Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Dicen que los que se pelean se quieren… :kissing_heart::kissing_heart:

Madre mía cómo está sálvame deluxe versión Azeroth

Ya hasta los dh se tiran de los pelos :scream:

Pues tu novia se pelea mucho con Argent. :joy::thinking: Uhm. De hecho también se pelea mucho con mi versión rubia.

Ehhh… ¡que no es mi novia! :triumph:

Además Argent huye siempre de ella, y todavía tengo pendiente una charla contigo por meterle mano zorrúpeda cornuda :rage:

El próximo que diga que es mi novia se lleva un navajazo.

Pero si fue ella la que lo disfrutó más que no quería que parara.

Por favor, nada podría producirme más indiferencia que este sujeto.

Ufff, cuanta gente. Es el momento de que me vaya, que tengo asuntos más importantes a los que atender (como no hacer nada…). Adiós. :sweat:

Cuando termine de buscar a la de la foto… iré a hacerte una visita… pitufina.

No hombre, que si no tu novia se va enfadar si la dejas sola…

¿No te has preguntado por qué hay dos Eilyrias? Yo soy la de la versión de Azeroth de WoD, no estamos en la misma dimensión. :stuck_out_tongue_winking_eye:

Entró en la celda con la cabeza alta,y no se giró ni cuando la puerta se cerró tras ella.Se dirigió a la ventana y vio el puerto de Boralus tras los barrotes,al menos olía a mar y no a pescado,pensó desolada.
No tenía su mochila a mano,esperaba que al menos el tabernero se la guardase,o Argent o alguno de sus cuñados la hubiese cogido.Le hubiese venido bien algo de lectura en aquel momento,aunque fuese alguno de los tratados de alquimia o de magia de sanación.Odiaba no hacer nada en momentos como aquel.
Se preguntó que harían en aquel momento.Sabía que Eleanna no le había hecho daño a Argent y que el había visto con impotencia como cruzaban el portal.No sabía si aun pendían sobre Soul y Dawn las órdenes de detención y no quería que Winter se sumase al grupo.Pero si Eleanna había sido capaz de encontrarla a ella,la horda podría encontrarlo a él.
-Cuídate mucho amor-pensó con tristeza.
No supo a ciencia cierta cuanto tiempo pasó frente a esa ventana sumida en sus pensamientos.Necesitaba aquello,pero al igual que no deseaba que sus hijos naciesen en una posada perdida en cualquier parte del mundo,menos deseaba aun que naciesen en una mazmorra.
Confiaba en el juicio de Elune,si ella había decidido esto…no podía permitir que sus elegidos naciesen así,entre rejas como unos simples criminales.
Temía el juicio de Tyrande,su suma sacerdotisa había cambiado mucho en estos últimos tiempos,había invocado la cólera de Elune,exterminaba a la horda sin miramientos,y aunque compartía su punto de vista…no dejaba de ser una sacerdotisa,en ella no cabía el odio por el odio,lo había aprendido en Costa oscura,no dudaría nunca en quitar una vida si esta la amenazaba o amenazaba a los suyos,pero matar por el puro placer de matar…jamás.
Escuchó la puerta abrirse,los ojos le brillaron un momento mientras adoptaba la pose de orgullo con la que se estaba enfrentando a todo aquello.
Se giró y vio a una de las centinelas con una bandeja en la mano.
-Os traigo la cena sacerdotisa-dijo con amabilidad.
-Podeis llevarosla,no tengo hambre gracias-contestó Menel relajando un poco el gesto.Se giró otra vez hacia la ventana con aire ausente.
-Pero…pero…estais encinta,deberiais alimentaros.
-Elune proveerá hermana,harias mejor en darle esa comida a alguien que lo necesite mas que yo-dijo sin girarse.
La centinela se quedó tras ella unos segundos reflexionando acerca de lo que le había dicho,al final se retiró con la cena mientras le advertía:
-Tendré que informar de esto a la General Plumaluna.
-Que así sea,Elune adore.

PD: me piro como alma que lleva el diablo que tengo RAID,sed buenos :wink:

5 «Me gusta»

Noah la cogió del brazo con el que Meradiel estaba sujetando la piedra, y de un movimiento más firme que fuerte lo sujetó y lo estampó contra la mesa, lo que hizo que la mano de Meradiel se abriera y soltara la piedra, la cual quedó a unos centímetros de su mano. Le dijo mirándola a los ojos y con una sonrisa:

“Pero bueno, ¿y esas prisas? ¿Nos ibas a dejar tiradas sin ni siquiera despedirte?”

Antes de que Meradiel le respondiera siguió hablando.

