Una de las cosas que me enamoró del Warcraft fue la idea de que fue descubierto por otras personas antes que por mí, que existía todo un ecosistema (noobs-sin acritud, p ejemplo: Visek- y pros -sin exageraciones, p ejemplo: GreatWizard-) detrás de un simple universo fantástico e inimaginable.
Cuándo empecé, creía que nunca encontraría una clase que me definiera como individuo, pero cuándo empiezas a ver las cosas con otros ojos, incluso lo más cotidiano, vinculando de algún modo la ficción y la realidad, pareciendo que deliras te das cuenta que es mucho más que un miserable juego de Rol. Qué no se trata de un tragaperras virtual, sino de una identidad.
Empecé jugando Metin2, algo rústico y paradójicamente delicioso a probar el veneno hermoso del Warcraft. Mientras que el Metin2 me curtía para la frustración el Warcraft me abrigaba en sus aventuras. Y cuándo me descubrí a mí mismo casi llorando al ver los trailers de hace 10 años… me dije nostálgico: “Es algo más que un simple juego, descuida, no estás loco”.
¿Me hubiera gustado ser de la Old School? Sí, totalmente, hubiera sido de esos cabritos que desprecian la New School, que sólo veía fallos en sus movimientos, que rabiaba con sus sillas gamer, sus teclados inteligentes, sus ratones de 50 euros, sus patrañas, y sus lloriqueos, sus mendigaciones… un purista. Un player frustrado, anarquista, salvaje, indómito, arrogante, sucio, cruel y cínico. Pero en cambio, me tocó ser de la New School, y confío en que, poco a poco, si logramos tener valores sólidos, nos comprometemos, y sacamos adelante a nuestras Identidades Virtuales, podamos llegar a crear historia cómo los de la Old School. Ignoro si malinterpreto los conceptos, pero para mí, sí existieron Héroes de verdad, auténticos genios del pvp, amantes muy lúcidos del pve, y auténticos Villanos Twinks.
La New School. Me suena tan bien en la cabeza que no puedo evitar emocionarme, ¿será de la New School o simplemente soy un player del montón? ¿Estoy imaginándome cosas al contar segundos con el microondas, en mis paseos ver stuns entre los coches, saltar por medio del asfalto pensando que no importa lo miserable crítica cínica y dura que sea mi vida en realidad siempre podré refugiarme aquí? No lo sé, pero es todo muy sabroso, y muy dichoso.
Aprovecho la ocasión para saludar a los rogues, ya no sólo de la Horda, la cuál es mi facción y a la que le debo lealtad, sino también a los hermanos alianzas, que con sus pts enanos rogues merecen todo mi respeto y cariño. No os odio Alianzas de Vertormenta, en el fondo, muy en el fondo, amo veros por allí, con vuestros ojos amarillos y vuestra velocidad mejorada por el entrenamiento. No os odio, Elfos de Noche rogues, por vuestro aspecto insuperable, ni por vuestros sensuales bailes, cómo odiar a una clase que lo significa todo para mí, que cuándo escucho un Sigilo se me eriza la piel: será horda o alianza, será amigo o contrincante, será mi madre o un pto enano. Ni tampoco podría odiar a los pioneros de los trinkets, los humanos rogues, esos mortales que, lejos de pertenecer a todo lo que amo de Warcraft son, entre otras cosas, los que iniciaron todo este mundo, porque no nos confundamos, sin ellos, no existirían ni enanos, ni futuros apestosos gnomos, ni por descontado elfos de la noche, ni hermosas elfas de sangre, ni nada de nada. Porque el germen de todo siempre será el ser humano.
Cuándo sientas que no puedes más, y que vas a tirar la toalla piénsalo dos veces, ninguna Dolencia de Resurección es vergonzosa, ni ninguna poción tomada es un insulto hacia nada, porque no existe nada más que sobrevivir, elegir a quién odiar e ir a por ello. Porque aunque el mundo se precipite duro y salvaje, siempre encontrarás resguardo en tu Hermandad, gente que no te dejará atrás, llevas su nombre y por ello su emblema.
Todo esto va dirigido a NO GNOMO, la mejor guild de Mandokir, y con razón, sin ellos, no existirían auténticos titanes, mastodontes, cracks y brocitos ni manes, ni na…
“Its Dare…”