Mala suerte cariño,generalmente no suele ser así,pero las máquinas goblins tienen tendencia a estropearse de vez en cuando,y las brigadas de reparación tardan en llegar.Tenemos un montón de maquinaria goblin,así que…¡imagínate!
Hmmm… una pregunta para el reparto ¿Mañana los de la RAID os dan el día libre?
Yo tengo vacaciones a partir del lunes
yuhuuuu!! una hora antes,I´m a genius
Y no,mañana no tengo el día libre Hay,curro de noche otra vez,hasta las 12:30
Hay que ver, ¡unos tanto y otros tan poco!
Las palabras de la sacerdotisa retumbaban en su cabeza…
OFF: gente llevo como hora y media intentando escribir el relato de Eleanna pero no puedo ahora mismo porque… pero os aseguro que algo ha pasado…
Eilyria tenía un mal presentimiento, su simio espía no había encontrado a Eleanna en el campo de refugiados. “¿Dónde se habrá metido esa bruja?”, se preguntaba. Sabía que no estaba conforme con el enlace y era hermana de quien era. No se podía confiar en ella. Así que pensó, “Si yo fuera ella, que haría”… “Primero arreglarme esas greñas, ¿dónde vas con esos pelos?” se contestó mientras soltaba una carcajada.
Si era como Ardeniel, primero intentaría hablar con Menelwie, pero, como si un designio del destino se tratara, en ese instante Menel se reflejó en su esfera. “¿Qué hace en el campo de refugiados?”, pensó. Hizo que su simio la siguiera hasta una apartada tienda, en su interior… ¡¿Sus padres?! Los recordaba de algunas de los retratos que Menel tenía en su casa. Observó intrigada la escena, papá y mamá parecían enfadados, y entonces recordó: “Debo decirle a Xilandra que me ponga audio”.
Volvió a centrar su atención en su objetivo. Si Eleanna no estaba con Menel, ¿iría a por Argent? Esto no le preocupó ni un instante. Ella había intentado cazar antes a Argente, era soporífero. A pesar de sus años, o quizás por ellos, no era presa fácil. A Eleanna le iba a costar encontrarlo. Pero eso no menguaba su interés por encontrar a la Kaldorei, así que pensó “Si se tratara de Ardeniel, probablemente intentaría rastrearlo como cazadora que es, pero una maga no tiene esa destreza, ¿qué haría?”
Estuvo largo tiempo en silencio y salió volando…
Poco después llegó a su destino: la taberna de Orgrimmar. Había concluido que la única forma de pensar como Eleanna era estar tan borracha como ella. Tomó asiento y pidió una cerveza. Varios pensamiento recorrieron su cabeza aún despejada, la guerra, el árbol quemado, Lunargenta, Argent, Menel… Y sin darse cuenta empezó a fantasear con la posibilidad de que estos dos tuvieran un bebé. “Debería comprarles una cuna” pensó alegremente. “¡¡¡Cuna!!! ¡Cuna del Invierno! ¡La casa de Menel!” se dio cuenta de inmediato. Allí es donde estaría la maga, era el único lugar en el que Eleanna podría saber que en algún momento aparecería Argent. Apuró la cerveza y salió de la taberna en busca de su presa.
Menelwie se levantó temprano en Ventormenta, no había dormido mucho,y extrañaba la presencia de Argent a su lado en la cama.
Sin embargo sabía que los cuatro siguientes días serían así,una constante de obligaciones,que la mantendrían lejos de Cuna,de su hogar y de su amado durante días.
Se resignó y tras vestirse bajó a la taberna a por un café.Pensó en lo que Sandris le había dicho,la Suma Sacerdotisa quería recuperar Costa oscura.Había estado allí y pensó con amargura que no había mucho que recuperar,al menos no un lugar como el que recordaba,lleno de vida.La horda había terminado con la vida,como casi siempre,la locura de Sylvanas había comenzado allí,pero todo Azeroth,incluida la propia horda estaba condenada si ella lideraba la facción contraria.
