Relatos - Historias de una Daga a Sueldo [Capítulos I-V]

Aclaración OFF: Estos hechos narran parte del pasado de Styx Dagarápida son parte de una colección on rol de libros de aventuras que escribe Glizzyx Dagarápida, primo bardo de Styx y deben ser encontradas en librerías a una dorada con setenta plateadas la unidad, si tu personaje espera saber su información. Cada tomo contiene varios capítulos y se continuan, iré actualizando este post conforme los escriba.
Música para la lectura: Música para la lectura

                  -Capitulo I - El Mensaje.

Bahía del botín…si hay algún lugar de Azeroth donde la mugre y el peligro se compenetren para la gente civilizada es este, por suerte para los rufianes como yo siempre hay una ratonera donde esconderse.’’ - Styx Dagarápida.

La noche era cuanto menos fría, el paso del tiempo era relativo en Bahía del botín, al ser un lugar tan cerca de la linea ecuatorial de Azeroth y las calles, por llamarlas de alguna manera, de la ciudad estaban abarrotadas de pescadores y tunantes. Nuestro protagonista se encontraba disfrutando de una romántica velada a la luz de la luna Azerothiana a la que los elfos veneran como Elune, junto a una de sus íntimas conocidas Marla Engranágil.

  • Sería adecuado si todos los asociados mantienen su tasa de pagos al día, así no habría problemas a la hora de pagar a nuestros acreedores… - la goblin llevaba la voz cantante en la conversación, parecían debatir sobre negocios algo turbios, algo frecuente entre goblins y algo frecuente en el lugar que se encontraban.

  • ¿Explotarías a tus asociados para complacer a tus acreedores? - Miró a la goblin inquisitivo, como si analizara su conducta en el diálogo que tenían en vez de la respuesta en si.

  • Por supuesto y también a mis acreedores para complacer a mis asociados, es lo que tienen los negocios goblin, Styx, para ser de Gadgeztan tienes pésimo olfato para ellos… - La goblin le miraba reprochante, como si su picardía económica no llegase a lo que ella esperaba.

  • Si eso te da beneficios… - El goblin se encogió de brazos y siguió con su jarrita de grog, no parecía muy interesado en la charla, es más, parecía distraido observando a uno de los tunantes de las calles, este usando algún tipo de magia extraña abatió a otro desarrapado. Por lo que el goblin pudo apreciar la vida del vagabundo desapareció sin forcejeo posible…Marla le miró más reprochante aún y frunció el ceño antes de llamar su atención con un molesto sonido gutural que interrumpió sus pensamientos. - ¿Qué? - Añadió el desagraciado goblin mirándola con una media sonrisa.

  • ¿Me estás prestando atención cerebro de ogro? - Casi gritó la goblin con los brazos en jarra. - Porque más que una cita, parece que estés ignorándome todo el rato…¿me invitarás a cenar al menos, no o va a tener que pagar una señorita la cena? - Añadió con el ceño fruncido y algo indignada.

  • Si fueras una señorita, Marla, te invitaría. - Styx soltó una leve carcajada entre dientes y señaló al humano que miraba anteriormente, parecía correr calle arriba hacia el muelle, huyendo de algo. - Si me disculpas… - Mientras el goblin decía esto se acercaba a la baranda del balcón de la posada en la que se encontraban.

  • ¿Encima te vas sin pagar? - La indignación de Marla era absoluta y parecía ofuscada, más de lo normal… - ¡De esta te acuerdas Styx! - Gritaba la goblin mientras el andrajoso Styx se dejaba caer del balcón agarrándose a un cabo de cuerda y balanceándose para perseguir al tunante…

La persecución, se alargó más de lo esperado, el humano consiguió llegar hasta el muelle y embarcar junto a su tripulación, lejos de Bahía del Botín…lejos del alcance de Styx o eso creía este, pero, ¿quién iba a contar con el barril de defecar del barco y que entre su mal olor y ponzoña se encontraba nuestro mortífero amiguito como polizón?..la caza fue rápida, cuando la primera noche se deshizo de la patruya de cubierta se adentró en la bodega en busca de las dependencias de la tripulación y sin que pudiera quejarse o hacer ruido alguno, la nuez le fue arrancada de la garganta mediante la daga del goblin junto a su vida, tenía poco tiempo para que le descubrieran así que se arrastró aprovechando las sombras y la noche hasta la cubierta para robar una de sus barcas de remos…el usuario de sombras estaba erradicado y no tardarían en dar la alarma, era hora de esfumarse.

