Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Iba a hacerlo en Boralus, pero como me parecía demasiado powerrol entrar en Boralus y salir como si nada, lo he hecho en Ventormenta.
Además, como eres un alto rango del ejército y Ventor es la capital, deberías ir de vez en cuando, no?

1 «Me gusta»

No había comido, ni bebido en un par de días (OFF con esto intento igualar en tiempo a todo lo que habéis estado haciendo mientras). Conforme se había despedido de Valeera, había salido del cuartel de la alianza, había invocado un disco volador, y se había lanzado a la búsqueda de sus centinelas.

Había recorrido todos los puestos avanzados de la alianza por toda kul thiras. No había ni rastro de ellas en el estrecho de tiragarde, ni sabían nada de ellas en el valle canto tormenta tampoco.

“A lo mejor ya están en alta mar… se las han llevado en barco… no están aquí…” pensaba mientras volaba hacia Drustvar .Había dejado aquella zona para investigarla en último lugar. No le traía buenos recuerdos. Allí las emboscaron. Allí mataron a Valedel y Ainel…

“Y aquí han matado a Einir y a Noah…” pensó… se golpeó en la cara mientras negaba con la cabeza: “No, no, no, están vivas… están… vivas…”

Elune hacía ya varias horas que dominaba el firmamento. El cansancio hacía mella en ella. Había recorrido un par de puestos de la alianza, visitado albergue del ocaso… nada.

Estaba cansada, hambrienta, sedienta… no había ni rastro de ellas.

“Están muertas… las has matado…”

El sobreesfuerzo empezaba a pesarle. Se dirigía al puesto de Arom.

“Espero que… espero… que…” los ojos se le nublaron, perdió el control del disco volador y… cayó al vacío.


"Essstán muertasss querida…

“todo el que ssse te acerca muere…”

Risas siseantes… “Essstásss haciéndolo muy bien, mi… sssúbdita”

“Ele… no te rindas…”

“No la dejes, no la escuches…”

“Despierta… hermana…”

Eleanna abrió los ojos. Tenía todo el cuerpo sudado y dolorido. Estaba tumbada en una cama, en una habitación de lo que parecía una casa de alguien adinerado, con cierto diseño rústico. Una chimenea calentaba la estancia, mientras que un lujoso sofá y una mesa rica en detalles se encontraba frente a la cama.

“Dónde…”, se incorporó mientras se llevaba la mano a la cabeza. Le dolía bastante, parecía haberse dado un golpe y llevaba puesto un vendaje. Se masajeó suavemente la zona dolorida y gritó:

“¿Hola?” -gritó con la esperanza de que alguien la oyera.

Escuchó un ruido en la habitación conjunta, alguien se acercaba a la habitación. Tocaron a la puerta y escuchó una voz que preguntó:

“¿Capitana?”

“Adelante” respondió Eleanna.

Una humana con una larga melena negra entró en la habitación. Al ver a Eleanna incorporada y con buen aspecto sonrió, y le dijo:

“Me alegro de ver que te has despertado capitana. Soy Lucille Crestavía, señora de la casa Crestavía”.

“Soy la capitana Eleanna Arroyoplateado, del ejército de las centinelas. Encantada señora Crestavía. Debo agradecerle que haya cuidado de mí…”

Lady Crestavía negó con la cabeza:

“Ni se preocupe capitana. Además, mi pueblo estaba en deuda con usted… me enteré del asalto de la horda y de que perdió a dos centinelas, e incluso casi muere usted misma…” - dijo Lady Crestavía con cierto pesar.

"Hacíamos nuestro trabajo… " dijo con tristeza Eleanna. “CIertamente eran buenas centinelas… que Elune las tenga en su gloria.”

Lucille Crestavía asintió. Se acercó a la cama y acercó una silla sentándose al lado de Eleanna.

“Tuvo suerte capitana, cayó desde muy alto… sobre un gran montículo de nieve. Fué rodando casi hasta la puerta del leñador que la encontró… asustado, la trajo aquí. ¿Puedo preguntarle que ocurrió?” Preguntó intrigada Lucille Crestavía.

Eleanna tomo aire y le respondió:

“Verá… iba en busca de dos de mis centinelas. Están… desaparecidas. Llevo buscándolas sin descanso ni alimentarme desde hace dos días, puede que más…”

Lucille hizo una mueca cuando Eleanna dijo eso y preguntó:

“¿Dos centinelas? Me han informado de que han encontrado cerca de médano del halcón a dos centinelas que afirmaban haber escapado de sus captores de la horda. Las están trayendo hacia aquí en este momento”.

