Diario de Thallande, el Mago más elegante
Hoy me despertaron esos condenados pandas otra vez de madrugada, no había salido el sol y ya me estaban montando un espectáculo abajo con campesinos borrachos, salí y solicite una misión puesto que gracias a esos incultos seres no podría descansar más… ¡Que curase a heridos y recogiera flechas me dicen! ¿Que soy, un curandero del tres al cuarto que malvive por el mundo? Anda ya y que se busquen a alguien indigno, yo paso de este continente de vulgares osos antropomórficos así que regrese a la cloaca de Ogrimmar para mí desgracia, adiós Pandaria, así ardas en fuego eterno.
Una vez allí busque en el tablón de anuncios… Todo lugares y tareas vulgares y nimias para mi nuevo poder… Pero algo me llamo la atención, Zandalar, al menos esos troll se hacen llamar la civilización más antigua del mundo… Eso habrá que verlo, por lo que portal al canto y en Dazar’alor que me plante… “La ciudad más antigua del mundo”… Una oda al horterismo en octavo rango, ¿De verdad oro por todas partes?.. Y todo el mundo torso al aire como vulgares orcos… Estos se quedaron más atrás que los abrazarboles inflamables, de verdad es todo un crimen contra el buen gusto y ni hablemos de la horrible comida que sirven.
Su “reina” Talanji… ,Reina del mal gusto dirás guapa, me mandó a un puesto en medio de la jungla… Y tal como me temi eso fue el infierno, los mosquitos, la humedad, el eterno escándalo de asquerosos simios y ni hablemos de los locales que me hicieron matar animaluchos a mi… ¡A MI!.. Evidentemente como robar un caramelo a un niño y hablando de larvas, querían que cuidase a una cria de dinosaurio… Evidentemente le di una patada a ese horrible bicho y regrese a la “gran ciudad dorada” donde dijeron que si no quería soportar jungla ni humedad fuera a Vol’dun así que allí fui… Yo maldigo a todos y cada uno de los Zandalari, ¡Eso es un condenado desierto!, Se me mete la arena en mis finos, hermosos y delicados zapatos.
Me llevaron al puesto más cercano, necesito descansar de inmediato tras tal arduo día de viaje y duro (y asqueroso) trabajo… Maldita sea Talanji y su estirpe. ¡Me han llevado a un campamento de esas horribles ratas peludas!, No tienen ni el más mínimo estilo, es todo tan rudimentari y arcaico que deseo quemar todo esté “lugar”… Generoso de mi por llamar lugar a este agujero inmundo lleno de ratas peludas que se hacen llamar “vulperas”, definitivamente está “Horda” no es digna de nosotros.
¡Me dicen que una sucia caravana será mi reposo!.. Si apenas quepo y ni hablemos de los harapos que usan como cortinas, eso sí es un crimen de guerra… En fin, deseando regresar a Suramar de una vez, necesito hablar con seres pensantes y un buen baño en mi jacuzzi.