Ya hacía más de seis meses que esperaba una carta de Marla, durante los cuales nuestro protagonista se dedicó a cumplir con los contratos de se busca cercanos a al ciudad y reducir la criminalidad a costa de ser él uno. No le sorprendió en absoluto cuando la carta con su verdadero nombre apareció bajo la puerta de su mugrienta habitación de taberna…el goblin se levantó de la cama dejando el canuto de cardo de sangre encendido sobre la mesita de roble en un cenicero de piedra. Caminó varios pasos recortando la distancia entre el misterioso sobre de papel y su cama en silencio y finalmente se agachó para abrir el documento y leer.

Carta sin Remite:
Querido Styx, sé que hace tiempo que no nos vemos, desde nuestra última cena.
Resulta que me han surgido ciertos problemas en Villadorada y han descubierto mi tapadera,
se me acusa de homicidio mediante magia vil a civiles y no es cierto, piden para mi la pena de muerte.

Quizá necesite una mano…o dos…si esta carta te llega te pagaré como gustes si me rescatas.
Tuya: Marla Engranágil.

El goblin arrugó el papel y lo hizo pedacitos usándolos para potenciar la escasa llama de la chimenea…frunció el ceño en silencio y volvió a su cama empezando a tramar su plan…

                  -Capitulo II - Rescate.

El goblin abrió los ojos al alba, los rayos de luz se filtraban entre los árboles del bosque de Elwynn, no era para nada glamuroso su disfraz, pero serviría o al menos eso pensaba el escurridizo ser verde…la carreta llegó hasta la frontera de Villadorada y el goblin dio varios saltitos en el barril de madera que se encontraba, hasta caer de la carreta al suelo. El ruido alertaría al humano que la llevaba, pero, cuando este bajase para mirar, no encontraría nada salvo los restos del barril…y asi fue…mientras tanto Styx, ya se agazapaba entre la maleza buscando su objetivo…

A lo lejos podía ver el pueblecito y como varios guardias de Ventormenta desplazaba una jaula con una goblin que él conocía muy bien en su interior hacia la carreta, estaban terminando los preparativos y no tardarían en desplazarla, Styx había tenido suerte…infiltrarse en un pueblo como este era tarea sencilla para él, una ciudad como Ventormenta y sus calabozos iba a resultar más complicado. Comenzó reconociendo la zona y buscando las posibles amenazas para llegar hasta su objetivo…un tirador en el tejado…los dos centinelas de la carreta y otros dos jinetes escolta…cinco contra uno…esto requería de seso y Styx, nuestro protagonista y primo de este escritor era todo ingenio y cero fuerza.

El goblin se acercó con malicia hasta los jinetes abusando de sus poderes de sombras, apareció en la espalda del tirador tras llevar la mano al tatuaje activador de runas y rompió su cuello sin más que un ‘‘crack’’ por ruido, después dejó el cadáver en el lado contrario del tejado, oculto a la visión del resto de guardias. Se descolgó con una de las cuerdas de banderitas de la Feria de la Luna Negra para caer con ambas dagas sobre el cuello de ambos centinelas a la par… Para crear una distracción dejó caer una bomba de humo y aprovechó para clavar sus dagas en las partes nobles de los caballos y volverse a esfumar, estos relincharon y lanzaron a sus jinetes al suelo con violencia quedando aturdidos por el golpe Styx se acercó hasta la jaula de madera, el tiempo corriá en su contra y los pueblerinos ya estaban gritando por lo ocurrido, el goblin usó la llave de uno de los centinelas que había tomado prestada tras segarle la nuca y la vida y abrió la reja que contenia a Marla prisionera, acto seguido tiró de ella aún esposada para llevársela.

