Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Las cuatro iban avanzando hacia el palacio por aquel bulevar flanqueado por las estatuas de Azshara. Las vistas eran realmente… abrumadoras. El palacio se levantaba imponente. Emanaba una radiancia y una elegancia dignas de la reina que se veía en las estatuas.

“Parece muy hermosa hasta tallada en piedra” pensó para si misma Valeera.

Conforme se acercaban a la puerta principal, Cromi empezó a hablar.

“Estamos a escasos cuatro meses de que ocurra la primera invasión de la legión. Lord Xavius aún no ha comenzado el conjuro de invocación que drenaba magia del pozo de la eternidad. Malfurion es todavía un druida novato que ni siquiera se ha adentrado en el sueño esmeralda aún. Illidan Tempestira todavía busca un sitio junto a su hermano como druida y Tyrande Susurravientos es simplemente una novicia del templo de Elune de Suramar. La reina Azshara gobierna con todo el amor de su pueblo… ven en su reina la perfección de su raza.”

Mientras que Cromi las ponía en contexto se dirigió hacia las fuertemente custiodadas puertas del palacio. Se encontraban cerradas a cal y canto. Cromi siguió adelante y… las atrevsó.

Las tres elfas se miraron y Valeera recordó que Cromi les había dicho que las cosas serían “intangibles”, así que las tres la imitaron y… la atravesaron.

Dentro se encontraron un paseo aún más lujoso que se dirigía al edificio principal, con preciosos jardines y fuentes a los laterales. El emblema real y figuras o retratos de la reina estaban por doquier…

“Así que en este contexto” prosiguió Cromi “una todavía adolescente kaldorei sensible a la magia llamada Eleanna había llegado hace aproximadamente un año a Zin Azshari para potenciar y entrenar su conocimiento de la magia arcana, como tantos y tantos jóvenes kaldorei que, sin contener sangre pura de altonato, eran entrenados en la magia para engrosar el ejército de la reina. A cambio, se les consideraba altonatos también, lo cual era un gran honor para los kaldorei en esta época.”

Cromi se detuvo un segundo en la gran puerta que daba acceso al edificio principal del palacio: “Esperad aquí un segundo”

Las tres esperaron pacientemente… Cromi las miraba y sonreía… pero seguía esperando.

Cuando Valeera estuvo apunto de preguntarle a que esperaban… una fanfarria comenzó a tronar por todo el patio. Las puertas comenzaron a abrirse… los guardias rápidamente procedieron a formar a lo largo del lujoso camino que había en el patio.

“¡Abrid paso a la reina!” repetían los soldados a lo largo de todo el patio.

Valeera vió a Noah y a Einir tensarse. “La famosa reina Azshara… je… veamos que tal es” pensó para si misma.

La comitiva la abría una doncella de la reina portando su estandarte. Dos caminaban detrás tirándo petalos de flores… y entonces apareció. Seis fornidos kaldorei portaban un trono a hombros recubierto por delicadas y finas cortinas de seda. El trono poseía además todo tipo de lujos para la reina, vino, comida… y finalmente allí estaba. Sentada.

Valeera contuvo la respiración. Nunca había visto un ser vivo que le pareciera tan… hermoso. Irradiaba elegancia, perfección, sabiduría, poder… era gloriosa. Sus ojos dorados, su larga melena blanca, esos delicados, elegantes y sugerentes vestidos… allí estaba sentada, mientras bebía una copa de vino.

Los kaldorei se arrodillaban al verla pasar… “Gloria a la luz de luces” gritaban.

La reina los miraba y… sonreía. Valeera notó un escalofrío al ver aquella sonrisa… no era una sonrisa reconfortante, era una sonrisa fría… maligna.

“¡TRAIDORA!” gritó Noah que cogió su guja de su espalda y la lanzó a la cabeza de Azshara… la guja la habría decapitado si no fuera porque la traspasó como si nada, cayendo unos metros más alla. Azshara seguía sonriendo… como si supiera que no podía pasarle nada… y la comitiva siguió su camino por los preciosos y enormes jardines del palacio.

Cromi se dirigió hacia Noah, que se encontraba arrodillada sollozando. “Traidora… sonriendo… mientras maquina… destruirá su pueblo… no les importamos nada…”

Cromi le puso una mano en el hombro y le dijo con tono maternal: “Eh… te dije que no podíamos hacer nada… miralo de esta manera. Si ella no hubiera existido… quizás tu tampoco, ¿no? Tu naciste tras el cataclismo… ¿verdad? El tiempo es muy caprichoso querida Noah… si la hubieras podido matar quizás… tus padres nunca se habrían conocido… no lo puedes saber…”

Noah la miró un poco más tranquila y Cromi le sonrió. Entonces se dirigió a todas y les dijo. Venga, daos la mano y formad un círculo, vamos directamente a las mazmorras que hay bajo este palacio.

