Tiempo atrás, el serio Imperio Amani fue de los más poderosos que existieron en Azeroth; hoy, los restos del Imperio son un serio grupo de tribus dispersas. Porque sí, estimado lector, los trols son gente seria, aunque el médico brujo y líder de la tribu lleve en la cara una máscara de madera.
-¿Creeh que vendrá ahguien?- Pregunta el trol lanza hachas que acompaña al médico brujo.
-Mientrah no tengamoh que vohveh a la guaridah deh dragón, me confohmo.- Responde el líder de los Amani.
Los dos trols acaban de llegar a la zona del pantano, considerado territorio neutral, donde tiene lugar la reunión de la comunidad de vecinos. Una comunidad creada con el fin de solucionar los conflictos vecinales y reparar los desperfectos causados por las crisis que azotan Azeroth y algún que otrO vecinO conflictivO. (¿Quién habrá tachado las as y habrá puesto las os?)
-Hola vecinos.- Se presenta Conjura feliz y sonriente.- Vaya caras,- afirma la bruja en tono jocoso- parece que os pasado un dragón por encima. ¡Ho, ho, ho!- Ríe ocultando la boca tras su mano.
-Qué hase ehta aquí.- Dice el cazador de cresta rojiza visiblemente enfadado.
-Vengo a la reunión de vecinos, por supuesto.- Expone la rubia elfa de sangre sobreactuando su felicidad.- Soy la propietaria de la chabola del pantano.
-¡¿Quién le ha dehao contruih una chabolah en el pantanoh?!- Se queja el lanza hachas mirando a su jefe, que se encoje de hombros.
-Vamos, vamos, que yo sí pago la cuota de la comunidad.- Arguye Conjura.
-Pueh aquí pone que no hah pagao nunca.- Dice el líder Amani revisando sus notas.
-Pues claro que no,- replica la bruja indignada- me he instalado hace poco.
Los dos trols se la miran preguntándose cómo puede mentir tan descaradamente.
-Uy, yo, si no están de acuerdo todos los vecinos no pago,- argumenta conjura- y si el dragón no paga yo tampoco.- Añade cruzándose de brazos ofendida.
Ni la máscara trol puede ocultar cómo la mandíbula del médico brujo cae hasta el suelo.
-Y zupongho que ha venío a zoluzionah er tehma der drahón.- Pregunta el líder Amani recomponiendo su mandíbula.
-Por supuesto,- responde la elfa de sangre acicalándose el pelo- de hecho, y como muestra de mi buena voluntad, he enviado a alguien a negociar.
Ahora cierra los ojos unos segundos, querido lector. Ya está. La escena ha cambiado mágicamente y nos encontramos en la sala principal de la nueva guarida de Aladiamante. En donde dos gnomos revisan la pureza de los diamantes de una montaña de diamantes mientras el dragón, con su forma aspecto de elfo de sangre, permanece aburrido en el trono, apoyando la cara contra su puño.
-Ha llegado un visitante, mi señor.- Anuncia una mujer huarguen entrando en la sala.- Dice que viene a negociar.
-Que pase.- Accede Aladiamante ansioso de escapar del aburrimiento.
-¡Hola!- Se presenta Mantes acariciando su corta barba morena junto a su caballo blanco.
-¿Qué quieres?- Le pregunta el dragón con un tono tan poco amistoso que ya casi lo está echando.
-Si me das una esposa te construiré un muro.- Le ofrece el enano orgulloso de su propuesta.
El elfo de sangre levanta la ceja izquierda para señalar que todavía está vivo y luego medita durante un momento.
-Muy bien,- dice finalmente el aspecto de Aladiamante- acepto tu oferta.
-¡¿De verdad?!-Se sorprende Mantes.- ¿Y mi esposa?
-La tienes al lado,- responde Aladiamante ofreciéndola a la huarguen- toda tuya.
-¿Seguro que es una mujer?- Pregunta el enano desconfiado.
Entonces la huarguen recupera su forma original convirtiéndose en una mujer humana.
-¡Oh, querida,- exclama el enano cogiéndola de las manos-solo tienes que saber que soy un salvaje!
-¿De los Martillo Salvaje?- Pregunta ella.
-No, no, simplemente salvaje.- Contesta él.
Y mientras suenan los violines del amor, viajamos embriagados por el río de los besitos y la felicidad hasta el triste y lamentable pantano en el que tiene lugar la reunión de vecinos. Ah, mi querido lector, el presupuesto del equipo de transiciones es escaso esta vez. Los trols acaban de encender una pequeña hoguera y hasta ella se acerca el último vecino que faltaba por llegar a la reunión. La guerrera orca tira al suelo el jabalí muerto que ha cazado esta mañana y saluda a los presentes.
