocupaba donde conseguir el siguiente trago. Pasó días sin poder beber, se sentía morir por la abstinencia. Ni siquiera se daba cuenta de los acontecimientos que ocurrían a su alrededor. El tiempo ya no existía para ella.

Un día, escuchó una voz - Pareces perdida, muchacha - dijo. Se trataba del mismísimo Illidan. - ¿Qué te ha traido a este mundo? - preguntó. Eilyria no contestó, pensaba que no era más que otra alucinación más. - Sea lo que sea lo que buscas, ven a verme a mi templo. Te daré un objetivo - dijo Illidan y desapareció. A la mañana siguiente Eilyria despertó despejada y tranquila por primera vez en mucho tiempo. Los sudores que normalemente cubrían su cuerpo no estaban presentes esta vez y su visión no estaba turbada. Pensó en aquella alucinación, “Sea lo que sea lo que buscas” le había dicho. Pero qué era lo que ella buscaba. Había perdido todo lo que una vez ansió, el amor de su madre, el respeto de Sylvanas, la amistad, incluso el honor de luchar por su pueblo. Illidan le ofrecía un nuevo objetivo.

Se aproximó al templo oscuro aún dudando de si aquello había sido verdad o no. Una naga le salió al paso. - El Señor te espera en sus aposentos - dijo. Siguió a la naga a través del templo, en el camino pudo observar la variedad de razas que habían aceptado prestar servicio a Illidan. Pero un grupo llamó especialmente su atención. Tenían el mismo aspecto que Illidan, elfos con cuernos y alas. “¿Qué les habría pasado para transformarse así?” se preguntaba. De repente llegaron a su destino, Illidan se encontraba solo con dos copas de vino servidas.

-Toma asiento - dijo. - ¿Qué buscas en este mundo? - volvió a repetir.

Eilyria no pudo evitar observar los vendajes que envolvían su cuerpo, en sus delirios había oido rumores acerca de una lucha en Azeroth de la que Illidan había vuelto gravemente herido.

-No busco nada - contestó Eilyria. - Estoy aquí por accidente -.
-Una respuesta impropia de este mundo, todo el que está aquí tiene un objetivo. Tu principe busca a curar a tu raza, yo liberar este universo de los demonios y tú ¿no buscas nada? -

Eilyria, permaneció en silencio. - Alguien que crea en mí - murmuró tan bajo que apenas era audible.

-Yo confiaré en ti, si tú primero confías en mí - dijo Illidan. - Tengo un objetivo y necesito toda la ayuda posible - continuó - pero necesito confiar en que harás lo necesario -

La conversación continuó pero Eilyria no sabía si la criatura que tenía delante podía darle lo que necesitaba. Eilyria no tenía nada que perder y aceptó. Illidan parecía complacido. - Mañana iniciaremos los rituales -

(to be conclude)

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Como alguien que tiene el libro de Illidan en su estantería…el “ritual” es bastante desagradable,menos mal que esta sacerdotisa recapacitó a tiempo XD

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Tranquila, no pienso describirlos :sweat_smile:

Menudo gusto tienes buscando novios, querida.

Perdonaaaaaaaaaaaaaaaa? Lo del jefe de aquí el hada cornuda fue un amor platónico de estos de adolescente,lo que pasa es que me duró un “poco”(mucho)
Pero ni por él me sometí al ritual sádico ese que te convierte en hada con cuernos.
Y si también lo dices por mi sindorei…ya te gustaría a ti tener un novio la mitad de atento que el mio :stuck_out_tongue:

PD: Déjate de criticar mis relaciones y resucita ya de una vez… :rofl: (pareces una novicia del templo,a ver si te tengo que poner a ti a limpiar estatuas de Haidene con la lengua por cotilla)

Mientras fumaba en su recién estrenada pipa,Argent repasaba los acontecimientos más recientes de su vida.

Había regresado de sus obligaciones,y su sacerdotisa no estaba en casa.Se dirigió hacia aquel lugar de Cuna de Invierno que tanto le gustaba.Alli,sobre la cima,contemplaba las fabulosas ruinas de Kel’theril mientras reflexionaba.

La muerte de las dos Kaldorei,le había conmocionado.No podía entender como alguien podía renunciar de esa manera a la vida.Por medio de su medio hermano,había enviado su mensaje de condolencia,acompañado de un presente para honrar a la difunta.

Se avecinaban tiempos convulsos.El tenía claro desde el principio,en que lado estaría.Sabia que su decisión le iba a proporcionar un nuevo enemigo.El hada cornuda, tenía una devoción que rayaba el fanatismo hacia Sylvanas.

Podía entender ese fanatismo,pero nunca lo compartiría.Esperaba no llegar al enfrentamiento físico con ella,pero si llegaba el caso,no lo evitaría.

Pensando en que luego tendría que asistir a la lección magistral del magistrix,tomó el camino hacia su casa.Necesitaba descansar,y su cansado cuerpo,lo agradecería.Sin más dilación se dirigió a su casa.Como le gustaba aquel término…su casa.

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Esta vez en mi rato del café, he diseñado una encuesta para ver lo que opina la peña de ciertos temillas de esta nuestra telenovela.

https://goo.gl/forms/nLegZy5Jlw9vqrnf2

Decidme si podéis entrar y no dudéis en votar. Actores, cámara, público… ¡tu opinión cuenta! :rofl:

P.D: los resultados… MAÑANA

Cómo se nota que has hecho tu el test xD no me dejas decir la verdad en el último XP

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