Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Lo peor ha sido pelearse con las centollas que se querían escapar de la cazuela XD Es lo bueno de ser de familia marinera,que el marisco viene directamente del mar.Lo malo es que ataca jaja,en fin a quitarse el delantal,ducha arcana y a ponerse escotazo tipo toga de ahn qiraj,una borrachera no, pero un gripazo me lo juego xD
Un besazo para ti tambien amor

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Feliz año a todos!!! :confetti_ball::confetti_ball::clinking_glasses: :dancer:t3::dancer:t3:

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Bueno…de vuelta en casa,cansada pero feliz,toca ducha arcana,uniforme y pedir “ansias” para la RAID PADRE.
A los demás…feliz resaca,sus j0deis XD

Yo no he bebido así que no tengo resaca. :stuck_out_tongue_winking_eye:

Pues yo tampoco, aunque mi pj sea un borracho yo no bebo casi nunca.
Quizá me parezco más a Karyesus, yo si acaso me tomo una o dos copas de vino y ya XD

A mi ni me gusta el alcohol, eso sí, el empacho no se me va en unos días :dizzy_face:

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Pues eso Hae…ya no son sólo la cantidad de platos…es que eramos 10 y mi madre cocina para 30 XD
Y hoy la comida de año nuevo no ha sido menos,pero como se que hoy toca darlo todo en la RAID,comer lo justo.
En fin toca darlo todo.
Sed buenos :wink:

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En mi casa se come tres días con lo que sobra de nochevieja. :joy::joy:

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Acababa de volver a Boralus tras la entrevista con el sindorei illidari. No confiaba en ningún illidari, menos en uno sindorei… tenía que hablar con la general sobre todo esto…

Se dirigía con paso rápido al cuartel general para hablar con Shandris, cuando de repente, una dolorosa punzada le atravesó la cabeza. Había sido como una gran descarga eléctrica que le estaba taladrando la cabeza.

Eleanna cayó al suelo del dolor, mientras gritaba y se sujetaba la cabeza… entre aquel dolor podía oir una voz:

“Eresss mi sssúbdita… no te resssissstasss… vuelve con TU REINA” risas siseantes…

“Vuelve conmigo sssubdita mía… matarasss a todosss en mi nombre… por la gloria de Azssshara” risas siseantes…


Eleanna no sabía cuanto tiempo había estado así… cuando recuperó el conocimiento se encontraba tirada en la plaza frente al cuartel general, en posición fetal y con la cara llena de lágrimas. Veía multitud de caras que la miraban preocupados por su estado. Distinguió entre las caras a Einir y Noah.

“Capitana” le decían “¿Te encuentras bien?”

Eleanna se incorporó y comenzó a frotarse las sienes:

“Ss…si… no sé que ha pasado… como una descarga en la cabeza…”

“¿Enemigos capitana?” Preguntó Einir mirando a su alrededor.

“Nnno… no lo sé… pero no están aquí desde luego” dijo mientras intentaba levantarse.

Noah le tendió una mano, gesto que agradeció y aprovechó para incorporarse. Le pasó entonces una mano por el hombro y le preguntó:

“Eleanna… ¿quieres que vayamos a la enfermería?”

“No… no Noah… tengo que ver a la general.”

“Te acompañamos capitana” dijo Einir uniéndose a Noah ayudando a la capitana a andar.

“Gracias… hermanas”.

Entraron en el cuartel general, y se dirigían hacia el despacho de Shandris cuando de repente, el cristal hermano del que Eleanna le había entregado a Heme, comenzó a relucir… una voz sonó a través del mismo:

Eleanna torció el gesto al escuchar la voz de Heme…

“¿Quién es capitana?” Preguntó Noah.

Eleanna no respondió inmediatamente. Estuvo pensando durante unos instantes, se separó de las centinelas agradeciéndoles la ayuda, miró hacia Einir y dijo:

“Einir… necesito que… reunas toda la información posible sobre esa tal Meradiel. ¿Vosotras tampoco la conocéis verdad?”

Ambas negaron con la cabeza.

“Vale… necesito saber que contactos tiene con el illidari, y sobre todo, si sigue interactuando con el enemigo.”

Einir se cuadró al grito de “¡Capitana!”, se giró y salió rauda a cumplir su misión.

Noah, ven conmigo a ver a la general. Noah asintió y la acompañó.