Eleanna abrió los ojos como platos, se acercó hacia Lucille y preguntó nerviosa:

“¿Dos centinelas? ¿Se llamaban Noah y Einir?”

“Desconozco los nombres” Respondió con tranquilidad.

Eleanna hizo ademán de levantarse:

“Tengo que ir a buscárlas, tengo que ver si son ellas, tengo que…”

Lucille la interrumpió empujándola suavemente de nuevo hacia la cama y le dijo con voz maternal:

“Capitana, no te preocupes, tienes que comer algo y descansar. Las están trayendo hacia aquí. De nada servirá que salgas mas que para castigar más tu cansado y desnutrido cuerpo. Pediré a alguien que te traiga de comer. Cena y descansa algo. Por la mañana, deberían estar aquí…”

Eleanna se quedó pensativa durante un momento y finalmente asintió:

“Gracias lady crestavía”.

Lucille negó con la cabeza y salió de la estancia. Escuchó ordenar a una criada que trajeran a Eleanna algo de cena. Mientras Eleanna agradeció volver a tumbarse en la cama al tiempo que pensaba: “Diosa… ojalá sean Noah y Einir… Elune…”

7 «Me gusta»

– Bueno dime ¿Te has pasado por Zandalar- preguntó el no-muerto volviéndose a recostar contra la silla.

– Sólo lo justo- contestó el sin’dorei con aburrimiento- he ido a Vol’dun. Ahí vive una curiosa raza semi-zorro llamados Vulpera. Una monada a primera vista, pero tienen una tenacidad y una capacidad de supervivencia admirable.

– Oh ¿de veras? Me encantan las cosas pequeñas y peludas que te pueden matar 3 veces sin que te des cuenta si las subestimas.

A su alrededor la taberna se iba vaciando, se acercaba la hora de cerrar. Hæyhæ, sin ninguna prisa le dio otro sorbo al vino antes de contestar.

– Es una buena definición. No es una raza para tenerla como enemigos. Ni a ellos ni a los Sethrak.

Al oír aquello, Ethan volvió a inclinarse sobre la mesa.

– Sólo por el nombre, ya me ha llamado la atención. Zandalar no parece tan aburrido como pensaba.

– Pero ni con esas irás a visitarlo ¿verdad?- el cazador sonrió al ver a su compañero negar con la cabeza- me lo imaginaba. En el fondo eres un vago.

– Ah no es eso, me falta músculo para moverme, ya sabes… vale este sí que ha sido malo- admitió ante la expresión del sin’dorei- igualmente en el templo también pueden pasar cosas extrañas… hace unos días a una kal’dorei se le fue la cabeza y estuvo hasta hace poco más en el otro mundo que en este… ¡Ja, vivos! Que frágiles sois ante los susurros de las sombras.

– ¡Vaya! ¡Habló el que se cae a trozos!

– ¡Oye, un respeto! ¡Soy de los mejor conservados!

Y tenía razón, si bien no dejaba de parecer lo que era –un no-muerto- su aspecto era el de un cuerpo bien conservado, sin ningún hueso al aire, pero si con signos de decadencia en el cuerpo. Aun así se notaba que había sido un hombre muy apuesto en vida.

– Ni que fueras una obra de arte, amigo…

– Lo fui- Ethan se apuntó al huesudo pecho con el pulgar- ¡Y entre los míos lo sigo siendo! ¡Te aseguro que en vida ni un belfo me hacía sombra!

Esa vez el cazador no pudo contener una gran carcajada.

– ¡No te vengas arriba compañero! Ningún humano puede hacernos sombra.

– Te veo demasiado confiado. Si alguna de mis “amigas” siguiera viva, ya te contaría…

Hæyhæ esbozó una sonrisa y suspiró. La no-muerte no le agradaba demasiado, pero aquel no-muerto era una excepción, como Alonsus y un puñado más. Para todo había excepciones y gracias a ello había llegado a entender, aunque fuera mínimamente, lo duro que era pasar por aquel trauma. Unos cambiaban para siempre, otros necesitaban un tiempo para asimilarlo, y sólo unos pocos no se dejaban llevar por el odio o el dolor. Él desde luego, prefería morir a ser levantado como no-muerto.

