Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Ah sí?
Unos post atrás decías que no estaba nada mal, Hae…

Me refiero con lo del metarol, DH chalado :stuck_out_tongue_closed_eyes:

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Ahhh :sweat_smile:
Vaya, mi narcisismo sin’dorei me la vuelve a jugar…

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Tranquilo nos pasa a todos, pero es normal y podemos :joy:

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Hême había pasado una fogosa noche con Allari, y estaba descansando en una de las salas del Martillo Vil.
Era bien entrada la medianoche cuando un resplandor verde iluminó el aparato de comunicación.
Adormilado, Hême miró el comunicador y respondió con un tono antipático:
-Quién demonios es?
-Vaya, mi querido lugarteniente, no esperaba ese trato por tu parte…- rio una voz muy familiar al tiempo que una figura demoníaca tomaba forma en el proyector.
El sonido de aquella voz despertó por completo los sentidos de Hême, que se levantó con la agilidad sobrenatural propia de su clase y se inclinó.
-Maestro- dijo el Asesino con un tono respetuoso.
-Como sabrás, estoy actuando como carcelero del Titán Oscuro, Sargeras- le expuso Illidan Tempestira- Este mensaje está grabado aquí, yo mismo lo hice antes de partir a Argus. Si estás viendo esto, Hême, es que mi plan de guardar a Sargeras ha funcionado.
Hême se encontraba patidifuso, para nada se esperaba algo así.
-El motivo de este mensaje es el siguiente:
Necesito que encuentres una piedra que podrá abrir portales a mundos de la Legión. Es similar a la piedra angular Sargerita, pero no tan poderosa. La piedra se encuentra en el Templo Oscuro, así que deberás volver a Terrallende. Sólo puedo confiarte a tí esta empresa, mi fiel lugarteniente. Cuando llegues al Templo Oscuro, percibirás la piedra sin problemas, por algo te elegí como mi segundo al mando.- prosiguió la figura del maestro- Es crucial la máxima discreción, no se lo cuentes a nadie. Ni siquiera a Allari- añadió con una sonrisa.
Acto seguido, la imagen de Illidan se esfumó, y la sala volvió a quedar en la penumbra.
Se quedó pensando un momento, y, tras asegurarse de que Allari no había escuchado nada, salió de la sala.

Menos mal que no ibas a hacer metarol.

Deberías leerte esto.
https://eu.forums.blizzard.com/es/wow/t/guia-que-es-metarrol-y-powerrol/1051?u=eilyria-sanguino

Con gran celeridad Hême cruzó la estancia hasta el portal y lo atravesó.
Al llegar a Dalaran, se trasladó a la zona central de la ciudad y usó el portal a Shattrath.
Una vez allí, se concentró al máximo en moverse sigilosamente,ya que no podía permitirse ser reconocido por nadie.
Aún tras los años que habían transcurrido, los cazadores de demonios no eran bien vistos por allí.
Iba a alzar el vuelo cuando sintió algo.
Se escondió tras una pared en la que había un solitario draenei fumando una pipa.
Hême salió del sigilo y le partió el cuello al draenei con su fuerza demoníaca para que no alertara a nadie de su presencia.
Usó su visión espectral y descubrió lo que sospechaba.
La sacerdotisa Menelwie estaba paseando, con una expresión de felicidad en sus rasgos élficos. Pero lo que más le satisfació fue su acompañante.
Era un sin’dorei alto, con ojos dorados y una larga melena blanca recogida en una cola alta.
Llevaba la armadura que se les daba a los héroes en Lunargenta. La reconoció porque su hermano tenía la misma.
Sigilosamente salió de allí volando y se dirigió a su destino: el Templo Oscuro.
Una vez dentro de la edificación, amplificó sus sentidos al máximo y casi al instante sintió una poderosa magia. Se deslizó entre los guardias con sigilo y ascendió a la parte más alta.
En un rincón halló la piedra, y la deslizó con cuidado entre sus vestiduras.
Saltó desde el borde y extendió sus alas.
Una vez a salvo, hizo girar su piedra violácea y apareció en Dalaran.
Volvió al Martillo Vil y colocó la piedra en la sala de mando, en su baúl particular.
Tras asegurarse de que la piedra estaba bien resguardada, se fue de la nave y volvió a Dalaran.
Desde allí tomó el portal a Orgrimmar y se dirigió hacia el Colmillo Partido a disfrutar de unas cervezas.

Sé lo que es, no hace falta que me lo expliques, y soy consciente de que no debería haber puesto ese renglón, pero para que no quedara una frase demasiado corta lo he puesto de relleno. No lo iba a utilizar en ningún momento de la historia, así que si quieres lo quito.

PD: Ale, arreglado

Vale, ¿y esto?

Los cazadores de demonio no tenemos “sigilo”. No podemos hacernos invisibles.

No, no podemos, pero por algo nos dedicamos a cazar, no vamos por ahí montando escándalo para espantar a todas las presas en un kilómetro a la redonda y que nos detecte hasta el IV:7

Pero es que no puedes usar habilidades que no tenemos, los cazadores de demonios no somos cazadores. No acechamos a ninguna presa, atacamos directamente.

Bueno, pues si quieres cambio “entró en sigilo” por “se concentró al máximo en moverse sigilosamente”

PD: Ale, hecho.
Algo más que deba arreglar?

O esconderse tras una maceta, lo que sea. Pero debes entender que el hecho de que nuestros personajes tenga limitaciones es lo que nos hace pensar como superarlas y darle el carácter a nuestro personaje. Si nuestro personaje es siempre perfecto y sabe salir sin apuros de cualquier situación es antinatural y ventajista con respecto al resto.