La huida acabó complicándose, varios guardias que patruyaban los caminos trataron de atacarles mientras los goblins correteaban hacia la frontera, el que no recibió el filo de Styx cayó ante la magia vil de Marla, incluso esposada la bruja goblin era un peligro andante de explosiones viles por doquier…el duo llegó hasta el río que lindeaba el bosque del Ocaso con el de Elwynn perseguidos por más de diez jinetes que disparaban contra los esquivos seres verdes, estos sin pensarlo saltaron al agua, dejándose llevar por la corriente…y eludiendo los jinetes…

La corriente los movía a su merced durante todo el trayecto mientras pataleaban para no ahogarse, recorrieron un buen trecho movidos por la fuerza del río mientras eludían a los guardias y cuando consiguieron dejar la corriente del río se encontraban en las soleadas tierras de los páramos de poniente, se levantaron aún tosiendo y siguieron su camino como pudieron hasta llegar a las granjas más cercanas donde se alimentaron a base de robar cosechas.

  • No esperaba que vinieras…la verdad. - Dijo Marla tras todo lo ocurrido en el primer momento que tuvieron para hablar y descansar mientras masticaba una mazorca de maíz.

  • No vendo a mis amigos y si lo hago, los rescato tras cobrar la recompensa. - Styx sonrió a la goblin de medio lado y sacó su pequeño mapa medio desteñido señalando Bahía del botín en este. - No estamos ya muy lejos en apenas unas semanas habré vuelto, ¿qué vas a hacer tú ahora, Marla? - el goblin miró a su acompañante inquisitivo, no es que le cayera mal, pero no le gustaba viajar en compañía, eso le dificultaba sus quehaceres.

  • ¿Estás sugiriendo que deberíamos separarnos? - La goblin miró a Styx, algo perpleja, tras todas las molestias que había pasado para rescatarla…ahora quería librarse de ella.

  • Así es, buscan a dos goblins que viajan juntos, separados estaremos a salvo y nos tomarán por mercantes, los humanos son idiotas para ellos somos todos iguales. - Styx miró a Marla y habló con seriedad. - Nos reuniremos de nuevo si quieres en Bahía del Botín, pero, no puedo exponerme a que me cojan en sus tierras. - Añadió el goblin con una media sonrisa, Marla asintió no de muy buena gana, pero, tampoco iba a obligar a Styx a quedarse, la joven bruja goblin le pasó una de sus piedras de salud a su compañero.

  • Llévala contigo, corres muchos riesgos, es mejor ir precavido, nunca sabes que puede ocurrir. - Fueron las palabras de despedida de Marla junto a la piedra de salud.

Styx continuó su viaje hacia el sur evitando los caminos y alimentándose de todo fruto y animal que encontrase a su paso y consiguiera cazar, aprovechando la espesura cruzó la parte norte de la vega de Tuercespina sin ser apenas visto por los humanos y aquellos que lo veían eran silenciados de un dagazo antes de que pudieran avisar de su presencia, cuando cruzó el río y el pequeño lago lleno de remolinos…fue asaltado por varios trol Gurubashi e incapaz de combatir sólo contra seis de estos, fue apresado con vida, para ser llevado a la arena a combatir…

               -Capítulo III - Matar o Morir.

Abrió los ojos encadenado, las cadenas lo retenían por las muñecas clavándose con fuerza en su piel verde, no les dio la satisfacción de verlo quejarse cuando le interrogaron sobre su procedencia, apretó los dientes en silencio observando todo lo que pasaba frente a sus ojos, otros dos prisioneros más habían sido añadidos a la pared durante su estancia ahí, uno de ellos era un elfo sin’dorei, no dejaba de gritar ante las torturas trolls, el otro un humano serio y silencioso.

Pasaron varios días, el trío tuvo algo de tiempo para conocerse, la historia resumida ubicaba a cada uno de los dos en tropas tanto de la Alianza como de la Horda, asaltadas por trols Gurubashi sólo ellos habían sobrevivido en su pelotón. El elfo de sangre provenía de Quel’thalas uno de sus magister en una misión de búsqueda para el relicario, a su vez el humano servía al IV:7 y su objetivo era impedir que la Horda se hiciera con dicho artefacto, pese a las diferencias, no lograron llegar a un acuerdo mutuo ni planear una via de escape.

Una mañana, varios trols entraron en la sala y comenzaron a desatarlos, cargaron con ellos en silencio por todo el pasillo y doblaron a la izquierda, pasando por una puerta de roble, Styx veía todo desde la altura del hombro de un trol, de pronto notó como pasaba por una estancia más iluminada era como si avanzara de espaldas a la luz cargado por el maloliente trol…hasta que la luz del sol y el viento le dio de lleno en los ojos. Se encontraba en una arena donde sólo dos rampas permitían la salida aparte de las pequeñas entradas con rejas por las que lo habían traído a él, lo dejaron en el suelo, junto al elfo y al humano y los trols volvieron a sus puestos, vigilando las entradas de reja y la rampa.