No tenía obligaciones hasta la noche,y aunque la tentación de ir a Cuna era grande,sabía que con casi toda probabilidad su prometido no estaría allí.Miró el anillo en su mano y no pudo evitar sonreir como una ton.ta.
Pensó en que ocupar el día y la respuesta acudió pronto a su mente.Tras lo acontecido en Costa Oscura había un sitio al que necesitaba ir con urgencia.
Buscó en su mochila la piedra a Dalaran y pronto estuvo materializada en la ciudad flotante.
Subió al alto de Krasus y tomó un vuelo,al templo de la luna de Valsharah. Necesitaba rezar a su diosa,entrar en comunión con ella.Elune era la única que la entendía,pues no la había abandonado.
Al llegar al templo,varias miradas la persiguieron.Había olvidado por un rato que seguramente se conocía su relación con un sindorei.En otro tiempo quizás se hubiera avergonzado,sin embargo,alzó la cabeza orgullosa y se arrodilló delante de la estatua de Haidene y comenzó a rezar.
Pronto la bendición de la diosa en forma de luz plateada la cubrió por entero.Una muy brillante,lo que hizo que el resto de sacerdotisas dejaran de susurrar a sus espaldas,y cambiaran sus sibilinos comentarios por exclamaciones de admiración.Agradeció a Elune su favor y se dispuso a volver a Ventormenta,hacía tiempo que no sentía una paz así.
Nunca traicionaría a su raza,nunca dejaría de adorar a su Diosa,pero tampoco nunca dejaría de amarlo y eso era algo que se había prometido demostrarles a todos.
Argent permanecía sentado en la antesala de las habitaciones privadas de su preceptora.Dos jóvenes novicios,como lo había sido el en su día,hacían guardia de forma permanente en los aposentos de la misma.
Que el recordará,nunca le había tocado hacer guardia en la puerta,aquella misión se destinaba a los “impetuosos” o “impacientes”.Ciertamente había acompañado como escolta a la preceptora en muchas ocasiones,pero permanecer ante su puerta de plantón…
En aquel momento la puerta de las habitaciones privadas se abrió dando paso a Lady Liadrin.Como siempre mostraba un aspecto impoluto.Los jóvenes novicios se cuadraron,y en un acto reflejo el mismo Argent les imitó.
-¿Querías verme,paladín?.Preguntó Lady Liadrin.
-Señora…Argent se adelantó con una misiva en la mano,y se la entregó a Lady Liadrin.
La preceptora cogió la misiva,y en ese momento se percató de una cosa.Un sello de cera con el perfil de una estilográfica marcado en el.Dos cintas colgaban del mismo, una dorada y otra color celeste.
Lady Liadrin levantó la cabeza,y con una mirada inquisitiva observó al paladín que permanecía inmutable ante ella.Inmediatamente se dirigió a los jóvenes novicios invitándoles a abandonar la sala.
Ambos miraron al paladín con un renovado respeto,y haciendo una leve inclinación de cabeza hacia la preceptora, y al propio paladín abandonaron la sala.
Ellos no lo sabían,pero al presentar la misiva con el sello y la vitola de la familia de Argent,la entrevista pasaba a ser estrictamente personal,convirtiendo la misma en altamente confidencial.
Normalmente el paladín no usaba el sello de la familia,pero…aquella era una situación tremendamente delicada,y había recurrido a ella como recurso excepcional.
Lady Liadrin rompió el sello,y desdobló la misiva.Los trazos firmes de la letra de Argent ,destacaban sobre la blancura inmaculada del papiro utilizado para confeccionarla.Los ojos de la preceptora fueron abriéndose por la sorpresa conforme conocía el contenido de la misma…
-Así que se trataba de esto,comentó Lady Liadrin.
-Señora…Argent le devolvió la mirada.
-¿Sabes que lo que me pides nos pondría a ambos al borde de la traición,no?
- No es necesario que lo hagáis,señora.Tan sólo he pensado que os gustaría saberlo.Y entenderé que os negueis a lo mismo.