“¿Quién es ese tal Heme y de que trata el ritual del que me has hablado? Como comprenderás la capitana me ha enviado porque confía en mí, así que necesito que me des un poco más de información… o pensarás que mi capitana va participando en cualquier ritual con el que se encuentra en la calle…”

2 «Me gusta»

Capitulo 2

La cara del asesino (parte 2)

Tarixias había visto que aquel encapuchado se había dirigido hacia el alto de Krasus por lo que decidió que aquel buen lugar para empezar. Aquel un hervidero de gente que iban y venían, preguntar a cualquiera de ellos a estas alturas sería un pérdida de tiempo. Pero si había alguien que había permanecido todo el tiempo en aquel lugar. -Oye, ¿has visto a un encapuchado vestido de negro? - le preguntó al Maestro de Vuelo Aludane. El elfo miró a Tarixias - Claro que lo he visto, me ha robado uno de mis grifos - contestó visiblemente enojado - Salió volando hacia la Costa Abrupta.

Tarixias dirigió su mirada en aquella dirección. - Deme una montura - dijo.
-Yo iré contigo - añadió Eilea.
-No, tú te volverás a tu casa.
-Yo empecé esto y pienso terminarlo - dijo con aparente determinación mientras temblaba de pánico. Tarixias vio algo en los ojos de aquella draenei que le recordó a ella misma la primera vez que entró en combate. - Sube - dijo mientras pagaba por la montura. No tardaron mucho en llegar a su destino, el grifo que había robado aquel hombre deambulaba por aquel lugar aún devastado por las batallas que allí acontecieron. Tarixias comenzó a examinar el lugar en busca de un rastro que seguir, pero fue Eilea la que vio un rastro de huellas que se dirigían hacia el interior. La elfa comprobó que las huellas eran recientes y comenzó a seguirlas. Pronto llegaron a la entrada de una cueva que rezumaba energía vil de los demonios que un día la ocuparon. Aparentemente ahora eran el refugio de otro tipo de enemigos.

Usó su capa de las sombras para ocultar la presencia de Eilea y de ella misma mientras recorrían aquella estrecha oquedad. En las profundidades de aquella gruta se oía un murmullo que crecía a medida que avanzaban. De repente la gruta comenzaba a ensancharse hasta llegar a una zona enormemente amplia donde se concentraba un gran grupo de gente encapuchada. Por los diferentes tamaños de aquellos seres no era díficil adivinar que aquella reunión compendía a múltiples razas de este mundo. Una figura comenzaba a caminar al final de la caverna donde parecía haber un altar iluminado con dos enormes hogueras a cada lado. Aquella figura se descubrió la cabeza al llegar al centro de aquel escenario. Era un humano de pelo largo y canoso, la capa no dejaba ver el resto de su cuerpo pero su manera de andar reflejaba un gran cojera.

-¡Bienvenidos, hermanos! - comenzó a decir - Estamos aquí reunidos para celebrar que al fin nos hemos dado a conocer al mundo. Por fin nuestra cruzada logrará sus frutos. Han sido demasiadas las penurias que hemos sufridos, demasiadas las pérdidas. Todos los aquí presentes hemos perdidos seres queridos a manos de la Legion, todos hemos sufrido en nuestras carnes su zarpazo. Pero ahora que no están es hora de hacerles pagar a los auténticos culpables de nuestra tragedia. Fueron los elfos los que atrejeron la mirada de la Legion hacia nuestro mundo, fueron los elfos quienes le abrieron la puerta a Sargeras la primera vez y han sido elfos los que le han prestado refugio y colaboración a la Legion en esta su última invasión. ¡¡Muerte a los elfos!! - gritó enardeciendo a todos los presentes de aquella reunión. El grito retumbaba en aquella cueva tan fuerte que sobresaltó a Eilea que golpeó sin querer una piedra que cayó alertando a algunos de los fanáticos.
-¡Espías! - se escuchó poco antes que un sin fin de bengalas lanzadas desde aquella muchedumbre iluminaran por completo la cueva desvelando la presencia de Tarixias y de Eilea.
-Corre, vete de aquí - gritó Tarixias.
-No te dejaré - replicó tartamudeando Eilea.
-Vete, informa de esto.
-No me creerán.
-Ve a Lunargenta - recomendó Tarixias ante la sorpresa de Eilea.
-Me matarán - dijo Eilea.
-No, busca a Xilandra. Dile que vas de parte de Tarixias y no te harán daño. Rápido, huye - volvió a gritar mientras saltaba sobre los primeros enemigos que ya estaban cerca. Eilea aún dubitativa salió corriendo mientras miraba hacia atrás intentando ver a Tarixias. No pudo evitar tropezar y caer cuando vio que dos figuras corrían hacia ella. La draenei salió de la cueva y corrió hacia la costa aún perseguida hasta que alcanzó la montura que habían dejado en la costa y alzó el vuelo hacia Lunargenta.

