Relato: Un camino a la sombra

La última calada del último cigarro de la cajetilla. Sentados dentro de su tienda de campaña, en el campamento bajo el cielo quebrado en Rasganorte, Rupert y Onk compartían una cena abundante: carne de cabra, queso y, por supuesto, una botella de vino.

-¿Hemos hecho lo correcto?- preguntó Rupert mientras aplastaba la colilla en el cenicero del centro de la mesa.

Onk detuvo su largo de trago de vino y dejó el vaso sobre la mesa.

-¿A qué te refieres?- dijo mientras se limpiaba las barbas con un trapo de cocina.

-Ya sabes a qué me refiero- le miró a los ojos- El maestro ha desaparecido entre La Plaga. Lo más seguro es que haya muerto. Pero… ¿y si vuelve y ve lo que hemos hecho?- los ojos de Rupert mostraban una mezcla de preocupación y miedo.

Onk cogió un trozo de carne del plato y lo mordió. No dijo nada.

Si vuelve… ¡tendrá que entenderlo! - dijo Rupert- ¿Qué otra cosa podíamos hacer sin él? El Culto de las Sombras nos ha acogido bien. No habríamos sobrevivido sin Sareth nosotros solos…

Se levantó de la mesa despacio y recogió su plato. Pasó al lado de Onk y le dio una palmada amistosa en el hombro. El enano seguía comiendo y bebiendo, sin decir nada sobre el tema, mientras Rupert se dirigía al exterior de la tienda. Una vez fuera dirigió su mirada al cielo. No hacía ni un año que había dejado la seguridad de su hogar y de su padre, y ahora estaba aquí, en Rasganorte, viviendo el asedio de La Plaga y bajo la protección de un culto que apenas conocía. ¿Cómo sería este nuevo camino a la sombra? Pensativo, caminó por el campamento, sumido en sus recuerdos y preocupaciones.

7 «Me gusta»

Eres un crack!!! Afirmo que Onk habría estado comiendo y bebiendo sin decir nada xD

2 «Me gusta»

Sareth despertó a causa de un golpe estridente y abrió los ojos de par en par, jadeando y tosiendo un poco de sangre que escupió al suelo. Instantes después se tranquilizó y miró desafiante, aunque agotado, a su captor a la vez que estiraba de la cadena que sujetaba su brazo izquierdo. El brujo estaba sostenido en el aire, elevado por cuatro cadenas atadas a sus extremidades

-¿Acaso crees… que no vendrán a por mí? al acabar hizo una mueca pues un dolor intenso se pronunció en su costado

Simplemente silencio

-Mis cultores vendrán y acabarán contigo. Darán con mi posicioón y estarás acabado… seguía diciendo Sareth con lo que parecía hasta ahora un monólogo

-¡Te mataré maldita sea! Capturaré tu alma para infligirle daño durante mil años!

La silueta que estaba sentada en la estancia, ahora pasó a estar de pie. Sareth no veía su rostro, solo una tenue sombra. La entidad dió unos paso, aún bastante alejada del brujo, y un fuego intensó se encendió bajo Sareth.

Con un gesto de la mano, la silueta ordenó descender a Sareth hacia el fuego, el cual estaba listo para torturar la carne del brujo

3 «Me gusta»