Sobre la rampa apareció entonces un goblin de avanzada edad se cruzó de brazos y observó a los contendientes.

  • Vosotros que habéis sido convocados a morir en nombre del honor y la sangre de los Loa, sed bienvenidos a la arena. - El goblin que hablaba, parecía caminar en una pata de palo y ser bastante viejo. - Mi nombre es Corto John Mithril, las normas son sencillas muchachos, cuando suene el gong, las rejas se abrirán y las bestias invadirán la arena, junto a mis trols contratados - El goblin echó a reir de forma estrafalaria. - Si conseguís derrotarlos a todos…el gong volverá a sonar y los que estéis vivos en la arena, podréis marchar ¿Fácil, no? - El goblin parecía disfrutar de su posición superior ¿aunque por cuánto tiempo?

Styx y el resto fruncieron el ceño, les habían devuelto sus armas para el combate, era un alivio…mientras el astuto goblin tramaba ya como salir de ahí el gong sonó abriéndose a la par las rejas del coliseo, dos raptors de Tuercespina y dos panteras encabezaban el ataque…el magister fue el primero en tomar la inciativa alzando un escudo de fuego a su alrededor calcinó a una de las panteras cuando trató de abalanzársele…acto seguido los trols comenzaron a salir con sus lanzas por las rejas también, el humano haciendo usos de sus estoques bloqueaba los mordiscos de uno de los raptor, mientras tanto Styx trataba de evitar ser devorado por las fauces de la pantera restante mientras evadía sus zarpas esperando un momento para contratacar, el sin’dorei lanzó una piroxplosión ayudando al pequeño goblin, la pantera echó a correr rugiendo mientras su pelaje ardía en llamas, sin poder apagarlo murió calcinada… uno de los trols saltaba en busca del mago con su lanza y Styx respondió en su defensa, apareciendo con las sombras en su espalda y clavando su daga izquierda en la nuca de este de forma letal y precisa…el humano luchaba contra el trol restante, tras abatir de un giro de muñeca el raptor, clavando el estoque a lo largo de su morro hasta atravesarle el cráneo. Saltó a un lado evadiendo la lanza del trol mientras el mago se posicionaba para hacerlo arder Styx desapareció en las sombras sin dejar aviso o rastro alguno.

El humano y el mago comenzaron a pecar de exceso de confianza y a sabotearse mutuamente buscando el golpe de gracia, el trol se encolerizó ante la actitud y mediante una lanzada abatió al humano de un golpe en su pecho con la hoja…el mago se empezó a ver acorralado y se envolvió de nuevo en su escudo de fuego evitando ser golpeado, el trol usó el cuerpo del humano para lanzarlo contra el escudo, este ardió en llamas dejando al mago sin maná y vulnerable a la lanza del trol.

  • ¡Detente! - Exigió Corto John Mithril al trol con la daga de Styx al cuello y este en su espalda con cara de pocos amigos. - ¡O harás que me maten! - Volvió a gritarle el jefe de la arena al trol, este asintió y bajó la lanza dejando al mago con vida, el gong volvió a sonar, lo que significaba que los supervivientes eran libres, Corto John Mithril cumplió su palabra dejando marchar a todo superviviente de la arena, incluido el trol. Estos decidieron unirse y viajar junto a Styx hacia el sur, ya que el objetivo de los tres los llevaba allí.

               -Capítulo IV - Regreso a casa.
    

El trío cruzó la jungla con facilidad, las bestias felinas se abalanzaban contra ellos, pero era inútil, los hechizos de fuego de Kel’darel y la habilidad de la lanza de Var’gim junto a su picardía los hacía un equipo ofensivo demasiado potente para las pobres bestias sin cerebro, estas huían en llamas o eran punzadas por el trol mientras el goblin buscaba su retaguardia para un tajo mortal. Y así fue como llegaron hasta la parte sur de la Vega de Tuercespina.