-Mi querido paladín,¿así que la sacerdotisa os ha atrapado? - Sacerdotisa…¿Y vos como lo sabéis señora?
Lady Liadrin arqueo una ceja de modo significativo,y su rostro se tornó más duro.
-Señora…entiendo.Dijo Argent.
-Así que ahora os dedicais a espiar a vuestros propios hombres.Dijo el paladín con una irritación creciente…
-¿Ahora paladín?.Siempre has sido demasiado puro, y demasiado casto.Aún recuerdo cierto cuaderno lleno de versos que en vuestro noviciado llegó a mis manos…
El paladín enrojecio visiblemente avergonzado mientras agachaba la cabeza.
-Señora,esos versos no estaban destinados a ser leídos por nadie,y menos…
-¿Menos por la persona a la que iban dedicados,verdad?
-Señora,yo…
Lady Liadrin se acercó hasta el paladín que permanecía con la cabeza agachada,deseando que le tragara la tierra en aquel momento.
Una mano delicada levantó su barbilla,y se encontró con unos ojos risueños de un intenso color dorado que le miraban con cariño.
-Querido muchacho,todos hemos sentido en algún momento ese sentimiento por alguno de nuestros perceptores,es algo absolutamente normal.Incluso yo en mi época,si te llegase a contar…
Lady Liadrin se retiró tras aquel gesto de intimidad con su pupilo.
-En cuanto a esto,mi casto paladín…ya veremos,el momento no es el adecuado,y espero que lo pospongas hasta que acabe la guerra.Dicho lo cual,Lady Liadrin hizo desaparecer en su bolsillo la invitacion de boda que Argent le había entregado.
-Y ahora mi querido paladín,hablemos del otro asunto dijo la preceptora…
- ¿Otro asunto? Pregunto el paladín,¿a que os referís señora?
-¡Argent! El tono de su preceptora tenía una dureza desacostumbrada.
-¡Mira de frente cuando te hablo paladin! Insistió la preceptora.
Argent levantó la cabeza,y vio que su preceptora le observaba,esperando su respuesta…
Lo sabe,¡Elune me guarde!,conmocionado por lo que acababa de suceder en su mente,guardo un momento más de silencio,como era posible…sabía que aquello sólo podía tener un origen,y sintiéndose reconfortado,levantó la mirada hacia su preceptora.
-Sabeis que en mi juventud,admiraba profundamente a la general forestal,su defensa y muerte ante la plaga la encumbró aún más en mi corazón.
Cuando fue levantada como alma en pena,un profundo dolor y la compasión marcaban mis sentimientos hacia ella.
Cuando observe la catástrofe de la puerta de la muerte,y vi que la venganza le onnubilaba el juicio,trate de comprenderla, pero algo en aquel momento,se desgajó dentro de mi.
Ahora,tras la gratuita masacre de miles de inocentes en la quema de Terdrassil, no puedo guardarle ninguna lealtad.Nos está llevando a todos hacia una orgía de muertes sin sentido,con el único objetivo de aumentar las filas de sus renegados.No señora. Yo no voy a participar en algo que va en contra de todo aquello que vos y los demás me enseñasteis.
¿Recordáis porque,nuestras vestimentas son rojas?
¿Recordáis porque tomamos nuestro nombre?
No veo nada de eso en lo que hoy hacemos…
Podéis entregarme al verdugo si lo deseais, y podéis acusarme de alta traición.Se que os guste o no,es lo que exige el código que sigo desde que ingrese en la orden…ammë
-¿ Que me habéis llamado?,pregunto Lady Liadrin tras escuchar todo lo que el paladín había expuesto …
-He dicho ammë,contestó Argent bajando la cabeza.Para mi lo habéis sido,y siempre lo seréis.
Lady Liadrin era muy consciente,de que lo que su pupilo había expresado lo ponía en la tesitura de ser detenido por alta traición, sin embargo ,ella no haría tal cosa.Anmë,le había llamado…
- Argent…
-Señora…
-Nunca he dudado de que sois consciente de los riesgos de lo que os proponeis hacer.Lo que hemos hablado en esta sala,quedará por siempre entre está cuatro paredes. Por mi parte,podéis marchar en busca de aquello que consideras honorable,y haré todo lo posible para protegeos de aquellos que traten de desacreditaros.
