Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Argent finiquitó al último de los enemigos,mientras oía un grito de Belter llamándolos
Vió al brujo inconsciente en el suelo,y le asestó una dura patada en la cabeza,para mantenerlo de esa guisa.
Entró como una bala a la habitación de los niños,tan solo Aldalith permanecía en su cuna,llorando desconsoladamente,la tomó en brazos para calmarla,y observó con detenimiento,sin tocar nada. Era obvio que se habían llevado al pequeño Estëladie…
Entregó a la pequeña a Menel,que entraba corriendo en ese momento,y buscando entre los cajones,sacó dos pañuelos grandes.
Se acercó hasta el brujo que seguía inconsciente,y procedió a taparle los ojos apretadamente,y todo seguido lo amordazó. Salió al exterior,y de las alforjas de su destrero,sacó un par de gruesas cuerdas.Con una de ellas, procedió a maniatar metódicamente al inconsciente brujo…
Hecho lo cual,dispuso una silla en el centro del salón,y acercándose hasta el brujo,lo sentó sin miramientos en la silla,para acto seguido, con la segunda cuerda,inmovilizarlo más de lo que estaba, atándolo a la misma silla…
El resto de los presentes,entraron en la sala. El paladín avisó:
-Nada de quitarle la venda de los ojos,ni la mordaza hasta que despierte

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Joer, si que habéis cogido carrerilla… ¡me gustaría dejar de hacer retcons a lo que estoy escribiendo! :stuck_out_tongue_closed_eyes:

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Yo te espero Hae…solo voy a escribir lo que Argent y Belter han puesto desde el punto de vista de Menel.

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Mientras le daba el finiquito al infernal escuchó a Belter desde dentro de su hogar gritando sus nombres.Argent empezó a correr mientras ella por un instante se quedó paralizada de terror.
-Mis hijos…mis hijos no Elune-dijo elevando una plegaria a la diosa.
Unos segundos después empezó a correr detrás de Argent,mientras iba repitiendo una y otra vez…no por favor…Elune…mis hijos no…
Cuando llegó a casa Argent salía de la habitación de los gemelos con Lith en brazos.Sus peores temores se confirmaban…Estel,se habían llevado a Estel,a su pequeño.
Cogió a su hija de los brazos de Argent y vio al paladín abrir los cajones en busca de algo,no sabía el qué,ni quería ni podía pensar…solo un pensamiento asaltaba su mente…Estëlaldie…su hijo,su pequeño Estel no estaba,se lo habían llevado.
Pero quién? el brujo permanecía inconsciente mientras Argent lo ataba a una silla del salón.
Ni siquiera se paró a pensar de donde había sacado las cuerdas Argent…creía haberlo visto entrar y salir de casa,pero no estaba segura,la mente y los ojos se le nublaban mientras acunaba a Aldalith entre sus brazos con aire ausente.
-Estel…-susurró mientras las lágrimas empezaban a surcarle las mejillas.
Escuchó a su amado decir algo pero no oía,no sentía más que un desgarrador dolor que la estaba partiendo al medio.Se lo habían llevado…
Cuando pensó que iba a desmayarse del dolor y la pena…su orgullo de guerrera,de kaldorei,de sacerdotisa de Elune,de madre…la hicieron volver a la realidad como si le hubieran arreado un guantazo.
-Voy a encontrar a quien haya osado llevarse a mi hijo-dijo para si misma-y juro por Elune que voy a matarlo.
-Mátalos a todos-susurró una voz sombría en su cabeza
-Lo haré-contestó ella con el pensamiento

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Unos días después, el cazador se encontraba en Dalaran, repasando los últimos acontecimientos sucedidos. Había prestado su ayuda a la rebelión contra Sylvanas, y las cosas, dentro de lo que cabe, habían salido bastante bien: el alma en pena había mostrado su auténtica cara. No le sorprendió oír aquellas palabras, pero tampoco podía terminar de creerse que aquella que una vez fuera una gran Forestal, hubiera caído tan bajo. Quizá debía asumir que así era, el caso es que Orgrimmar ya no se encontraba bajo su dominio, ni podía usar a la Horda como un peón en su tablero. Si tenía planes, que los hiciera al margen.

La Alianza también había participado en aquello, por allí volvió a ver al guerreo Hankom, y a la paladina Vahlkir entre otros. En realidad se encontró con bastantes del grupo por allí. Al final los ejecitos no fueron del todo necesarios, la máscara de la Reina Alma en Pena cayó gracias al sacrificio de Varok Colmillosauro. A pesar de estar de su parte, había varias cosas que no compartía con él, pero fue un acto que salvó miles de vidas y por ello el cazador acudió a su entierro.

