Relato - Marcha hacia la guerra

Aclaración OFF: Estos relatos ocurrieron en Diciembre, como no pude terminar de escribirlos en el foro viejo los estoy escribiendo aquí.

El clima era frío…los primeros días del Otoño empezaban a asomar, poco quedaba de la calidez estival del verano y de sus días soleados mientras todos los bosques se teñían de un color ocre cobrizo la intensidad de la luz del sol comenzaba a disminuir y las noches a alargarse.

Tras los sucesos acontecidos en Nordrassil y la quema del árbol del mundo, las calles estaban repletas de refugiados kaldorei, que habían perdido su hogar, sus familias y su tierra, en medio de dicha infortúnia, un pequeño gnomo caminaba por las calles de los canales con su sombrero y un cubo repleto de peces recién pescados entregándoselos a los refugiados mientras conversaba alegremente con ellos sobre cualquier noticia de las fronteras. Pues…nadie mejor que los gnomos para comprender el dolor de una patria perdida y un hogar abandonado por la desdicha.

Uno de los refugiados con una amable sonrisa ante el pescado le comentó que al norte, en las tierras de Arathi se estaban movilizando grandes ejércitos de ambos bandos. El gnomo asintió y siguió su itinerario repartiendo pescado hasta que este se agotó y volvió a casa.

Tras comer su cena y dejar todo impoluto, se sentó a la luz de un candil mientras mojaba la pluma en su bote de tinta para escribir en un pequeño papiro:

''A la atención del comandante.

Los rumores indican a que la Alianza marchará hacia el norte, a las tierras de Arathi. El castillo de Stromgarde se está fortificando de nuevo, es nuestro deber como aliados marchar a la guerra, espero sus instrucciones antes de actuar.

Agente Ñ.’’

Tras terminar de firmar la nota la metió en un sobre y lo selló con cera y puso un cuño encima para acercarse al buzón municipal a echarla y volver a descansar…

A los pocos días, una nota de regreso llegó a su buzón, sin remite, como acostumbraba a ocurrir cuando el mando informaba y todavía sellada, con la taza de café aún en la mano, el agente Ñ comenzó a leerla y asintió terminándose el café de un trago y preparando su mochila para el largo viaje que les esperaba.

···

Se reunieron en la destilería Cebatruenos, en las gélidas tierras de Dun Morogh, en el poblado de Kharanos, el grupo constaba de dos humanos y cuatro gnomos, partieron rumbo al norte, siguiendo el camino de los hijos de la montaña hacia el paso del sur. De pronto un grupo de troggs asaltaron uno de los carros de suministros de los enanos por el camino y el grupo decidió intervenir para ayudar.

Con dos heridos tras la batalla Reemprendieron el viaje con nuevo abrigo proporcionado por los enanos del carruaje como gratitud, hasta, que una ventisca se precipitó sobre el grupo. Echaron a correr tratando de llegar a la avanzada y buscar refugio, pero, solo hizo que exponerles a merced del chamán trogg que la convocaba.

La batalla comenzó de nuevo, el señor Farkas, herido y rabioso saltó entre las dunas heladas de nieve y cargó con un rugido hacia el trogg, dándole un poderoso escudazo directo a la cara, lo tumbo en el suelo, donde empezó a golpearle, tras perder el hacha, hasta matarlo con sus manos desnudas.

Finalmente la travesía parecía segura hasta la avanzada del paso del Sur. Y fue allí donde se refugiaron del clima y durmieron calientes amparados por la vigilancia de los montaraces enanos.

Continuará…

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