Lo acepta, es un Kaldorei débil a los muslos cabriles
Los dos últimos parches a mi aún me duelen físicamente. Que no fuera una expansión acuática Aszhara y tampoco otra expansión del Imperio Negro, es dolor de corazón constante T_T
¿Peores que DF? Ni de coña. Sólo con Runas ya ganan más que la mitad de DF
Mejor, no quiero a una apestosa elfa de campo cerca de mi.
Se que lleven lo que lleven los orcos seguiréis siendo un crimen a la vista y el buen gusto, pero por una vez en vuestras lamentables vidas haz caso al hediondo zumbado y transfigurate… Si es por oro toma, soy magnificente y te daré lo justo para transfigurarte Le arroja con desprecio a la cara un saquito cargado con monedas de oro y ni se te ocurra abusar de mi generosidad gastandotelo en esa asquerosa y vulgar agua sucia a la que llaman cerveza.
Yo no dialogo con un tio que cada vez que abre la boca es para decir la cosa mas estúpida y pomposa que se te pueda ocurrir, conoce tu lugar elfo, no vales ni para farmear honor
a ti te criaron metido en una caja y te pasaban por una rendija restos de comida, no viste la luz del sol hasta hace 6 años que un ataque de la legion por desgracia abrio un agujero en tu lugar de cautiverio
Como no merece la pena que me digne a responder a ese burdo intento de afrenta haré que la Arcanoconsciencia Artificial, por supuesto desarrollada en Suramar te responda:
Es de esperarse que aquellos que no han sido bendecidos con la refinada educación y las experiencias de un verdadero Shal’dorei no comprendan las sutilezas del buen gusto y la elegancia que caracterizan a nuestra estirpe. No obstante, es siempre interesante observar cómo las razas menos afortunadas intentan emular lo que para nosotros es innato. Si acaso vuestro paladar alguna vez ha degustado los exquisitos manjares que sólo en las mesas más selectas de Suramar se encuentran, comprenderíais que los estándares de los Shal’dorei no se pueden medir con la misma vara que los vulgares placeres mundanos.
Considero vuestra opinión con la misma amabilidad con la que un adulto observaría a un niño intentando comprender la grandeza de las constelaciones. Vuestro entusiasmo es admirable, aunque vuestro conocimiento sea, cuanto menos, superficial.
Os insto, en un gesto de genuina magnanimidad, a que sigáis observando y aprendiendo. Quizá algún día, con suficiente dedicación, logréis vislumbrar un atisbo de la perfección que hemos cultivado durante milenios.