– ¿Cuánto crees que durará esta paz?- preguntó con aire distraído a Blackie.

– Pfffff- fue la respuesta de su compañero felino.

– Eso pensaba yo. Esta historia repetitiva parece escrita por un crío de 8 años…

No le dio tiempo a decir nada más, una falla vil se abrió a su lado, sobresaltando a todo el mundo y absorbió al cazador, que pudo oír un conocido “¡Mau!” antes de que las conocidas calles de Dalaran fueran sustituídas por el páramo helado de Cuna del Inverno, que estaba invadida por los demonios. También vio a Menel, Argent, Zelgrim, Ember y una sin’dorei desconocida combatiendo contra ellos.

El sin’dorei no se lo pensó dos veces y empezó a hacer llover una lluvia de flechas contra cualquier enemigo que tuviera a tiro mientras Blackie daba cuenta de otros, incluso engañifo se sumó a la batalla atacando a los diablillos. Entonces, el cazador oyó a Menel:

– ¡¡Ember, Zel! ¡¡El brujo!! ¡¡Buscad al brujo!!

No sabía a qué brujo se refería, pero aun así estaba ocupado con los enemigos que le rodeaban. La maga y el druida corrieron a toda prisa hacia la casa. Hubo unos cuantos destellos de fuego, pero ya parecía ser tarde. Con un certero flechazo acabó con el último de los enemigos que quedaban y fue corriendo hacia la casa, seguido de Blackie y Engañifo.

Vio a un eredar tirado en el suelo, chamuscado, inconsciente, pero aún vivo. Lo peor estaba en la habitación, donde al parecer había ocurrido un secuestro. El ajetreo era tal que no repararon en su presencia.

Argent, ató al eredar a una silla, seguramente para interrogarlo. No dudaba de que nadie iba a andarse con miramientos ante aquel desgraciado.

Entonces Ember rompió a llorar.

– ¡Es todo mi culpa!¡De no haber preguntado por tu casa esto no habría pasado!

Zelgrim trató de consolarla, pero no pareció surtir mucho efecto, la maga se sentía realmente culpable. La situación sobrepasaba los límites de entendimiento del cazador, y la mirada llena de… ¿odio? de Menelwie no lo mejoraba.

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Mientras tanto en algun lugar remoto de Azeroth… en un bosque, luminoso, cerca de Ventormenta las pajaro cantaban alegremente,l os kobols se pelean por su vela y en una cueva remota, imperceptible a la vista se oia un hechizo transformado en una bonita nana. Los pasadizos de la cueva eran oscuro, pero tras el laberintico camino, hacia el final habia luz.

Una goblin acunaba a un bonito bebe elfo. Este no estaba asustado, se reia y tiraba de las grandes orejas de la goblinesa mientras ella le cantaba. Sus grandes ojos miraban con ternura al pequeño que hacia gorgoritos en sus brazos.

La estancia estaba bien provista para la llegada del pequeño. Al lado de un candil estaban las pertenencias de Kmils. Una gran bolsa colocada en una pequeña silla y una mesa con varios objetos. La goblin llevo a Estel a la cuna, ya estaba quedandose dormido, y se sento en su cama, justo al lado de el. Miraba al pequeño y aun se preguntaba como habia aceptado ese trabajo. Sabia que nadie le habia visto pero estaba claro que era mas peligroso que el anterior trabajo que habia realizado.

Saco de uno de sus bolsillos un carta que volvio a leer detenidamente. Repaso de nuevo el siguiente paso del trabajo que le habian encargado. Abrio el candil y acerco el trozo de papel que tenia en la mano, haciendo desaparecer la carta. Se levanto y abrio el baul que tenia a los pies de su cama. Al abrirse un gran halo de luz salio de el, tan brillante que Kmils entrecerro los ojos hasta coger un gema que debia entregar a esa elfa que habia conocido hacia unas semanas.

Mientras miraba la gema el resplador le hizo perderse en sus pensamientos. Repaso cuando entro en aquella gran sala, cogio el collar, lo abrio, cogio esa preciosa gema y la cambio por una perla. Cerro el collar y salio de alli igual que habia entrado. Sin ser vista. Ese trabajo estaba bien hecho y dentro de poco tendria la otra mitad de su pago. Despues repaso su otro trabajo: observo a una pelea contra demonios, entro en la casa, cogio al pequeño elfo, se giro. Pero cuando iba a salir un brujo la vio, lo noqueo, se fundio en las sobras con el bebe y con el susto sprinto fuera. Eso no fue un trabajo bien hecho. Posiblemente tendria problemas.

