[Relato] Recuerdos de una incursionista de Orgrimmar

(Recomiendo leer mi anterior relato: ‘’Diario de de un brujo con ansias de poder’’ para conocer mejor al brujo Fakira y a Funfurrón, su demonio.)

Funfurrón, ¿Qué traes ahí?– Fakira caminaba por las tierras cercanas a la mansión de Sangre Umbría como suele acostumbrar con su demonio, que traía un papel sucio en la mano.

¡Mira!– Funfurrón trataba de limpiar el sucio papel, mientras se lo enseñaba a su amo.

’’Por orden de Lady Gun, se te convoca a ti, Fakira, y a tu demonio, en dos horas desde que estás leyendo esto en Rémol, a las afueras de Entrañas. Es un asunto de severa importancia.’’– Leyó Fakira en voz alta.

Lady Gun… ¡Anda! Pero si esta hoja de papel es de hace poco más de un año, de aquella incursionista que conocí, poco antes de que ocurriera el desastre de Entrañas… y de que Rémol desapareciera.–Continuó el brujo.

¡Sí! ¿Aún recuerdas cómo la conocimos?–Preguntó el demonio.

¡Pues claro!–Dijo Fakira sorprendido ante tal pregunta. –¡Cómo no me iba a acordar con lo bien que nos trató a los dos! Todo comenzó un día como cualquier otro…

(Fakira empieza a contar una historia que revive en su mente con recuerdos bastantes precisos.)

[15 MESES ANTES DEL DESASTRE DE ENTRAÑAS.]

Funfurrón, es la hora de nuestro paseo diario vespertino.– Ordenó Fakira a su demonio, que para entonces no eran tan inseparables como ahora.

El demonio asintió sin más y juntos salieron de Entrañas, su lugar de residencia donde Fakira impartía clases de demonología a aprendices brujos. Empezaron su recorrido diario: Salieron de Entrañas, y primero pasaron por Rémol, ya que sobre esa hora pasaba un zepelín que venía de Orgrimmar, y al brujo le encantaba cotillear quienes venían de allí cada día.

Parece que hoy vienen soldados de Orgrimmar– Comentó Fakira.–Uno, dos, tres, cuatro… y cinco, en concreto.–Contó mientras señalaba a los soldados bajándose del zepelín.

Y cinco lobos, amo.-- añadió el demonio.Planean ir a algún sitio de aquí cerca.

Eso parece, pero tal como vienen de armados no parecen que vayan a tomar un trago en ese tal sitio.–bromeó el brujo.–Acerquémonos, vayamos a investigar.–Terminó mientras se frotaba las manos.

El brujo y su demonio se acercaron a Rémol. Nadie temía a Funfurrón, pues ya le conocían. Al llegar, un fuerte aullido se escuchó que provenían desde el fondo de aquel poblado.

Han llegado.–Concluyó Fakira.–Uno, dos, tres, cuatro… ¿Cuatro?–Volvió a contar a los soldados de Orgrimmar mientras paseaban por el pueblo.

Cinco.– Una voz femenina misteriosa asedió los oídos del brujo y del demonio por detrás.

Demonio y brujo se dieron la vuelta con la guardia en alto a la vez, y vieron a una hermosa pero armada hasta los dientes nocheterna con un rostro serio y amenazante, vestida con una aparente impenetrable armadura de malla con los colores que representaban Orgrimmar.

¡Chicos!–Gritó la nocheterna mientras desenfundaba y apuntaba con una enorme arma de fuego hacia Funfurrrón.–¡Tenemos a un j0dido demonio!–Los demás soldados de Orgrimmar allí presentes se pusieron a reír.

¡QUIETA!–Chilló el brujo con todas sus fuerzas, asustando a la nocheterna.–¡Está bajo mi control! ¡Baja el arma ahora mismo!–Continuó mientras él mismo le bajaba el arma aprovechando el susto que le había dado.

¿Quién narices sois y por qué os atrevéis a desafiar la autoridad de Orgrimmar?–Dijo la nocheterna con una voz asesina mientras volvía a subir el arma esta vez apuntando al brujo, que levantó las manos con miedo.