-Mi anunciar que ya no ser la Sanguinaria Korga,- dice la orca en tono solemne- ahora, mi ser la princesa guerrera Korga.
Aplauso contenido de Conjura y los trols ante tal anuncio.
-No sabía que los orcos tenían princesas.- Comenta la bruja.
-Y no tenerlas, pero a mi gustar ese título.- Explica la guerrera antes de sentarse sobre una roca.
-Bueno, ahora que estamos todos y como presidenta de la comunidad de vecinos, doy la reunión por empezada.- Anuncia Conjura.
-Ehpera, ¿quién tah votao como prehidenta? - Se queja el líder de los Amani.
La elfa de sangre esboza una sonrisa de oreja a oreja y mira a la guerrera.
-Ella dejarme usar sus mazmorras.- Argumenta la orca satisfecha por el trato.
Los Amani reniegan con la cabeza incrédulos.
-¿Me echabais de menos? ¡Ha, ha, ha!- Se presenta Mantes sonriente junto a su caballo montado por su nueva esposa.
-¿Y cómo te vamos a echar de menos si nunca te vas?- Le espeta Conjura sonriéndole sarcástica.- ¡Diamantes!
-¿Sí, mi señora?- Aparece la pícara de entre las sombras postrándose ante la bruja.
-¿Cómo ha ido la negociación?- Pregunta Conjura.
-Ha sido un éxito mi señora,- responde su esbirra- hemos construido un muro alrededor de la guarida.
-No me lo puedo creer.- Dice la bruja agachando la cabeza y llevándose la palma de la mano a la cara.
-¡Pues créetelo!- Contesta el enano triunfante.- Es mi obra maestra, ¿verdad querida?- Dice mirando a su futura esposa.- Y ahora que hemos cumplido la misión, nos vamos a Forjaz para casarnos.- Se despiden ambos.
Y en cuanto se ha la parejita Conjura suspira y recupera la compostura.
-No pasa nada.- Dice la bruja.- Seguro que entre todos podemos echar al dragón.
-¿Pehdona?- Se indigna el trol lanza hachas.
-¡Mi ayudarte contra el dragón!- Se levanta Korga alzando su hacha gigante.- Mi ser gran cazadora de dragones.- Argumenta la guerrera.- Que me ahorquen si no te ayudamos. ¡JA, JA, JA!- Ríe la orca después de su lamentable juego de palabras.
-¡JAAAA, JA, JA, JA, JA!- Ríe Conjura sobre actuando.
-¿Hay que reír, mi señora?- Pregunta Diamantes apareciendo cerca suyo.
-Ya te digo.- Susurra la bruja.
Y Diamantes se oculta de nuevo entre las sombras para reírse falsamente del mal chiste de Korga.
-Muchas gracias por el apoyo.- Le corresponde la bruja tirándole un besito a su guerrera favorita.
-No vamoh a ayudahte con tu phoblema.- Afirma el médico brujo con total rotundidad.
-¿Estás seguro?- Le desafía Conjura con su mirada más malvada y traidora.
El líder Amani responde cruzándose de brazos como se si convirtiese en un bastión inexpugnable.
-Muy bien,- dice la bruja- creo que alguien tenía una propuesta que votar.
Korga alza la mano.
-Adelante.- Sonríe Conjura.
-Mi querer una estatua de mí en centro de poblado Amani para que trols poder hacerme ofrendas.- Expone la guerrera orca con un tono imponente.
-¿Noh ehtá tomando eh pelo?- Se escandalizan los trols.
-¿Votaciones?- Pregunta la sonriente presidenta.
-Mi votar a favor.- Alza la mano Korga.
-¡En contha!- Gritan los trols al unísono.
-¡Oh!- exclama Conjura llamando la atención de todos-vaya,- se dice mirando su mano temblorosa que empieza a alzarse- parece que mi mano va a votar a favor si nadie se lo impide.
Los trols la miran indignados e impotentes.
-Vaya, parece que voy a votar a favor.- Insiste la bruja.
-Ehtá bien,- claudica el médico brujo líder de los Amani- organisaremo lah tropah.
-En contra.- Vota la elfa de sangre al escuchar la respuesta del trol.
-Oooh.- Se lamenta Korga.
-Vamos, vamos, no pasa nada,- anima Conjura a la guerrera llevándosela aparte cogida por el hombro- en la próxima reunión volveremos a votar.
¡Mira detrás de ti, un mono de tres cabezas! Y tras este clásico que te hace apartar la mirada han pasado varias horas, porque sí, el tiempo pasa sin que te des cuenta, y la bruja Conjura ya está lista para recuperar su guarida. Acompañada por la princesa guerrera Korga, ambas están frente al muro recién construido que rodea la mansión-templo-biblioteca ahora en manos del temible dragón Aladiamante.