Tento a la suerte, no debio precipitarse, pero si no hubiera sido mas rapida que el brujo, este se lo hubiera llevado y hubiera tenido que devolver el primer pago del trabajo, no le gustaba devolver dinero. Cerro el baul, se acosto en su cama mientras miraba la cuna y dijo:

–Duerme bien pequeño, mañana tienes un largo camino que hacer, vamos a cruzar el portal oscuro, iremos a un lugar muy bonito. Dicen que alli no te encontraran y estaras seguro, pero no es asunto mio. Aunque quizas si podrian encontrarte…

Kmils se quedaba dormida mientras pensaba en alguna jugarreta. Una vez terminado el trabajo nada le impidia en dejar pistas a la persona adecuada, esa elfa. Al fin al cabo se trataba de un bebe y nunca habia robado a un ser vivo.

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Menel centrada de vuelta…esperaba a que el brujo eredar despertase.Argent le había dado una buena patada.Se paró a pensar si todo aquello tenía que ver con el collar de Belter.
Seguía necesitando ese enlace en Rasganorte,ahora menos que nunca podía alejarse de su hogar.Tenían que encontrar a Estel…y quizás el collar de Be era la prenda a cambio
Desde luego que no se lo iba a dar a quienes habían raptado a su hijo…pero como cebo si era eso lo que buscaban…tenía que encontrarlo.
-Pero quién?-se dijo.
Repasó mentalmente sus años en Rasganorte…tenía que encontrar a alguien que conociera aquel gélido continente tan bien como ella o mejor.
De pronto…un nombre asaltó su mente…Aiden.
Sin soltar a su hija,se fue al escritorio y buscó pluma y papiro.Y un sobre…-se dijo.
Argent y los demás la miraron interrogantes.
-Solo es una idea-contestó mientras se sentaba y sin soltar a su hija empezaba a escribir:
Caballero de la muerte Aiden:
Quizás no te acuerdes de mi.Soy Menelwie Bosqueensueño.Coincidimos durante el asalto a la Ciudadela de la Corona de Hielo,en la sede de la Espada de Ébano.
Busco un enlace en Rasganorte,pagaré generosamente.
Busco un objeto de una rareza excepcional.Es conocido por el collar de Be.
Los últimos en ver dicho collar fueron tres enanos de la Liga de Expedicionarios:
-Stanwad,por la información que he recabado dicho enano estaba en la Avanzada de la Liga de Expedicionarios de Fiordo,lo reconocerás por su blanca barba.
-El Zapador Aro de Acero.Su última ubicación conocida es la fortaleza de la guardia Oeste,también en Fiordo.No tengo mucho acerca de su descripción,se que es moreno de tez y lleva tres trenzas pelirrojas recogidas con sendos aros.
Y el último
-Prospector Torgan,quizás de los tres el más difícil de localizar.Pero deberás hacerlo si los dos primeros se niegan a colaborar.Su última ubicación conocida era Dun Argol en Colinas Pardas,pero según mis informes fue raptado por los enanos férreos que dominan el lugar.
Si decides aceptar el encargo,pon el precio,pero espero que el trabajo sea rápido y eficaz,posiblemente la vida de uno de mis hijos…dependa de ello.
Sin más se despide atentamente:

Menelwie Bosquensueño,sacerdotisa de Elune.

Revisó la carta,la dobló cuidadosamente y la metió en un sobre,mientras sonreía a su hija.Escuchaba alboroto a su alrededor,los demás hablaban mientras esperaban a que el eredar recobrase la consciencia.
Buscó en su mochila un juguete…un silbato.
Lo hizo sonar mientras los demás la miraban extrañados.
El eco de una pequeña gnoma apareció a su lado:
-Katy Estampilla para servirte.
Menel le entregó la carta al eco de la ayudante del jefe de correos
-Es urgente,mucho,hazla llegar lo antes posible,dijo mientras la depositaba en el buzón que portaba la gnoma.

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En serio, detesto que se me gasten los likes… con lo que me gusta repartir corazones.

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No me suele pasar mucho pero te entiendo…te doy yo uno :slight_smile:

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Mañana ya os daré los likes, a ver si me acuerdo.

No pasa nada Hême…esto de quedarse sin poder repartir amor…no mola.
Esta entrada la tenía ya en la cabeza,había recabado con tiempo información sobre los enanos,tenían que estar en Rasga para añadir a Thantos a la trama.
Pero con el ataque de los demonios se atrasó un poco.
Ha sido relativamente fácil de escribir.
Estaba “tó pensao”

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—¿Aiden Hojagélida? —dijo una voz aguda e infantil entre la gente de la taberna.

El caballero de la Muerte se giró con el ceño fruncido, extrañado de que alguien le llamara por su nombre completo en aquella taberna de Boralus, cuando hasta entonces la única persona que le había hablado había sido una enana que quería hacerle una foto al primer caballero de la Muerte sin armadura que había visto.