Se detuvieron a descansar cerca de un arroyo para llenar sus cantimploras antes de continuar el viaje y descendieron por la caverna de entrada a bahía del botín…

  • Muchachos…bienvenidos a mi hogar… - Dijo Styx abriendo los brazos levemente a sus acompañantes. - Esto es Bahía del botín…si hay algún lugar de Azeroth donde la mugre y el peligro se compenetren para la gente civilizada es este, por suerte, para los rufianes como yo, siempre hay una ratonera donde esconderse. - El goblin soltó una leve carcajada entre dientes.

  • El olor es peculiar…la mezcla de salitre, pólvora y sudor…- Dijo con cierta repugnancia Kel’darel mientras levantaba sus togas levemente del suelo para evitar pringárselas.

  • Tú ere’ siempre un quejica colega. -Le contestó el trol a lo que miró al goblin antes de preguntarle. - Oye Stý’ ¿hay algún luga’ po’ aquí pa re’fre’ca’se colegah? - El trol era siempre difícil de entender para el pequeño goblin sus colmillos dificultaban la pronunciación demasiado y no usaba un lenguaje regular.

  • Si no puedes ver lo evidente, Var’gim, tienes toda la bahía para nadar. - Dijo el goblin algo decepcionado. - Bueno, tengo que atender algunas cosas…estos días de retraso en mi viaje van a traer intereses de más seguramente… así que debo apresurarme. - Styx se despidió del mago y el trol y echó a corretear por las calles mugrientas de Bahía del botín rumbo a su cuarto de taberna, dobló una esquina a la izquierda usando las calles más oscuras mientras empezaba a atardecer ya, un par de borrachos discutían en mitad de la calle sobre una apuesta, Styx aprovechando su pequeño tamaño se coló entre las piernas de los humanos siguiendo su camino sin distraerse, enfiló un callejón sinuoso y ascendente que le llevaría directamente a la entrada de la taberna sin ser visto cuando de pronto.

  • ¡Ajá! - Una voz que le resultaba conocida pero no acababa de ubicar sonó arriba de él, cuando Styx alzó la cabeza vio una figura alta y estirilizada, totalmente encapuchada de negro por una túnica algo roida. - Sabía yo que te encontraría por aquí… - Dijo de nuevo aquella voz masculina, la silueta en contraluz con el sol de poniente le impedía ver más al goblin, por más que entrecerrase los ojos.

  • ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mi? - Dijo el goblin llevando ya la mano izquierda a la daga lentamente.

  • Ya lo sabes, pequeño goblin, nuestro barco está al sur de la Bahía y queremos lo robado de vuelta, supimos que irías a salvarla y pensamos que dejarías el orbe desprotegido, pero no fue así…se te acaba el tiempo. - Dijo con seriedad esta vez. - Si no traes el orbe…bueno…sería una pena lo que le pasaría a tu amiga Marla ¿no crees? Tienes hasta mañana, cuando el sol se extinga, lo hará la vida de Marla. - Styx frunció el ceño y parpadeó antes de contestar, pero, cuando iba a hacerlo ya no había nadie a quien hacerlo…suspiró…empezaba a comprender en qué se había metido. Cabizbajo llegó hasta la taberna en silencio donde el sin’dorei se había puesto cieguísimo con el ron de contrabando…Styx suspiró, no iba a poder ayudarle en ese estado…y tampoco le debía nada. Cerró la puerta por dentro de su cuarto echando la llave y dejándose caer en la cama con los ojos cerrados se dejó vencer por el cansancio y roncó toda la noche.

                    - Capítulo V - Favores.
    

Todo le dio vueltas en sus sueños de aquella noche, no conseguía salvar a Marla hiciera lo que hiciera siempre era ejecutada en sus horribles pesadillas… Styx abrió los ojos de golpe, empapado en sudor y se sentó en el borde de la cama pensativo. Durante casi una hora, se mantuvo en silencio en esa posición, su mente había tenido una brizna de inspiración.

Tras salir de su habitación bajó por la mugrienta escalera hasta la planta baja de la taberna, Var’grim estaba acurrucado en una esquina mientras tomaba algo, el pequeño goblin se le acercó.

  • ¿Qué nece’itah de Var’grim colegah? - Le preguntó el trol mirándolo fijamente.

  • Tus habilidades, tu secretismo y tu ayuda frente a una muerte casi segura. - Dijo Styx mirándole fijamente con sus ojitos rojos encendidos.