Llamaron a la puerta, escucharon la voz de Shandris que les invitó a pasar. Noah esperó fuera. Una vez estuvo dentro, Shandris, quien como siempre estaba trabajando diligentemente, la invitó a sentarse y le dijo con una sonrisa en la cara:

“Capitana Eleanna, ¿qué puedo hacer por tí, hermana?”

“Gracias por atenderne general… sé que estás hasta arriba de trabajo” dijo Eleanna.

Shandris negó con la cabeza, y la invitó a seguir hablando.

“General… mi hechizo de rastreo ha sido descubierto y no puedo localizar a la sacerdotisa Menelwie… tenía la esperanza de que le entregara el broche encantado al sindorei en algún momento. Pero no solo ese momento no ha llegado sino que además de alguna manera… ha descubierto el hechizo y se ha deshecho del broche”.

Noah miró sorprendida a la capitana.

Shandris se sujetaba la cabeza reflexivamente analizando la situación que Eleanna le acababa de describir.

“Además… " Eleanna dudó durante un momento como continuar un sindorei illidari llamado Heme me ha contactado.”

Shandris la miró fijamente al oir eso: “¿Le conocías?”

ELeanna negó con la cabeza:

“No general. Pero el a mi sí y desconozco el motivo, teniendo en cuenta que me he pasado la mayot parte del tiempo exi…” Eleanna interrumpió bruscamente lo que estaba diciendo. “fuera.” Prosiguió. “Me ha confirmado que busca a Argentsword, el paladin sindorei y a Menelwie. Me ofreció una … alianza. Me confirmó que la horda busca bajo acusación de traición al sindorei.”

Eleanna esperó alguna intervención de Shandris, pero siguió escuchando, así que continuó.

“Pensé que quizás podríamos… utilizarle, Shandris. Ya que la anterior Illidari que me interrogó desapareció… quizás podamos servirnos de el. Puede que distraiga al paladín y a su familia de traidores… puede que se encargue de ellos… La condición que le puse fué que no tocaría a Menelwie ni… a lo que lleva dentro. Ese tema solo nos incumbe a los kaldorei. Me ha contactado hace poco… pidiéndome que hable con una hermana llamada Meradiel LLuviargenta… ¿La conoce general?”

Shandris negó con la cabeza.

“He enviado a la centinela Einir a investigarla… Evidentemente si tienes algún inconveniente romperé mi contacto con el inmediatamente, general”.

Y antes de que Shandris respondiera, Eleanna se armó de valor y le dijo mirando hacia abajo y abrazándose como si tuviera frío…

“Shandris… oigo voces… me… llama. Me está… hablando…”

Shandris se levantó, se acercó a ella se arrodilló delante suya y le puso una mano en la cara, tiernamente:

“¿Quién te habla mi querida Eleanna?” Shandris vió como Eleanna comenzaba a llorar al tiempo que le respondía…

“La… reina Azshara…”

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Pues ayer fuimos 12, pero otras veces hemos sido hasta el doble :sweat_smile: y bueno, las sobras dan para unos días… aunque la mayoría son dulces

Habían disfrutado del cambio de año en Azeroth los cuatro.A Menelwie el cansancio le seguía pasando factura,pero no dejaba que se reflejase en su estado de animo,ni en sus entrenamientos.
Tras las fiestas de invierno deberían plantearse que hacer.Entendía que Soul y Winter no podían estar eternamente allí y ellos tampoco.
Sus hijos necesitaban un hogar,no vivir en una taberna.Pero de momento prepararse para lo que pudiera pasar era lo importante,sabía que eran el foco de sus respectivas facciones.
Aunque era uno de enero,Menel insistió en entrenarse.Estaba practicando con Winter cuando un mareo la sorprendió.
Palideció y el mundo empezó a girar a su alrededor.
-Menel,estas bien?-preguntó la caballero de la muerte acercándose.
-Un poco mareada-dijo ella agarrándose las sienes a ver si el mundo dejaba de dar vueltas.
-Deberíamos dejarlo por hoy-dijo Argent acercándose-no tienes buen aspecto amor.
-Estoy bien…solo necesito descansar un poco-contestó la sacerdotisa.
-Vamos todos entonces-dijo Soul.
-No,vosotros seguid,voy a la posada a descansar un rato.
-Menel…-dijo Winter-estás segura?
-Si,esto es importante,quedaros vosotros por favor-rogó la sacerdotisa.
Ya bastante mal se encontraba como para que todos dejaran de entrenar,solo le hacía sentirse peor,como si fuese un estorbo.
-Estás segura?-preguntó Argent.
-Si en serio,estaré bien,lo estaremos-dijo mirándose el vientre.
-Quieres que te acompañe?-preguntó su cuñada.
-No Winter,gracias querida,soy capaz de llegar a la posada por mi misma.
Besó a Argent con rapidez y les dijo un hasta luego a todos.