-¿Esto… es un muro?- Pregunta retóricamente la bruja.
El muro construido por Mantes se sumerge por el suelo y emerge varios metros más al lado dejando un hueco enorme, hace un zigzag extraño, deja un hueco para no molestar a un árbol y termina perdido cerca del pantano. Al superarlo caminando tranquilamente por el hueco en el que el muro viaja bajo tierra, la elfa de sangre encuentra una pequeña inscripción en un trozo de pared que pone: “Es mi primer muro.”
-Por qué no me sorprende.- Dice Conjura.
Korga saca su hacha cogiéndola con ambas manos y camina delante abriendo paso por la entrada de la guarida hasta llegar a la sala principal, en donde se encuentra Aladiamante sentado en el trono con su aspecto de elfo de sangre.
-Vaya, vaya, ¿mirad quién ha venido?- Se burla el dragón.- La bruja miedica, ¿vienes a contar chistes?
-¡Entérate! ¡Yo al miedo le río a la cara y a la muerte le tiro cubitos de hielo por la espalda!- Perjura la bruja llena de dignidad alzando el puño mientras se esconde detrás de la orca guerrera.
-¡Lo veremos!- La desafía el elfo empezando a transformarse en su forma original oculto tras una niebla de humo negro.
-¿Y has matado muchos dragones?- Aprovecha la bruja para preguntarle a Korga.
-Mi ser experta cazadora de dragones cuando soñar por las noches.- Responde la guerrera orca orgullosa de sí misma.
-Entonces… ¿nunca has matado un dragón de verdad?- Se empieza a preocupar la elfa de sangre.
-No, pero no preocupar, esas bestias ser del tamaño de un perro.- Afirma indicando la altura de un caballo.
Y tras disiparse el humo aparece frente a ellas ese enorme dragón conocido como Aladiamante.
-¿Cómo lo ves?- Le pregunta Conjura a la orca.- ¿Podrás con él?
-Mi proponer huida heroica.- Responde Korga mirando fijamente a los ojos del dragón.
-¿Huida heroica? ¿Se puede hacer eso?- La interroga la bruja.
-Tú seguir.
Y la princesa guerrera Korga realiza un salto heroico con el que atraviesa unos de los ventanales y cae heroicamente fuera de peligro. Aladiamante aplaude, ha sido un gran salto, y después mira a Conjura, que silba disimuladamente mirando a su alrededor. Entonces el dragón se acerca colocándose cara a cara con la elfa de sangre.
-Pues… pues parece que ha quedado un buen día, ¿no?- Dice ella mientras va dando pasos hacia atrás.- Los trols decían que iba a llover. ¿Qué sabrá esa gente? Se pasan el día bailando y tocando los tambores.
-¿Alguna vez has visto una ola de fuego, bruja?- Le pregunta Aladiamante.
Conjura se queda pensativa.
-No.- Responde finalmente.
-¡Pues prepárate para enfrentarte a una!
El dragón concentra todo su poder y da un giro de trescientos sesenta grados creando una ola de lava que se abre paso a gran velocidad destruyendo todo lo que encuentra a su alrededor.
-¡Aupaos, mi señora!- Le pide Diamantes apareciendo junto a su ama para ofrecerle sus manos como escalón.
La bruja se aúpa y da un salto cayendo en pie sobre una losa de piedra del castillo que le permite surfear en la cresta de la ola de lava.
-¡¡ESTO NO QUEDARÁ ASÍ!!- Grita Conjura mirando atrás.
-Los Amani, mi señora.- Le dice su fiel esbirra arrodillada junto a ella sobre la losa de piedra.
-¡Sí, los Amani vendrán con su ejército y te darán una paliza!- Chilla la bruja alzando su puño.
-No, digo que los Amani están ahí en frente.- Le señala Diamantes.
La ola de lava destruye la guarida de la bruja y se convierte en fuego en sus metros finales dejando a los trols Amani negros como el carbón mientras Conjura aterriza suavemente cruzada de brazos. Conocedor de cómo están construidas las guaridas, Aladiamante chasquea los dedos y el edificio empieza a reconstruirse mágicamente.
-Pues sabed que si el dragón no paga la cuota yo tampoco.- Le dice la bruja con tono de indignación antes de marcharse a esa especie de estatua de carbón en que se ha convertido el líder Amani.
-Debimoh migrah a Zul’aman.- Le dice el trol lanza hachas a su jefe tribal.
-Síh,- responde este- dihen que eh máh thanquilo y solo hay que sopohtah adalideh.
PD: Mis disculpas si hay muchos errores, supongo que las circunstancias personales hacen los fallos inevitables. Tampoco sé mucho de trols, así que lamento el trato que reciben. Por lo menos he logrado quitar todas esas veces que he escrito “Zandalari” en lugar de “Amani”.