  • Tú si que sabe’ como llamá’ mi atención ¿cuándo za’pamo’? - Rió el trol entre sus colmillos, Styx esbozó una media sonrisa y le hizo un gesto con la zurda, ambos salieron del lugar en silencio, mientras caminaban Styx le explicaba lo ocurrido la tarde pasada, quien era Marla y su gran plan. La pareja llegó hasta las afueras de Bahía del botín, en silencio se retiraron del camino principal evitando ser vistos usaron la espesura de la jungla para desaparecer, Var’grim tenía que cubrirse tras las palmeras por su gran tamaño.

Durante los segundos que pasaron en silencio, ocultos, oyeron como una patrulla de los Velasangre pasaban chismorreando algo.

  • Hemos tenido que atarla con cadenas rúnicas, esa goblin está loca y más si usa su magia. - le decía una de las marinas a un filibustero…

  • Nunca me han gustado los goblins. - Contestó este segundo. - Me alegro que el capitán Kai Furiasolar, acabase con ese traidor. - Añadió mientras seguían andando, la conversación continuó entre ambos filibusteros, pero, al alejarse del lugar donde Styx y Var’grim espiaban, no consiguieron escuchar mucho más.

El trol y el goblin, ladearon la zona buscando el risco más cercano subieron en silencio, una vez allí contemplaron ambas costas de la vega de Tuercespina desde el punto más alto, el barco enemigo estaba anclado en una pequeña bahía. Le pasó al trol su catalejo para que él también pudiera observar…

  • Demasiados hombres para un ataque frontal. - Dijo Styx rompiendo el silencio mientras Var’grim observaba. - Necesitaré una distracción, amigo. - Añadió serio mirando al trol.

  • Y yo te la daré colegah - Contestó el trol únicamente asintiendo mientras observaba con el catalejo. - Sa’va’te mi vida Stý’ e’ hora de que devue’va e’ favó’ - Var’grim sonrió de medio lado mirando a Styx y este asintió en silencio.

El duo reptó por la colina ocultos por la leve vegetación que cubría toda la cara del desfiladero, más de treinta filibusteros se encontraban entre la playa y el barco, llegar allí iba a ser más complicado de lo que parecía.

  • El capitán Furiasolar quiere que vigiléis la zona, dice que espera a alguien como él y eso lo hace peligroso. - Dijo uno de los filibusteros a sus acompañantes.

  • ¿Qué es lo que buscamos oficial? - Preguntó una de las piratas con su rifle en las manos, el primer interlocutor miró a la muchacha y respondió. - A Styx el rojo. - dijo sólamente, el resto asintieron y comenzaron a patrullar el único punto de acceso al barco.

Var’grim y Styx maldijeron por lo bajo al ver que habían reforzado la seguridad aún más, reptaron hasta una de las barricas creadas con barriles de ron de contrabando y se ocultaron ahí para volver a observar, estaba empezando el atardecer…cada vez menos tiempo le quedaba a Marla…

En la cubierta del barco pudo ver la figura de Marla, atada al palo de mesana, no parecía haber nadie más en cubierta…el goblin miró al trol y este asintió.

  • Po’ lo’ Gurubashi. - Murmuró antes de salir del escondite con su lanza en las manos y echarse al combate gritando ferozmente.

  • Gracias amigo… - susurró Styx mientras se envolvía en sus sombras, desapareciendo.

Los filibusteros de toda la playa avistaron al trol con su lanza y comenzaron a rodearle en un redondel del cual no podría escapar, uno a uno, los piratas iban retándole con sus sables, mientras tanto Styx aprovechó para colarse en el barco.

El trol movía la lanza como un verdadero experto, sin embargo era inferior en número, poco a poco los sables de los velasangre iban perforándole sus puntos de guardia y causándole heridas graves.

  • E’piritú’ … cuida’ de Stý’… - Murmuró el trol antes de caer sin vida, los velasangre corearon a gritos la matanza, cuando se giraron, el barco ya había zarpado y entonces se dieron cuenta del engaño.

Mientras tanto, Styx había llegado hasta el ancla y había cortado la soga rapidamente, volviendo al timón, había fijado rumbo a Trinquete y lo había bloqueado, se dirijía hacia Marla cuando de pronto, la figura que había aparecido en Bahía del Botín se apareció ante él de nuevo.

