Imaginad la siguiente situación:
Hacia el final de la guerra, cuando finalmente parece que la guerra va a acabar, las dos facciones finalmente se van a unir y hacer frente a sus enemigos, un terrible evento ocurre y los héroes de Azeroth son puestos en la siguiente encrucijada:
Ante nosotros se nos presentan dos facciones de increíble poder:
Por un lado, la luz llama a sus héroes a combatir la batalla final para exterminar el vacío, un montón de naarus, ademas de vigías titánicos y valkyrs puras os ofrecen finalmente tomar partido por el bien y la justicia, os ofrecen un mundo de orden, donde todas las razas caminaran juntas en un mismo rumbo, y los disidentes serán reprimidos con furia y castigados, se alcanzara la paz finalmente, al unirlos a todos en un solo camino.
Para esto, la luz pone a vuestro servicio el Vindicar, así como todo el poderío del ejercito de la luz y de todos los fanáticos seguidores de esta a lo largo y ancho del cosmos, la primera actuación, sera lanzar un devastador ataque sobre la superficie de Azeroth que destruirá a todas las criaturas impuras e infieles, y vosotros seréis la mano ejecutora.
Por otro lado, el ya conocido N’zoth, os atrae a su presencia, ante el, todos los ojos se abrirán, y os muestra una realidad que nunca hubierais imaginado: Os muestra un mundo esclavizado, donde cada pequeña muestra de libertad y espontaneidad es castigada por un orden treméndamente fascista, racista y fanático, sus habitantes viven lobotomizados siendo meras hormigas que obedecen a un orden superior, el dios antiguo y sus hermanos, por contra, os muestran un mundo caótico, si, pero en el que cada uno es libre de elegir su camino, donde la vida, así como la muerte, florecen sin control, en una especie de perfecto desorden natural.
Mientras os muestran esto, un terrible rayo de luz disparado desde el Vindicar intentar destruir la zona donde os encontráis, a lo que el dios antiguo alza sus fuertes y colosales tentáculos protegiéndoos de la ardiente luz, no sin recibir un terrible daño a su costa.
La decisión esta en vuestras manos, nunca mas estaréis sujetos a una facción mundana como la alianza o la horda, sin embargo, tendréis que tomar un camino aun mas difícil.
Que elegiréis? Orden a costa de vuestra libertad y libre albedrio? Paz a costa de represion continua?
O tal vez elegiréis Caos a cambio de libertad? Vida y muerte o una eternidad de sopor y coacción?
Tomad partido.
PD: Antes de que nadie diga nada, esto es un supuesto, ya se que a Blizzard no le da para salirse del manido y vomitivo canon del blanco o negro.