Las tres le hicieron caso y formaron un círculo junto con Cromi… y de repente el aparecieron en un oscuro pasillo iluminado vagamente por la luz de unos pocos candiles.

Las tres se desorientaron un poco, miraron a Cromi que con una sonrisa les indicó una puerta… las tres las miraron y de repente, tres altonato salieron de ella.

“¿Como ha ido?” Preguntó una voz tras ellas. Se giraron y vieron a un fornido Kaldorei con armadura. Tenía una cicatriz en el ojo y se acercaba a los altonato. Pasó atravesándolas y se plantó delante de ellos.

“Hemos completado el hechizo capitán Varothen… pero hemos perdido al 70% de esta promoción” dijo uno de los altonatos con tono preocupado.

“¿Como podéis matar al 70% de los que os traemos? ¿Tienes idea de lo complicado que es esconder estas muertes? ¡Habéis acabado casi con toda la promoción! Si siguen desapareciendo, ninguno más querrá venir a estudiar aquí… perderemos potenciales soldados”.

El altonato bajó la cabeza. “Capitán, es un hechizo de control muy agresivo” dijo remarcando esas palabras. “Si no mata a quien se le conjura, le provoca graves heridas en el cuerpo y en la mente. Su origen es un hechizo de tortura modificado… provoca mucho dolor al receptor, capitán y son muy jóvenes para soportarlo. Además hemos notado que si el receptor posee una fuerte fuerza de voluntad, puede resistirse a la llamada”

Varothen se incomodó.

“¿Pueden resistirse indefinidamente?” Preguntó.

“Indefinidamente no lo creo… todo dependerá de quien sea el que se resista”

Entonces Varothen se acercó y lo cogió del cuello:

“Escúchame bien Melandrias. La reina necesita soldados fieles y leales. No confía en la arrogancia y la avaricia de Xavius… y si llegado el momento necesitara el control de los altonato… le vais a proporcionar soldados que respondan a su llamada. COMO Y CUANDO SEA, ¿ESTÁ CLARO?”

El altonato asintió mientras sudaba de terror.

“Seguirás perfeccionando el hechizo Melandrias. Yo te seguiré trayendo más jóvenes. Bien pensado… si son tan débiles para no soportarlo, mejor que mueran… la reina no necesita mediocridades en su ejército. Mejora la respuesta a la llamada Melandrias… no vuelvas a fallar…”

“Así se hará capitán. La luz de luces tendrá el control… lo prometo. Llamaré a una sacerdotisa para que les curen las terribles heridas y…”

“NADA DE SACERDOTISAS” le gritó Varothen interrumpiéndolo.

“Pero capitán, están gravemente heridos, ¿los vamos a dejar así?” Preguntó incrédulo Melandrias.

“¿Tú crees que las sacerdotisas aprobarían esto Melandrias?” Preguntó inquisitivamente Varothen.

El altonato negó con la cabeza.

“Sanadlos con lo que podáis… y si son tan débiles de morir… que sus cuerpos desaparezcan. No olvides lavarles el cerebro. No pueden recordar absolutamente nada, me oyes?”

“Si capitán…”

El capitán Varothen se giró y se marchó visiblemente enfadado…

Melandrias se giró entonces a los otros dos altonato y les dijo:

“Id lavándoles el cerebro… yo voy a ver si encuentro algo con lo que podamos curarlos…”

Los dos altonato asintieron y volverion a entrar en la sala, mientras Melandrias siguió hacia el fondo del pasillo…

Valeera y las dos kaldorei se encontraban sin habla. No se podían creer lo que habían escuchado. Cromi empezó entonces a hablar y se paró delante de la puerta de madera. Con un gesto serio les dijo:

“Si estáis seguras de que queréis ver esto, seguidme” y cruzó la puerta.

Las tres entonces se miraron, aún atónitas… Noah fué la primera en dirigirse a la puerta. Einir la siguió. Valeera se armó de valor… y cruzó la puerta…

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Como pensaba, no le costó encontrar el lugar, sólo por el olor. Ya antes de partir de Dalaran Blackie lo notó, no tuvo más que seguir las indicaciones del animal.