  • ¿Piensas navegar esto tú sólo hasta Trinquete o es que no te importa el sacrificio de tus amigos? - Preguntó la voz bajo la túnica cubierta de sombras.

  • No lo sé, Capitán Furiasolar. - Dijo Styx mirándole fríamente con sus ojitos rojos. - ¿Te importan a ti tus amigos o más tu maldición? - Gritó este lanzándole dos dagas arrojadizas furioso, el elfo las bloqueo con su estoque y dos elegantes movimientos, dejó caer su túnica y con la misma elegancia, se deslizó hasta la cubierta, en guardia.

  • Parece que el pasado es irónico, pero no soy amigo de las ratas que me roban. - Dijo el elfo quel’dorei corrompido por las sombras antes de lanzar dos estocadas a la par que desenvainaba el segundo estoque, Styx bloqueó con ambas dagas la primera estocada, sin llegar a ver a tiempo la segunda que le propinó un fuerte corte en su hombro, el goblin retrocedió herido.

  • ¡Te salvé idiota, a costa de maldecirme a mi mismo! - Gritó el goblin apretándose la herida. - ¡El orbe te ha convertido en un monstruo, Kai, mírate, eres más un ignoto que un elfo! - El goblin contratacó apareciendo en la espalda del elfo y lanzádole dos puñaladas rápidas, el capitán Furiasolar no logró desviar la primera, pero sí la segunda de estas, retrocedió un poco por el impacto, aún en guardia.

El barco seguía navegando por el océano rumbo al continente de Kalimdor, como el timón había sido inutilizado estaban a merced del viento y las olas, por estribor podía avistarse un islote de tierra puntiagudo, contra el que chocarían en unos minutos.

  • Sólo estás retrasando lo inevitable, Styx, nunca fuiste rival para mi. - El elfo envaina uno de sus estoques y saca su pistola de chispa, apuntando al goblin. - Ahora por tu propia vida, entrégame el orbe o muere. - Sentenció el capitán Furiasolar.

  • Así sea…amigo…dispara…prefiero morir por ti que verte transformado en lo que eres. - Gruñó el pequeño goblin. - Tampoco vas a sobrevivir al choque el mar te consumirá. - Le gritó después.

El elfo quel’dorei, rompió a reir de forma inexplicable durante unos segundos aún con la pistola apuntando al pequeño goblin.

  • Sabes, todas las veces que navegamos juntos…nunca esperé que fueras tú quien iba a robarme. - El elfo disparó tras decir esto sin dar oportunidad al goblin a rebatirle, la bala impactó contra las sombras que rodeaban a Styx y le perforaron el otro hombro, este cayó de espaldas sobre la cubierta, riendo también.

  • ¿Prefieres que sea el mar quien nos mate a ambos? - Dijo el goblin tras la carcajada.

  • ¿Un final idóneo no crees? En el mar nos conocimos. - El elfo rubio se sentó a su lado. - En el mar nos convertiremos en polvo. - Murmura mirando al goblin.

  • Pe…ro ella… - Alzó como pudo el brazo que había recibido un tajo y señaló a Marla en el poste. - No tiene culpa de nada déjala ir por la amistad que tuvimos, Kai. - Añadió frunciendo el ceño a la par que la sangre de la herida del disparo comenzaba a humedecerle la nuca.

  • Tienes razón. - Dijo el elfo a la par que se levantaba, subió como pudo hasta el palo de mesana por la red y desató los nudos que sostenían a Marla atada, dándole la llave de sus cadenas rúnicas y quitándole la mordaza.

  • ¡Eres un sentimental idiota! - Gritó Marla consumiendo al elfo en llamas verdes. - ¡Nadie se mete con mi Styx! - Gritó a las cenizas del elfo que había dejado de existir, la pequeña goblin bajó corriendo a la cubierta deslizándose torpemente por la red del mástil y preparó un redondel de sombras alrededor del goblin mientras le quedara tiempo, la sangre de este serviría para el ritual, el barco comenzó a chocar por proa con el islote, la madera chirriaba mientras se deshacía en pedazos lentamente, todo el barco iba deshaciéndose… Marla gritó entonces usando la lengua de los demonios y el portal abisal apareció sobre Styx, lo tomó de la mano y cruzó con este.

                               ¿FIN?
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¿Cómo sigue la historia?

Queremos saber más!

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