Off// Me está quedando un rol bastante lento, pero bueno, de momento no se me ocurren más ideas :sweat_smile: Ya veremos si me llega la inspiración en algún momento.

3 «Me gusta»

Tarixias se levantó antes del alba, cuando la luz aún era un lejano deseo. Se aseó como buenamente pudo y bajó a tomar un rápido desayuno antes de partir; era lo suficientemente lista como para no permanecer mucho tiempo en un mismo lugar. El tabernero ya estaba en su puesto cuando ella bajó y algunos clientes ya se encontraban sentados en el local. Aquel nunca había sido un negocio muy concurrido, un lugar ideal para quienes no quieren encuentros incómodos, pero esta mañana había aún menos ajetreo de lo habitual y un extraño ambiente inundaba la sala. Tarixias notaba un aura de maldad que no había sentido desde que la Legion invadiera la costa que ahora yace bajo los cimientos de Dalaran.

El tabernero le sirvió el desayuno, un par de huevos bien hecho sobre un plato que había visto días mejores, un poco de pan y una jarra de cerveza. Tarixias se lo comió sin prisas mientras observaba a los demás clientes, todos sentados en solitario en diferentes mesas. Ni una voz, ni una conversación; todo en un silencio sepulcral que helaba la sangre. Una figura resaltaba en aquella taberna, una figura oscura cubierta por una capa sentada en un rincón. Su cara apenas visible bajo la capucha reflejaba a un hombre curtido en más de una batalla. Su manos de piel endurecida pero bien cuidadas evidenciaban que no era un guerrero de espada o hacha. “Algún tipo de taumaturgo” pensó Tarixias. Un anillo de rubí con un tono sanguinolento resaltaba en su mano izquierda cada vez que tomaba la jarra que tenía delante. Una serpiente devorándose así misma decoraba el engarce alrededor de la gema. De repente se levantó, tomó el último trago que le quedaba en la jarra y se marchó llevándose consigo aquella extraña sensación. Tarixias sabía que aquel hombre traería problemas pero ella ya tenía demasiados como para involucrarse en otro más.

7 «Me gusta»

Yo cuando termine con el rol de Hême voy a rolear con mi orco, si os parece bien.

Alyy no me dejes solo :frowning: si además Shandris no sale siempre, no tienes que estar inventando historias salvo que nazcan de ti, pero al menos estate por ahí cuando haya que interactuar contigo :frowning:

4 «Me gusta»

Lo siento Ele, de verdad que me gustaría si tuviese tiempo libre pero estoy en pleno periodo de exámenes y me quedan pocas asignaturas para terminar la carrera, escribir me hace estar pendiente del foro y hacer que tenga lógica y sentido con lo que ponéis vosotros quita mucho tiempo por poco que sea lo que escriba. No podría perdonarme echarlas por la borda por estar jugando rol

4 «Me gusta»

Lo primero es lo primero :wink: Mucha suerte con los exámenes!

1 «Me gusta»

Yo también debería estar practicando para los exámenes :sweat_smile: pero bueno, ¡mucha suerte!

1 «Me gusta»

Pues yo tengo doble raid…como noooooooo
A ver si al llegar saco un rato entre una y otra que tengo que hacer maletas para mañana
Sed buenos :wink:

2 «Me gusta»

Gracias :blush:
Hae que no se diga, a darle caña :muscle:t3:

2 «Me gusta»

Si… Tarixias…

Te persigue un tío chungo, pero no es a el a quien debería temer querida… voy… a por tí :kissing_heart:

Suerte con los exámenes, Alyy.
Seguro que te salen muy bien :smile:
Cuando yo hice las oposiciones también estaba nervioso, pero me salieron bien, y por fin pude descansar XD

1 «Me gusta»

No me asustas las novatas impostoras, nena. La auténtica Valeera tienes los ojos verdes.