-Señora…Argent inclinó la cabeza con respeto y se retiró.
Mientras el paladín abandonaba la estancia,Lady Liadrin no pudo dejar de sentir un tremendo orgullo.Aquel era uno de los mejores hombres de la orden,ojalá Belore lo protegiera como siempre…
Tuvo un pensamiento mientras se dirigía hacia sus aposentos…Ojalá Elune le tenga tanto cariño a su sacerdotisa.Estos dos juntos representan una esperanza para todos los elfos.
Gracias, acabas de hacer que me gane la plena confianza del Señor Regente y de tu amada mamá Liadrin. Te recuerdo que ya les había advertido yo de tu traición y encima lo hice a espalda de Sylvanas.
¿Que parte del “estrictamente” confidencial no has entendido? Y no es mamá, es madre:wink:
Bah! No me vengas con tecnicismos. La verdad es que mi ámbito de influencias está aumentando. Pronto seré jefa de Guerra.
Llegó a Ventormenta a mediodía,extrañamente y para variar,tenía hambre, mucha,lo achacó a la tranquilidad de la que había disfrutado los últimos días al lado de Argent.
Pero no le apetecía comer rodeada de gente,entrar en comunión con Elune siempre le provocaba ganas de disfrutar de un poco de soledad.Cogió algo en la taberna y se dirigió a la salida de Ventormenta,le gustaba sentarse en uno de los islotes que había bajo el puente.
Sentada en una roca miraba los nenúfares que flotaban con suavidad en el agua mientras comía.
Ajena a ello,una figura la contemplaba desde la salida de los grifos en la zona de vuelo de la ciudad.
-Es ella?-se preguntó el cazador de demonios agudizando la vista-No puede ser!!Si que es Menel!!-se dijo él.
Pegó un salto y se tiró planeando hasta aterrizar delante de ella.
con el sol en la cara,la sacerdotisa sólo vio la sombra de un sirviente de Illidan y se puso en guardia.
-En serio vas a pegarme?-dijo él socarrón.
-Xhakraes?-podría reconocer esa voz en cualquier sitio.
-El mismo,como estás princesa?-dijo él sonriendo.
-No me llames princesa-dijo golpeándole en el hombro-que haces aquí?-preguntó la sacerdotisa mientras lo abrazaba visiblemente emocionada.
-He venido a verlos…-dijo con una serenidad aparentada.
-Y?-preguntó Menelwie expectante
-De lejos,solo de lejos.
-Xhak!!-protestó ella.
-Yo no soy tú,no soy la niña favorita de papá y mamá.
-Sobre eso…tranquilo, ayer casi los mato de un disgusto,están más enfadados conmigo que contigo,deberías aprovechar-dijo ella riéndose.
-Que ha hecho mi hermanita?enfadarlos tú?Naaaa
-No me llames hermanita que el pequeño eres tú-dijo mirándolo con fingido enfado.
-Otharo te envía saludos-dijo ella cambiando de tema.
-Ah si? que hace nuestro querido hermano? no lo veo desde…Costa Abrupta.
-Pues lo de siempre Xhak…que va a hacer Otharo?
-Ya,anda buscando por todo Kultiras y Zandalar animales domesticables,cazadores…psst
-Lo dice el que caza demonios?-contentó ella con sorna.
-No te pases,que aún no he olvidado lo del jarrón de mamá.
-Por Elune!!! cuantos milenios más vas a recordarme que rompí su jarrón favorito y te eché la culpa a ti?
su hermano pequeño soltó una carcajada y le dijo:
-No me cambies de tema,que ha hecho la princesita para disgustar a nuestros regios progenitores?
-Decirles que me iba a casar…
-Y se han enfadado?-preguntó Xhakraes sorprendido.
-Cuando les he dicho que con un sindorei…si,mucho.