S-soy Fakira y es-este es Funfurrón, mi demonio. So-somos guardias de Entrañas y a veces enseño demonología a los inexpertos.–Explicó temblando y tartamudeando.

Al ver el panorama, los renegados del pueblo, que conocían al brujo y a su demonio, tomaron una pose más de alerta y se preparaban para defender al brujo si era necesario.

Guardias de Entrañas…– decía la aparente cazadora mientras bajaba el arma y veía las caras de los renegados del pueblo.–Bien. Me podéis llamar Lady Gun. Yo y mis compañeros formamos un grupo de incursionistas de Orgrimmar. Como imaginarás, hemos venido a atacar un lugar.– Terminaba la incursionista mientras hacía señales a sus compañeros para preparar el viaje.

Lady Gun… ¿Puedo preguntar a dónde os dirigís?–Preguntó un ya más tranquilo brujo.

La nocheterna apuntó hacia el Bosque de Argénteos

Nada más y nada menos que al put0 castillo Colmillo Oscuro. Los repugnantes de la Alianza han establecido una base allí. No nos sigáis. Es peligroso.–Advirtió la incursionista.–Basta de cháchara. ¡Nos vamos!

Lady Gun y los otros cuatro incursionistas partieron hacia el Bosque de Argénteos a lomos de sus lobos sin mucha más demora.

Después de unos segundos de silencio, Fakira y Funfurrón se miraron fijamente.

A los establos.–Ordenó el brujo. Ambos asintieron

Una vez allí, buscaron al maestro de establos.

¿Qué queréis?– dijo el renegado al cargo con una voz triste y apagada.–Oh, Fakira. Casi no lo cuentas antes.

Necesitamos que nos prestes a tu caballo más grande. Vamos a seguirle la pista a esta gente y tenemos que montar uno de tus caballos esqueléticos.–Dijo Fakira.

¿Qué? ¡Ni hablar!–replicó el encargado.

Venga…–insistió.

El maestro de establos suspiró.

Está bien… Porque me caéis bien. Traédmelo antes del amanecer, u os cobraré.–Aceptó el renegado.

Brujo y demonio montaron en caballo y se dirigieron al castillo Colmillo Oscuro a la velocidad máxima que la montura les permitía. Una vez allí, vieron a Lady Gun y a su grupo de incursionista peleando contra numerosas tropas de la Alianza. Los lobos atacaban en manada, mientras que los valientes incursionistas peleaban en solitario contra varios a la vez.

¡Cuidado!– gritó Fakira.

Lady Gun y los demás se giraron hacia Fakira al escucharle, perdiendo la concentración en la batalla y empezando a recibir graves golpes hirientes por todos lados de la Alianza.

¡¡¡NOOO!!!– Fakira gritó asustado y ordenó a Funfurrón atacar con el simple gesto de levantar la mano apuntando hacia los soldados de la Alianza. El demonio con su potente fuerza consiguió acabar con todos, y gracias al brujo y a su demonio todos salieron vivos.

¡Fakira! ¡Nos has seguido! Nos… has salvado.– dijo Lady Gun con la cara roja como un tomate. –Gracias.–Sonrió.

(De repente, el recuerdo que Fakira vivía empezó a desvanecerse, oyendo una grave voz de fondo.)

[ACTUALIDAD]

¡Eh! ¡Eh! ¿Fakira?–Empezó a decir Funfurrón mientras movía sus enormes manos tratando de que el brujo se percatara.–¡Despierta!

Fakira sacudió la cabeza y volvió al presente.

¡Eso nunca pasó, Fakira!–reclamó el demonio.

¿El qué?–preguntó el renegado extrañado.

Lo que pasó en el castillo.–Dijo el demonio mientras negaba con la cabeza. –Nosotros no salvamos a nadie.

¿Ah, no? ¿Y qué pasó entonces?–dijo mientras se golpeaba la cabeza con la mano abierta.–¿Mi memoria está fallando?–Susurró para sí mismo.

Funfurrón sonrió.

Mejor volvamos a la mansión. Se nos ha hecho tarde.–Concluyó el demonio.

Fakira asintió con un gesto de intriga, guardándose el papel que encontró Funfurrón en un bolsillo.

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