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Off-RAID PADRE superada…estoy muerta XD

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¿Pero tú nunca tienes vacaciones? :sweat_smile: Anda, descansa

Han pasado un par de días desde los asesinatos y el ambiente en el campamento de refugiados se ha enrarecido. La mayor presencia de soldados en la zona hace que los refugiados se sientan en un campo de concentración y los rumores comienzas a correr libres entre los kaldoreis. Algunos dicen que fue un ataque de la Horda, otros que fue la propia Sylvanas que les quiere exterminar, incluso se escuchan rumores más ridículos como que fueron los dioses antiguos o los titanes. Los recelos incluso se dirigen hacia los propios ciudadanos de Ventormenta incluso hacia el mismísimo Anduin.

Eilea aún no era más que una novata que apenas había concluido su adiestramiento como monje hace apenas unos meses. Cuando se inició la guerra decidió abandonar por primera vez el Exodar y se fue hacia Ventormenta a prestar su ayuda. Por eso quería acabar con aquello, descubrir quien había sido aquel asesino. Aún no tenía demasiados vínculos en Ventormenta, ninguno con la suficiente relevancia para ser de ayuda en su investigación. Sus charlas con los refugiados no le dieron más que unas vagas pistas que no tenían sentido. Pero a pesar de todo Eilea tenía una idea de por donde empezar.

Había escuchado muchos rumores sobre un sitio donde sería fácil encontrar a un asesino y con mucha decisión tomó el portal hacia Dalaran. Era la primera vez que visitaba la ciudad de los magos. Apareció en el alto de Krasus y notó un fuerte vértigo cuando se asomó al borde para ver el mar por debajo de la ciudad. Bajó la calle principal hasta la posada del centro de la ciudad. Se sentó en la barra y llamó la atención del camarero.
-¿Podría indicarme como llegar al Barrio Bajo? - preguntó con educación. El camarero la miró con extrañeza, - Ese no es lugar para una jovencita como tú - contestó con condescendencia.
-Necesito ir con urgencia - replicó la draenei.
-Muchacha, allí se reune lo peor de este mundo. Si bajas allí no volverás con vida.
-Sé defenderme, si es eso lo que le preocupa. Sólo dígame como ir - dijo con gesto de enojo. El camarero viendo la determinación de la joven draenei le dio la indicación oportuna. - Tenga cuidado, no es un sitio agradable - le advirtió una última vez antes de que Eilea abandonara el local.

Siguió las indicaciones del camarero y cuando se encontró frente al acceso de las alcantarillas su cuerpo comenzó a temblar de miedo. Se abrazó fuertemente y comenzó el descenso por aquellas empinadas escaleras. Pronto llegó a aquel lugar lleno de barracones de madera y suciedad. Las ratas campaban a sus anchas y el hedor que emanaba la zona le provocaba arcadas, pero siguió avanzando despertando las ávidas miradas de muchos de aquellos transeúntes. Algo que no pasó desapercibido para Tarixias, que se encontraba regateando con un goblin mercader de venenos. La candidez de aquella draenei destacaba como una mosca en un vaso de leche en aquel vertedero.

Tarixias no podía creer aquello, negaba con la cabeza mientras miraba hacia abajo. Pronto notó como varios pícaros jugaban con sus dagas e incluso algunos se camuflaban ya en las sombras. Era una presa tan fácil que hasta ella tenía la tentación. Era una draenei, una enemiga de la horda, pero por alguna razón Tarixias no quería que aquella niña perdiera la vida en aquel lugar. Se acercó a ella y la abrazó fuertemente por el cuello. - ¡Torcuata! - la llamó mientras la draenei intentaba zafarse de su abrazo. - Quédate quieta y ven conmigo si quieres salir viva de aquí - le susurró mientra veía los gestos de decepción y furia del resto de ladrones del barrio.

