Pues tengo que decir, que me ha encantado el relato desde el punto de vista narrativo. Da un contexto muy complejo de forma sencilla, natural y condensada sobre el estado actual de los Goblins. Resultando en un texto muy centrado, muy bien escrito y basado más en los diálogos que en las divagaciones internas. Nada que ver con el anterior relato.
Y aún así, me ha gustado aún muchísimo más como declaración de intenciones. Sabiendo que la persona que lo ha escrito es trabajadora de Blizzard desde hace más de una década, no puedo dejar de ver mucha autocrítica en párrafos como:
―Otra vez el mismo problema ―susurró a Vak’kan―. Nuestro pueblo es inteligente pero errático. Tenemos ideas geniales, pero fallamos al ponerlas en práctica. Podemos resolver complicados problemas de logística, pero a menudo es nuestra falta de atención al detalle o al control de calidad lo que socava nuestros esfuerzos.
―Algunos piensan que somos descuidados ―señaló la baranda rota a sus espaldas―, «avariciosos» ―añadió, dirigiendo una mirada fulminante a Tragonublo― e irrespetuosos. ¿A ti te parece acertada esa descripción?
―Déjate de cuentos, no me lo creo ni por un segundo ―dijo Gazlowe mientras escalaba una tubería colapsada―. La realidad es que tus trabajadores trabajan demasiado y no cobran lo suficiente. Tus ingenieros y manitas están faltos de motivación. Tus máquinas no están en buen estado, y eso es un peligro
―¡Los resultados son lo importante! ¿Qué más da el mantenimiento? ¡Solo quieren ver resultados!
―¿De eso va la cosa? Déjame que te explique algo. Tener a trabajadores heridos y enfermos manejando maquinaria en mal estado afecta a los beneficios. Son resultados a corto plazo, pero pérdidas a la larga. Ponerle solución ahora y tener empleados felices y sanos es una inversión, y muy buena
Pero me faltan manitas, y los que tengo son bastante inútiles.
Uno de los manitas detrás de él resopló y se fue maldiciendo en voz baja.
Gazlowe se encogió de hombros.
―A lo mejor no se sienten valorados y no se esfuerzan todo lo que podrían.
También de críticas al “anterior sistema” y al anterior “jefe”, que en ocasiones se desdibuja la línea entre la ficción de WoW y la realidad de Blizzard.
―Gallywix no era un hombre de negocios: era un estafador y un criminal. Poner los beneficios por encima de todo lo demás no es una buena forma de hacer negocios. Había mucha gente que se lo quería quitar de en medio.
―Nada. La diferencia entre otros príncipes mercantes y yo es que no pienso que el mundo está aquí para servirme personalmente. Aprendí hace mucho tiempo que te va mejor en la vida cuando no haces que todo gire en torno a ti.
―Bah. No me van las pastas. Mira, sé que no va a ser fácil, pero, si no cambiamos nuestra forma de hacer negocios, y no me refiero solo a esta cueva, sino a todos los goblins, nos vamos a quedar atrás. Tenemos que empezar a trabajar juntos en lugar de vernos unos a otros como competencia. Y espero que tú y yo podamos empezar, juntos.
Incluso, hay párrafos escritos con tal admiración hacia Thrall que al menos para mi resulta evidente que no están escritos solo hacia Thrall, sino enfocados en cierta manera hacia el propio Chris Metzen:
―El tío es increíble. Nunca lo admitiría delante de él, pero me dejó impresionado. He visto a muchos líderes emplear el miedo y la violencia para gobernar. O jugársela tanto a enemigos como amigos. He visto a líderes usar el chantaje moral para conseguir lo que quieren. Pero Thrall… es diferente. Es… decente.
―Aquel lugar era un desastre. Pero, entre toda la destrucción, vi que Thrall saludaba a la gente por su nombre. Cientos de personas. De alguna manera, conocía los nombres de aquellos que, dada su inferioridad jerárquica, habrían sido invisibles para cualquier otro líder. El tipo irradiaba… ¿compasión? ¿Empatía? Fuese lo que fuese, nunca lo había visto en nadie más. Allá donde fuese, esas personas, que habían sufrido la destrucción de sus hogares, de sus vidas y todo lo demás…, confiaban en él para llevarlos por el buen camino. Esa confianza… es algo que no he visto lo suficiente entre los nuestros.
—Aquí es cuando entra en juego el pensar a lo grande ―le explicó el otro―. Como él me había mostrado respeto, ahora yo quería ganarme el suyo. En aquel momento entendí que Thrall haría cualquier cosa por su pueblo. Y yo iba a hacer todo lo posible para que mi equipo trabajase más y mejor que nunca. Tiene ese efecto en la gente: lo conoces y hace que quieras estar a la altura.
―Porque no hay nada que cambie las cosas ni se gane el respeto de los demás como un jefe que quiere ayudar, aprender e involucrarse. Así, uno es capaz de mover montañas.
En definitiva, un excelente relato tanto en lo narrativo como en todo lo que puede significar para el mundo real.
Un saludote ^_ ^