3 «Me gusta»

Meradiel estaba visiblemente molesta por el gesto de la centinela. Podría haberla matado o haberla sumido en la locura, pero contuvo el impulso.
-Eleanna sabe quién es. No puedo decirte nada más sobre él. Aunque me amenaces, si él se entera de que voy por ahí contando cosas sobre él me hará cosas que no podéis ni llegar a imaginar- dijo la sacerdotisa estremeciéndose.- El ritual es una antigua ceremonia del vacío que permitirá a varios individuos crear una falla y poder encontrar a quien sea. Sin embargo, requiere un sacrificio, que ya tenemos preparado.
Sólo falta la capitana, y el ritual estará listo. Necesitamos a tres personas para hacer el ritual: yo, Hême y Eleanna.
Se soltó del brazo de la centinela y cogió su piedra.
-Una última cosa- dijo al tiempo que invocaba unas cadenas que ataron a las centinelas a sus sillas- Eleanna debe venir sola. Si viene acompañada, es posible que su acompañante no vuelva a casa.
Tranquilas, las cadenas desaparecerán en unos minutos.
Comenzó a girar su piedra, y con una sonrisa pícara, despareció en un destello.

4 «Me gusta»

Argent permanecía tranquilo en la sede de clase.Tras el encontronazo en Suramar, nuevas dudas asaltaban su mente.
Su amada capturada y lejos de su alcance,en el corazón del territorio enemigo.Una impotencia comenzaba a crecer en su interior.Hacia muchos años,que evitaba las confrontaciones con otros elfos,pero aquello.

Pensó en su hermano y su cuñada,ambos eran veteranos de mil conflictos y sabían protegerse,difícilmente serían encontrados,si ambos no lo querían.

Su hermana Dawn,estaría en alguno de los múltiples planos del vacío,investigando que locura colectiva recorría el mundo dd los elfos.No pensaba por ella,era más que capaz de liquidar a cualquiera que se le pusiera por delante…
Miro la mochila de su amada,no quiso romper su intimidad,tal y como la había recogido,estaba guardada.Pesaba bastante,seguro que dentro habría algún texto de alquimia,a la que era tan aficionada. Aspiro la mochila,el olor de su amada,persistía en la misma, y por fin un atisbo de sonrisa apareció en su cara…

Caminaba por el templo, cuando se detuvo a orar.Tenia la necesidad de fundirse con la luz. Noto esa cálida sensación,que siempre le producía.Unas campanillas etéreas,acompañaban siempre aquellos momentos. Se sintió reconfortado,no hubo ningún rechazo,y cuando abrió su alma al influjo de la luz,repasó sus actos.

Una sensación de bienestar invadió al paladín,todo parecía estar en orden.Su amor por Menelwie,su amor por los gemelos no natos…No encontró ningún error en sus actos. A pesar de lo que muchos pensaban,no estaba equivocado,la luz estaba con el. Un toque sutil,como la leve caricia de una madre,toco su espiritu…

Las palabras de su preceptora,resonaron en su mente.Todo aquello que este de acuerdo con la luz,es lícito.Si un demonio te acecha,mátalo,darás paz a su espíritu.Si un no muerto te ataca,mátalo,es una aberración a la luz.Si un enemigo no representa a la luz,derrotarlo,serás ayudado por la misma luz…

Había olvidado tantas cosas…una sonrisa apareció en su rostro.Tras la comunión con la luz…¡Estaba preparado!

Antes de nada,decidió hacer algo,invocó un pequeño elemental de aire,y le dijo…Menelwie, llevársela. Y depositó la mochila de su amada, entre las pequeñas manos de la criatura…

PD mascotita listillo

3 «Me gusta»

Pero Argent, como se te ocurre intentar llevarle la mochila a Menel mientras está entre rejas? Los guardias la interceptarán con seguridad…
Si es que Argent, tanto tiempo con Alis te está afectando al cerebro…

¡Vaya! ¡Habló el que se cuela en Bolarus y mata a toquisqui y a aquí paz y después gloria! o el que deja mensajitos de amor en Ventormenta como Pedro por su casa xD
Definitivamente te han apretado mucho los cuernos. :stuck_out_tongue_winking_eye:

Mensajitos de amor? Al enemigo?
:face_vomiting::face_vomiting::face_vomiting::face_vomiting::face_vomiting:
Por favor no, para…
:face_vomiting::face_vomiting:

¿Has visto como se trasladan?¿ O acaso crees que he elegido el de aire al azar?

Si lo he visto, pero a lo mejor tú no has pensado en la seguridad que la Alianza tendrá en Boralus, que todos sabemos que su sistema de seguridad es impecable…
Oh wait, tienes razón. Eres muy hábil, traidorcete :stuck_out_tongue:

Yo lo que me pregunto es como un paladín invoca elementales, pero bueno.