[Relato] El nuevo inicio del final

Leer con esta musica (ignorando las palabras del final del video): https://www.youtube.com/watch?v=5pTmEZTtRVI


Gracias a la Luz, hemos obtenido una victoria en los Humedales ante los oscuros acontecimientos que el Vacío llevaba a cabo en la región. Un enorme grupo del martillo crepuscular, estaban llevando a cabo un ritual para liberar o abrir una puerta entre nuestro mundo y el mismo vacío, anunciando la llegada de uno de esos engendros llamados “Dioses Antiguos”. Con ayuda de un anciano, guardián de una vieja torre en donde se mantenía la brecha entre nuestros mundos, logramos llegar a esta y realizar un ritual para sellarla de una vez por todas. Automáticamente los engendros que servían a ese ser y que se encontraban en nuestro mundo, se desvanecieron al cerrarse la brecha.

Lo que no sabíamos es que el anciano era un siervo del mismo ser al que los cultos del vacío en Kul Tiras adoraban, un ser tan poderoso que mantenía alejado a otros seres, pues como en todos los casos de los seres del vacío, la avaricia y el ansia de poder reinaba en él. Esto nos enseña que incluso entre ellos, los seres del vacío, se pelean por quien tendrá el control de las cosas.

Di la orden a mis hermanos de retirarse, pues el anciano dio a conocer su verdadera forma, una bestia enorme con tentáculos alrededor, no parecía que tuviese ojos algunos y unas enormes bocas recorrían su torso hasta su cabeza. Como era de esperar, el Alto Cruzado Uriel Lyssane y el Caballero Siegmeyer Neville se quedaron a mi lado mientras el resto de la orden cumplía con el cometido de salir de la torre.

Los tres nos enfrentamos a esta bestia en un arduo combate, y aunque la bestia se alzo toda imponente y temible delante de nosotros, no flaqueamos, pues la Luz es nuestra señora, la Luz nos acompañaba y la Luz nos concedería la victoria, demostrando así su eterna gloria ante los impíos. Recibí unas heridas graves, pero gracias a la Luz me estoy recuperando, mis hermanos también fueron heridos, pero no fueron graves. El caballero y hermano Neville fue quien finiquito a la bestia, pero justo en el momento en el que esta iba a ser purgada (como dicta la santa ley divina sobre los engendros generados por el Vacío) esta desapareció.


Nos reunimos en el camino de vuelta con los hermanos que transportaban la caravana de suministros hasta el frente de guerra en Arathi, otra misión cumplida pues los suministros lograron llegar a salvo a los valientes soldados en el frente.

Así pues emprendimos el viaje de regreso al valle, en donde podríamos sanar nuestras heridas, agradecer y adorar a nuestra señora y pensar en nuestro próximo movimiento. No dormí ni una noche durante el viaje pensando en las palabras de aquel ser:

“Mi amo se deleita viendo como os despedazáis, para su banquete final”

Las frías noches aún se hacían presente, aunque el invierno estaba por acabar, en la región de Loch Modan la brisa gélida abundaba, el cielo nocturno siempre me hacia pensar en mi querida Keliahganar, cuando juntos contemplábamos las estrellas, y las maravillas que estas ocultaban. Había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que pude verla. Supongo que será el momento de pasar la página, pues como había dicho Elendiar, Keliah había pasado casi un siglo en su prisión etérea.

-Maestre Murgran, ¿aun con insomnio? - Una voz me interrumpe de mis pensamientos.

Me encontraba recostado en uno de los carros, mientras me recuperaba, giro la cabeza hacia la voz, era la hermana Paula, una gran aliada de la orden, tan devota a la Luz como yo, dedicada al estudio y defensa en contra de las sombras, una erudita.

-Hermana Paula… las palabras de aquel engendro aun retumban en mi cabeza…. Como si de una advertencia se tratase… - Digo viendo nuevamente al cielo.

-Encontraremos la respuesta al llegar a Yunquemar, Maestre. - Siento su mano sobre la mía, un consuelo en la agitación que recorren mis ideas. -Pero ahora debe descansar-

Mis ojos se cierran, y pude concebir el sueño por un buen trecho.


Ha pasado una semana desde los acontecimientos en los humedales, me he recuperado de mis heridas y los hermanos han vuelto a sus tareas diarias en el monasterio. Lyssane y Neville preparan a los nuevos, la hermana Paula ha instalado un laboratorio en las cuevas del valle en donde puede estudiar de manera segura las formas de enfrentar al vacío. Es agradable saber que se quedara con nosotros y nos prestara sus conocimientos para el bien de la orden y de la Luz.

Con ayuda de los eruditos, he logrado descifrar las palabras del engendro, y está claro que se refiere a esta terrible guerra. Lo que empezó como un genocidio, luego paso a ser una guerra santa por recuperar el santo reino de Lordaeron, todo ese despilfarro de vidas, no era mas que eso, nos debilitamos para la verdadera guerra santa, aquella que se avecina, una guerra contra el mismo vacío.

He reunido al conclave y se llegó a la decisión que debíamos interferir en este conflicto de una manera mas activa, de un modo en el que podamos llegar a finalizar la guerra de una vez por todas y garantizar que se pueda lograr una verdadera paz entre ambas facciones una vez esta finalice, así como antaño se hizo, intentar revivir tratados que quedaron en el olvido por las ambiciones de aquellos que no ven más allá que de su gloria personal.

Que la Luz nos guíe en este camino que estamos por emprender.



Murgran cierra su diario, y empieza a redactar una carta.

Murgran entrega la carta a uno de los hermanos y este parte personalmente a la entrega de esta, cruzando el mismo mar, para cumplir con su cometido.

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