Él soltó una sonora carcajada
-Estoy invitado?
-Claro,si papá no aparece necesitaré un padrino-dijo Menelwie suspirando.
Adoraba a su hermano,nunca la juzgaba,no lo hizo cuando proclamó en casa que estaba enamorada de Illidan y no lo hacía ahora.
OFF: me quiero morir
Las palabras de la sacerdotisa retumbaban en su cabeza, como un ariete intentando entrar en el catillo de la sinrazón de su mente resacosa.
“Por qué apareces siempre Menel para recordarme tus palabras en estos momentos” pensó Eleanna con lo que habría sido una sonrisa… si tuviera fuerzas
“Lo normal sería pensar en la bruja de mi hermana” pensó. Volvió a intentar sonreir cuando pensó en la bruja de su hermana. “Si se entera de que la he llamado bruja, aunque sea en broma, me usará como objetivo para que sus centinelas novatas practiquen el tiro con arco”.
Eleanna se encontraba recostada en un banco de Dalaran, junto a la estatua del gran Antónidas que Lady Jaina había encargado con tanto cariño para recordar a su mentor. A Eleanna le encantaba visitar de vez en cuando aquella ciudad. “Una ciudad donde los magos podían seguir progresando con sus estudios en magia arcana… sin invocar demonios ni nada que quiera destriparte” se lamentó amargamente Eleanna recordando tiempos muy antiguos.
Se levantó y se dirigió hacia la taberna del enclave dientegrís. Seguía resacosa, pero podía caminar recta y firme. Cuando estaba llegando, tres gnomos salían en llamas corriendo. Eleanna alivió las llamas invocando unos vientos gélidos. Mientras reía aceptó las gracias de los gnomos, y rechazó el ofrecimiento de los tres de ser sus esclavos para toda la vida. “Estamos en deuda contigo de por vida, salvadora” decían. “Nos has salvado del cocinero loco”. Eleanna no había dudado ni por un momento de que alguna comida le había explotado a Nomi. “Entra, salvadora, nosotros montaremos guardia” le dijeron. Eleanna no consiguió convencerlos de que no necesitaba tres leales lacayos, pero hicieron caso omiso, así que se encogió de hombros, entró en la taberna y se sentó en una mesa.
Mientras degustaba la comida que había pedido (no comía nada desde que estaba en el barco rumbo a Boralus con su hermana), pensó precisamente en ella. “Oh Ardeniel, que hago yo aquí” se lamentó la maga pensando en que seguramente su hermana estaría llegando a Boralus… y podría estar con Lady Jaina…
Lanzó un suspiro… y siguió comiendo mientras recordababa lo que había ocurrido en cuna del invierno… algo le había ocurrido, que no se podía expresar con palabras.
Recordó cuando bajó de su disco volador junto a la casa de la sacerdotisa, adoptó su postura de ataque… y entró. Nadie. ArgentSTONE no estaba allí, y no porque hubiera salido temporalmente, ya que no había ropa, utensilios, armas, nada. El paladín no estaba allí y Eleanna no tenía ni idea de donde podía haber ido. La desesperación se adueñó de ella.
Salió de la casa, cargada de ira, había llegado hasta allí para nada. Vió un dibujo en la nieve… le parecía que respresentaba a… ¡Elune y Belore! ¡Un sindorei había osado a representar a su diosa! Lanzó un grito de rabia e invocó una ventisca que se llevó por delante toda aquella nieve… no quedó nada del dibujo. Eleanna cayó rendida sobre sus rodillas… levantó la mirada en esa noche y ahí estaba. La luna. Juntó sus manos y mirándla fijamente con lágrimas, ya no sabía si de ira o de pena, empezó a rezarle a su diosa.
“Elune por favor, ayúdame a mi y a la sacerdotisa. Ayúdanos a todos. Ayuda a nuestro pueblo, te lo suplico”.
“Elune por favor, ayúdame a mi y a la sacerdotisa. Ayúdanos a todos. Ayuda a nuestro pueblo, te lo suplico”.