Se levantó de su asiento y anduvo hacia la pequeña gnoma, con una ceja cada vez más levantada.

—¿Sí?

—Correo urgente —respondió ella.

Aiden alzó la otra ceja. Hacía meses desde la última vez que le había llegado correo.

Cogió la carta y se despidió de la gnoma, que no tardó en esfumarse. La cera que mantenía la solapa pegada no tenía sello real, así que no se trataba de un asunto oficial de la Alianza, y bien sabía que ni Magni ni Acherus se comunicarían con él por este medio.


Se sentó el el camastro del ático, con la carta todavía cerrada en sus manos. La abrió despacio, como si esperase que una daga saltase desde el papel.

Sus ojos se movían rápidamente de lado a lado, dejando un pequeño rastro de neblina que iba y venía con su vaivén.

Bosqueensueño…

Sí, la recordaba. Una hábil sacerdotisa de Elune que había visto en la campaña de Rasganorte.

Decidió ayudarla tras sopesarlo unos momentos. Siempre estaba bien conseguir nuevos aliados, pero ese Collar de Be era lo que más le intrigaba, sobretodo si parecía ser lo bastante valioso como para arriesgarse a amenazar a una campeona de Azeroth con la vida de sus vástagos.

—Standwand, Aro de Acero, Torgan —dijo para sí en voz baja, grabando en su mente aquellos nombres.

Buscó un trozo de papel entre sus pertenencias y escribió con una elegante caligrafía más propia de un paladín una única frase de cuatro palabras.

—Mir —dijo en voz alta.

Tras unos momentos, un gran cuervo negro como la noche se apoyó en el alfeizar de la ventana del ático. Sus dos ojos, brillando como faroles celestes, mostraban su auténtica naturaleza.

Aiden enrolló su propio mensaje con cuidado y lo ató a una de las patas del cuervo, que graznó altanero.

—Cuna del Invierno. Casa apartada. Sacerdotisa —dijó él como quien ennumera la lista de la compra.

El cuervo se dió la vuelta y se puso en camino. Aiden empezó a ponerse su armadura, sonriendo.

Por fin tenía una excusa.


Un graznido alertó a la sacerdotisa a las pocas horas de enviar la carta. Se puso en guardia cuando vio al gran cuervo, imbuido de magia del Aquelarre, mirándola fijamente desde una ventana, pero se relajó en cuanto se dió cuenta de que el cuervo tenía un papel atado a la pata.

Abrió la ventana y el cuervo saltó al mueble más cercano, extendiendole la pata. La criatura no esperó a que Menel viera el mensaje para irse, alzando el vuelo de forma tan repentina como había llegado.

Tras un último vistazo al extraño animal, desenrolló el trozo de papel y leyó sus cuatro palabras en voz baja, casi como un susurro.

—Me debes un favor.

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Un pequeño cuervo observaba con aparente desdén, al inusual grupo mixto que hizo frente a los demonios. y a una singular gnoma que se escondida en los arbustos cercanos y espiaba con curiosidad. El lugar estaba concurrido…

Con un fuerte aleteo, el cuervo cambió de lugar a uno mas cercano, desde donde veía el interior de la casa, a traves de una ventana cerrada, y veia con claridad como Mene, acaparaba a uno de sus hijos, pero sin rastro del segundo. Interesante problema…

El cuervo, oteo el horizonte y no pudo evitar graznar. La hermosura de la naturaleza, contrastaba con la fealdad de todas las creaciones que los seres pensantes de azeroth, se afanaban constantemente a construir y romper el orden natural de las cosas, incluida aquella pequeña casa, inspiraba en la infame Yaserth, un profundo odio.

Una fugaz mirada de Ay, reparo en su presencia, pero volvió su atención a lo que ocurría dentro. *La druida esgrimió una sonrisa

Magia!! El enfado de la druida aumentó… Cuanta prepotencia e insensatez… y entonces entendió que su mejor oportunidad pasaba por arriesgar… Solo necesitaba una distracción y un buen plan. Podía matar algunos de ellos pero eran muchos, mejor un plan bien trazado…

Voló hasta la parte contraria de la casa y con una de sus garfas, sacó de entre su plumaje una piedra de hogar verdeante y llena de limo, ya armonizada y brillante, completamente sobrecargada, lista para usarse, y la dejó caer sobre la suave nieve, justo tras una ventana cerrada, que daba a uno de los cuartos de la morada, y volvió a la rama anterior desde donde controlaba mejor el interior de la casa y tenía al grupo mas cerca.

Solo necesitaba una distracción y algo de suerte.

