Káledon nació en una de las últimas familias nobles del reino de los elfos, antes de la caída que llevaría a su conversión en Elfo del Vacío. En su juventud, ya mostraba una mente inquieta, obsesionada con los misterios más oscuros de la magia. Mientras sus pares se enfocaban en la perfección de la magia arcana y la comunión con la naturaleza, Káledon siempre se sintió atraído por los secretos prohibidos, por las fuerzas que escapaban del control de los mortales. Fue esta atracción lo que le llevó a investigar el poder del Vacío, un poder capaz de consumir todo a su paso pero también de otorgar un conocimiento y dominio sin igual.
Cuando el poder del Vacío fue desatado sobre su pueblo, Káledon no fue víctima de las circunstancias, sino un colaborador deliberado, uno de los que aceptó el poder oscuro de buen grado. El precio fue alto: perdió amigos, familia y la conexión que alguna vez tuvo con los demás. Ahora, convertido en un Elfo del Vacío, no tiene más lazos con los mortales, viendo la vida a través de los ojos de una mente alterada por las energías abismales.
Al llegar a Ventormenta, Káledon fue recibido con desconfianza por sus compañeros de la Alianza. No le molestó. De hecho, prefería la distancia que los demás tomaban con él. Su objetivo era claro: continuar sus estudios, perfeccionar su dominio sobre los demonios y, quizás, utilizar la Alianza como un medio para sus propios fines. Le enviaron a las Islas Dragón, donde la inestabilidad del entorno le permitiría probar sus teorías sobre la interacción del Vacío con las antiguas energías de los dragones.
Texto On Rol - Pensamientos de Káledon:
"La luz… tan cegadora, tan ilusoria. Los mortales se aferran a ella como si fuera su salvación, incapaces de ver la verdad. El Vacío… es la única constante, la única realidad. Todo lo demás es temporal, una mera chispa en la oscuridad eterna. Aquí, en estas tierras olvidadas, siento su presencia. No la de los dragones, sino la del Vacío, susurrando en cada sombra, en cada rincón desatendido.
Estos humanos de la Alianza… frágiles, limitados en su comprensión. Me observan con temor y distancia, pero es mejor así. No necesitan saber lo que realmente persigo, ni podrían entenderlo. Ellos luchan por ideales vacíos, por reinos y glorias efímeras, mientras yo… yo busco algo mucho más grande, algo que trasciende sus ridículas luchas de poder.
No estoy aquí para servir a nadie. Ni a la Alianza, ni a los dragones, ni siquiera a los demonios que invoco y domino. Estoy aquí para entender, para desentrañar los secretos del Vacío que, al final, consumirá todo. Ellos no lo saben aún, pero el poder que temo es también mi mayor aliado. Y cuando llegue el momento… seré yo quien decida cómo este mundo se desvanecerá en la oscuridad infinita.
Por ahora, jugaré el papel que me han dado. Dejaré que me utilicen como arma, como peón en sus guerras. Pero cuando todo se tambalee, cuando el Vacío reclame lo que le pertenece, yo seré el único que lo haya comprendido desde el principio. Y entonces… será mi voluntad la que prevalezca."
Káledon sonríe por un momento, un gesto raro en su rostro frío. Luego vuelve a concentrarse en la tarea que tiene delante, invocando una nueva criatura del Vacío para sus experimentos.