[MICRORELATO] Las Fauces

Una figura alada atravesaba las tinieblas de la densa atmósfera que cubría Las Fauces, planeando en absoluto silencio mientras acechaba desde las alturas. Abajo los Jurafauces patrullaban con normalidad, torturaban almas y buscaban a aquellos Caminantes que habían osado adentrarse en sus dominios.
La figura alada se dejó caer en picado, atravesando el gélido viento a toda velocidad, en dirección a un grupo de enemigos que escoltaban nuevas almas que torturar. Con la luz de las forjas la figura alada se tornó la de un Cazador de Demonios que en el descenso empuño sus gujas y al momento de tocar suelo invocó una oscuridad casi absoluta que cubría allá donde pisaba. Los Jurafauces apenas tuvieron tiempo de reaccionar cuando el Elfo de Sangre rebanó sus gargantas.

Empuñando sus gujas, el Elfo se acercó a las inocentes almas para soltar sus cadenas. - Huid. - dijo el Cazador de Demonios - Volved a casa, escapad de aquí.

Apenas había terminado la frase cuando el suelo comenzó a temblar a ritmo fijo, como si lo golpeara un martillo gigante. Akuma, se giró sobre sí mismo y con su espectral visión pudo sentir que algo se acercaba, algo realmente grande. No pasó mucho hasta que una gigantesca figura demoníaca dobló la esquina entornando sus diabólicos ojos hacia el Elfo.

-Veamos como sales de esta, Cazador. - dijo una malvada voz que venia de la cabeza del Elfo.

El elfo dudó por un segundo, mientras valoraba la situación.

-A ver como te las ingenias para vencerlo.- dijo de nuevo esa voz.

Akuma no contestó antes de salir corriendo en dirección al Gigante Jurafauces con las gujas preparadas para el ataque. El gran enemigo alzó su gigantesca maza preparado para lanzar el golpe pero Akuma era más rápido, el último trecho lo hizo a una velocidad frenética y con sus gujas cortó parte de los tobillos del gigante al pasar bajo sus pies. El Jurafauces entrado en cólera giro y machaco el suelo donde debiera estar el Elfo pero este no estaba, Akuma había seguido de largo por la colina y el gigantezco, ahora con los tobillos cortados, no era lo suficientemente veloz como para darle caza.

-¿Huyes? ¿Qué clase de broma de mal gusto es esta? - dijo la voz en su interior.

-Este sitio es extremadamente peligroso, debo elegir bien mis combates o acabaré aquí atrapado como el resto de almas… no te daré ese placer, demonio. - contestó Akuma para sí mientras seguía corriendo colina arriba.

-Haberte quedado en Azeroth entonces, inutil.

-¿Inutil yo? Eres tú quien está atrapado en un cuerpo que no es suyo.

-Quizá no sea para siempre, Cazador, ándate con mucho ojo…

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