“Elune por favor, ayúdame a mi y a la sacerdotisa. Ayúdanos a todos. Ayuda a nuestro pueblo, te lo suplico”.
Tres exploradores de la horda habían escuchado un grito no muy lejos de allí. Lideraba la expedición un tauren, seguido de un orco y de un sindorei. Los tres avanzaban en fila por la nieve. Su misión era aburrida, pero importante. Debían asegurarse de que no había presencia de la alianza que pudiera atacar por la retaguardia ni los terrenos conquistados a los kaldorei ni a la propia Orgrimmar, pero los tres sabían que no tenía sentido. La alianza tenía otros frentes abiertos, y todos muy lejos de aquel recóndito lugar.
Al oir el grito, se pararon, se miraron entre ellos cogieron sus armas y desmontaron. Tendrían que investigar aquel grito…
Salieron del bosque y en un pequeño claro encontraron una casa, en la que parecía haber nadie y… una kaldorei arrodillada, parecía estar rezando, pero no entendían lo que decía.
El Tauren hizo un gesto con el puño cerrado. La capturarían y la llevarían a Orgrimmar para interrogarla. Que hacía una kaldorei allí interesaría mucho a Nathanos Clamañublo. Puede que hubieran capturado a alguien con información muy valiosa y que la mismísima jefa de guerra los felicitara en persona por ello.
Eleanna seguía rezando. Había entrado en un bucle del que no podía salir, una fuerza la estaba empujando a rezar… una fuerza cálida, reconfortante, una luz… ¿sería su diosa?
“Elune por favor, ayúdame a mi y a la sacerdotisa. Ayúdanos a todos. Ayuda a nuestro pueblo, te lo suplico”.
“Elune por favor, ayúdame a mi y a la sacerdotisa. Ayúdanos a todos. Ayuda a nuestro pueblo, te lo suplico”.
Los tres exploradores tenían sus armas levantadas, se encontraban muy cerca de aquella kaldorei, pero era imposible que ella no les hubiera escuchado, andar en la nieve en silencio era muy dificil. El tauren gritó “por la horda” y se abalanzaron sobre la maga. La maga giró entonces su cabeza hacia ellos cuando escuchó el grito, y lo que vieron los tres… los dejó petrificados. Durante un instante, aquella kaldorei, parecía no tener ojos… no, tenía ojos pero eran del color de la noche. ¿Pero como era aquello posible? Volvieron a mirar y la maga volvía a tener los ojos plateados característicos de los kaldorei… pero cuando quisieron reaccionar ya era tarde. Ya estaban muertos.
Eleanna escuchó un grito detrás suya que la sacó de su concentración, giró la cabeza y vió a tres exploradores de la horda con las armas levantadas cargando hacia ella. No sabía muy bien por qué pero se quedaron paralizados durante un momento… y Eleanna lo aprovechó. Invocó una nova de escarcha que los congeló a todos en el sitio, acto seguido conjuró un orbe de escarcha que empezó a avanzar hacia ellos, lanzando pequeñas astillas de hielo que les desgarraron la piel. FInalmente acabó con ellos invocando una lluvia de meteoros… que terminó por destrozar a aquellos tres soldados de la horda…
Off: luego os digo que hace Eleanna en Dalaran, que como no coma algo me muero
¿Estás de resaca?
Me gusta mucho como va avanzando la historia. Creo que repartiré los vídeos por capítulos en AzeTube
Sí… ayer salí a tomar una cerveza y me lié…
Te lo dije!! jajajaja
¡No te empieces a parecer a tu pj, anda!
He borrado el post porque estoy en el curro y no puedo extenderme demasiado y escribir con el móvil es un coñazo. Mañana os presentaré un texto más elaborado en el que (spoiler) mato a la maga.
Y creeme que tus palabras retumbaban en mi cabeza
En realidad… es ella quien se parece a mi De hecho os voy a confesar, que cada vez que Eleanna está de resaca es porque yo estoy resacoso también, salvo los días de entre semana, por razones obvias. Esos días las resacas si son suyas