Aclaración OFF: este post continúa el relato comenzado aquí.
Se mantuvieron en los alrededores de Thelsamar durante varios días, el señor Farkas junto a Reyns, ayudaron a la hija del tabernero a conseguir productos de caza frescos en los alrededores, el cuarteto gnómico preparaba sus planes de avanzada por los Humedales mientras esperaban al último integrante de la marcha y la Kaldorei no dejó de otear el horizonte en busca de más cultores; Dando con estos en una de sus patrullas y un enano cuya maza resplandecía con la luz sagrada en mitad de las sombras convocadas por aquellos abjuradores del mal.
El grupo acudió ante el revoloteo del Buho de Minder que sobrevoló la zona, resplandeciente como un aviso de peligro. El enano resultó ser el maese Barweck Ironeck, el integrante que faltaba en el grupo. Se había visto rodeado por los cultores en su camino hacia Thelsamar, la kaldorei dejó volar dos de sus flechas, que fueron desviadas por un escudo de magia sombría. Los gnomos aparecieron tras el señor Farkas que cargó escudo y espada en alto para arremeter contra uno de los cultores en un feroz golpe que lo derribó. Nirila preparó su libro de conjuros, más allá de las piedras que usaba de normal, Pansito avanzó junto al señor Farkas a la vanguardia y Reyns usó sus dotes druídicos para sanar desde la retaguardia las feas heridas que aquella magia provocaba en el grupo. En un pestañeo el agente Ñ se trasladó como una centella arcana para apuñalar por la espalda a uno de los cultores, dejando al tercero sometido ante Farkas y el resto de compañeros que no tardaron en darle una muerte rápida.
El grupo volvió a Thelsamar y cenaron un buen filete gracias a la caza de Farkas y Reyns en la tarde anterior y descansaron por última vez durante su viaje en un cómodo catre.