El animal, se cruzó por delante de ella y eligió precisamente su misma ventana… Al principio no entendió nada pero luego se tensó. ¿Un golpe de suerte?. También vio que el hunter volvía a reparar en su presencia… Hunters…

La Infame druida cerro los ojos por un segundo y se concentro con todo su ser, era consciente de que arriesgaba su vida. Enfocó su energia vital y centró su mente en ser lo más rápida posible… saltó con una velocidad sobre humana…

Todo sucedió muy deprisa. cogiendo al grupo, parcialmente despistado por el cuervo mensajero.

Ay, reacciono como una flecha al muy rápido salto de Yas hacia la ventana. En pleno vuelo picado, tuvo que dibujar un trompo y girar sobre si misma para esquivar una flecha de el inrritante cazador disparó con una velocidad pasmosa, que pareció sospechar desde hacía rato y estar listo, momento en el que el resto comenzó a girarse hacía la ventana.

Nada mas llegar a la ventana, La druida cambio de forma a un tigre de enormes proporciones, y apoyandose en el marco de la ventana, como si de un gran muelle se tratase, tomo impuslo y salto hacia la mesa central del salón, como una bala. Una segunda flecha impacto, sobre el hombro de Yas, justo antes de que Ay tuviera que apartarse para evitar ser despedazado por la afiliada garra de Yas, al mismo tiempo que Belter y ember, cogida por sorpresa, se apartaron de la trayectoria del tigre.

El dolor no era nada para Yas y continuó con su plan. Nada mas sentir que aterrizaba en la mesa, volvió a saltar hacia adelante.

Ya había dejado atrás a 3 de los miembros del grupo y veía con claridad, como a camara lenta, como argent se volvía a la vez que lanzaba un contundente golpe hacia ella, pero demasiado lento para acertarle… y como ember, detras suya lanzaba una nova de escarcha que no la toco por muy poco… Pero su objetivo estaba claro… justo delante. El otro gemelo, lith… en brazos de mene

Mene, se lanzó un resguardo protector y aferro a Lith dando la espalda a la druida para proteger a la pequeña mientras la druida caia sobre ella. Momento en el cual, la druida cambio de forma a una forma monstruosamente grande y poderosa, un oso de proporciones biblicas que sin reparo, agarro a ambas y se lanzo como una tromba hacia la ventana contraria.

Sintió como Mene forcejeaba, y como otras dos flechas del hunter impactaban sobre su dura espalda… También como algo le mordia una pata… Nada lo detuvo. El oso golpeo con rabia la ventana contraria de la casa y la destrozo, abriendose paso hacia el exterior y con pluf!!, piso la piedra energizada y los 3 desaparecieron.

En no mas de 4 segundos, ya todo había pasado.


Una cazadora gnoma, observava con perplejidad la escena. sin saber como reaccionar.

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La tarde era fresca, pero no llegaba a ser gélida. La recia Elfa viajaba en su hipogrifo sobre fiordo, disfrutando del viaje y de la soledad.

Las piezas empezaban a encajar, y la presión de su acaudalada “socia” morda estaba aumentando.

Al pensar en morda, la elfa esgrimió una mueca de desagrado. Esa Desquiciada gnoma le resultaba molesta, pero por algo que no entendía, habían terminado trabajando juntas y ya por muchos años…

Bajó desde las alturas, con cierto bombo, sobre el fuerte vildervar. y no tardó mucho en aparecer un guardia alianza que se lanzó contra ella, como si fuera visto al diablo.

La elfa esquivo el primer golpe y con una patada en el pecho, redujo al guardia, que callo al suelo asfixiado. y le habló en lengua humana.

– Busco a Torgan, Es miembro de esa ridícula asociación llamada liga de expedicionarios. No os haré daño, solo necesito hablar.

La elfa, mantuvo el mentón bien alto, como su madre le había enseñado que debía hacer en presencia de desconocidos. Esperaba que estos alis, vieran esto como un acto de modales por su parte. Pero sorprendentemente para la elfa, el guardia parecía mas mosqueado que alagado.

– Que quieres? Chusma elfica. No eres bienvenida aquí.

La elfa reviso con lentitud un papel que traía en su faltriquera. y analizo al enano que habló. Era torgan, su ropaje verde le delataba.

– A costado encontrarte… – _La elfa se percató que cada vez había mas alis rodeándola.

– Habla flacucha, antes de que te hagamos picadillo.

La Elfa, esgrimió una mueca de desagrado. Menudos modales.

– Busco este collar… – La elfa mostró parte de los papeles que Argent había enviado a Tha’el Mirasangre

El enano se puso nervioso al instante.

– Yo no tengo nada que ver con eso!! vete!!