Condujo a la draenei hasta un túnel vacío y allí la lanzó con fuerza contra la pared. - ¡Estás loca! - le dijo mientras la draenei tomaba una postura defensiva. - Así que eres monje - respondió Tarixias al observar aquello.
-Soy buena luchadora - respondió Eilea.
-Eres sanadora, ¿verdad? - replicó Tarixias mientras se sentaba en el suelo. - No voy a hacerte daño. Siéntate - dijo con tono autoritario. La Draenei le obedeció.
-¿Para qué has venido a este lugar - preguntó Tarixias mientras la observaba.
-Busco a un asesino - respondió Eilea tras unos segundos de duda.
-Entonces no te has perdido - se sorprendió Tarixias. - ¿A quién quieres matar?
-No quiero matar a nadie, quiero detenerle - replicó la monje con evidente mirada de tristeza. - Es un asesino de elfos y quiero cogerle.

La sorpresa de Tarixias se tornó intriga, ya había oído los rumores de las muertes en Quel’thalas y en Suramar. - Ven conmigo - dijo mientras agarraba de la mano a la draenei.

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Shandris se tensó cuando Eleanna pronunció aquel nombre tabú. La cogió de las manos y le dijo mirándola fijamente:

“La traidora… esa pérfida… ¿te habla?”

Eleanna asintió con la cabeza mientras sollozaba. Shandris tenía los ojos abiertos como platos de la incredulidad que le había producido esa confesión.

“¿Cómo…? … ¿Desde cuando…?” no acertaba a preguntarle a Eleanna.

“Cuando morí, noté como me hablaba… arrastraba mi alma a la oscuridad. Desde que volví… me habla ocasionalmente en sueños. Se deslizaba en mi cabeza cuando estaba indefensa, en sueños o inconsciente. Volvió a hablarme tras la emboscada de la horda, donde casi… muero… " cogió aire como pudo, y continuó hablando, al tiempo que sus llantos aumentaban de intensad y le dificultaban el habla.”

“Alguna vez he notado a Ardeniel ayudándome a salir de su embrujo, a acallar sus palabras malditas. Pero siempre lo hacía… sibilinamente… Shandris esta mañana ha pen.etrado en mi cabeza estando yo plenamente consciente y despierta. Nunca había sido tan intenso… notaba como me iba a explotar mi cabeza y mi cuerpo de alguna manera… respondía a su llamada”.

Eleanna entonces apartó la mirada de la general y comenzó a mirar hacia el frente, hacia nada…

“Cuando… me llevaron a Zin Azshari, a los novatos nos encerraban en las mazmorras… nos hicieron… cosas Shandris. Experimentaban con nosotros y … nunca recordábamos nada al día siguiente. Mis maestros… la reina… nos han hecho algo… Estábamos destrozados física… y mentalmente.”

Entonces instintivamente se abrazó a Shandris, los llantos se convirtieron en sollozos amargos:

" Shandris… no sé si me han hecho algo. Soy un peligro. Me está llamando… quiere que haga daño a los kaldorei… no quiero ser su arma… ¡No quiero dañar a mi pueblo!.. estuve milenios sola esperando una oportunidad… solo una… para poder demostraros… a mi pueblo… a mi hermana… que siempre he querido a mi gente. ¡Qué yo no era una traidora como ellos! Que amaba a mi pueblo… pero no recuerdo nada. No sé si nos hechizaron para llegado el momento responder y ser sus armas… soy un peligro Shandris… soy… un monstruo como ellos…" y ya no pudo seguir hablando más. Solo podía llorar abrazada a Shandris.

Shandris la abrazó con fuerza, dejó que se desahogara. Eleanna estuvo llorando durante un buen tiempo. “Diosa, por favor, bendice a esta alma atormentada por los pecados de la reina traidora… ayuda a esta pobre kaldorei” rezaba a Elune mientras abrazaba a Eleanna.

Cuando Eleanna se calmó se separó de la general y dijo avergonzada:

“Lo siento Shandris, no debería haber sido tan impulsiva con la general de las centinelas… es que…”

Shandris le puso un dedo en los labios para que no siguiera hablando y le dijo maternalmente:

“Puede que sea la general, Eleanna, pero antes que eso, soy tu hermana kaldorei, ahora y siempre querida” y le dio un beso en la frente.

