Las tres entraron en la taberna. El ambiente era un poco… extraño. En ese momento tan solo estaba en la sala principal un camarero humano de avanzada edad, pero con un gran vigor. Estaba lavando un vaso, levantó la mirada al entrar las tres elfas y exclamó con alegría:
“¡Vaya, una sindorei y dos kaldorei! ¡Ishnu-dal-dieb! ¡Bal’a dash, malanore! ¿Qué os sirvo jóvenes?”
Las tres se acercaron a el y Valeera le preguntó:
“Buenas tardes humano. Ponnos tres cervezas por favor…”
El humano asintió con una sonrisa y acto seguido se puso a servirlas. Cuando las sirvió les preguntó:
“¿Puedo preguntar que asuntos os traen por aquí? No solemos recibir muchas visitas salvo de aquellos que necesitan tratar algo con el vuelo de bronce…”
“Estamos buscando a una kaldorei maga… de nombre Eleanna y con el pelo color verdáceo… ¿no habrá pasado por aquí por casualidad, buen hombre?” Preguntó Valeera con una educación que descolocó a las centinelas.
“¡Ah sí! ¡La maga! Sí pasó por aquí hará un par de días”.
Las tres se sobresaltaron:
“¿Puede decirnos donde está por favor? Es bastante importante que la encontremos…” dijo Valeera con cierto pesar.
El humano torció el gesto…
“Bueno, ¿podríais decirme quienes sois y para que la buscáis?” dijo con voz desconfiada…
“Me llamo Valeera Sanguinar, estas son las centinelas Noah y Einir… somos amigas y compañeras de Eleanna. La buscamos porque… su vida corre un grave peligro y estamos convencidas de que va a necesitar nuestra ayuda…” Dijo Valeera con tono sincero.
El humano pensó durante unos segundos:
“Bueno… yo no sé donde se encuentra ahora… Estuvo hablando aquí con una agente del vuelo de bronce… quizás ella puda daros más información y juzgar si la merecéis saber mejor que yo…” dijo el humano intentando quitar seriedad al asunto.
“Precisamente me dijo que esta tarde volvería de unos asuntos… si queréis podéis esperarla aquí, imagino que no tardará mucho.” Añadió el humano señalándole una de las múltiples mesas vacías.
Las tres asintieron en señal de agradecimiento y se acercaron a una de las largas mesas junto a la chimenea.
Einir y Noah se sentaron juntas, y esperaron que Valeera se sentara con ellas… sin embargo la sindorei se sentó en la otra punta, con su cerveza y se quedó meditando mirando el fuego de la chimenea.
“Noah, tenemos que hacer algo” le dijo Einir mientras daba un trago a su cerveza.
“Hay gente que no quiere que hagan nada Einir… no todo el mundo es igual de amistoso que tú o ha tenido una vida fácil” Respondió Noah.
“Supongo…” dijo un poco triste EInir “pero si nunca se les da la oportunidad, quizá nunca puedan abrirse, ¿no?” añadió,
“Ummm… puede que lleves razón” dijo Noah volviendo a mirar a la solitaria Valeera.
Ambas se levantaron y se dirigieron hacia donde se había sentado Valeera. Esta, levantó la cabeza y las miró en una clara señal de que quería estar sola. Al ver que su mirada no disuadió a las centinelas, fijó su mirada en su cerveza y la chimenea.
Noah se sentó al lado suyo y Einir enfrente. Pasaron unos incómodos segundos donde nignuna de las tres habló. FInalmente Noah rompió el hielo y dijo en tono jocoso:
“Sabes Valeera, una vez Eleanna nos dijo que te había tumbado bebiendo tres veces.”
Einir asintió como corroborando la historia. Valeera seguía mirando al fuego.
“Yo pensé que estaba mintiendo, así que me aposté con ella que le pagaba toda la noche en bebidas a que era imposible que te hubiera superado tantas veces. Conozco tu fama querida, la gran guerrera Valeera Sanguinar, victoriosa en tantas batallas en la arena, y victoriosa en su lucha contra los contratiempos que la vida le había puesto, no podía perder con nadie…” hizo una pausa y añadió. “Dime Valeera… ¿he ganado o perdido la apuesta?”
Valeera esgrimió una ligera sonrisa y la miró como nunca esperaba que la hubiera mirado. No había ni rastro de esos ojos verdes que reflejaban la dureza de su vida, sino con ternura y simpatía.
“En realidad… me ha ganado cuatro veces. Es un hueso duro de roer. Mucho me temo que has perdido la apuesta… centinela Noah”.
“¡Cuatro veces! ¡Por Elune! ¡Me va a arruinar!” dijo Noah riéndose y llevándose las manos a la cabeza. “Claro… esa misma noche descubrí que era una borracha profesional… si no no hubiera hecho la apuesta jejeje… por cierto, llámame Noah a secas.”
Valeera sonrió y dijo: “Je… vale… Noah”
Las tres siguieron charlando y contando historias… por un momento se olvidaron de todo…
Una gnoma entró en la posada miró al camarero y dijo saludándolo efusivamente:
“¡Muy buenas Jonas! ¡Por finnnnn he terminado todo lo que tenía que hacer y puedo relajarme con una cervecita antes de volver a Rasganorte!”
Jonas se rió, le puso una cerveza y le dijo señalando a las tres elfas que reían y bebían cerveza:
“No lo creo querida… por allí te están buscando. Buscan a la kaldorei con la que hablaste hace un par de días”.
La gnoma puso cara de fastidio mientras las miraba y dijo con pensar:
“Jooo… bueno, ¡a ver que quieren!”
Cogió su cerveza y se dirigió hacia las elfas. No se habían percatado de su presencia hasta que se sentó al lado de la que estaba enfrente de las otras dos. Las tres la miraron expectantes, y con un brazo en alto las saludó efusivamente y dijo"
“¡Hola elfas desconocidas! Yo me llamo Cromi, del vuelo de bronce… Jonas me ha dicho que ibais buscando a la kaldorei Eleanna, ¿no?”…