La Elfa se reposiciono su armadura con lentitud.

– Solo deseo saber si alguien ha venido preguntando por el collar ultimamente… No por el collar en si mismo enano. Respondemé y me marcharé.

– Yo no tengo nada elfico!, vete!

Los guardias se empezaron a posicionar alrededor de la elfa y esta acerco su mano a su pesada hacha. El enano nervioso y viendo el panorama hablo con rapidez.

– Esperad!!, vino un brujo humano haciendo preguntas hace un tiempo… No se nada del collar, lo juro!.

– Un humano… Como se llamaba? de dónde era?..

– Lo desconozco, pero su acento era de SW y estaba acompañado por mas brujos… todos vestían igual…

La elfa dio un salto y se monto en su grifo, alejandose con rapidez del poblado, mientras se limpiaba el polvo de su armadura. Mucho había obtenido de semejante grupo, o eso pensó ella.

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– Wuju!! menuda movida!!.

La pequeña gnoma de pelo verde, agazapada en los matorrales, había visto todo con perplejidad, desde el combate de los demonios, como un oso enloquecido arramplando con todo.

– Wuuuu!!, esto cuando lo cuente en el taller, no se lo va a creer nadie!!!

La gnoma corrió hacia la parte trasera de la casa, aprovechando el caos, seguida por su acechalunas Sirito.

– Usmea!! había otro gemelo…

El acechalunas olfateo por el area hasta que encontro un rastro y señalo con la patita unas muy muy suaves huellas, que salian desde una de las ventanas hacia el exterior

La gnoma toco las huellas y tras olfatearse la mano, probo la nieve

Entonces Ay, vio a la pequeña, aun conmocionado con lo ocurrido.

– Quien eres! espera o te… – Ay grito con fuerza y aún nervioso.

La gnoma pulso un aparato que portaba y se teleporto con un fugaz brillo

– No hay tiempo que perder!! esas huellas huelen a tierra fresca de SW!!!. Posiblemente un tunel…-- Le dijo al hunter mientras desaparecía.

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Mene, Yass y la pequeña lith. Aparecieron en pleno desierto

Al instante, la druida cambio de forma a cuervo, pero mucho mas grande, y cogiendo con cuidado a lith por los brazos tiro de ella para levantarla en vuelo.

Mene, completamente desorientada, se aferro a su hija con todas sus fuerzas. Cuando comenzó a notar que el cuervo, estaba levantándolos en peso.

En ese momento, Mene dudó. No consegia agarrar al cuervo y no deseaba lastimar a su pequeña tirando de ella. En ese momento, Mene comprendió que La druida lo estaba haciendo a posta y se dió cuenta que lastimaría a lith si se sujetaba a ella para separarla del cuervo.

Llorosa, Mene solto a lith y entro como un rayo en forma de vacío y ataco al cuervo. Pero herida, la druida desapareció en el cielo

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_Kmils se levanto muy temprano por la mañana. Cuido del pequeño y despues de cambiarle y darle de comer se coloco un gran pañuelo al rededor del cuerpo a modo de canguro. Coloco con cuidado al pequeño Estel en el pañuelo, cogio su mochila la gema del baul y salio de la cueva. _
_Silbo suavemente para llamar a su cuervo. La negra ave aparecio rapidamente en el horizonte y descendio hasta al lado de su dueña. La goblin puso todos sus atavios en el pajaro y con el pequeño bebe monto. _

Tan rapido como estaban preparados el cuervo despego del suelo y surco el cielo de Azeroth. Era rapido, pasaron velozmente por el bosque del ocaso, el paso de la muerte y el pantano de las penas, desde donde a esa altura ya podia verse el portal oscuro de las tierras devastadas. Kmils vigilaba constantemente a Estel, que con el vaiven del cuervo se habia quedado dormido.

La noche anterior le habia dado tiempo para reflexionar. Esto era mas peligroso de lo normal, queria acabar cuanto antes con esto y en cuanto cobrara sus trabajos debia tomarse unas vacaciones forzadas. Desaparecer un tiempo parecia la opcion mas razonable, habia demasiadas personas en esa casa y ese brujo podria decir algo, irian a buscarla

Cruzo el portal oscuro tan rapido como un rayo. Odiaba la sensacion que le dejaba pasar por ese portal, siempre le dejaba la barriga revuelta. le costo reponerse, cuando se dio cuenta ya habian cruzado casi todo el triste continente y llegaban a tormenta abisal. La carta decia que el intercambio se haria en un lugar cerca del Area 52 Las grandes cupulas moradas se veian desde lejos y pronto diviso un campamento escondido al cerca del vuelo del Area 52. Descendio lentamente cerca de el y decidio acercarse sigilosamente, Estel seguia dormido, si no despertaba podria estudiar al extraño que alli le esperaba. Se agazapo tras una roca con cuidado y observo a un Etereo que deambulaba vigilando los cielos. Algo no iba bien, los de su especie eran astutos y mentirosos, ademas por lo que sabia Kmils de ellos, esos seres comerciaban con articulos arcanos. El asunto cada vez se ponia mas feo. Kmils decidio acercase:

–Buenas!! dijo la goblin con aire tranquilo. Asi que un Etereo es el enlace.
–Esa es la mercancia? Dijo el etereo con su metalica voz señalando al bulto que tenia la goblin en el cuerpo.
– Nunca imagine que alguien de tu raza se metiera en este asunto- dijo sin moverse ni un apice y sujetando al bebe contra su cuerpo A ver, esta claro que tu raza y la mia son parecidas, ambos apoyamos cualquier causa que nos enriquezca, pero esto me parece muy raro. A quien le haces de enlace??
–Un goblin. Sentencio
–Vamos hombre! si fuera algun goblin lo conoceria, no mientas a un mentiroso.
– Acabemos con el intercambio. Dijo asperamente el etereo, cogio una gran bolsa del suelo y la tiro cerca de la goblin. Al caer algunas monedas de oro rodaron por el suelo. La goblin no dejaba de mirar al alto etereo.
–Mira… la cosa se puso fea en esa casa, voy a tener problemas… Quiero saber quien te manda porque quiero pedirle mas dinero. Las condiciones para el trabajo no eran como me ponia en esa carta, de hecho habia mucha gente y si no hubiera sido rapida otro se hubiera adelantado. Como ves lo que digo es razonable. Esa bolsa no sera sufciente, quiero cuatro bolsas mas iguales a esta. Dijo mientras daba una pataba a una de las monedas de oro que habia cerca de ella Esta claro que a este pequeñin lo estan buscando, quizas haya alguien que me pague lo que quiero.
– Habia un acuerdo y hay que cumplirlo. - El etereo comenzo a ponerse nervioso al ver que la goblin no cedia.
-Pues entonces no hay trato.

El etereo se abalanzo hacia la goblin repentinamente y cogiendola del cuello la levanto. Ella pateleaba pero sus cortas piernas no le daban a nada, se aferro con una mano a la mano del etereo, empezaba a axfisiarse. El pequeño se desperto por el zarandeo del etereo a la goblin. Kmils intentaba desesperadamente coger una de sus dagas, pero el lloro del bebe la distraia mientras se quedaba sin aire. Repentinamente Estel grito y de su cuerpo emano un aura morada que golpeo al etereo hacia atras. Kmils cayo al suelo con el bebe. Tosia mientras intentaba incorporase. El etereo estaba tendido en el suelo dolorido. La goblin miro al bebe, que estaba rojo de llorar y de sus ojos salia una luz morada. Kmils reacciono al ver que el etereo comenzaba a levantarse y rapidamente silbo fuertemente, el cuervo aparacio ferozmente del aire cayendo empicado hacia el etereo. Lo golpeo con sus garras y le arranco un brazo con su pico. Este callo al suelo gritando y el ave se acerco rapidamente a la goblin y al bebe y bajo su ala para que subieran. Kmils cogio rapidamente la bolsa de oro del suelo y subio a su ave (al fin al cabo era una ladrona). Emprendieron el vuelo de nuevo a Azeroth mientras Kmils cogia una pocion de vida de su cinturon.

Miro al bebe que seguia llorando aunque se estaba calmando, de sus ojos ya no salia ese brillo morado. La goblins resoplo e intento calmarse.

Vale colega! al parecer si era asunto mio… parece que te caigo bien.

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Aiden terminó de bajar la pasarela del barco de un salto, y sus pesadas botas levantaron una nube de polvo frio.

Respiró con fuerza, contuvo el aliento unos segundos y exhaló lentamente lanzando vaho como el humo de una fogata.

Por fin estaba en Rasganorte, la primera vez desde la tercera invasión de la Legión. Habían pasado muchas cosas desde entonces: había sido Señor de la Muerte y había renunciado al título, había empuñado las hijas de la Agonía de Escarcha contra nada menos que un titán y, por un breve momento, había recuperado su ciudad natal.

Fiordo Aquilonal no era Corona de Hielo o Cumbres Tormentosas, pero seguía siendo parte del continente del norte a pesar de no estar nevado.

Mir lo miraba con atención desde un árbol. Parecía deseoso de volar, así que decidió no perder más el tiempo recreándose en la nostalgia. Invocó a Tormento desde las Tierras Sombrías y montó en el de un salto.