El olor de la muerte no le sorprendió, estaba más que acostumbrado a aquello… había combatido a la plaga en la Cicatriz Muerta, en Quel’danas, y los Renegados no es que olieran muy diferente, al menos algunos.

El interior de la cueva estaba lleno de cadáveres ya medio devorados por las pocas criaturas de la Legión que aún quedaban. Despachó a unos cuantos con flechazos certeros mientras su fiel felino acababa con otros no pocos enemigos. A primera vista, no había nada destacable en aquel apestoso lugar, a parte de una especie de altar donde seguramente hicieran sacrificios.

“Típico de los tarados” - pensó para sí el cazador.

Todos aquellos sectarios (o más bien lo que quedaba de ellos) iban vestidos de manera idéntica ¿Habría algún líder o todos tenían el mismo rango dentro de aquella locura? Continuó investigando la cueva, había algunos cadáveres que aún tenían cosas en los bolsillos, como una “interesante” redacción de los delitos de los elfos, que según ellos eran los causantes del mal en Azeroth. Algunos no se podían resistir a escribir todas aquellas locuras, la secta no parecía tener nada oficial, a parte de un tatuaje que tenían muchos cuerpos. Los demás probablemente también los tenían, pero esas partes o habían sido devoradas, o no estaban en un lugar visible a simple vista.

Al cabo de un tiempo salió. Había descubierto varias cosas, (entre ellas que no podía soportar más el hedor), aunque todo apuntaba que el grueso de la secta había sido erradicado, aun quedaban pequeños “santuarios” de esos locos en algunos puntos de Azeroth, cerca de cada una de donde habitaban los elfos: Lunargenta, Suramar y Ventormenta. Algunos acólitos eran muy poco discretos con aquellas cosas… o se perdían con facilidad, pero eran muy útiles a la hora de desvelar secretos.

No perdió el tiempo. Pasó la información al pequeño grupo que había montado y se dirigió primero a Suramar, el santuario más cercano. Hubo algunos del grupo que podían venir, así que lo mejor era actuar ya.

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Se despertó en medio de la noche azotada por una idea que debió enviarle su subconsciente, Jandvik!! Sus vrykul habían luchado contra los nagas,ella los había ayudado a derrotarlos.Debía ir a verlos,a hablar con ellos,explicarles que había entendido la misión.La bruja había dicho que volvería,e iba a hacerlo.Se planteó la posibilidad de mudarse allí una temporada y todo,aunque adoraba la intimidad y tranquilidad de la que disponían en Cuna.Lo hablaría con él por la mañana,contaba con que esta vez la acompañara en vez de colarse por la ventana pensó sonriendo en la oscuridad.
Seguía pensando por momentos que todo aquello le venía grande,mucho. Incluso a veces pensaba por momentos que le hubiese gustado ser simplemente una kaldorei más,y que aquel destino le hubiese tocado a otra.Pero a estas alturas sabía que ya no podía vivir sin él. Maldito Lionheart pensó,por culpa de aquel sindorei traidor a los suyos y a todo Azeroth se habían conocido,aunque aquello no era algo de lo que se pudiera o quisiera arrepentir a estas alturas. Se habían enamorado,y aunque los suyos no lo entendiesen o la hubiesen juzgado por ello no iba a renunciar a estas alturas.Había pagado el precio,se sentía extrañamente libre pero también triste.
Aquello era algo que ultimamente le quitaba el sueño y solía despertarse antes que él.
Perdida en sus pensamientos las primeras luces del alba comenzaron a asomar por la ventana.Decidió levantarse y tomar un café viendo amanecer,mientras esperaba que él despertase para contarle su proposición de ir a Jandvik.
Se acarició el vientre con suavidad deseándole los buenos días a sus hijos.Y con un suave beso en los labios de su amado se dispuso a comenzar el día.

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Un aroma se introdujo por su nariz,para acabar de despejarle, el olor a café,aunque suave,provocó que abriese definitivamente los ojos.
Su amada,una vez más había despertado antes que el. Tal vez el incipiente embarazo,o quizás las preocupaciones, o el sentirse alejada de los suyos,le provocasen esa ansiedad.
Pensó que debería de estudiar más a fondo los libros que sobre el periodo de máximo esplendor de los altonato,tenía en su colección privada.
Sin embargo,el rostro de preocupación de su amada,le hizo plantearse algo,que posiblemente la relajara.
Se acercó hasta ella,le dio un beso de buenos días,y se sirvió un café. Sentado en la silla,la llamó,haciéndole señas para que se acercase.
Menelwie se aproximó con cara de interrogación, pero antes de que dijera nada,el le señaló sus rodillas,haciendole una seña, para que se sentará sobre las mismas.
Ella se sentó con una sonrisa,el le dio un beso,y entonces pregunto
-¿Qué está pensando esa linda cabecita?
Azeroth llamando a Menel,repito llamada de Azeroth a Menel…Y sonriendo,depositó un beso en la punta de la nariz de su amada…