1 «Me gusta»

Un fallo de creación que remediaré… cuando tenga dinero para pagarme el cambio en la peluquería :rofl:

Como andamos hoy…Espero sacar algo de tiempo yo también,para seguir losificandoos,la primera de Febrero tengo el examen de historia antigua 1(dos tochos), el curro y las demás obligaciones…

Otro día de duro entrenamiento y otra noche romántica en pareja.
-Podría acostumbrarme a esto-pensó Menel en el descanso para comer-Es perfecto.Pero recordó porque ambos entrenaban tan duro.Eilyria,Eleanna,y ese Cazador de Demonios que la había interceptado en el Exodar…amén de que Sylvanas quería la cabeza de Argent y los suyos…a saber.
A estas alturas no contaba con el apoyo de Sandris y menos con el de Tyrande. Siempre había sentido devoción por la Suma Sacerdotisa,Susurravientos la había inspirado siendo una niña para convertirse en lo que era,pero Teldrassil los había cambiado a todos.A Tyrande,Eleanna,Ardeniel…a ella misma.
En otro tiempo haberse encontrado con un sindorei,hubiese supuesto la muerte de uno de los dos.En otro tiempo Argent no la hubiese conocido así,con el alma destrozada por su tierra y su raza.
Lo irónico de todo aquello es que cuando más ira sentía por la horda…la vida le había enseñado que no toda la horda era igual,lo había aprendido en unos ojos dorados.
Suspiró largamente.
-Azeroth llamando a Menel?-preguntó su amado.
-Oh-lo he vuelto a hacer verdad?-dijo mirando sonrojada a Argent y a sus cuñados.
Los tres se rieron y respondieron a la vez:
-Si!!!
-Perdón…son demasiadas cosas en que pensar supongo.
-Estás bien?-preguntó Winter.
-Si,solo un poco cansada-respondió la sacerdotisa.
-Quizás deberíamos tomarnos la tarde libre-dijo Soul.
-No…no podemos-contestó Menel
-Te estás exigiendo demasiado amor-dijo Argent-mi hermano tiene razón,debes descansar en tu estado.
-Estoy bien,terminemos de comer y volvamos a practicar.
-Menel…-dijo Winter visiblemente preocupada.
-Por favor…-suplicó ella.
-Una kaldorei terca-dijo Soul-creo que salimos perdiendo.

5 «Me gusta»

Se había quedado dormida. Su cansancio le pudo a su preocupación y ansia por ver si Noah y Einir seguían vivas.

“Si no son ellas, no sé que voy a hacer…” no le había dado tiempo a terminar ni de pensarlo, cayó profundamente dormida al instante…

“Capitana”

“Capitana”

Un suave zarandeo de su cuerpo acompañaba a una voz que le era completamente familiar. Eleanna comenzó a abrir sus oscuros ojos. Por un momento, creyó seguir soñando. Einir y Noah estaban inclinadas sobre ella, mientras le caía un río de lágrimas a cada una.

“Eleanna” dijo Noah.

Ambas abrazaron a Eleanna, mientras sollozaban. Eleanna no dijo nada, simplemente esgrimió una sonrisa mientras apretaba sus cabezas contra su pecho. Unas lágrimas de alegría brotaban de sus ojos.

“Gracias diosa”.


El reencuentro había sido emotivo. Las centinelas le contaron que dos sindoreis y una shaldorei las capturaron cuando se volvían a los barracones la noche de la festividad de invierno. Como Eleanna suponía, estaban usando unas máscaras Shaldorei para camuflarse entre los soldados de la alianza. Cuando despertaron en el almacén de pesca, las amordazaron, las metieron en unos barriles y las llevaban de camino al puerto pirata de Drustvar, para ser enviadas Elune sabe donde.

“Siento mucho haberos dejado solas hermana…” se lamentó Eleanna recordando cuando se marchó antes a su habitación.

Ambas negaron con la cabeza.

“Somos centinelas capitana, bajamos la guardia. No volverá a pasar”.

“Además la sargento Miller y la draenei eran divertidas… podría decir que hemos hecho amigas” dijo Einir sonriendo.

Eleanna le devolvió la sonrisa y les dijo con convicción:

“Hermanas… No dejaré que nadie os haga daño… antes tendrán que matarme a mi”

"Gracias… Eleanna " respondieron ambas…

Se las notaba cansadas. A pesar del reconfortante baño que se habían dado y de que Lucille les había dado ropa nueva y alimentos, necesitaban descansar.

Eleanna agradeció todo a Lady Crestavía, la cual negaba los elogios y les encomendó a visitarla siempre que quisieran. “Nuestro pueblo estará siempre con vosotras, mis queridas centinelas”.

Se despidieron todas y Eleanna conjuró un portal a Boralus.

Una vez se encontraban de nuevo en la ajetreada ciudad, Eleanna mandó a las centinelas a descansar a los barracones. “Recuperaos, tenemos trabajo que hacer” les dijo con una sonrisa.