El viaje sería mucho más rápido montando a lomos de Kyranastrasz, pero la gran vermis se encontraba en Acherus y los remordimientos le impedían montarla de nuevo.

Agradeciendo no tener que acercarse al Cementerio de Dragones, emprendió su viaje hacia el oeste, donde se encontraba el refugio de los Expedicionarios.


Los guardias de la Fortaleza Guardia Oeste le dejaron pasar no sin lanzarle una mirada de desconfianza, pero Aiden estaba más que acostumbrado a esas bienvenidas.

Cabalgó despacio por los caminos de tierra apelmazada de la fortaleza, dejando deliveradamente que todos los habitantes de aquel lugar le vieran bien. Sabia que su presencia sola ejercía una presión enorme en la mayoría de los vivos, así que con algo de suerte podría conseguir lo que quisiera solo con palabras.

Sería más rápido y mucho más limpio.

Dejó a Tormento cuando estuvo a pocos pasos de su objetivo, y el corcel no tardó nada en empezar a buscar hierba entre la tierra.

—Aro de Acero —dijo en voz alta mientras caminaba hacia él —. He venido a hablar contigo.

El enano se giró y no pudo ocultar la sorpresa en su rostro, que solo necesitó un segundo para ensombrecerse. Dió un pequeño paso atrás de forma instintiva.

—No me fio de los tuyos, caballero de la Muerte —dijo con firmeza —. Lo que tengas que decirme me lo puedes decir desde alli.

—Si te quisiera muerto podría haberlo hecho desde donde está mi caballo —respondió él sin detenerse.

El enano bufó.

—Bravuconadas de alguien que cayó contra una panda de necrófagos babosos, como todos los de tu calaña. ¿Por que no te vas a Acherus y te dedicas a chuparle el trasero a una abo…

Un destello fue todo el aviso que tuvo el enano antes de sentir el impacto. Giró la cabeza lentamente hacia su hombro, en el que había enterrada una daga de hielo, demasiado pequeña para hacer un daño real.

—¿Qué es el Collar de Be y como puedo encontrarlo? —preguntó Aiden sin tapujos.

El enano se arrancó el trozo de hielo y lo tiró al suelo con desdén.

—No se de que me hablas.

Aiden dejó de caminar cuando le quedaban solo dos pasos para chocarse con el enano. Mir se posó sobre una de sus pavorosas hombreras y lanzó un graznido de expectación. El cuervo sabía de sobra que seguir a aquel humano era un banquete garantizado casi cada día.

Con gesto tranquilo, se llevó una mano a la empuñadura de sus hojarrunas.

—Si que lo sabes, pero puede que lo hayas olvidado. Tal vez yo pueda ayudarte a recordar…

Empezó a desenvainar la espada, despacio.

—Si terminas de desenvainar esa espada toda la guardia se te hechará encima.

—Sería terrible. Mir se pondría tan gordo que no podría volar.

Shhh

—No puedes vencerlos a todos, aqui hay…

Shhhhh

—…dos docenas de…

Shhhhh

El enano alzó las manos.

—Vale, vale. No hagamos algo de lo que nos podamos arrepentir.

Aiden soltó la hojarruna, que se deslizó de nuevo hacia su funda con un siseo gélido. Tomó asiento y cerró un ojo cuando un cuervo enfadado le grazó al oido. El pajaron embrujado se fue volado hacia donde estaba Tormento y empezó a incordiarlo tirándole de las orejas.

—Hablemos.

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Cayó de rodillas desesperada…rota.
Aun no se había hecho a la idea de que habían raptado a Estel y acababan de llevarse a Lith
.
NO!!! - gritó poniéndose en pie.
No sabía ni donde estaba pero invoco a Luna, su fiel hopogrifo de Teldrassil.
Estaba en un desierto, la druida no podía ni tenía donde esconderse… Y estaba herida.
La encontraría, tenía que encontrarla.
No iba a permitir que se llevasen a sus hijos
.
Argent y los demás deberían lidiar con el brujo Eredar para sacarle información acerca de quien se había llevado a Estel.
No dejaría que se llevasen a Lith.
Atraparia a esa druida y juró por Elune que iba a torturarla a placer por lo que había hecho y sacarle a golpes quien había ordenado raptar a sus bebés.
Levantó el vuelo mirando en todas direcciones. No fue difícil ver en la lejanía a la druida con su hija entre las garras.
Golpeó con suavidad el cuello de Luna
.
-Vamos pequeña, no me falles-dijo con determinación.

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PD… Si te crees que puedes llevarte a mi hija y encima en un desierto… No has visto aún a una madre cabreada.
Y porque en Azeroth el poder de la chancla no existe o… No la cuentas ñoma!!! :joy:

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