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Recordaba haber leído en algún libro de la biblioteca de Ventormenta,no en el de los pandaren por supuesto…un término que nunca había entendido,“besayunar” supuso que debía ser algo como aquello y aunque no se lo dijo,sonrió divertida.

La distraía con más facilidad que sus propios y caóticos pensamientos.Así que se centró en lo que pretendía aquel día.
-Amor,te apetece dejar la nieve por un día?-preguntó a bocajarro.
-A donde quieres que vayamos?-preguntó él alzando una ceja.
-A Jandvik,desperté de madrugada con ese pensamiento,mis vrykul ya se han enfrentado antes a los nagas y…bueno,me son muy leales.
-Es una buena idea.
-Bueno…tendrás ocasión de practicar con tus habilidades de protección,vas a tener que demostrarles porque eres…el consorte del jefe? dijo con una carcajada.
Él se rió también.
Le dio pereza levantarse de sus rodillas,se hubiese quedado allí toda la mañana pero el viaje a Jandvik les llevaría bastante.
Tras prepararse partieron con sus respectivas piedras a Dalaran y cogieron el vuelo más cercano al poblado vrykul.El resto del trayecto lo hicieron sobre sus propias monturas.
Le alegró ver que la vigilancia en su ausencia no se había relajado,y fueron informados de que parecía que los nagas volvían a reagruparse.
-Bueno…habrá que mancharse las manos un poco hoy-dijo mirando a Argent.
-Amor…-dijo él preocupado.
-Son nagas,puedo con esto,y será un buen entrenamiento para lo que nos espera.
Convocó al resto de la tribu que acudió a la llamada de su Jarl y los organizó para tomar la playa.Antes de bajar lo miró.La única vez que habían luchado juntos había sido contra el usurpador de Lionheart, no quería que por estar pendiente de ella resultase herido.Lo miró con determinación,él entendió a la perfección lo que quería decirle,pero su rostro no pareció relajarse.
Con un grito de guerra gutural como la propia rabia y asco que le provocaban los engendros de Aszhara que en otrora fueron elfos,empezaron a correr hacía la playa.

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Por favor, sois más divertidos cuando estáis separados. Bueno corrijo, eres más divertida cuando estáis separados. Argent es igual de soso en cualquier circunstancia.

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Así que según su amada,debería de demostrarles a los gigantescos Vrykul, como se las gastaba el “consorte” de su jefa…
Una sonrisa de suficiencia,se dibujó en el rostro del paladín,los entrenamientos con su medio hermano,lo había puesto en forma, y no sólo a el,por lo que sabía,su hermano estaba “entreteniendose” por allí cerca en aquellos momentos…
Vio como los Vrykul, se abalanzaban sobre los nagas gritando y haciendo gestos con las armas…
Argent miro a su amor,y haciendo una leve inclinación de cabeza,y con el inicio de una torva sonrisa en sus labios, miro hacia adelante lanzando su escudo sobre el primer grupo dd nagas que vio. Con una consagración y un grito,atrajo a un número elevado de oponentes contra el, su magia de luz funcionaba a la perfección,un defensor candente le ilumino,mientras su espada cantaba,sembrando caos y destrucción por doquier,un nuevo escudo divino atrajo a otro grupo de nagas. Sus cuerpos destrozados caían a su alrededor,y entonces…el paladín comenzó a tararear una melodía,que acompañaba el movimiento uniforme de su espada. Aquella melodía,marcaba los tiempos y el ritmo,con cada lanzamiento del escudo,como si los golpes de una batería,se impusieran sobre el resto.
Miro para ver cómo andaba su amada,no parecía tener problemas,así que sin perder su buen humor,se concentró en despachar nagas,uno detrás de otro…

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Como aún no puedo iniciar mi nueva aventura os dejo como aperitivo un Teaser Trailer de mi próxima aventura:

Abrió la puerta y ante ella un soldado con un pequeño paquete entre sus manos … -… ha fallecido- dijo con tristeza… Ella mantuvo la compostura sin dejar caer una lágrima hasta que el soldado se marchó.