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Claro, lo entiendo.
Gracias por tu ayuda Eilyria, se agradece.
Por cierto, si ves algo que esté mal en alguno de mis relatos, te agradecería que me lo comunicases para poder arreglarlo.

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OFF: Bueno como dije ayer haré entrada doble. Una por el día de ayer, y otra por la de hoy, así que esta cuenta como si hubiera sido escrita ayer :smiley:






… Volverássss a mi…
… Me obedecerássss de nuevo…
… Volverássss a servirme…
… Matarassss a todosssss en mi nombre… por la gloria de… tu reina…

“¡Noooooooooo!”

Eleanna se incorporó jadeante y sudorosa. Se llevó la mano al pecho, le costaba respirar, el corazón le dolía. Mientras jadeaba intentando recuperar la respiración, miró a su alrededor intentando reconocer donde se encontraba.

Estaba en su cama. Se encontraba en el cuartel general de la alianza de Boralus. Había tenido una pesadilla… eso creía al menos, que había sido todo un mal sueño…

Se había despedido de Valeera la noche anterior… ella tenía trabajo que hacer, y una reputación herida que reparar.
(OFF Menudo troleo os metí ayer a todos los sindoreis… ¡os dije que eran amigas! :stuck_out_tongue_winking_eye: . No se han liado… aún :face_with_hand_over_mouth:)

Había regresado a su cuarto para dormir. Necesitaba descansar para terminar de recuperarse. Se llevó las manos a las sienes y empezó a masajearlas suavemente. Poco a poco empezó a relajarse…

Cuando se hubo calmado, se sentó en el filo de su cama y mirando a la pared de enfrente, comenzó a concentrarse.



Sí… lo notaba ahí. Una sensación de felicidad la embargó… por fin había recuperado su maná.

Comenzó a hacer brilli brilli con las manos, como su hermana le había dicho en cierta ocasión. Se sentía estupenda, por primera vez en varios días, y a pesar de la pesadilla… estaba contenta. Iba a necesitar su poder.

“Gracias mi diosa” dijo inclinando levemente la cabeza en señal de respeto.

Se levantó y comenzó a vestirse con su uniforme de maga de la alianza. Recordó entonces que Leryen le había dejado una carta. Recogió su bolsa y la buscó entre sus cosas. Encontró la carta de Leryen… junto a otra nota. La cogió extrañada.

“¿Y esto?” se preguntó.

Abrió la nota y la leyó:

“Espero que el padre invierno se porte bien contigo esta noche mi querida kaldorei. A mí…ya me ha traido el mejor regalo que podía esperar… Te veré en cuanto sepa algo. VS”

Valeera, ¿cuando le había colado esta nota en la bolsa? “Bah, ni te molestes en pensarlo, es una profesional” concluyó Eleanna. Cogió la nota y se la llevó contra el pecho… no se dió cuenta pero estaba… sonriendo como una niña.

“¡El padre invierno viene hoy! Se me había olvidado completamente” Exclamó Eleanna.

La llegada del padre invierno no era para nada una festividad kaldorei, o un personaje que tuviera el menor misticismo para ellos, pero desde que se encontraban en la alianza, algunos kaldorei habían adoptado la tradición por su ambiente festivo y familiar. Sin embargo sus ritos y tradiciones seguían dedicándose plenamente a su diosa.

A Eleanna siempre le gustaba regalar un pequeño detalle a sus más queridos… que en los últimos años se había limitado a su hermana Ardeniel. Ardeniel odiaba esa fiesta, la consideraba estúpida y falsa, por lo que nunca le regalaba nada a ella, pero al menos aceptaba tomar un chocolate caliente y una masa frita que llamaban “churros” con ella. Eleanna se tocó el colgante que llevaba de su hermana en el pecho y susurró con una sonrisa:

“Hoy te incordiaré de nuevo con otro regalo… hermana”.

Abrió entonces la carta de Leryen:

"Mi querida Eleanna. Quiero que sepas que el día que pasé contigo y con vuestras centinelas sentí unas sensaciones que hacía tiempo que no había podido experimentar. Diversión y felicidad. Por ello doy gracias a la luz de que me enviara a ayudaros aquel día. He de presentarme ante mi superior Fareeya, así que dejo a Noah y Einir descansando tranquilamente, se lo merecen.

En cuanto a lo que me pediste, he decidido que te ayudaré. Confío en vosotras, mis queridas centinelas. Espero veros pronto.

Un abrazo, Leryen."

“Gracias por todo Leryen… Gracias…” - dijo para sí misma Eleanna mientras pensaba en aquella draenei.

Terminó de recoger sus cosas y salió a la calle. Tenía clarísimo a que cuatro personas iba a hacerles unos regalos… Invocó su disco volador, y voló hacia el distrito de Upton, en Boralus. Había visto una tienda en la que quizás pudiera encontrar los detalles que tenía en mente…

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Un momento, ¿las draeneis también escriben con acento?

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Me parto el ojete. Llevas toda la razón.

La costumbrrrre xD ahora lo corrijo.

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Es Fareeya…Ymeera…y mi paladina que aun no he leveado que se llama Mireeya XD

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Lo había puesto bien originalmente, pero al quitar las erres de más, se ve que me he comido una e…

Si se llama Mireeya, mejor súbetela cazadora :rofl:

Para quien no lo haya entendido:
Mireeya —> Miriya —> Mirilla.