Ambas se cuadraron y entraron en los barracones.

“Descansad hermanas… os juro por la diosa que nunca nadie os volverá a hacer daño… antes tendrán que pasar por encima de mi cadáver”.

Eleanna se dirigió a su habitación, también necesitaba descanso… Cuando llegó a su puerta, tenía dos cartas en su puerta, lo cual extrañó a la maga. “¿Quién puede…”?

Cogió las cartas y entró en su habitación. Se sentó en su escritorio y las examinó. Una estaba firmada por Leryen, la maravillosa draenei que le había salvado la vida… la otra no tenía nombre. Pensó en su querida Valeera… “¿Mi querida Valeera?” pensó… se frotó la cara suavemente con sus manos y se dijo “Centrate Ele”.

No, Valeera no habría usado el correo ordinario. Abrió primero la carta de Leryen…

"A mi querida kaldorei Eleanna.

He visitado la antigua sede de la orden de los paladines. Muchos no se encuentran allí, han partido todos a la guerra, tomando parte unos por la alianza, y otros por la horda. No he conseguido información relevante del sindorei, sin embargo… un antiguo caballero ha resuelto la duda del parentesco entre Argentsoul y Argentsword… son hermanos. Sigo investigando, pero pensé que querrías conocer este detalle. Volveré a enviarte cualquier información relevante, capitana.

Mis mejores deseos y que la luz esté siempre contigo, Eleanna.
Leryen."

Eleanna se llevó la mano al pecho pensó en la draenei.

“Muchas gracias mi querida Leryen… que Elune vele siempre por tí”…

Dejó la carta sobre la mesa… “Así que hermanos… esto no… lo esperaba”. Luego se centró en la otra carta. Parecía contener algo en su interior.

La abrió y sacó una nota y un cristal de su interior. Eleanna lo examinó buscando alguna clase de hechizo o maldición… detectó uno, pero era un mero hechizo de comunicación. Leyó la carta…

“Illidaris… y además de la horda” pensó con desprecio Eleanna. Si había alguien de su pueblo a quien pudiera despreciar al mismo nivel que la reina traidora Azshara, ese era a Illidan Tempestira. Otro traidor egoista y egocéntrico… como la reina tradiora.

Su desprecio se extendía a todos aquellos locos que le siguieron y que se entregaron a la magia demoníaca voluntariamente.

“Yo estuve exiliada más de 10000 años porque mis maestros se entregaron a ellos… y ahora ellos campan a sus anchas entre nosotros habiéndose entregado voluntariamente…” Aunque los detestaba, admitía el hecho de que hubieran sido indultados… al igual que ella lo había sido.

“Espero que tras la guerra, lady Maiev vuelva a practicar su hobbie favorito… y los cace y encierre como a perros pensó. No necesito tu ayuda, illidari sindorei” pensó mientras arrugaba la hoja y la quemaba.

"Los encontraré sin tu sucia ayuda… "cogió una hoja y una pluma. Dibujo un círculo con runas a su alrededor, colocó su mano sobre el… y nada. Eleanna se quedó extrañada. Lo volvió a intentar… nada. El hechizo no reaccionaba.

Se llevó las manos a la cabeza en un gesto de desesperación. “Ha descubierto el broche…” estaba calmada al incio… pero poco a poco su ira iba creciendo.

“Podía haberla capturado antes… esperé… y ahora no sé donde está ni ella ni su maldito sindorei”. El corazón se le estaba acelerando demasiado, empezó a acumular energía arcana a su alrededor…



“Cálmate Ele…” consiguió respirar con tranquilidad, y la energía se fué dispersando… se llevó las manos a la cabeza, reflexiva… pensativa.

Miró el cristal de la mesa, “debo decírselo a la general plumaluna?” estuvo pensando…

“No… no le diré nada de momento… además iré sola. No arriesgaré la vida de Noah y Einir de nuevo…”

Cogió el cristal activó el hechizo y dijo “Salón juego de manos, Dalaran, mañana al medio día”. Y acto seguido destruyó el cristal de una sobrecarga de energía arcana.

“Un illidari sindorei…” pensó… veamos que tienes que ofrecer…

5 «Me gusta»

Ele querida,mi hermana es Dawnargent,le has dado la vuelta…
:wink:

Elfos…!!! jajajaja