“Gracias Shandris…”

La general la cogió de las manos, le sonrió y se levantó. Comenzó a pasear en círculos por la habitación pensando en todo lo que Eleanna le acaba de contar. Para cualquier otro habría sido demasiada información para procesar… pero no para Shandris Plumaluna…

“Dices,” dijo dirigiéndose de nuevo a la maga, “que sospechas que os hicieron algo pero no estás segura de qué, ¿verdad?”

Eleanna asintió. Shandris siguió pensando… hasta que se detuvo delante de la maga.

“Puede que… haya una manera… de saber si os hicieron algo Eleanna.”

La maga levantó su mirada intrigada, “¿cómo Shandris?”

Shandris se sentó sobre su escritorio y le dijo:

“Hay un sitio de Azeroth donde puede ser posible volver al pasado… bajo la supervisión del vuelo de bronce”

A Eleanna se le iluminó la cara: “Las cavernas del tiempo…”

Shandris asintió. “Creo que… deberías hablar con ellos y que te permitan viajar al pasado, a la época donde te llevaron a Zin Ashzari… y comprobar que os hicieron. Necesitamos saberlo Eleanna, puede que otros alto… otros taumaturgos estén en tu misma situación querida”.

Eleanna pensó durante un momento y asintió “Partiré ahora mismo general”.

SHandris asintió satisfecha y añadió: "Con respecto al cazador de demonios y la hermana Meridiel… investiga si Meridiel tiene contacts con el enemigo. Si así fuera… detenla. Tienes mi aprobación. Solo confío en tí para tratar con el sindorei, no necesitamos más kaldorei confraternizando con el enemigo… igual nos viene embarazada también… " Shandris torció el gesto al decir esta última frase.

Eleanna asintió. Shandris le dijo que podía retirarse, Eleanna se cuadró y se dispuso a salir de la habitación cuando Shandris le gritó: “Eleanna”.

La maga se volvió y la general le dijo con una sonrisa:

“Tu hermana vela por tí desde el firmamento junto a la diosa… yo lo haré por tí aquí… no estás sola querida”.

Eleanna le sonrió y un “Gracias” brotó de su boca.


Salió del despacho de Shandris, Noah la miraba preocupada.

“Capitana, ¿estás bien? He escuchado… llantos…”

Eleanna la cogió del hombro y le dijo sonriendo: “Nada Noah… todo estará bien”

Noah asintió y comenzaron a caminar juntas hacia la salida.

“Noah” le dijo Eleanna. "Coge a un par de centinelas y buscad a Meridiel. Interrógala. Averigüa si sigue teniendo contacto con el enemigo, y si es así, detenla. Son órdenes de la general. "

“Así se hará capitana” respondió con la diligencia que la caracterizaba.

“Intenta sacarle toda la información posible, que no sospeche que está siendo investigada… dile que vas de mi parte y que puede tratar contigo cualquier cosa que quisiera tratar conmigo…”

Noah asintió.

“Yo… he de ir a un sitio. Os buscaré cuando vuelva”.

Noah se cuadró y se despidió de ella. En ese momento entonces, Eleanna se concentró… y se teletransportó a Dalaran.

Se materializó en aquella ciudad que conocía como la palma de su mano. Sabía perfectamente que en el corazón de la misma se encontraba un portal a las cavernas del tiempo. Atravesó la sala de los retratos, donde se encontraban expuestos los pilares de la creación, y llegó a la sala donde varios portales permancían abiertos… uno de ellos era el que ella buscaba.

Dudó durante un segundo… tomo aire y pen.etró en el portal.


Se materializó en la entrada de las mismas. Se notaba el calor abrasador del desierto de Tanaris. Un dragón el vuelo de bronce la saludó y le ofreció transportarla al interor, cosa que Eleanna rechazó amablemente. Conjuró su disco volador y se dirigió al interior de las mismas…

Había estado allí con anterioridad, pero no por ello le dejaban de sorprender las corrientes temporales fluctuantes, junto a pedazos de historia viajando de un lado a otro. Conforme se acercaba al corazón de la caverna, una intensa ansiedad se apoderaba de ella.

Si convencía al vuelo de bronce para que le permitiera viajar a la época de la reina Azshara… la mera visión de la reina, de sus altonato, de sus mazmorras… todo lo que la hizo sufrir de joven en resumen, le producía unos escalofríos y un desasosiego que no le había producido nada con anterioridad… que ella recordara…

“Necesito una cerveza para calmarme” pensó.