-Te juraré lealtad si dejas que se vaya- dijo enfurecida mientras arrastraban a su prima…


-Tienes que ayuda a Menel si Azshara se alza- le susurró al oído.

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Esta expansión tampoco es que ayude…se me está haciendo eterna.Ya no se por donde darle más vueltas a esto al menos hasta que se estrene la raid de Dazar Alor y las misiones nuevas.
Mola el teaser pero me huele a que Prontamuerte no va a ser el único de tus pjs sacrificados? :confused:

Estoy en las mismas.

Yo me estoy inventando mis historias, igual que Eily lo de los cultores… tampoco es que sea un requisito que la historia del juego avance, sino que es un contexto…

Ya, pero es que necesitamos ese contexto. Yo tengo mi historia trazada a partir de un evento que aún está por acontecer en el juego.

Las tres avanzaban junto a Cromi en silencio por aquel sótano que parecía sacado de las peores historias de terror. Había múltiples hileras de mesas de jóvenes kaldorei completamente inconscientes, vestidos con andrajos. Eran los jóvenes recién llegados a la capital. Todos ellos eran susceptibles a la magia, habían acudido para aprenderla, dominarla y poder servir a la reina, orgullo de los kaldorei.

Los dos altonato que con anterioridad habían presenciado la discusión con el capitán Varothen, avanzaban por las hileras poniendo las manos sobre las frentes de los jóvenes que aún vivían. A pesar de los ruegos de algunos, un potente flash surgía de las manos de los altonato mientras recitaban unas palabras en voz baja. El cuerpo de los jóvenes daba una gran sacudida, y se quedaban entonces en la inopia.

Una joven sollozaba: “Por favor… dejadme volver con mis padres y mi herma…” No llegó a terminar la frase. El altonato, implacable, ejecutó el hechizo de lobotomizado. El cuerpo de la joven se sacudió fuertemente y quedó en silencio…

Valeera miraba a los jóvenes kaldorei mientras avanzaba. Los cuerpos presentaban múltiples heridas, desgarros en la piel de las articulaciones producidos por las convulsiones y el roce con los grilletes y ataduras. Multitud de zonas de la piel presentaban horribles quemaduras, fruto de la agresividad del hechizo de control que los altonato intentaban perfeccionar sobre los jóvenes estudiantes…

Cromi se detuvo delante de la joven kaldorei que había suplicado segundos antes. Estaba semidesnuda, inconsciente y su respiración… era débil. A pesar de sus pupilas plateadas, eran capaces de captar su mirada perdida, ausente. Tenía la boca abierta, un pequeño hilo de saliva se derramaba por su labio, clara prueba de su inconsciencia o… ausencia. Su cuerpo, al igual que los de los jóvenes de alrededor, presentaba terribles quemaduras todavía humeantes y heridas en la piel de las que manaba un pequeño pero constante flujo de sangre.

Valeera se acercó y la observó con detenimiento. Había algo familiar en ella… esas marcas en los ojos, ese pelo verdoso… Entonces se dió cuenta de algo terrible. Las fuerzas le fallaron, y cayó de rodillas mientras las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Estiró su brazo para tocar a aquella maltrecha y moribunda joven kaldorei a pesar de que sabía que no podía… tan solo un sollozo ahogado salió de su boca.

Einir, visiblemente afectada por la visión de aquella porbre kaldorei le dió un golpe a Noah en el brazo. Con voz temblorosa le dijo: “Noah… esa… esa pobre chiquilla es…?”

Noah le cogió la mano, apretó los puños y comenzó a llorar. Sacó fuerzas de donde no tenía y le respondió a Einir: “Sí… es Eleanna…”

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¡Qué suerte tiene la J0dia! Yo le hubiera arrancado la lengua para que no se quejara más.

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Con lo que me ha costado a mi escribir esta parte… sabía que algunos ibais a disfrutarla :disappointed_relieved:

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Es lo que tiene los fanáticos. No me caen bien y me gusta que sufran. :smiling_imp::smiling_imp:

Dijo la besa bragas mugrientas…

Esperaba esa parte hace días pícara insolente.Ha estado genial.Venga va…le voy a meter caña.

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Me alegro de que os haya gustado, pero Eleanna aún no ha aparecido…

Oye. No confundas lealtad con fanatismo. Soy leal a la Horda y su jefa de Guerra porque aún creo en ella. Te recuerdo que me dio un yuyu demoníaco porque comencé a dudar de ella.