Sabía que había una posada cerca de la corriente temporal que enviaba a la época del paladín humano traidor Arthas. Decidió que pararía allí a tomarse una cerveza y relajarse antes de enfrentarse a su pasado…

Entró en la posada, se sentó en la barra y le pidió una cerveza al tabernero.

“¿La buena o la mal…” comenzó a preguntar el tabernero, pero rápidamente Eleanna le interrumpió y dijo.

“La mala”.

El tabernero la miró con desconfianza… pero le sirvió la cerveza. Era mala ciertamente “quizás no mentía…” se preguntaba Eleanna. Comenzó a relajarse… perdida en sus pensamientos… y en su cerveza…

Una voz interrumpió sus pensamientos… una voz que le resultaba extrañamente familiar… iba cantando una antigua canción kaldorei… le sonaba como…

Eleanna se tensó, “¡no puede ser pensó”, rápidamente conjuró el hechizo de invisibilidad arcana y esperó… La sacerdotisa Menelwie entró por la puerta. Eleanna no se lo podía creer. “¿Qué hace aquí se preguntó?” Pasó por delante de la barra… se dirigía al piso superior. Eleanna la siguió y cuando estaba abriendo la puerta de su habitación… Eleanna se acercó por la espalda, rompió el sortilegio enfrió su mano con escarcha a punto de ser lanzada en forma de lanzas, le puso una mano en la boca y la palma de la otra se la puso en sus riñones:

“Querida, vas a venir conmigo ahora mismo y sin rechistar, no te resistas por favor… no me hagas atravesarte el vientre y decirle adios a tu… descendencia.”

Menelwie se sobresaltó, tras unos instantes dubidativa… asintió con la cabeza. Eleanna entonces quitó la mano de su boca pero manteniendo la mano en sus riñones… la sacerdotisa permaneció en silencio. Comenzó a conjurar un portal hacia Boralus…

Justo en ese momento apareció el sindorei: “Amor de verdad que te encuentras bie…” no llegó a terminar la frase, vio a Eleanna con la mano en los riñones de su amada y un portal abierto a Boralus.

La maga lo miró directamente a los ojos dorados… por primera vez , después de tanto tiempo ahí estaba… el escurridizo, sibilino y torticero sindorei… el causante de tanto mal y tanto daño… debería luchar contra el… debería matarlo… la ira la estaba invadiendo…

Cogió a Menelwie del brazo y la empujó hacia el portal, conjuró un cono de viento helado que lanzó hacia el paladín. Sabía que no lo pararía pero ciertamente lo ralentizaría. Entonces saltó al portal y una vez lo atravesó… lo cerró.

Ambas estaban en Boralus… Eleanna vió a la sacerdotisa de rodillas en el suelo, seguramente a causa del empujón que le había dado. Eleanna cogió el cristal de comunicación que tenía con Heme y dijo “Cavernas del tiempo, Argentsword. Es mi ultimo contacto contigo. SI te vuelvo a ver… uno de los dos no vivirá”.

Destrozó el cristal de un fogonazo. Se acercó a Menelwie y le dijo tendiéndole la mano:

“Querida… no hagamos esto más difícil… acompañame a ver a la general Plumaluna…”


P.D: se nota que no tengo curro ahora mismo… como empieza el año señores!!!

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Iba a volver a fastidiarte tus planes, pero me voy a contener. Pero que sepas que te tengo vigilada, peón de Azshara. :smiling_imp:

Quien se atreva a acercarse a mi maga… se llevará un par de navajazos.
P.D todo lo que he hecho que implique a Menel está consultado y aprobado con ella… no me he sacado nada de la chistera

Calla, impostora. :unamused:

(off rol) Se supone que esto es un juego de improvisación. Que os pongáis de acuerdo en la trastienda para trazar una trama no me parece justo, pero hacedlo como queráis.

Es improvisado lo que dije que iba a pasar, pero no puedo coger y amordazar a un pj sin darle opción, eso si que me parece un poco injusto.

Edito: que una cosa es que yo coja y me pelee con un pj que no depende de nadie… pero si implica a alguien y es un combate o algo así… no sé, me pareció bien consultarlo con ella primero.

Edito 2: es que si no por ejemplo, ¿que le hubiera impedido al dh psicópata cortarme la cabeza y comerme? Si puede escribir lo que le salga del pié… pues dime tu. No sé. Tampoco le deis mucha importancia.